martes, 11 de mayo de 2021

El jefe - Capítulo 26 - Entre hermanos

 Jeremy fue pasado a planta, ya que su estado era normal dentro de la situación que padecía. Rosemary fue dada de alta una vez que se había recuperado. En casa, más tranquila, declararía a la policía todo lo que ella pudo observar no sólo ese día, sino el seguimiento que había tenido los días anteriores. Ambos visitaban a Jeremy en el hospital, y Anthony se quedaba por las noches junto a él.

Y fue en una de esas noches, cuando ambos hermanos frente a frente, se confesaron mutuamente. 

En un par de días le darían el alta e iría a terminar de recuperarse a su casa. De esta manera no estaría solo, y pasados unos días, volvería a su hogar que apenas había disfrutado.

Anthony estaba deseoso de saber el por qué se encontraba en la escena, siendo que ya vivía  en su apartamento.

— No lo sé. Cuando me desperté ese día miré el reloj e instintivamente pensé que Rose se dirigiría al parque a pasear, como tantos días habíamos hecho juntos. Pero al hacerlo, algo en mi interior, en mi estómago, sentí una sensación extraña, como si fuera un presentimiento.

— En un principio no hice caso, pero a medida que pasaban los minutos, la sensación se convirtió en algo de tipo nervioso que nunca había sentido. Era como si una mano me apretara por dentro.

— A medida que me acercaba al lugar en donde ella solía estar, en vez de ir andando, de repente mis piernas comenzaron a correr. No sabía por qué me estaba ocurriendo eso. Pero tardé una fracción de segundo cuando, de lejos, presencié lo que estaba ocurriendo: un hombre por detrás de ella, la tenía sujeta y la ponía algo en la cara. Los otros tres, intentaban llevársela. Comencé a llamarla y uno de ellos, sacó de su ropa una pistola y me disparó.

— Antes de perder el conocimiento, vi como la depositaban en el suelo inerte y uno de ellos hablaba algo, registró entre la ropa de Rose, y desde su teléfono llamó a alguien. Después daban voces y... ya no pude ver más. Supongo que perdí el conocimiento.

— Gracias, hermano. Posiblemente la libraste de un rapto o de algo peor. No quiero ni pensarlo. Si no llegas a tiempo, a estas horas quién sabe de lo que estaríamos hablando.

— Estamos en paz, hermano.  Te debía algo; ya sabes a lo que me refiero. Pero también he de preguntarte algo ¿ Qué hacías con Julie en el restaurante?

— Ya se lo he explicado a Rose. Es muy sencillo: me llamó porque quería invertir lo que había conseguido de su divorcio y,  se acordó de mí. Charlamos de todo lo pasado. Ella había disuelto su matrimonio. Yo le hablé de Rose y del hijo que esperamos. Nada más.

- Bien. Me alegro. Rosemary es importante para mi. No le hagas sufrir

— No quiero hacerlo, sólo que a veces ella se pone celosa por algo sin importancia. Debisteis acercaros a la mesa. Las cosas se hablan y se aclaran. ¿ Te has enamora de ella?

Se lo soltó a bocajarro, pero lejos de sorprenderle la respuesta que le dio hizo que ambos hermanos se abrazaran:

— No tal y como lo insinúas, pero sí la quiero. En los días que he convivido en vuestra casa, he aprendido a quererla, y he sacado en conclusión que, ambos os merecéis el uno al otro y, yo he ganado una hermana.  Ha vuelto a unir nuestra familia; nos hemos recuperado y eso no puedo olvidarlo. Porque aunque no lo creas, he estado demasiado tiempo solo y lejos de vosotros. Al morir mamá me di cuenta de que lo que importa es la familia y sus raíces. La sorpresa fue mía cuando, al regreso supe que te habías casado y esperabas un hijo. Fue una atracción, creo que mutua al conocernos, pero quédate  tranquilo: ella te quiere con todas sus fuerzas y yo la respeto como a  la hermana que considero, pero nada más. Jamás traspasaré esa raya. Eso ocurrió una vez y no se volverá a repetir.

Tres días después le dieron el alta definitiva y, al cabo de una semana más, tendría que volver a que le hicieran un chequeo. Viviría con ellos mientras estuviera convaleciente.

Al menos algo positivo había salido de esa tremenda situación. La policía les interrogó y frente a la descripción que de ellos hicieron y con los antecedentes que tenían, concluyeron que, el instigador de todo había sido Roger, la persona que había sido despedida y autor del desfalco.

