miércoles, 31 de mayo de 2017

El otro lado del mundo - Capítulo 24 y último - Sidney

Bella dudaba.  Por un lado creyó a D'Tella, pero por otro, esa explicación debió dársela Alessandro, pero no lo hizo, y permaneció callado, sin decir palabra, sólo escuchando los reproches que le hizo.  Cortó sus pensamientos el anuncio de una pareja que deseaban celebrar su enlace, en el salón de bodas del complejo hotelero.  Les recibiría y después trataría de hablar con Aless.

La visita duró más del tiempo debido; los contrayentes quisieron conocer todas las instalaciuones y las posibilidades que tenían para la celebración, tal como el menú, la tarta, la música, en fin, todo.  Cuando quiso recordar ya era tarde.  Se dirigió en busca de Alessandro, pero el recepcionista le comunicó que los señores D'Tella, habían abonado su cuenta y se habían marchado.  No dejó dirección, pero Giovanni le dijo que irían a Sidney a la presentación del libro, y entonces tomó una decisión:  Contactó con la Asociación hotelera, y sin esfuerzo y al cabo de media hora, conocía las reservas de hotel y el horario de presentación de Allessandro D'Tella.  Sería para dentro de dos días.  Tenía tiempo suficiente para dejar todo organizado en Noosa  y partir hacia Sidney.


 ¿ Y si fuera cierto todo lo contado por el padre ?   No tenía porqué mentirla.  No podía dejarle ir, al menos hasta que él lo ratificara frente a ella. Bien es cierto que lo intentó, pero el resquemor  sentido fue más fuerte que el escuchar su corazón. Aless no trató de defenderse, seguramente porque le dijo lo de su novio ingles. ¡ Dios mio, lo habia olvidado !  Descolgó el teléfono y conectó con Niall; él debia esperar algo parecido, porque no le extrañó que se despidiera y fuera al encuentro del que había sido su amor desde hacía tiempo.  La deseó suerte.  Y de este modo cortó con su relación.

El viaje hasta Sidney, tan familiar para ella, se le hacía eterno en esta  ocasión.  Quería darle la sorpresa  y acudir a su presentación, oculta entre la gente, para después llevar a la firma el ejemplar que él mismo le había regalado.  Metió ambos libros en su equipaje.  Una vez instalada, dudaba en si llamarle o esperar al día siguiente para volverle a ver.

El salón estaba lleno de gente.  El marketing había funcionado, y sin exagerar, el editor había adornado mucho su presentación: " un joven valor europeo, desea conquistar al pueblo australiano", era el pié de foto que se mostraba a la entrada del salón de actos del hotel en donde se realizaría la presentación.

Y llegó el momento.  Bella se situó en la última fila de los asistentes, oculta de la mirada de él. Escuchaba muy atenta lo que Alessandro introducía en la presentación.  Algunas cosas se la escapaban absorta en la contemplación del rostro del hombre que amaba.  Había madurado, y también perdido algo de la espontaneidad y viveza de su rostro.  Ahora se le veía con seriedad.  Posiblemente ante la responsabilidad del acto que estaba realizando.


" Este nuevo libro novelado, es una continuación del anterior titulado Anna Maria.  Aunque como digo, es un relato novelado, quiero resaltar que la protagonista fue real y vivió en Australia desde su juventud, hasta su fallecimiento. Aquí retomó su vida, amó a un hombre y con él formó su familia, y  uno de sus descendientes es la protagonista de mi segundo libro : "Esa desconocida ". En este segundo relato,  narro  los sentimientos que supo transmitir a un desconocido en tierras lejanas, pero que le inspiró tan grande amor, que nunca consiguió olvidarla.  Repito es una novela, y en ella la fantasía del autor, juega con los sentimientos que pudo sentir  ese chico,  en cuyo pais estaban   parte de las   raíces de ella ".

Bella, escuchaba emocionada, cuando a continuación de la presentación, leyó algunos pasajes de libro.  El señor D'Tella, también sentado en un lateral apoyando a su hijo, hizo un "barrido" por la estancia y descubrió que Bella estaba allí, oculta de la mirada de Aless, sonrió e hizo una levísima inclinación de cabeza y por un momento sus ojos se encontraron.  Ella correspondió igualmente..

Cuando hubo terminado con el último capítulo de la presentación, el silencio reinaba en la estancia, hasta que un sonoro aplauso de todos los asistentes, indicó a Alessandro, que había tenido éxito, mucho éxito, y que ambas novelas habían gustado a ese público expectante.  En el mostrador de la entrada había una señorita con un montón de ejemplares dispuestos para la venta.  Inmediatamente que las puertas se abrieron, se formó una fila de  personas interesadas en obtener un ejemplar, no sólo de la nueva novela, sino también de su primer libro.  Y todos tuvieron ocasión de emocionarse con la dedicatoria. A medida que adquirían su ejemplar, volvían  a entrar en el salón dispuestos a que aquel joven y guapo italiano, les dedicara los ejemplares. Aless amablemente y sonriendo, satisfecho por el éxito obtenido, firmaba sin parar dedicando la novela.   De las últimas personas, estaba Bella, que aguardaba impaciente por colocarse ante él, extendiendo uno y otro libro.  Él levanto la mirada sorprendido ante su voz.  El milagro se había hecho realidad;  Bella estaba ante él, emocionada, sonriente y feliz pidiéndole una dedicatoria.

Tuvieron que esperar hasta que la última persona recibiera su dedicatoria.  Entonces, Aless se levantó y abrazándola fuertemente la decía una sola frase, porque su emoción era tan grande que no podía articular palabra,. Sólo " amjor mio, amor mio "-

Sólo pudieron vivir intensamente esa noche.  Al día siguiente partirían rumbo a Italia.  Les aguardaba un largo viaje y una revisión a Giovanni.  Ya en el aeropuerto, ambos se abrazaban mientras  el señor D'Tella, , apartado de ellos, les contemplaba sonriente y feliz.

- Volveré.  Te lo prometo, en cuanto solucione todo lo que tengo allí, volveré y con un anillo bajo el brazo. Te quiero Bella, tenlo siempre presente.  Nunca te olvidé y nunca lo haré.
- Aless.  Te aseguro que si no regresas, ité a buscarte y te arrastraré por toda Taormina

Ambos jóvenes rieron y se abrazaron y besaron por última vez antes de que tuvieran que partir rumbo al túnel que les conduciría al avión.  Ella no se movió de allí hasta que despegaron, y triste reemprendió el regreso a casa.  Había sido una sola noche, , pero intensa,  en el que los sentimientos de ambos volvieron a encontrarse , al igual que aquella, y ya lejana, primera vez.

Hablaban por teléfono a diario. El señor D'Tella acudió a las pruebas requeridas por los médicos y afortunadamente, todo salió perfecto.  Pero lo que no era tan perfecto era la relación de sus padres. Loredana vivía más en casa de su hija que en la suya propia.  Esa situación mortificaba a Alessandro; le daba pena de Giovanni, que en la recta final de su vida,  tuviera que pagar un error de juventud, del que no sólo él fue  culpable.  Comprendió que el amor que creía en sus padres, tenía los cimientos de barro, y nunca  se habían asentado firmemente.  Simplemente habían convivido lo mejor posible, por temor al que dirán.  En ese tipo de sociedades, aún se tenía en cuenta que el matrimonio era para toda la vida.

Pero por lástima que le inspiraran, debía regresar junto a Bella. No dejaría pasar esa oportunidad de ser feliz, porque había comprendido lo importante que ella era en su vida. Preparó todo para el viaje; estaba ansioso por verla de nuevo, y quizá por su propia alegría, no se daba cuenta de la tristeza de su padre.  La despedida fue sentida por parte de ambos

- Hijo, no dejes escapar ese tren. Os amáis y sois felices juntos.  No dejes que nada ni nadie, enturbie esa felicidad.  Avísame con tiempo: quiero asistir a vuestra boda.  Trataré de convencer a tu madre, pero...  tal y como están las cosas entre nosotros, no creo desee asistir.  No me perdonará nunca que amase a Anna y que quisiera visitar su tumba. Sé que no debiera decir esas cosas de ella, al fin y al cabo se trata de tu madre.  Pertenece a una rancia familia que no ha evolucionado con los tiempos.
 Pero bueno, haré cuanto esté ne mi mano. Anda, se hace tarde.


Se casaron con la asistencia solamente de don Giovanni. Ni su mujer ni su hermana, asistieron a la boda pretextando que era muy lejos. La madre, según ella, "porque no se encontraba muy bien ", y por parte de la hermana " los niños me necesitan..." Bla, bla, bla, excusas, que no quiso analizar. Toda su familia estaba allí Bella y su padre, no necesitaba a nadie más.

Fue una boda por todo lo grande.  Ese día el hotel se clausuró, exceptuando las habitaciones que estaban ocupadas; tuvieron que habilitar un comedor nuevo para seguir asistiendo a los huespedes y que no notasen nada de lo que allí se celebraba.  El periódico local, se hizo eco del acontecimiento : " El famoso escritor italiano Alessandro D'Tella, ha contraido matrimonio con nuestra querida Bella, que como todos recordamos es la nieta de la siempre recordada Anna Maria Filiberto, empresaria que hizo posible el complejo turístico Noosa Valley...."  Difundiendo a continuación  fotografías de los contrayentes.

