lunes, 18 de junio de 2018

Daphne - Capítulo 22 - La vida toma su rumbo- Fin de la primera parte

Y al fin pudimos tener nuestra propia casa. Un chalet en una urbanización moderna y alegre, ocupada en su mayoría por matrimonios´jóvenes como nosotros. Niall sacó las oposiciones a uno de los mejores hospitales de Dublin.  Sus padres costearon en su totalidad el local en donde instalaría la consulta.  Nosotros en un principio no queríamos que lo hicieran, y hasta costó alguna discusión que otra, pero por toda respuesta obtuvimos este razonamiento del señor Sullivan:


- Hijo mio - le dijo a Niall - tu hermano está al cargo del negocio, es justo que tu también obtengas algún beneficio.  Para tu madre y para mi, tenemos suficiente para vivir bien hasta el final de nuestros días.  Además es justo, es la parte que te corresponde, lo mismo que hicimos con Gerard.  Así que no discutamos más porque no vas a conseguir que cambiemos de idea.  Tu madre está de acuerdo, y ya sabes que cuando ella se empeña en algo...  En fin, no se hable más.

Y poco a poco, nuestra vida se fue normalizando.  Casi un año después de instalarnos nuevamente en Irlanda, Gerard  y Moira, se convirtieron en marido y mujer. Al igual que ocurrió con la nuestra, el enlace se celebró en la Casa Grande, aunque asistirían muchos más invitados que a la nuestra, debido a las relaciones que Gerard tenía en el mundo empresarial.

Se les veía muy felices y enamorados, algo que en mi interior me dio tranquilidad y alegría.  Ellos iniciaron su viaje de luna de miel, y todos nosotros volvimos a nuestro día a día.  Nuestro pequeño  Sean  acudía a una guardería cercana a la consulta de Niall, de modo que yo tenía más tiempo libre y comencé a trabajar en la clínica dando citas y llevando la contabilidad .  El aceptó.  Comprendía que de esta forma estaría más distraída, al tiempo que le ayudaba.

Nuestro matrimonio marchaba maravillosamente. El amor se acrecentaba en el día día.  Nos compenetrábamos a la perfección y nuestras relaciones íntimas no fallaban ningún día.  Y decidimos en la fecha de un nuevo  aniversario de boda, que debíamos ir a buscar un segundo hijo.  Y en ello estamos en este preciso momento.
 Pasado algún tiempo,  conseguimos nuestra segunda hija:  Aisling.  Una niña preciosa que nos colmó de alegría e ilusión.

 Dejaré  de escribir esta   especie de diario, quedando  suspendido momentáneamente , porque me dedicaré por entero al criado de mis hijos y de mi marido

Y no sólo el diario quedó cerrado, .  también dejé de acudir a mi trabajo en la clínica; me dedicaría por entero a mi familia, .Ellos ocupaban todo mi tiempo y me sentía feliz, muy feliz.  Aprovechábamos  los fines de semana que Niall tenía libres,   para ir a visitar a los abuelos y a mis buenos amigos de la Casa Grande, en la que se nos dispensaba un gran recibimiento.  Mis hijos habían sido los primeros nietos, pero pronto habrían más risas infantiles en aquellas habitaciones:  Gerard y Moira iban a ser padres en poco tiempo.

Me alegraba que al fin su vida fuera tan feliz al lado de ella y con la perspectiva de ser padres, aún estaban más unidos y se mostraban más enamorados que nunca.  Todo estaba bien, si bien acaba.

Daphne, cerró su diario y se quedó mirando al cuaderno sonriendo.  En esas hojas estaba condensada su vida, tal y como la vivió.

                                                 FIN DE LA PRIMERA PARTE


Autoría:  1996rosafermu
Edición:   Marzo de 2018
Ilustraciones:  Archivo de 1996rosafermu ( Google )

DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

domingo, 17 de junio de 2018

Daphne - Capítulo 21 - Un mal entendido

Me quedé sin saber qué hacer y con la enorme preocupación por si pudiera ocurrirle algo.  Le conocía lo suficiente como para saber que se había marchado furioso, y que no quiso discutir más por mi estado, para que no me alterase.  Decidí llamarle y pedirle perdón.  Me daba miedo que tuviera algún accidente.

- ¿ Dónde estás ?.  Perdóname he sido injusta contigo.  Sé que me quieres, pero es que me veo tan horrible, tan distinta que no puedo evitar sentir celos, porque te quiero tanto que mi vida no tendría sentido si me abandonaras.  Siempre he vivido pendiente de ti y ahora te necesito más que nunca, y no quise decir que no te comportas como un marido cariñoso, no es eso.  Pero al veros esta tarde cómo charlabais,  de pronto me sentí horrenda y quería marcharme de allí.  Por favor, perdóname.

