lunes, 13 de julio de 2020

Una casa en el campo - Capítulo 13 - Alguien responde

No hubo manera de poder hablar con él. Como último recurso llamó a casa de sus padres, pero su sorpresa fue que no atendió la llamada una sirvienta, sino una voz masculina, de tono joven, que por un instante hizo que su corazón palpitara más fuerte.  Le recordó otra voz, pero no era la de Maxwell, sino de la de su hermano Thomas. Al menos él fue amable con ella las veces que se vieron en el hospital.  Naturalmente no le diría que estaba encinta, sino que precisaba hablar con su hermano a la mayor brevedad posible.

Con esa llamada, si pudiera realizarla, trataría una reconciliación. Olvidaría todo lo que se dijeron, porque lo que había de anunciarle, era más urgente que todo eso.

- ¿ Eres Thomas?

- Si soy yo ¿ Quién llama ?

- No sé si te acordarás de mi: soy Perl, del hospital, la enfermera

- ¡ Perl ! ¡ Naturalmente que te recuerdo, y además vas a casarte con mi hermano.  No podría olvidarte ¿ Qué se te ofrece?

- Verás... Necesito hablar con él a la mayor urgencia. No puedo localizarle

- No me extraña. No está en Inglaterra, está en Tokio ¿ Cómo es que no lo sabes?

- Es un poco largo de contar.  Hace tiempo que rompimos, pero he de hablar con él

- Pues no sé qué decirte. Cuando llame le diré que se ponga en contacto contigo, porque está viviendo en un hotel y no sé muy bien el nombre. ¿ Te ocurre algo ?

- No. No te preocupes. Volveré a intentarlo.


No sabía por qué, pero esa conversación le dejó preocupado.  No eran normales dos cosas: que no dijera que habían roto y que ella no supiera dónde estaba ? ¿ Qué pasaba ? ¿ Por qué si ya no eran novios, esa urgencia por hablar con él ? Y una idea se abrió paso en su cabeza: la había dejado embarazada.  Necesitaba hablar con ella en persona. Seguramente sería una idea absurda, pero ¿ y si no lo era?

¿ Por qué no había comentado nada de su ruptura?  Entendía que a sus padres no se lo dijera pero, ¿ a él?  Se contaban todo, ambos sabían todo el uno del otro.  Le extrañó la rapidez con que Maxwell habló con su padre y éste le arregló ese viaje extraño y tan lejano en vísperas de casarse, y habiéndose dejado a su prometida aquí.  Todas las piezas encajaban, así que tomó la decisión de hablar con Perl y que ella misma le sacara de dudas.  Mientras tanto, a nadie comentaría lo que estaba pensando.

No sabía dónde vivía, así que optó por ir al hospital y aguardar a que saliese de trabajar y frente a frente aclarar lo que en realidad había ocurrido. Una vez confirmado el problema sabría lo que debía hacer. Y salió en esa dirección  para tratar de hablar con ella.   Y aguardó en la puerta hasta que ella salió, que sorprendida, imaginaba  por lo que había ido a buscarla.  La encontró más desmejorada, pero nada aparentemente sobresalía del recuerdo que tenía de ella.  Tendría que poner en práctica sus grandes dosis de persuasión, porque habían sido en contadas ocasiones las que se habían visto, por lo tanto a penas se conocían.  Salieron del recinto y se dirigieron a una cafetería en la que pudieran hablar con sosiego.  Y no se anduvo con remilgos, y abiertamente la preguntó lo que ocurría entre ellos.  Perl se lo contó todo sin omitir nada;  necesitaba un desahogo para tratar de calmarse, pero el postre final fue lo que había imaginado: estaba embarazada.  No pedía nada, no reclamaba nada, pero pensó que debía saberlo.

Thomas no sabía cómo tomarlo, aunque la vio tan desamparada que no tuvo duda de  que era cierto.  Por otro lado, hasta hacía poco su hermano había hablado de matrimonio con ella. ¿ Qué tan grave era lo que motivó su ruptura, o acaso él rompió porque al saber que estaba embarazada pensó que le había engañado? Pero el caso era que él no lo sabía ¿entonces?  Perl, ante el silencio de Thomas imaginó lo que estaba pensando y se adelantó con su respuesta:

- Si, es suyo.  Lo tengo todo pensado. Sé que es difícil la reconciliación, pero no soportaría que dudase de que  no fuese suyo. Pediré al médico que extraiga el ADN del cordón umbilical y esa será la prueba más eficiente de que es su hijo o hija, porque aún no lo sé: es demasiado pronto.

- Lo tienes todo muy pensado.  Eres muy cerebral.


- No es eso, pero... no quisiera que mi bebe fuera rechazado por tu familia y creyerais que es hijo de una muchacha que deseaba aprovecharse.  Y eso está muy alejado de la verdad.  Yo quiero a tu hermano, pero había cosas en las que no estábamos de acuerdo y eso generó desconcierto y desconfianza, y decidimos suspender todo, aunque nos costase.

- Doy por hecho que problemas de cama no han sido, puesto, que estamos hablando del resultado de uno de los encuentros sexuales

-No, no ha sido por eso.  Sencillamente no congeniábamos.

-Está bien.  Te ayudaré en lo que pueda. No sé por qué tengo la corazonada de que hay algo más, pero no te obligaré a decirlo, si tú no quieres.

- No, no quiero, de momento.  Probablemente llegue el día en que todo se aclare.  De momento déjalo estar.

- Está bien, no te preocupes. Preguntaré a mis padres dónde está exactamente y trataré de hablar con él y decirte el resultado.

- Te agradezco mucho tu ayuda, no sabía a quién recurrir.

Se despidieron y Thomas la abrazó lo mismo que hiciera con una hermana. Le daba tristeza el verla tan disgustada y vulnerable. Se lo comentaría a Lorraine; ella conocía bien a Maxwell, y además necesitaba tener una amiga cerca, pero lo haría con la promesa de no divulgar lo que la dijera.

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