La luna de miel fue corta. Alesandro estaba escribiendo un nuevo libro y Bella no podía faltar por mucho tiempo del negocio.  La tuvieron en la vecina Nueva Zelanda, pero su amor y felicidad todo lo colmaba. Se amaban casi a todas horas como para resarcirse del tiempo que habían estado separados. Pero el tiempo para ellos solos, tocaba a su fin, y se imponía la cruda realidad,: vuelta a la normalidad.  Y así retornaron a Noosa. Y así transcurría su vida apacible. El aprovechaba a escribir, mientras ella permanecía en el trabajo.  Las noches y los fines de semana, se lo reservaban para ellos solos. Maxim y Florence les sustituian en esas ocasiones. La armonía reinaba entre los cuatro. Incluso Aless y Bella, pensaban en aumentar la familia.   Y la aumentaron.

Meses más tarde cuando el nuevo D' Tella contaba con cuatro meses, recibieron una visita inesperada pero que a todos colmó de alegría: Giovanni D'Tella, se había separado y deseaba vivir junto a su hijo, ya que la hija,  en complicidad con la madre, habían llevado muy a mal que planteara la separación definitiva del matrimonio.  Padre e hijo se abrazaron largamente y con lágrimas en los ojos, hizo lo mismo con Bella

- Gracias, hija. Por fin estoy en un lugar en el que se respira amor y armonía, y no malas caras. Me habéis dado un nieto precioso; me siento muy contento y orgulloso de vosotros.

Giovanni vive con Aless y Bella y es feliz, incluso anda "tonteando" con una viuda de buen ver vecina de Noosa. Es feliz, aunque recuerda a su hija, que de vez en cuando le llama por teléfono o se comunica por correo con ella. De Loredana no sabe nada más que lo que le cuenta Amanda.  De momento no piensa regresar a Taormina.  En los atardeceres, se sienta en el porche, en la misma butaca que usara Anna y contempla la misma escena que ella lo hiciera años atrás. Sienta sobre sus rodillas al pequeño Alessandro que ya camina y comienza a balbucear las primeras palabras. Se ha comprado un coche pequeño, y a menudo se acerca hasta el cementerio y deposita flores en las tumbas de aquellos tres seres tan importantes en su vida.

Bella le contempla sin que él se de cuenta cuando explica a su hijo cosas de la vieja Italia, y el niño le escucha interesado en lo que el abuelo narra.  Está  embarazada nuevamente y Aless ha editado un nuevo libro con rotundo éxito.  Por la noche, en la soledad  e intimidad de su dormitorio, mientras reclina la cabeza en el pecho de su marido acariciando su rostro, Bella sonrie satisfecha y feliz

- ¿ Por qué sonries, mujer ?
- Marido, porque soy absolutamente feliz. Y porque no hubiera creído a nadie que me dijera que mi único y verdadero amor, lo encontraría al otro lado del mundo y a través del diario de mi abuela. Buenas noches, amor mio
- Buenas noches cariño. Pero aún no es hora de dormirse; tenemos algo pendiente ¿ no crees ?

Y riendo y retozando, les sorprende una noche más.


                                                        F    I    N


Autoría:  1996rosafermu
Editado:   Abril de 2016
Ilustraciones  Internet

DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

El otro lado del mundo - Capítulo 23 - Conocer la verdad

Giovanni se sentó ante Bella, en el sillón que ella le indicó.  No se esperaba aquella revelación.  Ni por lo más remoto había imaginado que el Giovanni del diario, ahora estuviera sentado frente a ella, y hubiera callado cuando le conoció en Taormina, sabiendo lo importante que era para ella, localizar algo de la vida de su abuela.  Se recostó en su butaca, cruzó las manos bajo su barbilla, y se dispuso a escuchar el relato del señor D'Tella.  Al concluir le tocaría a ella.  Hablaría.


-Todo comenzó  a mediados de los años cuarenta, en plena guerra, cuando aún faltaba tiempo para su final.  Nos cruzábamos todos los días.  Ambos llevábamos el mismo camino, o quizá  lo buscábamos adrede. Ella iba a ayudar a su madre en lo que podía y yo al instituto. Estaba a punto de terminar el bachillerato. Durante mucho tiempo, sólo nos sonreíamos, pero un  día me decidí a hablar con ella. Faltaban pocos días para terminar el curso y después posiblemente no volviéramos a vernos.  Yo estaba destinado a ser médico, aunque esa carrera no era del todo de mi gusto, pero la imposición familiar hizo que terminase eligiéndola.  La primera cita, fue pasear por la playa, Al fin de la  semana siguiente, la  invité al cine. Deseaba ver Tres enamoradas, aunque a mi me parecía un "pastelito ", pero quería complacerla. Y al siguiente, en un lugar oscuro y solitario, cercano a su casa, la besé por primera vez,  Lo que vino después,   puedes imaginarlo: un lugar escondido entre rocas, en la playa y...fue mía,.

-He de decirte que estaba muy enamorado de ella.  No fue una aventura de un día. Nos queríamos y deseábamos estar juntos; pero se impuso la realidad.  Era pobre y mi familia ya había trazado sus planes respecto a mi.  Peleé todo lo que pude por defender nuestro amor, pero los pocos años, la inexperiencia, la época dura que nos tocó vivir, y qué sé yo... hicieron lo demás.  Nunca pude olvidar nuestra despedida: lloraba como una criatura, me suplicaba que no la dejase, pero... tuve que dejarla.Cuando se lo comuniqué, rompió a llorar desconsolada, juraba que me quería, que no lo hiciera, pero, a pesar de que yo estaba con el corazón roto en mil pedazos, tuve que hacerlo.


 -Tenía destinada a una joven, bella y rica heredera, con lo cual el acuerdo entre las familias estaba sellado, al igual que se hacía en la edad media. Al tiempo que salía con Anna, lo hacía también con la joven rica, y también me acosté con ella. Me anunció que la había preñado, y entonces el mundo se hundió a mis pies. Se había roto una milésima de oportunidad de que mi compromiso no funcionara, pero con un bebe en camino, ya no había escapatoria.  Ignoro si fue verdad o una argucia de Loredana para que abandonase a Anna Maria.  Nos casamos y Anna emigró después de la muerte de sus padres.

- Pero nada de esto es nuevo. Ya lo sabía.  Ella lo escribió en su diario. Lo que no entiendo es el por qué ustedes negaron que la conocieran.  Ambos sabían perfectamente lo que había ocurrido, y sin embargo dejaron muy claro que no la habían visto en su vida. ¿ No le parece algo ruín, señor D'Tella ?
- Tienes razón. Pero a modo de disculpa, si es que puede haber alguna, he de decirte que mi matrimonio fue muy dificil al principio.  Yo seguía enamorado de Anna, y el motivo por el que nos casamos "resultó" ser una falsa alarma. Hemos tenido temporadas difíciles, pero por nuestros hijos decidimos seguir adelante. Yo sabía que si comentaba algo referente a ella, mi mujer se pondría por las nubes y tendríamos un serio altercado.  Por otra parte, ya no había solución; las cosas estaban como estaban y ella había muerto.

- Todo eso está muy bien. Pero sigo sin entender la actitud de Alessandro, y al cabo del tiempo que aparezca por aquí con el libro y diciendo que no me ha olvidado. Pienso que la mentira es el lema de la casa.  Lo siento señor D'Tella, pero eso es lo que pienso. No me gusta como actúan.
- Bella, aún no he terminado. Voy a explicarte el porqué de la tardanza y el motivo por el que no se puso en contacto contigo.

-Después que te marchaste de mi casa, dejaste un profundo malestar en mi.  Es como si en todos esos años, hubiera enterrado el pasado,  y de golpe saliera a la superficie. Me sentí mal físicamente, aunque no dije nada. Esa noche Aless no vino a casa a dormir, creo que sabes la razón. De madrugada un fuerte dolor en el pecho y en el brazo causó mi alarma.  Desperté a mi mujer y ella , llamó a una ambulancia y fui trasladado a un hospital. Había sufrido un infarto.  Loredana trataba desesperadamente contactar con Aless, pero él había apagado su móvil.  Apareció en casa casi al amanecer y entonces se enteró de lo ocurrido.  Mientras estuve ingresado, no se separó de mi lado, y estuvo acompañando a su madre hasta que llegó mi hija, que vivia en Milán.  Cuando todo se normalizó recordó vuestra cita y de que ni siquiera te había llamado por teléfono.  Desesperado acudió al hotel y allí le dijeron que lo habías abandonado esa misma mañana. "


 -Trató de informarse de tu residencia, pero ni siquiera conocía tu apellido, de manera que fue imposible.  Estando de recuperación, ya en casa, me confesó la verdad.  Editó el primer libro de su propio bolsillo porque no tenía editor que lo hiciera. Dejó de salir con amigos y comenzó a escribir con desenfreno su segunda novela, ésta que presentará en Sifney.  Quería ahorrar dinero para difundirlo particularmente en Australia, con la esperanza de que vieras algún anuncio y así poderos reunir.  Por varias gestiones de amigos míos, lo logramos,  en parte. Él hizo las gestiones para localizar el lugar exacto de tu residencia. He de decirte que la primera idea de editarlo en Australia, la ha llevado a cabo y lo pagará de su bolsillo.

-Tenía la esperanza de que volvierais a estar juntos, pero mañana nos vamos a Sidney y trás la presentación volveremos  a nuestro país..  Ya sabes toda la verdad. Él te quiere, Bella.  Siempre te ha querido, nunca te ha olvidado.  No sabe que he venido a verte.  Y bien, ahora me retiro. Posiblemente esté de regreso de su paseo y me estará buscando.  Adiós .  Te deseo lo mejor
- Espere. Pero usted ... ¿ a qué ha venido ?
- Deseaba poner unas flores en la tumba de Anna María, y así lo he hecho. La he pedido perdón y ella me ha perdonado, lo sé. Créeme no he sido feliz en mi matrimonio; pagué con creces mi traición.  Me he arrepentido toda  la vida, pero el reloj no puede ir marcha atrás.  Lo dicho, Adiós Bella.