También localizaron a los otros tres  delincuentes. Pasarán una temporada a la sombra por tentativa de rapto, aunque se atenuó algo por la llamada de auxilio a emergencias. 

Pasaron los días y los meses que faltaban para que un nuevo miembro de la familia llegase a este mundo. No volvió al parque. Prometió a Anthony que iría a un gimnasio cuando el post parto pasara, aunque no creyera que volviera a repetirse. 

Roger fue localizado en un pais de África en el que se había refugiado, pero si se le ocurriera pisar Inglaterra, sería apresado ipso facto, y además se le agregaría el castigo anterior. No creían que volverían  a verle.

Y nació el primer hijo. un nuevo varón al que pondrían por nombre Jeremy, en homenaje a su tío que pensaban les había salvado, tanto a su madre como a él, de algo peor que malo.

Jeremy encontró a una mujer de la que se enamoró y aunque no piensan en unir sus vidas hasta dentro de un tiempo, viven en pareja y frecuentan con asiduidad la casa de Anthony y Rose. Consiguieron al fin, que tanto el padre de Anthony, como la madre de Rose, vivieran con ellos, aunque ambos pasaban largas temporadas en Irlanda.

 A los tres años, Rose volvió a quedarse embarazada. Jeremy formaba parte de la dirección de la financiera de su hermano, ocupando el puesto que, definitivamente Rose dejaba libre. Querían llenar la casa de niños y sería poco probable poder compatibilizar la vida hogareña con las finanzas. Eso se lo dejaría a los chicos Morgan.

Acurrucada entre los brazos de Anthony, veían la televisión, cuando los niños les dejaban. Ella algunas veces protestaba, y él sonreía y, junto a ella atendía a sus hijos, rotundamente feliz y encantado. Nunca hubiera imaginado llegar a ser un hombre casado y con tres hijos... de momento.

Pensaba en la forma extraña en que se conocieron, en cómo sus vidas se cruzaron hasta llegar a unirse. Pensaba a menudo que se enamoró de ella, en aquél viaje primero, y que su imagen no la pudo borrar de su cabeza durante mucho tiempo. Después el destino jugó a su favor. Creía  que debía estar agradecido a Roger, porque sin su robo, probablemente no la hubiera vuelto a ver.

— ¿ En qué piensas?— le preguntaba ella. Y él respondía:

— En que los astros  tuvieron una conjunción para encontrarnos. De algo doloroso, brotó lo hermoso que tenemos. Nos queremos y vivimos rodeados de niños ¿ Se puede ser más feliz ?


                                            F    I    N

Autoría: 1996rosafermu

Edición:  Diciembre de 2020

Ilustraciones: Internet

DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS           



lunes, 10 de mayo de 2021

El jefe - Capítulo 25 - Las largas horas de espera.

 Anthony no podía creer lo que estaba sucediendo. Nadie le daba una explicación convincente. Su cabeza era un laberinto de emociones encontradas ¿ Se trataba de un rapto? ¿ De su mujer ? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿ Y su hermano? Ya vivía en su casa desde hacía días ¿ Qué hacía allí? Pensaba en muchas cosas, en todas, pero ninguna se podía aproximar a la verdadera razón.

No podía imaginar de lo que  en realidad se trataba: una venganza. ¿A ella? La policía le habían interrogado y tampoco tenían idea del por qué había ocurrido. A no ser que fuera una confusión. No sabían quién pudiera ser el atacante, o si había más personas implicadas. Estaban totalmente desorientados. Pero era por ahí por debían comenzar las averiguaciones:


— ¿Algún enemigo? — le preguntó el inspector

— No que yo sepa. Mi negocio es claro como el agua. Créame las personas que invierten su dinero en nuestra empresa gozan de todas las garantías. Ellos invierten porque saben que no habrán cosas turbias por medio

— ¿Cuál es el trabajo de su mujer?

— Revisa las cuentas de los inversores y contacta con ellos por si quieren invertir más o en otros productos.

—¿ Y su hermano?

— Mi hermano va por libre. Ha llegado desde Brasil hace poco y ni siquiera trabaja. Desde luego deben enfocarlo por otro lado. Si me disculpan deseo estar junto a mi esposa. Despertará de un momento a otro. Creo que se trata de una confusión con otras personas y cuestión de mala suerte: Estaban en el lugar equivocado  en un momento equivocado.