No obtuve respuesta, pero media hora más tarde, entraba de nuevo en casa.  Yo permanecí en el salón llorando desconsolada, cuando sentí el ruido de las llaves al abrir la puerta. ¡ Ya estaba en casa, había vuelto !  Salí a su encuentro y me abracé a él llorando, mientras, Niall , trataba de calmarme

- No existe ni existirá otra mujer en mi vida. ¿ Qué he de hacer para que lo comprendas?  Precisamente ahora es cuando estás más bella y te quiero aún más.  No dudes de mí, por favor.  Que no te asalten los recuerdos de otro tiempo, porque aún entonces, eras la protagonista de mis fantasías.  Te quiero Daphne, como no imaginas.  Pero también has de comprender, que paso muchas horas con mis compañeros, que compartimos muchas alegrías pero también situaciones muy duras.  Es normal que tengamos afinidad entre nosotros, pero eso no significa que me guste físicamente  la mujer que te provoca esos celos absurdos.  Simplemente comentábamos una anécdota graciosa, de las pocas que tenemos en el trabajo.  Tú eres mi única preocupación, mi único amor y lo has sido siempre.
- Niall.  Lo siento, lo siento de verdad.  El caso es que no he dudado de ti, sino de ella. Mírala a ella y mírame a mi ¿ crees que cualquier mujer no sentiría celos?


- Cariño, en poco tiempo estarás como siempre, como la mujer más hermosa de la tierra.  Y me habrás dado un hijo ¿ qué más necesitas para comprender que eso no se borra de un plumazo por muy atractiva que sea  tu compañera?  Cerremos esta desafortunada discusión y recobremos nuestra vida normal, la nuestra de siempre.  Olvida el incidente porque yo ya lo he hecho.

Me besó, me abrazó y decidimos cerrar esa página.  Y la cerramos por todo lo alto poniendo broche de oro en nuestra relación.  Tardaríamos algún tiempo en volver a repetirlo, porque al poco tiempo de aquello, nuestro hijo llamó a la puerta con bastante insistencia.  No era la fecha indicada para el nacimiento, pero faltaba poco, por lo que el ginecólogo decidió provocar el parto  antes de correr riesgos.  El niño estaba formado plenamente, y sólo en unos días saldría de cuentas.  Niall era un manojo de nervios; él hubiera deseado que todo fuese de forma natural, sin riesgos, aunque, por sencillo que sea un alumbramiento, nunca se sabe si surgirán complicaciones.  Ese pensamiento le torturaba  a medida que la fecha se acercaba.  , pero nuestro pequeñín tenía prisa por salir.  No quería pensar que ese adelanto fuese provocado por mi disgusto.  Interiormente me lo reprochaba y la conciencia no me dejaba vivir

 Pero no hubieron complicaciones y el bebe terminaría de engordar fuera del seno materno.  Pesó  casi tres kilos,  y su medida normal, por lo que el ginecólogo lo dio por absolutamente  normal. Máxime al hacerle la revisión correspondiente.  Al saberlo respiramos aliviados y nos emocionamos cuando le tuvimos en brazos..

Tres días después regresábamos a casa .  Ya éramos una familia, y Niall se convirtió en un padre amántísimo y las atenciones hacia mi eran extremas.  Por la noche, nos quedábamos mirando al bebe  mientras dormía.  El milagro de la vida que habíamos creado era el resultado de nuestro profundo amor.  Unos días más tarde, recibimos la visita de los padres de Niall y de Gerard, que no cabían de gozo al contemplar a su primer nieto y sobrino.
Todo marchaba bien entre nosotros.  Ninguna sombra se había vuelto a interponer en nuestras vidas y todo siguió su curso normal.

Y al fin, Niall terminó su especialización:  ya era cirujano, y además muy cualificado.  Sus compañeros le dieron una fiesta de despedida, ya que nada más recoger su doctorado, regresaríamos a Irlanda.  Y con ese pretexto,  Gerard  nos visitó nuevamente, pero un tiempo después nos confesó que había conocido a una azafata que hacía regularmente ese vuelo, y se habían comprometido. ¡ Qué mejor ocasión para presentarla a la familia !

De momento y hasta que nos instalásemos en Irlanda, viviríamos en la Casa Grande. Niall haría oposiciones a un hospital y montaría una consulta.  Pero para lo segundo debíamos tener nuestra propia casa, o al menos algún local donde instalarla .  Fueron días de mucho ajetreo y de nervios por parte de Gerard, al presentar a su futura mujer a sus padres.  Nosotros tuvimos oportunidad de conocerla durante el vuelo de regreso; nos la presentó él,   que nos acompañaba.  Desde el primer momento nos caímos bien. Al fin tendría una hermana.