Y salió del despacho, dejando a Bella sin palabras 

El otro lado del mundo - Capítulo 22 - Una cruz junto al camino

Giovanni encontró a su hijo sentado en un lugar apartado de la terraza en la cafetería del complejo turístico.  Pensativo, giraba el vaso de zumo de mango, una y otra vez, mirándolo fijamente.  Algo había ocurrido que le perturbaba; siempre hacía lo mismo cuando alguna preocupación ocupaba su cabeza.  Se acercó a él.   Las cosas no habían salido todo lo bien que debieran.  No obstante decidió abordar el tema y tratar de ayudarle en lo que fuera que le preocupaba.

. Aless ¿ qué ocurre ?
- Nada, papa.  No te preocupes
-Si, si me preocupo. En lugar de verte contento por el objetivo alcanzado, te veo triste y malhumorado ¿ qué pasa?  ¿ Es que no has podido hablar con ella ?
- Si papa.  He hablado y sencillamente, no resultó. Ella se olvidó de mi al día siguiente de salir de Taormina.  He decidido terminar las vacaciones en Sidney.  Salimos mañana mismo
- Pero si la presentación es dentro de cinco días
- No importa. Nos da igual estar aquí que en la ciudad. Así la conoceremos.  Y ahora no quiero seguir hablando de esto. En Recepción me han facilitado la dirección del lugar en donde está enterrada Anna; les he contado, en parte, una mentira, pero no me ha costado trabajo me lo dijeran.  Era muy querida entre los empleados.  Debió ser una buena mujer
- ¡ Y tanto que lo era ! - respondió Giovanni - Antes de irnos desearía visitar su tumba...
- Ya lo se. Tomaremos un taxi y nos conducirá hasta el lugar. Lo tengo todo planeado. Si lo deseas iremos ahora mismo.  No tenemos otra cosa que hacer

Y así lo hicieron.  Un Giovanni emocionado, no pudo evitar unas lágrimas ante la lápida inscrita con el nombre de Anna. Su fecha de nacimiento y el lugar. Al lado derecho la de su esposo y al contrario la de su hijo.  Todo había resultado distinto a como pensaron cuando iniciaron su relación.

 Alessandro se había apartado para que su padre pudiese expresar sus sentimientos como quisiera. Respetaba aquel amor profundo que durante toda su vida, había llevado en su interior.  Lo comprendía perfectamente; él estaba en parecidas circunstancias.  Por otro lado, le dolía la situación de su madre, aunque Loredana, fuese en parte culpable de aquel amor fallido.  Pero era absurdo culpar a nadie, porque todos lo eran excepto Anna.  ¿ Cómo hubiera sido su vida si no se hubieran separado? Probablemente ni Bella ni él existirían, o no se hubieran conocido.

Inmerso en sus pensamientos, no se dio cuenta de que Giovanni le daba un toque en el brazo

- Cuando quieras, hijo, podemos regresar.
-¿ Estás bien, papa?
- Si, Aless. Estoy bien. ¿ Sabes? Me encuentro bien. La he pedido perdón y sé que ella me ha perdonado. Me encuentro en paz conmigo mismo, pero apesadumbrado por ti.  No deseo que mi historia se repita.

De regreso al hotel pasaron por un lugar con una cruz bajo un árbol en el que había sembrados unos rosales. Al mirarlo con curiosidad, el chófer del coche que les llevaba, les explicó que en ese lugar se había matado el esposo de la dueña del complejo, que si bien ahora era regentado por su hija y su nieta, fueron la señora Anna Maria y el señor Lyan, quienes lo iniciaron.  Aless sintió pena por la nonna, que no había tenido una vida fácil y que su final se precipitó por la tristeza de perder al hombre que fue el amor de su vida, y no el que estaba sentado a su lado en el taxi.  Comprendió el padecimiento de su padre al fingir un amor a su madre, que estaba muy lejos de sentir. Pensó que el rechazo de Bella, había sido como una especie de venganza del destino por algo que ellos no tenían culpa, pero ya se sabe que es caprichoso.

Alessandro deseaba estar el menor tiempo posible en el complejo. Tenía los billetes para Sidney y antes de acostarse dejaría el equipaje listo: saldrían por la mañana temprano.  Pensó en ir hasta la playa y dar un paseo.  Seguramente, así no tendría oportunidad de coincidir con Bella.

- Voy a dar una vuelta ¿ vienes papa ?
- No hijo, prefiero dormir una siesta y ver la televisión.  Tengo emociones encontradas y deseo calmarme. Ve tú donde quieras.  Cuando me levante estaré en la cafetería,  si acaso deseas buscarme.  No tengas prisa en volver estoy bien y a gusto aquí.  Si no fuera porque todo se ha truncado, éste sería un sitio excelente para vivir.  Tranquilo, hermoso,  apacible. Si me gusta.  Éste sería un buen retiro.
-Pero adoras Taormina, y no creo que mamá estuviera muy contenta con venir a vivir aquí.
- Es un decir, hijo, es un decir.
- Bueno, pues si no vienes, te dejo tranquilo.  Nos vemos más tarde.
-Ve con Dios, Aless.  No tengas prisa.  Diviértete.

Alessandro salió aparentemente tranquilo, pero su padre sabía que no era así.  Decidió esperar un rato, por si volvía, y trazó un plan: tenía que hablar con la muchacha, y explicarle el motivo de que no recibiera noticias de su hijo con anterioridad. Y dicho y hecho.  Sabía, porque así se lo dijo Alessandro, que ella estaba en la oficina, y hacia allí dirigió sus pasos.  Haría todo lo posible por solucionar el malentendido surgido a raíz de su enfermedad. Era lo único que podía hacer, ya que sin quererlo, había sido el causante de todo el embrollo.,

Y Giovanni salió decidido a poner en claro todo lo ocurrido. A un botones solicitó le indicase la dirección de la oficina, y hacia allí se encaminó.  Una señorita muy amable, le indicó que la Directora no podía recibirle por estar con una visita

- Está bien. Aguardaré
-Le aseguro que va a tardar
- No tengo prisa.  Aquí se está muy bien
- ¿ Puede decirme el motivo de su visita? Quizá yo pueda solucionarlo
-No, no creo., Es algo personal.  De familia
- ¡ Oh !, en ese caso, veré qué puedo hacer - Dio unos golpes en la puerta y entró.

Tardó poco en volver a salir, y lo hizo algo incómoda.  Posiblemente recibiría una reprimenda de parte de su jefa por haberla interrumpido. A él no le importó. Había de solucionarlo antes de partir hacia Sidney: no había tiempo.

- Puede pasar - dijo la secretaria. Y así lo hizo
- Buenas tardes, Bella,  Espero se acuerde de mi
- ¡ Claro que me acuerdo señor D'Tella. Ignoraba que hubiera venido con Alessandro. De haberlo sabido, hubiera sido yo quién hubiese pasado a saludarle. Fueron muy amables conmigo cuando estuve en su casa. ¿ Ha venido también su señora?
- No ella no. Está algo mayor - dijo riendo y en broma
- La visita ha sido toda una sorpresa para mi. ¡ Qué casualidad que hayan venido a parar aquí !
-No, Bella. Es así como se llama  ¿no ? No es casualidad, hemos venido a propósito para verla. Aless porque quería darle una serie de explicaciones que aclararía todo este tiempo de silencio, y yo porque deseaba visitar la tumba de su abuela.  La historia es larga y compleja, pero le diré que yo soy el novio que la dejó para casarse con otra chica rica.

martes, 30 de mayo de 2017

El otro lado del mundo - Capítulo 21 - El envío

A su regreso de vacaciones Bella recibió una carta y un pequeño paquete, con el mismo destinatario y lugar de origen: Taormina.
Se quedó perpleja. No comprendía aquello, ni a qué se debía después de tanto tiempo.  No le había olvidado, guardado en su memoria. Recogió ambos envíos, y después de preguntar por las incidencias del negocio en la oficina, se encaminó a su apartamento personal, un pequeño bungalow igual al de los huéspedes y anexo al de su familia.  Les saludó, y se entretuvo con ellos charlando de lo bien que lo había pasado y lo interesante que había sido la Convención.  Estaba deseosa de poder irse a su apartamento. Florence, curiosa, la preguntó por lo que llevaba en la mano, y ella respondió con toda naturalidad, como si fuera lo más común del mundo:

- ¡ Ah, esto ! es un envío de un amigo de Italia
- No me habías dicho que tenías amigos en Italia
- No tengo amigos, mamá. Es alguien a quién conocí en el viaje. Trataba de hacer un libro y me preguntaba cosas de aquí como para documentarse.  Me prometió enviarme un ejemplar y aquí está.  Eso es todo



Maxim, escuchaba atento la explicación de Bella, sabiendo perfectamente a quién se estaba refiriendo. Intercambiaron alguna que otra mirada y ella, con un mohín, le dio a entender, que debía guardar silencio, y él ni siquiera despegó los labios.  En cuanto pudo, se escabulló,  e intrigada, ya en su casa, rasgó el sobre para primero leer la carta. Quería saber lo que en ella le contaría.  Se quitó los zapatos y se tumbó en el sofá para descansar, mientras leía lo allí escrito., y que comenzaba asi:

Mi querida Bella:

Aunque hace tiempo fue publicado mi primer libro, hasta no hace mucho que, pude conseguir tu dirección. Te envío un ejemplar y en persona, te entregaré mi segundo.  Me agradará mucho volver a encontrarnos y contarte las incidencias pasadas hasta localizarte. En un espacio pequeño de tiempo volveremos a vernos, pero ésta vez lejos, muy lejos de nuestro primer encuentro.