— Una última pregunta y, después le dejaré en paz. ¿ Han despedido a alguien en estos últimos tiempos? ¿Puede ser alguna venganza?.¿ Han tenido a alguien con pérdidas por su causa?

— Si, pero ustedes ya tienen noticias de ello supongo que en sus archivos.  Lo denunciamos y se celebró un juicio.. Nos hizo desfalcos, pero a mi particularmente. A la empresa de la que soy director, nadie salió perjudicado excepto yo.  Sencillamente hacía facturas falsas que cargaba y el dinero lo pasaba a su cuenta en un paraíso fiscal con otro nombre. Desvió algunas cuentas a otros competidores, pero las recuperamos  pasado un tiempo, porque no tenían confianza en ellos. Tardamos mucho en descubrir el entramado. Y lo más curioso:  salió indemne.  Su abogado consiguió sacarle libre. No hemos vuelto a saber nada de él. ¿Cree que puede haber sido él?

— No puedo aventurar nada hasta que no tenga más datos. Le dejo tranquilo, pero volveremos a preguntarle. Mucho me temo que esto tiene toda la pinta de una venganza

— Pero si así fuera, sería contra mí, no contra mi mujer y hermano ¿no cree?

— Vaya pensando en un rapto y la petición de rescate ¡Si supiera lo que nos encontramos, no lo vería tan descabellado! Mañana, si están aquí, seguiremos. Si así no fuera, tendrán que ir a comisaría en cuanto su esposa pueda hacerlo. Piense  en lo que le he dicho. Ahora vaya con su mujer. Deseo que su hermano se recupere y todo vuelva a la normalidad. Ya le llamaré

Y de repente acudió  a su memoria aquellos días de la auditoría. Ella fue quién lo descubrió y averiguó de donde venía. Tendría que revisar los documentos y entregar una copia a la policía.

— Ese canalla debería estar en la cárcel ¿ Por qué no lo está? Eso ha sido un fallo de la Justicia. Chapeau por el abogado que le sacó libre. Ahora no me parece tan descabellado el argumento de la policía. Le pusimos en la calle. Bien puede ser un caso de venganza. Ahora no quiero pensar en nada más que en ellos. Estoy deseando hablar con Rose y de que Jeremy salga de quirófano. ¡Por Dios, qué día!

Al fin tuvo noticias de su hermano. Todo había salido bien:

— Ha tenido mucha suerte. Le pasó rozando el pulmón, pero fue una costilla la que resultó dañada. No se preocupe, se pondrá bien. Tendrá molestias durante un tiempo, pero nada de qué preocuparse.

— Excepto de lo que ha motivado este embrollo— dijo entre dientes— No creo que fuera confusión, sino que era un plan premeditado. Seguramente fue el que cometiera el delito que se asustó y llamó. En fin, todo son conjeturas. Esperemos a que los heridos se mejoren y puedan explicarnos todo. A medida que lo pienso estoy de acuerdo con la policía.

Acompañado por el médico subió hasta reanimación en donde habían instalado a Jeremy. Allí pasaría la noche y el día siguiente. Según evolucionase, le pasarían a planta.

Rose comenzaba a dar signos de volver a ser consciente, algo que Anthony deseaba con todas sus fuerzas. Se encontraba agotado emocionalmente. Nunca pensó que aquél trabajo que la encomendara pudiera estar detrás de este ataque indiscriminado. Si la pasara algo, no sabía lo que haría. Rose es la pieza fundamental de su vida, sin ella estaría perdido.

Se había acostumbrado a sus celos, que ahora le parecían deliciosos. A sus discusiones, a sus reconciliaciones y a la esperanza de una nueva vida dentro de poco. Juntos habían puesto los cimientos de una familia y, también  ella, había sido la artífice de reconciliar a la suya de origen. 

El encuentro de Julie fue fortuito. Ella llamó a su oficina porque deseaba invertir el dinero que había conseguido de su divorcio, y pensó en él. 

—  ¿En quién mejor ? — se dijo

Le conocía bien. Sabía que era totalmente legal, formal y eficiente, y que sus inversiones se agrandarían. Por eso se reunieron en aquella comida. Se contaron todo lo sucedido en sus vidas desde que se separaron y Anthony la confesó que amaba a su mujer con toda su alma y que pronto tendrían su primer hijo. Entre charla y charla, se les fueron las horas, por eso, aquella noche, llegó tan tarde.