He de decirte, que siempre te he recordado

                                                               Aless

- ¿ Y ya está ?

No esperaba recibir nada de él, No le había olvidado, pero su recuerdo se iba distanciando cada vez más, pero a pesar de todo, la carta recibida le pareció fría y protocolaría ¿ Que esperaba ? Tanto él como ella, ignoraban el terreno que estaban pisando.  Probablemente viniera con su mujer, que a buen seguro sería aquella chica con la que estaba saliendo.  Y por la misma razón, él ignoraba si ella se mantenía soltera o convivía con alguien.

  A pesar de la desilusión tenida con la carta, sonrió, recordando quizás aquel encuentro que la marcó, hasta el punto de no poder enamorarse de otra persona.  Abrió el paquete, y ante sus ojos tuvo el libro dedicado a su abuela, cuya portada era la de una muchacha con una maleta.  Todo ello era un dibujo al óleo, borroso, difícil de identificar con alguien. Lo abrió, y escrito de su puño y letra, leyó la dedicatoria que Aless puso para ella:

"A Bella, esa desconocida que entró en mi vida y que nunca salió de ella".

¿ Qué significaba aquello ? ¿ Que nunca he salido de su vida ? ¿ Qué quiere decir ?  No casaba muy bien la carta con la dedicatoria.  Una pequeña luz de esperanza se abrió camino en su memoria, pero al mismo tiempo la rechazó:

-  No significa nada.  Una frase bonita de un novelista.  Bah... - Y dejándolo encima de una mesa, se dirigió a su habitación para cambiarse de ropa.  El viaje había sido ,largo y hacía bastante calor, y además con humedad alta.

Se acercaba la hora de partir.  Loredana seguía en casa de su hija; no quiso despedirse de su marido e hijo, que salían en pocas horas rumbo a Australia. Giovanni estaba desilusionado con la actitud de su mujer, pero no le importó demasiado "ya se le pasará ", pensó.  Alessandro, por el contrario, estaba eufórico, nervioso y deseando poder verse sentado en el avion, a pesar de que su encuentro con Bella estaba aún lejos de producirse.  Tenían un largo, largo camino hasta llegar a Noosa Leads.

Pero como no hay nada que cien años dure, también llegó el día de su llegada. Se hospedaron, como no podía ser menos, en el hotel regentado por Bella y su familia.  Había reservado dos habitaciones; todo normal, como cualquier otro viajero.  Preguntó por ella, pues la impaciencia le consumía.   ¿Habría cambiado mucho ? La recodaba alegre y bonita, muy bonita, pero habían pasado varios años y el tiempo a todos nos cambia.  La señorita que le atendió en Recepción le indicó la oficina donde podría encontrarla y hacia allí se dirigió.  Aguardó paciente, hasta que le dieron paso en el despacho; no había querido dar su nombre, deseaba darle una sorpresa.  Y se la dio.

Se encontraban, al fin, frente a frente. Ella seria y él lo mismo. Aless fue el primero que, avanzando hasta la mesa de despacho de Bella, extendió la mano a modo de saludo.  Ella, muy sorprendida no acertaba a corresponder, lo que hizo que Alessandro bajara la mano, porque entendió que no quería saludarle..  Ella salió de detrás del escritorio y avanzó hacia él que no dejaba de mirarla.  Al fin, ella, pudo articular palabra

-Pero... ¿ cómo...?
- ¿ Qué como he averiguado donde vivias ?  He tardado y me ha costado mucho, pero aquí estoy. Cumpliendo la promesa que te hice.  Por cierto ¿ Te gustó el libro ?
- Si, si mucho. Es bastante real, aunque también hay bastante de tu ingenio de escritor
- No tuve más remedio.  Te fuiste sin dejar rastro
- ¿ Que me fui sin dejar rastro? Te recuerdo que no tuve ni una llamada, ni nada que me hiciera pensar que había ocurrido algo especial. Pero si me reafirmé en que fui una conquista más en tu haber. ¿ Para qué iba a dejarte mi dirección ?  Estaba claro que lo pasamos bien, pero fue sólo eso: un pasatiempos para ti
-¡ Nooo !, estás equivocada
- Da igual - interrumpió ella - De eso hace mucho tiempo.  Te agradezco el detalle, pero creo que no has llegado hasta aquí para traerme el libro.  Como compensación te invito a comer.  Tenemos un chef de cocina muy bueno. ¿ Has venido con tu mujer ?
- ¿ Cómo dices ?- dijo él perplejo
-Si. Que si  te casaste con aquella chica con la que salías
- ¿ Te refieres a Teresa ? No no me casé con ella ni con nadie. Permanezco soltero ¿ y tú ?
- Pues tampoco, pero estoy medio comprometida a un inglés que ahora se encuentra en Londres.



Desmoralizado y triste, Alessandro quería salir de allí. El comportamiento de Bella le lastimaba. Él que había organizado el viaje con tanta ilusión, se había encontrado con una Bella soltera, pero totalmente distante.  Se había olvidado de él.  Decidió no entregarle su segundo libro; ya no merecía la pena.  Nada importaba.

El otro lado del mundo - Capítulo 20 - Viaje a las Antípodas

Don Giovanni, finalmente estableció contacto con su amigo del Ministerio de Exteriores, y tras varias gestiones, y mucho tiempo, pudo arrojar una débil luz sobre la búsqueda de Alessandro.Una llamada telefónica les sorprendió cuando ya nada esperaban.

- Pregunto por don Giovanni D'Tella - dijo la voz de una señorita
- Un momento, voy a avisarle - respondió la asistenta de la familia
-Soy Giovanni D'Tella ¿ quién me llama ?,
- Señor D'Tella, le llamo del Ministerio de Exteriores, de parte de don Patricio. Voy a enviarle con un mensajero una documentación que ha sido requerida por usted.  Dentro de una hora aproximadamente la tendrá
- Muy amable, señorita. Transmita de mi parte mi agradecimiento a don Patricio, al que saludaré personalmente.  Muchas gracias por su amabilidad


Aguardó a que Alessandro llegara de la calle, para darle la noticia.  Por fin, una luz al final del túnel.  Llegó la documentación, antes que Aless.  La impaciencia consumía a Giovanni, pero aguardó a que su hijo llegase para que, juntos, ambos comprobaran que, al menos, habría alguna noticia, que por débil que fuera, sería buena. Y juntos comprobaron lo que aquel sobre contenía:

" Mi querido amigo D'Tella:
Tengo el placer de adjuntarle los datos que hemos podido conseguir de su solicitud, que tras varias y largas gestiones, hemos conseguido.  No es la directamente interesada por usted., sino de una persona que ha convivido con Anna Maria Filiberto Parici, desde que llegó a Austgralia, hasta el fallecimiento de la citada señora Anna Maria.  Su nombre es Celyn Alessio y en la actualidad reside en Noosa Leads junto a una hija de la difunta. 

Confio en que los datos adjuntos, les sean de utilidad.  Sin más,  reciba mi más afectuoso saludo


                                                               Patricio Bello di Monte

Alessandro releyó de nuevo la carta. Se había producido el milagro. El camino que le conduciría hasta Bella, estaba despejado. Ahora todo sería más sencillo.  Giovanni, palmoteó en la espalda a su hijo, contento también de la buena nueva.  Se alegraba por él, por el tiempo que llevaba detrás de conseguirlo, y porque pensó que el sentimiento que le conducía hacia la muchacha, no era el de simplemente disculparse con ella, sino algo más profundo que por experiencia ya vivida, reconoció como lo que en realidad sentía: amor.

Nervioso, Aless, paseaba con la carta en la mano, que leía una y otra vez. Contactó con el Ayuntamiento de Noosa Leads, e hizo nuevas indagaciones: el apellido de Florence, la constancia de que allí mismo vivían y que Celyn estaba en la misma residencia.

-¡ Si todas las indagaciones fueran como esta, no tendríamos a penas trabajo !,- fue lo que le respondió amablemente la señorita encargada del registro del Ayuntamiento- Son los propietarios del hotel turístico Noosa Valley y de la agencia de viajes del mismo nombre.  En verdad me lo ha puesto muy fácil. dijo sonriendo la empleada
- Muchas gracias, señorita. No sabe el favor tan enorme que acaba de hacerme. Adiós.

Emocionado, nervioso y expectante, Alessandro se dispuso a llamar directamente a Bella, al teléfono de la agencia de viajes, y al del hotel, en uno de los dos sitios podría localizarla.  Llamó primero al hotel, y le anunciaron que la señorita Bella no se encontraba en ese momento en Noosa.  Había tenido que viajar a Sidney para una convención hotelera.

La sonrisa se le borró del rostro ante la noticia.  Decidió escribirla, porque según le habían comunicado, permanecería en la ciudad varios días por vacaciones.  Desilusionado comenzó a redactar la carta.  Era muy difícil ¿ cómo comenzar? ¿ Pidiendo disculpas ? Era demasiado frio y protocolario.  Tampoco era oportuno iniciarla como " mi querida Bella " ¿ querida ? Su corazón le dictaba otra cosa, pero después de tanto tiempo transcurrido, no podía presentarse con una declaración de amor en toda regla. Eso lo haría cuando estuvieran frente a frente, por más que fuera lo que su corazón le dictase.  Ahora más que nunca, deseaba presentarse ante la chica como autor que empezaba a ser conocido en Italia, pero ignorado en el resto del mundo.  No le importaba.  Lo verdaderamente importante, es que al fin podría verla. ¿ Habrá cambiado ? Ha pasado tiempo, es normal; yo también he cambiado.  Pero de repente, se le vino a la cabeza que posiblemente tuviera su vida organizada con otra persona.  Lo pasado en Taormina, quizá ni siquiera lo recordara. Por otra parte, nadie le había insinuado, siquiera, que estuviera casada o comprometida. Claro que las indagaciones no fueron en ese sentido, por tanto no era lógico que nadie se lo comentara.

Mil y una preguntas se agolpaban en su cabeza.  Tomó la determinación de anunciarle su próxima visita a esa parte del mundo y estaría complacido en saludarla personalmente. Era una solicitud fría, distante, pero al mismo tiempo guardaría las formas, hasta, al menos, averiguar el estado civil de Bella. Otra vez la espera.., pero esta vez, sería más corta.

A fuerza de mucho insistir ante el editor, y de renunciar a parte de los beneficios de la publicación del libro, Alessandro consiguió que hubiera una presentación en Sidney. Pero el planteamiento de Giovanni a Loredana de que viajaría con su hijo, constituyo un sonoro disgusto entre el matrimonio.  Ella sabía sobradamente porqué el empeño de viajar al otro lado del mundo, y que el decir que iba a asesorarle, era simplemente una excusa

- ¿ Acaso crees que soy tonta ?  Vas por conocer dónde vivió y dónde está enterrada. En todos estos años no la has olvidado ¿ verdad ? -. Él guardó silencio, porque en el fondo sabía que Loredana tenía razón, pero ésta vez no le apartaría de lo que se había trazado.  Ella partió de vacaciones , con su hija, y él con Aless hacia Auistralia.  Previamente, Aless, una vez conocida la dirección envió a Bella, un ejemplar de su primer libro.  No obtuvo respuesta en ningún sentido; pensó que lo había recibido, pero que posiblemente ya no quisiera saber nada de él.


El otro lado del mundo - Capítulo 19 -Sexo, pero no amor

Y terminó su segunda novela larga que le llevó un año entero. Incluía un prólogo de la primera, para que el lector entrara en situación, aunque fuera someramente. Y la llevó de nuevo a la editorial: Al menos se quedaron con el manuscrito, y tardaron muchos días en establecer contacto con él.  ¿ Eso era buena señal ? Quién sabe: podría ser por buenas o malas noticias.

Una llamada de teléfono le instaba a presentarse en las oficinas editoriales, para tener una entrevista con el editor jefe. Eso sólo podría significar una cosa: había sido aceptada.  Llamó inmediatamente a Giovanni, que seguía de cerca el trabajo de su hijo.

- ¡ Cuánto me alegro, muchacho ! ¡ Por fin vas a despegar y tus sueños se irán cumpliendo poco a poco !
- No quiero hacerme muchas ilusiones, padre. Veremos qué resulta de todo esto.


Y resultó que aceptaron su publicación, y su petición de editarla también en Australia; de momento sería Sidney, y después ya verìan si lo ampliaban a  Adelaida o incluso a Melbourne. Estaba contento, muy contento.  Era optimista y sentía que al fin sus pasos estaban encaminados hacia ella.  Ahora sólo faltaba, que las amistades de su padre dieran el fruto y pudieran comunicarle, al menos, la última residencia de Anna Maria, y por tanto de su familia.

Pero aún había de pasar algo más de tiempo; mucho tiempo, según él lo sentía.

Y de nuevo hemos de trasladarnos hasta Noosa Leads y conocer qué fue de Bella.  Había emprendido, junto a su familia una empresa de ampliación del hotel enfocado más al turismo extranjero que nacional.  Habían ampliado, por tanto,  el negocio, comprando unos terrenos colindantes al primitivo y a modo de bungalows comenzaban a recibir reservas de otros lugares de Australia. También habían ampliado a una agencia de viajes, y contratado  para hacer excursiones a otros lugares costeros e inclusive con excursiones de varios días a Sidney.  El negocio marchaba bien, aunque habían invertido mucho dinero en ello.  Posiblemente las ganacias de los últimos años; pero todos estaban de acuerdo  en que fue una gran inversión con vistas a medio plazo.  Comenzaron a recibir reservas, y Bella se convirtió en el alma matter de todo aquello.  Estaban satisfechos de lo conseguido en tan poco tiempo.

- La chica tiene buen olfato - comentaba Maxim a Florence, su esposa y madre de Bella.

Y nuestra protagonista, había arrinconado en un lugar de su memoria, a aquel chico italiano de increíbles ojos azules, que conociera en su viaje a Italia, hacía algún tiempo.  Ahora su vida estaba ocupada entre el negocio y  Niall, un chico de la Metrópli que la gustaba, pero que no terminaba de formalizar ningún compromiso, ante los reproches del muchacho que no terminaba de comprender su actitud.Le había propuesto matrimonio, y obtuvo una negativa por respuesta

-  Llevamos dos años saliendo, ¿ no crees que es hora de formalizar lo nuestro?- la decía enfadado Niall
- Estamos bien así- respondía ella
-¿ Bien ? Francamente no sé con que carta quedarme.  Creo que no me amas
- Me acuesto contigo ¿ no ?
- ¿ Cuando ? Los fines de semana. Yo te quiero en mi cama a diario, y formar una familia contigo y tener hijos, pero creo que tú no estás por la labor.
- Mira Niall, tienes que darme tiempo.  Aún no estoy preparada. El negocio me absorbe bastante, y ahora no tengo tiempo para nada. El formar una familia, no entra en mis planes de momento. Lo siento, pero esto es lo que hay. Sé que es muy poco comprensivo por mi parte, pero hemos hecho muchas inversiones, y ahora me tengo que dedicar a ello.  Fuí yo la que metió a mi familia en todo este barullo, no puedo dejarles ahora.
- Tengo que ir a Londres por asuntos familiares.  Querría que me acompañaras, si no como esposa, que está claro que no va a ser, sí como mi prometida.  Mi familia lleva esperando esa noticia desde hace tiempo.
- Si quieres que tu familia se quede tranquila, puedes decirles que estamos prometidos, por mi no hay inconveniente
-Pero por el mio si que lo hay.  No quiero engañarles creyendo una cosa y al cabo del tiempo resulte otra. No es tan sencillo, Bella.  No puedo hacerlo
- Pues tu mismo. Yo no me comprometo ni contigo ni con nadie
- Pero ¿ por qué ?. Sólo encuentro una explicación: no me amas, así de sencillo.
-Niall, posiblemente tengas razón. En una ocasión me llevé una desilusión enorme con otro chico, que me defraudó tremendamente.  No quiero repetir la experiencia.  Es así de simple.  Podemos seguir como hasta ahora: sexo los fines de semana, cine, cena romántica, y cada uno a su casa.
- Te has convertido en una mujer fria y calculadora.  Muy lejos de aquella Bella que conocí. La otra me gustaba más
. .Lo siento, pero aquella otra se llevó la decepción más grande que puedas imaginar.  No deseo repetir la experiencia de mi abuela.  No volverán a romperme el corazón
- ¿ Estás segura ?  Posiblemente pases toda tu vida con él roto, pero habrás perdido otro amor sincero y verdadero.  He de respetar tu voluntad, porque yo si te quiero, y mucho. Está bien; partiré para Londres la semana próxima, a mediados.¿ No vemos este fin de seman ?
- Creo que no Niall. Pienso que es mejor que lo dejemos en este punto.  Yo te aprecio, pero para unirse de por vida a otra persona, se necesita algo más, y yo no puedo ofrecértelo. Así que vuelve a Londres y explica a tu familia lo que se te ocurra.  Te deseo lo mejor, aunque no te lo creas, pero es cierto.  Has sido un buen amigo y excelente amante, pero ahí termina todo.

Y Niall partió hacia Londres y Bella siguió con su rutina.  Pero el destino le guardaba una jugada inesperada para ella, que ni remotamente podría imaginar.  Pero aún habría de pasar algún tiempo

lunes, 29 de mayo de 2017

El otro lado del mundo - Capítulo 18 - Su inspiración

El resto del día lo pasó en su habitación, emborronando folios, que luego pasaría al Word en el ordenador.  Estaba haciendo los bocetos de lo que sería su primera novela larga. Tendría que adornarla con pasajes de su invención, ya que Bella le esbozó lo más importante, pero había que conectar la historia con el principio y el final.  Que todo fuera coherente y fiel al relato, aunque tuviera que agregar algo inventado por él..


 Salia lo justo para comer y estar un rato con sus padres.  Charlaban de algo intrascendente.  No tenía la cordialidad de antes, pero les respetaba porque les quería, aunque le hubieran decepcionado.  Y transcurrieron los días, y las noches, que las utilizaba para escribir sin descanso lo que durante el día había ideado.  Muchas  veces, nada de lo escrito, le servia y comenzaba de nuevo. Deseaba fuera perfecta y fiel a la realidad. Al cabo de meses de trabajar más de quince horas diarias, dio por terminado  el manuscrito., a falta del nombre, por el que tenía algunas dudas, y por fin se decidió: simplemente Anna Maria.