Rose se rebullía en la cama a punto para volver en sí. Él agarraba su mano deseando que abriera los ojos y le mirara. Quería, necesitaba escuchar su voz; era lo que más ansiaba. Tenía miedo de su reacción y que pudiera afectarle.  Hasta ese momento no se había dado cuenta de lo importante que era ella en su vida.

Al fin sus ojos se encontraron, y se fundieron en un abrazo. Rose lloraba asustada, Anthony  la acariciaba tratando de calmarla. 

Las palabras se atropellaban en su boca. Lloraba y nerviosa le explicaba  lo poco que ella conocía y que aclaraba muchas cosas. Omitió la sospecha que tenía la policía y del origen de todo. 

Ignoraba que Jeremy estaba tres plantas más arriba en UCI por haber sido herido. Sería el mismo Jeremy quién explicara su presencia allí, en aquél momento. No quería alterarla  hasta que no estuviera más recuperada. Ni siquiera insinuó que  él, estaba casi  seguro, y no sólo la policía,  del motivo de aquello. Abrazado a ella, la acunaba como si se tratara de una niña pequeña buscando refugio en unos brazos que la quisieran. Y allí tenía los suyos para acogerla.

Esperaría a que la policía la informara detenidamente de todo, que la interrogase sobre lo que vió antes del ataque. En fin, que la pusiera al corriente de los hechos. Pero habrían de esperar, al menos un par de días. En su estado, no quería que estuviera intranquila, y que lo acaecido  la alterase lo justo.

domingo, 9 de mayo de 2021

El jefe - Capítulo 24 - Seguimiento

 Era muy temprano y, a esas horas de la mañana, no había casi gente en el parque. Las pocas personas con las que se cruzaba, paseaban,  corrían, o apoyados en el respaldo de algún banco, hacían estiramientos. Al estar los niños en la escuela, no había ninguno y mamás muy pocas.

La mañana era preciosa, o a ella se lo parecía. Se sentía en paz a pesar de la emoción que atenazaba su garganta. Había dudado de su marido y  la había demostrado que era importante para él. Y deseó que el día pasase rápidamente y que él regresara a casa y la abrazara nuevamente. Y la dijera cuánto deseaba a ese hijo y a ella. Y que ciertamente su imaginación había ido más allá de la realidad.

A Jeremy le explicaría lo que le había dicho y cuánto se había enfadado ante sus dudas. Pero todo había pasado ya. Todo estaba bien y en su lugar.

Caminaba tranquila, sin apurar el paso. Recreándose en lo que la rodeaba: los árboles, los macizos  de flores. Los pajarillos revoloteando ante la tranquilidad del paisaje. El pequeño estanque en donde la mama pata encabezaba la comitiva con los patitos apenas recién nacidos. Todo era hermoso y maravilloso, o a ella se lo parecía.

A unos treinta metros de distancia, un hombre enfundado en un chándal y cubriendo su cabeza con una capucha la observaba. Se dirigía hacia ella, pero no corría, sólo se contorsionaba, hacía estiramientos y destaques. Nada de especial mención que no hiciera cualquier deportista.. Antes de casarse, nunca había hecho ejercicio, pero ahora sería una excepción, ya que su ginecólogo se lo había recomendado para la circulación  y para más facilidad a la hora de dar a luz.

Jeremy se mudaría en breve. Ella se había ofrecido a colocarle toda la ropa que habían comprado para vestir su hogar. Esa tarde le acompañaría para estar presente en la entrevista que haría a Ruth, aunque las preguntas las hiciese su cuñado. Ambos se "caían" bien. Recordó la manía que le tomó cuando su marido le contó la encerrona que le tenían preparado, pero ahora le consideraba , quería que, en verdad fuera el hermano que nunca tuvo.

Le extrañaba un poco que el hombre de la capucha no se decidiera a hacer footing, sino simplemente ejercicios gimnásticos. Pero tampoco le dio demasiada importancia. Subió el volumen de la música  y se paró a descansar en un banco junto al estanque. Observó que el hombre de la capucha pasó junto a ella corriendo suavemente, y le perdió de vista.

Jeremy se había mudado a su casa y ella seguía con su rutina diaria. Había faltado tres días de acudir al parque ayudando a su cuñado a trasladarse. Cuando volvió a retomar su marcha, volvió a ver al hombre de la capucha que nuevamente realizaba los mismos ejercicios. Tampoco le extrañó mucho: sería su rutina, lo mismo que la de ella. Al cuarto y quinto día no le volvió a ver, pero sí observó que había cuatro hombres que hacían los mismos ejercicios, torpemente, dicho sea de paso.