Salió esa mañana contento, por haber llevado a cabo su proyecto; ahora sólo faltaba que la publicasen.  Tenía en mente una idea y si ,era publicado, sólo  pondría una condición: hacerlo también en Australia.  Pensaba que quizá ella viera algún anuncio de promoción y se personara en la presentación.  Sabía que era una idea descabellada, imposible de que pudiera darse esa cincunstancia; Australia era inmensa y quizá no llegara hasta donde estuviera,, la difusión de la novela.

Le costó una buena pelea con el editor. Le gustaba la novela, pero en el fondo le dijo que era una de tantas novelas de amor, intrascendente, que llegaría a un tipo determinado de público y nada más.  Ni siquiera saldría de las fronteras de Sicilia.  Aless se quedó descorazonado y vio cómo se esfumaba su proyecto de recuperar algún contacto con Bella.  Pero no se desanimó: la editaría por su cuenta.

- Sé que no ganará el Nobel, pero tan mala tampoco es - se repitió buscando algún consuelo para su decepción.

Lo habló con sus padres, pero no les llegó a decir nada sobre el argumento del libro, ni el título del mismo. . Invirtió sus ahorros en editarlo y se buscó un trabajo para ayudarse. Sólo pudo hacerlo con  cincuenta ejemplares, y tuvo que distribuirlo él mismo  por las librerías.  Recorrió tres o cuatro y lo ofreció con la condición de que se lo abonaran una vez que lo hubieran vendido.  Él mismo lo colocó en el escaparate, pero le hacía falta una fotografía de Anna que reclamara al lector.  No tenía ninguna ni forma de conseguirla.

Su padre le observaba y se daba cuenta de que después de su conversación, su hijo había cambiado respecto a ellos.  Loredana había ido con unas amigas, y supo que era el momento oportuno para tener una charla con Alessandro.  Fue hasta su habitación, y tras dar unos golpes en la puerta pidiendo autorización para entrar, el mismo Aless, le franqueó la entrada

- Hola, papa. ¡ Qué sorpresa  ! ¿ Te encuentras bien ?
- Si hijo, estoy perfectamente. ¿ Puedes dedicarme unos minutos? Quisiera hablar contigo
-¡ Claro ! Siéntate
- ¿ Cómo va tu novela ? - le dijo el padre
- Mal papa, va mal.  El libro está terminado, pero no quieren publicarlo. Dicen que es vulgar y muy común. Así que he decidido publicarlo por mi cuenta.  Y ahora estoy más decidido que nunca.  Creo que se lo debo, y ahora sé que estoy en lo cierto.

El señor D'Tella, viendo la cara de preocupación de su hijo, le miró fijamente y le dijo:

- Yo lo subvencionaré.  Es lo menos que puedo hacer por su memoria. Quién lo debe soy yo.  Tu no hiciste nada malo.
- Pero hay otra cosa. Deseo localizarla, pero mis ahorros se han esfumado con la publicación, y hasta que no se vendan no recuperaré el dinero.  Mi intención era  editarla en Australia también, , y quizá con un poco de suerte, ella viera  algún anuncio y se pusiera en contacto conmigo.  No sé qué más puedo hacer.
- ¿ Me dejas que yo intervenga?
- ¿ Tú ? ¿ Y qué puedes hacer tú ?
- Sabes que mi padre durante la guerra tenia comercio poco convencional, pero  su don de gentes  le permitió establecer  amistades  influyentes. Conozco a alguien de aquella época,  que ahora está  en el Ministerio de Asuntos Exteriores; quizá pueda ayudarte a encontrar algún rastro.  Pero dime una cosa ¿ hay algo más que disculparte por haber faltado a alguna cita ?

Alessandro se quedó callado. No esperaba esa pregunta, al mismo tiempo reflexionaba por la verdadera causa de su empeño en localizar a Bella. Y la luz se hizo en su cabeza.  Posiblemente influenciado por la historia del libro, cuya mitad había sido inventada por él, reflejara lo que verdaderamente sentía por aquella jovencita que apareció un día e igualmente se esfumó.  Y contestó rotunda la pregunta del padre:

-No estoy muy seguro, padre.  Estoy algo confundido, pero al mismo tiempo, la parte que he escrito y que he narrado, en realidad, es lo que yo siento verdaderamente. Me sentí atraído hacia ella desde el primer instante, y si.,  creo que tengo algo más que interés por ella
- Reconozco esos síntomas, hijo. Yo también tuve veinte años, y también una mujer de esa familia, me dejó atrapado de por vida.  Búscala, y cuando la encuentres y la tengas frente a ti, sabrás si estás enamorado o no.  Has de contar con que ella te corresponda, y ves pensando en que quizá haya formado pareja con otra persona.  Ha pasado tiempo, y,  aún pasará más,  hasta que la encuentres, si eso sucede.  Por nada del mundo quisiera que sufrieras, pero,  si no lo intentas, nunca lo sabrás. Te ayudaré en lo que pueda para que lo consigas.  Yo he pasado toda mi vida pensando en Anna, y ya ves, ahora me gustaría, al menos visitar su tumba.
- Si me ayudas,  papa, te prometo que si al fin consigo encontrarla, iré a Australia y tú vendrás conmigo; cumplirás tu deseo.





Y Alessandro, trabajo frenético en otro libro inspirado en el primero sobre Anna Maria, pero esta vez sería totalmente suyo.  Una historia continuación de la otra, pero según él deseaba que pasase, aunque estuviese lejos de la realidad.

El otro lado del mundo - Capítulo 17 - La revelación

En la estancia había un intenso silencio.  Giovanni no deseaba defraudar a su hijo, y para ello repasaba mentalmente las palabras, las frases, lo que iba a contarle.  Aless, intrigado, había presentido que algo ocultaba su padre, y no debía ser bueno, cuando había negado haberla conocido.

- Verás hijo.  Lo que voy a contarte no quiero que salga de esta habitación.  Tu madre se pondría furiosa. Mi acción no fue la correcta, pero el mal está hecho,  desde hace muchos años, y no puede darse marcha atrás  Me dolió profundamente que Anna María, hubiera muerto, me trajo a la memoria otra época, otros hechos acaecidos en nuestras vidas  Todo comenzó hace mucho tiempo.


 " La guerra estaba dando los últimos coletazos, pero aún así, los tiempos eran muy difíciles para todos. Anna Maria y su familia vivian en El Corso Umberto. El padre pertenecía a los partisanos, y la madre y la hija, se defendían como podían con unos trabajos precarios con los que a penas podían subsistir. Mi familia, estaba en relativa buena posición. Eran afines a Mussolini, por lo que las privaciones en casa no se notaron, hasta que cayó el Duce.  Después, durante una temporada, ibamos de un lugar a otro, por temor a las represalias, a pesar de que mi padre no había hecho nada malo, pero  si había amasado un importante capital, con el estraperlo, de ahí su temor.  Por fín todo terminó.  Yo mantenía relaciones con Anna.  Era una chica fantástica, preciosa y buena donde las haya, pero .. eran pobres y mis padres me presionaron para que la dejase y tratara de enamorarme de otra chica con posición.  Al principio me resistí: la quería.  Pero las presiones fueron tantas, que terminé por dejarla y empecé a salir con tu madre, cuya familia era rica. Estuvimos de noviazgo aproximadamente durante un año y nos casamos.  Aún recuerdo el llanto de tristeza, que tenía Anna  Maria cuando le comuniqué que no podíamos seguir saliendo: iba a casarme al cabo de tres semanas.  No volvimos a vernos.  Mis amigos me dijeron,  pasado el tiempo,que la madre había fallecido, al igual que el padre, y ella había emigrado a Australia.  La siguiente noticia que supe, fue el día que trajiste a la nieta de Anna".

Aless no podía dar crédito a lo que estaba escuchando. ¿Cómo había sido posible, que conociendo el motivo de la venida a Italia de la chica, le hubiera negado por lo menos que eran amigos?  La decepción causada, le había dejado sin palabras.  Nunca hubiera creído a su padre capaz de tal vileza. dejar a una novia por ser pobre.  Como si eso fuera un delito.  pero no sólo eso había estado mal, el mentir, el negar que la conociera.  Entonces ,su madre... Ahora más que nunca debía encontrar la verdad.Estaba furioso y decidió salir a tomar el aire, no fuera que la rabia que sentía le hiciera pronunciar palabras de las que arrepentirse; al fin y al cabo eran sus padres.

Al entrar Loredana en la estancia , en la cual permanecía su marido, le encontró preocupado y cabizbajo.  Giovanni, la contó la conversación tenida con Alessandro.  Ella torció el gesto y se dirigió a la puerta para irse, pero se vilvio y respondió a su marido

- No has debido contárselo. Ha pasado mucho tiempo, creamos una buena familia, y ella ha muerto. Asunto concluido - Y salió dando un portazo

Giovanni, echó hacia atrás la cabeza, y entornando los ojos, recordó el rostro amable de la que fuera su novia. Una relación truncada por la avaricia y que amargó su vida durante años.  Se casó con Loredana por las razones que había comentado a su hijo: sencillamente no estaba enamorado de ella, pero el puesto en la empresa de su suegro, el disponer de dinero siempre que lo necesitara, tapó aquel amor.  Pero nunca olvidó su rostro.  Pero la negó, cuando la jovencita, huésped en su casa, narró la historia, sin saber que uno de los protagonistas lo tenía delante, y era conocedor de la misma.  Quizá fuera el remordimiento, los recuerdos de Anna, y su vida matrimonial monótona, lo que hicieron que su corazón se resintiera.  No culpaba a nadie, sino a él mismo, por no haber tenido el coraje de defender el amor de aquella joven, que por su causa emprendió la aventura de ir al otro lado del mundo.  Y quién sabe lo que viviría hasta que  al fin encontró a un buen hombre que la supo valorar, y compensarla del amor dejado atrás.

Alessandro llegó tarde a su casa. Fue directo a su habitación.  En ese momento no deseaba hablar con sus padres.  La decepción sufrida, le dolía; siempre había creído en ellos.  Pensaba que eran buenas personas incapaces de hacer daño a nadie, pero lo que nunca imaginó fue en la vileza de sus acciones.  tanto su padre como su madre, eran culpables a partes iguales, ya que Giovanni había procedido así por las instigaciones, primero de sus abuelos paternos,  acompañado de las insidias de su madre.  Ahora la veía fría y calculadora, y echó la mente atrás comenzando a entender la frialdad entre sus padres, que tanto él como su hermana, achacaban a la educación tan rígida que habían recibido, y no por sus malas acciones.


Loredana llamó insistentemente a la puerta de su hijo.  Vería a ver cómo le adornaba la conversación para que siguiera creyendo que había sido por el bien de todos,  era lo justo y natural.

- Estoy ocupado, mamá. Ahora no puedo abrirte- la dijo a través de la puerta

Y en cierto modo, tenia razón, porque se puso delante el ordenador y comenzó a escribir lo que conocía de Anna Maria, los datos que Bella le había facilitado, ahora encajados con la historia de su padre. Pero faltaba la parte más difícil: cómo localizar a la muchacha.  Por dónde debía comenzar a buscar y cómo encontrar el lugar donde vivía..  Haría averiguaciones, no sabía cómo, pero lo importante ahora  sería comenzar el relato y una vez concluido, con las ideas más claras, acudiría a la editorial,  que le publican los relatos,  e insistiría en que le admitiesen la historia de Anna. No era una gran novela que no estaría completa hasta no conocer el resto de lo ocurrido, y era encontrarla

.Pensaba demasiado a menudo en ella y eso se debía por alguna razón que no alcanzaba a comprender.  Su interés era excesivo.  En definitiva el no haberla llamado no tenía tanta importancia; entonces ¿ por qué se sentía tan mal ? ¿Era la actitud leal y sincera de Bella, lo que no le dejaba tranquilo, o era que la conciencia no le dejaba en paz, o que sentía un sentimiento más profundo?  Se lo negó, aunque un asomo de duda comenzó a abrirse paso en su cabez

domingo, 28 de mayo de 2017

El otro lado del mundo - Capítulo 16 - Todo llega y todo pasa

Y llegó su hermana, y los tres se fundieron en un fuerte abrazo. Las dos mujeres comenzaron a llorar, y Alessandro prefirió dejarlas a solas.  Loredana,,  bien es verdad,  que necesitaba llorar; quizá con el llanto se sintiera más aliviada.  La hija,  más joven, con más fortaleza la abrazaba para calmarla.  Le daba mucha lástima ver a las dos mujeres de su familia tan agobiadas por esa situación, pero todo se estaba resolviendo satisfactoriamente, y pronto su padre regresaría a casa.  Y así fue, recuperado de su ataque, pero con revisiones periódicas, nada de esfuerzos y una vida reposada y tranquila, sin querer ésto decir que tenía que permanecer inactivo, todo lo contrario: podía pasear, nadar, y practicar algún deporte como la bicicleta, pero sin esforzarse demasiado.  Todo volvía a la normalidad, es decir, habían superado una fase grave y ahora tendrían que comenzar una nueva etapa, sobretodo Giovanni y Loredana.



La felicidad de estar ya en casa, allanaba todos los obstáculos, y se hizo así mismo, la promesa de que tomaría la vida con más tranquilidad.  Los negocios serían más relajados, y al menos en una temporada nada de viajes de acá para allá.  Giovanni pensaba en retirarse y que Alessandro tomara el timón de la empresa. Un día que estaban los dos solos, el padre abordó la situación.

- Aless - le dijo a su hijo -, voy a tomarme las cosas con calma. Me he llevado un buen susto y creo que merezco un descanso. ¿ Puedo contar contigo ?
-¿ Contar conmigo, para qué ?
-En que tu te hagas cargo de los negocios, y yo me retire
- ¡ Oh no, papa ! Para eso no cuentes conmigo.  Tengo otros planes, y además no entiendo de negocios ni de finanzas ni de nada. Propónselo a Darío, seguro que él dice que si a la primera. Está deseándolo y además es lo suyo
-Pero tu eres mi hijo y había pensado en ti
- Pues va a ser que no. No es que no quiera ayudarte; sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, menos para ser un hombre de negocios.  Conmigo al frente, la empresa se iría a pique. Escuché a mi hermana ofrecérselo a mamá cuando tu estabas ingresado, así que no tendrás problema.  Es un hombre formal y muy entendido; haría muy buen papel
-Dime una cosa ¿ por qué no quieres ser tu ? Serías jefe y dispondrias de todo
- No quiero ser jefe, y ya dispongo de todo cuanto quiero.  No ambiciono nada, papá. Voy a escribir un libro: un libro grande, es una biografía: Hasta ahora han sido relatos cortos, pero en lo sucesivo haré novelas.  Me apasiona escribir, y eso es lo que deseo hacer
- ¿ Estás seguro de ello, no te arrepentirás?
- No, padre, no me arrepentiré.  Y a propósito.  La biografía es de la abuela de la chica que estuvo comiendo en casa unos días antes de que te diera el ataque. En serio ¿ no conociste a su abuela, de verdad?   Porque me pareció que no quisiste decir nada


- Estoy fatigado.  Quiero dormir un poco.  Ya seguiremos hablando- fue toda su respuesta
- De acuerdo.  Estaré en mi habitación, si necesitas algo llámame.  Mama no tardará en volver de la peluquería, y piensa en lo que te he dicho de Dario.

Ya en su habitación, Aless, encendió el ordenador dispuesto a husmear por Internet si algún tutorial le indicaba la forma de tirar del finísimo hilo que tenía de la abuela de Bella.  Y miró, y miró, y cuando ya iba a dejarlo, encontró uno que podría servirle.  Se dispuso a tomar notas. La primera recomendación que le hacía era acudir al Ministerio de Exteriores, al departamento de Emigración.
Contento, porque por lo menos tenía una pequeñísima esperanza.  Quizá en los archivos encontrara el nombre de Anna.  Tenía que reconocer que no era normal el empeño que ponía en localizar algún dato que le llevara hasta Bella, porque en si era el pretexto que él mismo se ponía: escribir la biografía novelada de Anna, pero en realidad, y sin querer reconocerlo, es que deseaba volver a verla, y no podría hacerlo si antes no encontraba algún dato que le llevara hasta donde ella vivía.

Y fue al Ministerio, y facilitó los datos que poseía a la señorita que amablemente le atendió en la sección de Emigración-Inmigración
   Anna Maria Filiberto Parici
   Nacida en Taormina el 19 de Marzo de 1925
   Emigró a Australia al final de la 2ª Guerra Mundial ( aproximadamente en 1948 )

- Tardaré bastante el poderle dar algún dato, si es que localizo lo que me pide.  Es de hace mucho tiempo y no está todo informatizado. Habrá de tener paciencia-. Fue lo que le dijo la amable señorita de Archivos.

¡ Qué remedio le quedaba,  más que esperar !, pero estaba esperanzado; al menos ya tenía algo con lo que empezar la búsqueda.  Y los días transcurrían lentos. Y el Otoño marcaba sus pautas; ya no iba a la playa en donde podía escribir en soledad sin nada que le distrajera.  Llovía mucho, y permanecía recluido en casa. En los descansos, hablaba con su padre de infinidad de cosas.  Dario se había trasladado a Taormina y se había puesto al frente de los negocios de su suegro, pero Giovanni se aburría mortalmente, acostumbrado a la actividad diaria. Daba paseos, cuando la lluvia se lo permitía, e iba al club a reunirse con algún amigo, que como él, se había jubilado prematuramente.

Ese día no tenía ganas de salir. Había amanecido con un cielo gris y una incesante lluvia.  Solo fue a comprar el periódico, y sentado en la sala se dispuso a dar un repaso a las noticias.  Aless entró con un café en la mano; era uno de aquellos descansos que se tomaba después de escribir unos folios y buscar en Internet pistas que le pudieran facilitar su labor.  Se sentó frente a su padre, e iniciaron una conversación intrascendente, pero al fín se decidió a preguntar nuevamente a Giovanni por el tema que le traía de cabeza:  Bella


-¿ Estás interesado en esa chica, hijo ?- Alessandro se quedó mudo por un instante, como pensando la respuesta que iba a darle y analizando al mismo tiempo sus sentimientos para contestar
- Si, papá. Estoy muy interesado, pero... hay muchas dificultades...

Y despacio, tranquilamente, Aless relató a su padre lo sucedido con ella, omitiendo la noche de pasión que vivieron, y que para Giovanni, no pasó desapercibida.

- Y eso es todo.  Trato de localizarla y no hay manera. He estado en Exteriores, a ver si por la abuela puedo llegar hasta donde vive ahora, si es que para cuando lo consiga, si lo consigo, aún sigue allí, y no se ha ido a otro lugar. De verdad, papá ¿ no la conociste ?.  Me sonó muy rara tu respuesta, y desde entonces tengo la sensación de que no es del todo cierto.