— Seguro que son amigos y están de broma— pensó.

Los hombres decidieron correr y en dos minutos estaban junto a ella. No la dio tiempo a reaccionar cuando se vió rodeada por ellos. En un principio se asustó. Después uno por detrás la puso algo en la nariz y perdió el conocimiento.

— Está embarazada, así que no metáis la pata— dijo uno de ellos, mientras los otros dos la trasladarían  hasta el coche que tenían no lejos de allí.

De pronto un hombre corriendo en dirección a ellos mientras gritaba un nombre con voz desesperada. Pero Cuatro, no se sabe de dónde, sacó un arma y apuntó al extraño que se acercaba, acertándole en el pecho. Se desplomó en el suelo, mientras ellos, atónitos, dejaron en el suelo a Rose, mirando en otras direcciones por si alguien había presenciado algo.

Uno,  exasperado, daba órdenes a gritos:

— Dispersaos inmediatamente ya tendréis noticias mías. Y tú...— dijo encarándose con Cuatro— ¿ De dónde has sacado ese arma? ¿ Ibas a matarla? No quiero sangre, lo dejé muy claro. A partir de ahora todo queda cancelado. No quiero volver a verte en mi vida. Desaparece o quédate aquí, porque voy a llamar a urgencias.

Sacó su teléfono y marco el número de urgencias diciendo que habían encontrado a una mujer embarazada en el parque y a un hombre herido. Hecho esto, salió inmediatamente en el coche que le aguardaba. Cuatro se quedó allí parado sin saber qué hacer. Todo había fracasado. No reaccionaba, tan sólo cuando escuchó la sirena de los paramédicos que se acercaban.

 Salió corriendo, pero en su huida, tropezó con un deportista y ambos cayeron al suelo.

— ¡ Maldita sea ! — dijo mientras se levantaba para seguir su huida de allí.

¿ Podría identificarle el hombre al que había derribado ?No estaba fichado, por tanto sería difícil. Tenía que llegar cuanto antes a casa, hacer el petate y desaparecer un tiempo.

Los paramédicos llegaron hasta donde estaban  Rose y Jeremy. Ella estaba bien, pero inconsciente por algún anestésico que la administraran. Jeremy tenía una herida de bala en el pecho que sangraba abundantemente. Le hicieron una cura de urgencia y de  procedieron a meterles en la ambulancia.

A ambos les ingresaron de inmediato a ella por su estado de embarazada y a Jeremy por la herida. Él fue directo a quirófano. Revisaron sus ropas y encontraron el teléfono de Rose y un nombre "Anthony".
Supusieron que sería el del marido y una enfermera procedió a dar aviso.

— Señor le llamo desde el hospital Accident and Emergences. Tenemos hospitalizada a una señora embarazada cuyo teléfono es desde el que efectúo la llamada. No sabemos su nombre ya que está inconsciente por  haber sido drogada. Y también a su lado un varón herido de bala. ¿ Podría identificar a estas personas? ¿ Tienen algo que ver con usted?

— Descríbame los rasgos de la mujer, por favor

La enfermera procedió a hacerlo en ambos casos y, Anthony descompuesto, colgó el teléfono y salió disparado rumbo a ese hospital.

Mientras conducía las imágenes de ellos no se le borraban de la cabeza ¿ Qué había ocurrido? ¿ Por qué Jeremy estaba allí?  Se había mudado a su casa ¿ Qué demonios había ocurrido?  Entró como una flecha en el hospital y en información le indicaron a dónde debía dirigirse para identificar a la mujer, ya que al hombre le estaban operando.

No había duda: era Rose y suponía que la otra persona sería Jeremy. Un sargento de la policía le aguardaba para hacerle algunas preguntas. No podía responder a ninguna. Lo último que sabía era la rutina de cada día: él acudió a su trabajo y ella hacía ejercicio todos los días en el parque. Su hermano se había mudado, y no se explicaba el porqué se encontraba en el mismo escenario.

Estaba desesperado; no podía creerse lo ocurrido ¿ Pensó que era intencionado, y que iban a por ella ¿ ¿Pero por qué ? La presencia de su hermano no se lo explicaba. Debería esperar hasta que él pudiera declarar. ¿ Quién llamó a urgencias? Según le había dicho el policía, se encontraban solos cuando llegaron los para médicos. ¿ Qué había ocurrido en verdad?


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