Giovanni, le miraba fijamente en silencio con los dedos índice de ambas manos, apoyados en su boca.  Tenía que darle alguna explicación, y comenzó a hablar pausadamente sopesando cada palabra.  No quería herir a su familia, ni cambiar el concepto de hombre serio que tenían de él, y mucho menos, enfadar a Loredana, que no quería ni oír hablar de este tema.

El otro lado del mundo - Capítulo 15 - Desayuno con Teresa

No hacía más que pensar en el modo de poder dar con ella, con su dirección. Ni un teléfono, ningún rastro donde poder indagar.  Se le ocurrió que quizá en el consulado podrían orientarle de en qué lugar de la costa podría vivir.

- ¡ Vamos chico, no seas ingenuo ! ¿ Qué costa ?  Australia es un continente a la vez que una isla.  Si no tienes más datos que ese, mejor olvídate de ella porque no vas a conseguirlo- se lo repetía como una letanía en la soledad del dormitorio-.  Hablaré con mi madre de nuevo; quizás ahora recuerde algo.  Me pareció el otro día que más bien, ni mi padre ni ella, deseaban hablar del caso. Es una corazonada. Pero  ¿por qué ?.  ¿ Podría saber la abuela algo que preocupara a mi familia? No creo-.  Como el sueño, entre unas cosas y otras, había huido de su cabeza, decidió repasar los apuntes; estaba decidido a escribir el libro.

Cuando terminó, ya había amanecido.  Se encontraba cansado por la vigilia y por todos los acontecimientos que habían ocurrido en tan pocos días. Y su imaginación voló hacia ella. Era divertida, simpática y...  preciosa, dijo en alta voz como para que ella, donde quiera que se encontrara , lo escuchara.  Lamentaba profundamente el haberse separado de esa forma, máxime después de haber estado juntos esa noche.  El pensamiento que tendría de él, no era muy reconfortante, pero tenía que admitir, que si pensaba mal , motivos no le faltaban, aunque él no tuviera la culpa de lo sucedido.

-  Si al menos se me hubiera ocurrido llamarla... ¿ Pero cómo pude olvidarme ? Cierto es que estaba muy asustado con lo de papa, pero ella también... ¿ me interesa ? ¡ Claro que me interesa, y mucho ! ¡ Oh no ! - de repente se acordó- ¡ Está Teresa !. He de hablar con ella cuanto antes, cuando esté más tranquilo, la diré que no piense en una relación firme conmigo. No es justo, lo sé, pero es lo que siento.  No debo engañarla ni hacerla concebir falsas esperanzas.  Ella es bonita y encontrará a algún chico que la enamore. Si, decididamente hablaré con ella pronto.

Teresa era la chica con la que salía a menudo; no llegaban a ser novios, pero se le parecía bastante, al menos en la apreciación de ella. Tenía las ideas muy claras, de elegir entre las dos, prefería a Bella.  ¿Por qué ? A Teresa la conocía desde hacía tiempo, inclusive habían mantenido algún encuentro amoroso de vez en cuando, la apreciaba, pero no estaba enamorado de ella.  Al comparar a las dos chicas, los sentimientos eran bien distintos y salía ganando Bella. Recordaba su noche de pasión, y nunca había tenido otra igual con Teresa, ni aún en el principio de su relación. Se desesperaba porque tenía la impresión de que su sentimiento era algo más que atracción física.  Era algo parecido a lo que sintió por una chica del instituto por la que perdió la cabeza, pero a esa edad, nada es eterno, y su ardiente amor, duró lo que el curso.

Salió temprano de su casa. Bajaría hasta la playa, quizás el aire fresco de la mañana le despejaría la cabeza que la tenía a punto de explotar. Paseando por la orilla, inesperadamente se encontró con Teresa que se recogía de una fiesta nocturna.

-¡ Eh ! ¿ Dónde vas tan solo y tan temprano ?
- Quería tomar un poco el aire . ¿ Y tú?
Vengo del cumpleaños de un amigo y voy para casa ¿ Qué te ocurre?  Tienes mala cara
-Estoy agotado anímicamente.  llevo días que no duermo bien, y hoy no he dormido nada
-¿ Tienes algún problema ?-. Dedujo que no se había enterado de lo ocurrido con su padre, pues hacía días que no se veian
-¿ No sabes lo de mi padre?
-No se nada ¿ Qué debiera saber?-.  Y la fue relatando la sorpresa que se llevó cuando llegó a casa y su madre le dijo que estaba ingresado por un infarto
 -Me he quedado helada. No sabía nada en absoluto, y tus amigos tampoco deben saberlo.  Me hubieran dicho algo. Ven conmigo a casa, charlaremos y te haré un desayuno especial

Paseando lentamente abandonaron la playa y se dirigieron al domicilio de la chica que no estaba lejos de allí. Le hizo sentarse en la cocina, mientras ella preparaba el desayuno.  El necesitaba hablar con alguien para descargar toda la preocupación que sentía por su familia, pero en lo referente a Bella, tuvo la delicadeza de callar.  Charlaban como dos buenos amigos, que lo eran, y en ocasiones algo más, como ya he comentado.  Y aquella mañana lo necesitaba, pero no se atrevía , no debía mezclar en sus preocupaciones a terceras personas; no le parecía justo, comentarla que no sólo estaba lo de su padre, sino el  porqué su cabeza estaba en otro sitio, a muchos miles de kilómetros de allí.  Ella extrañada, sospechó que algo importante le estaba ocurriendo. Aless no solía estar tan cabizbajo y poco hablador, más bien todo lo contrario. No estaba alli, y ella se dio cuenta de ello.  Y fue Teresa la que inició la conversación y la que planteó las cosas con rotundidad.

-¿ Qué ha ocurrido ?
- No lo se Tess, no lo se.  No estoy bien
-Sabes que puedes hablar conmigo ¿ es por tu padre ?
- No sólo por él.  Naturalmente que estoy intranquilo por él, pero no es eso...

Ya... Se trata de la australiana ¿ no es cierto ? -. El se la quedó mirando perplejo ante la pregunta de ella  ¿cómo lo había sabido ? La perspicacia femenina cada vez le sorprendía más
-Quedamos en vernos, pero ocurrió lo de mi padre, y a mi sencillamente se me olvidó llamarla, y ella se ha marchado y no tengo ni idea de dónde vive ni cómo se apellida.  Siquiera para explicarle porqué falte a la llamada. Teníamos un proyecto que me interesaba mucho, pero ahora ... ya ves.  Cuando viene una cosa mal, vienen cincuenta detrás - Teresa sospechó que era algo más que un proyecto, y fue directa al grano:
- ¿ La quieres ?
- No lo se Tess. Tanto como amarla, no creo, pero si me interesa. Dejemos el tema, porque es un asunto perdido.
- No tan perdido,querido amigo.  Estás así por ella. Tienes que olvidarla o revuelve el mundo y búscala

-Pero  ¿ cómo, por dónde empiezo ? No tengo ni idea de aquel pais, que es enorme. No.   Es un imposible.  Mejor será que la olvide de una vez.
- Pero ella vino a Italia en busca de sus raices. Encuentra ese dato; empieza por ahí.  Te llevará tiempo, pero hoy día con Internet son más fáciles las cosas.
- No se me había ocurrido.  Creo que el apellido de la abuela la tengo por algún lado. Pero hace ya tantos años que va a ser poco menos que imposible localizar algo.
- Pero tienes que intentarlo.  Si no fuera porque trabajo, yo misma te ayudaría
- Bueno, de todos modos, ahora no es el momento. Tengo que pensar en mi padre y en la situación que se planteará después. La verdad, no tengo la cabeza para otra cosa que no sea eso. Y hablando de ésto, tengo que irme. Salí de casa muy temprano y he de acompañar a mi madre, que lo está pasando fatal.  Mi hermana llegará posiblemente hoy ó mañana. Estoy muy preocupado, Tess
- Bueno, bueno.  Estás en shock, eso es lo que te pasa.  Pero a medida que tu padre mejore, vuestro estado de ánimo también lo  hará.  Hoy hay muchos medios para después, y podrá seguir haciendo su vida normal, más relajada, pero tu padre no era muy inquieto.  Por eso es extraño lo que le ha ocurrido. Aunque con el tipo de vida que llevamos, nadie estamos exentos de algún accidente de este tipo. Cuídate Aless.  Vuelve a ser tu mismo
- Adiós Tess, y gracias por todo.

Estaba deseando llegar a su casa y revisar los papeles.  Tenía idea de haber apuntado en algún lado el nombre completo de la abuela.

- Dios mio, que sea así -. Pero él mismo se preocupó por el empeño que demostraba en todo lo que a Bella se refería.  Era una situación absurda- A la porra con todo.  Tengo cosas más urgentes que atender.  Si ha corrido tanto para irse, pues que le vaya bien. Olvídate del tema, Alessandro ¡ ya está bien !.

Cuando llegó a su casa, Loredana ya estaba preparando el desayuno.  Tenía profundas ojeras, señal de que ella tampoco había tenido su mejor noche.  Como para evadir sus pensamientos, Alessandro la preguntó por la llegada de su hermana, a pesar de que conocía la respuesta.


- ¿ Cuándo llega Anna ?- preguntó a su madre que distraida y ausente, movía el café con la cucharilla sin parar
-¿ Qué decías ?  ¡ Ah, si !  La espero hoy; dejará a las niñas con sus suegros y vendrá hoy; hacia mediodía
-Estarás más acompañada con ella aquí-respondió él
-Aless, contigo me siento acompañada; no me has fallado ni un solo minuto.  Te quiero, hijo, mucho
- Lo sé, mamá.  Lo sé.  Anda desayuna que se te quedará frío el café, si no lo está ya.

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