Tenían prisa por casarse.   Ella dejaría de volar en cuanto se convirtieran en marido y mujer.  Quería acompañarle en sus viajes y estar a su lado siempre.  Me alegré por Gerard.  Merecía ser amado y el verle tan feliz, hizo que olvidara, en parte, mi pesadumbre por haber elegido a Niall .   Siempre se había comportado como me prometió: como un hermano.  Siempre nos apoyó en todo y le agradeceré eternamente la ayuda que nos prestaba cuando lo necesitábamos.  Niall también estaba feliz por su hermano porque al fin hubiera encontrado una mujer que le alejara de la soltería y le hiciera olvidar las malas rachas pasadas cuando eran jóvenes.  Y aunque no lo decía abiertamente,  tenía el mismo sentimiento de culpa que yo, respecto a él.  Pero Gerard era rotundamente  feliz y estaba coladito por la que sería su esposa al cabo de pocos meses.  Y el destino así lo quiso, y fueron un cúmulo de casualidades las que marcaron nuestras vidas.


sábado, 16 de junio de 2018

Daphne - Capítulo 20 - Harvard

La ceremonia de nuestra boda fue sencilla e íntima, y la celebramos en la Casa  Grande.   Asistieron la servidumbre y algunos amigos de Gerard y Niall.  En total unas veinte personas.  Éramos rotundamente felices, no necesitábamos más. Nuestro viaje de novios sería pasar unos días en Nueva York y a continuación establecer nuestra vida lo más cerca  a la universidad de Harvard a la que asistiría Niall para ponerse al día de los estudios interrumpidos.  Yo había conseguido una recomendación de mis jefes para unos colegas  en una agencia como publicista, pero estaba lejos de la que sería nuestra residencia, así que renuncié a ella y comenzaría a buscar trabajo en cuanto nuestro hogar estuviera organizado.

Somerville era una ciudad no muy grande y cercana a Cambridge que era en donde estaba situada la universidad de Harvard a la que acudiría Niall.  Alquilamos un pequeño apartamento amueblado, que para nosotros dos era perfecto.  E inmediatamente Niall comenzaría sus clases y yo buscaría trabajo en lo que antes me saliera.  No me importaba si fuese de niñera, o acompañante de alguna persona mayor, o camarera en alguna cafetería.  Los padres de Niall le pagaban la universidad y Gerard también quería ayudarnos, pero nosotros no podíamos permitir ser una carga para él, por tanto yo aceptaría el trabajo que me saliese.  Recordé las enseñanzas de mi padre de contabilidad, y también mi facilidad para las matemáticas, por tanto también podría convertirme en contable de algún despacho o establecimiento.

Y una vez que nuestro apartamento estuvo organizado, mientras Niall acudía a la universidad, me dediqué a recorrer las calles más principales de Somerville y me detenía cada vez que veía un cartel que anunciaba algo, y por fin encontré una vacante como administrativa en una pequeña agencia inmobiliaria.  Ya tendría tiempo, una vez que estuviésemos situados  en la ciudad a seleccionar mi solicitud de empleo.  Revisaba  el periódico para averiguar si había algo más, y busqué en Internet   alguna agencia de publicidad.  Nada encontré que valiera para mis conocimientos, por tanto  acepté sin ningún género de dudas el papel de oficinista, algo que no entraba en mis cálculos, pero había que comer y pagar un apartamento, y aunque tanto sus padres como Gerard nos dieron dinero para los primeros gastos, éste se acabaría pronto, porque tuvimos que depositar una fianza al alquilar la vivienda y la factura del hotel en el que nos hospedamos hasta encontrar en donde vivir.  Ello suponía un buen pellizco a nuestros ahorros, por tanto no podía dormirme en los laureles y comenzar a trabajar enseguida.

Y pasaron unos meses.  Niall, había sacado con excelentes notas su máster "recordatorio" de la carrera: ya era médico, pero él quería ser especialista  y eso supondría  otros cuatro años mas de estudios.  Gerard nos visitaba  de tarde en tarde: quería comprobar por sí mismo si nos desenvolvíamos con holgura y no pasar necesidades-  Y lo cierto es que  lo hacíamos sin grandes dispendios, pero vivíamos dignamente.  Y siempre a su partida dejaba un sobre debajo de algún objeto que pudiéramos localizar con alguna importante cantidad de dinero.  Y gracias a ello, Niall se pudo comprar un coche de segunda mano, que le facilitaría el acudir a la universidad e incluso permitirnos hacer alguna excursión los fines de semana que no tuviera que estudiar.

Sólo faltaba un año para que fuera cirujano cardíaco y pensamos que era hora de tener un hijo, hasta ahora demorado.  Nuestra vida íntima seguía perfecta, como si el tiempo no transcurriera y nos amábamos profundamente.  Nuestro proyecto inmediato,  era  el de regresar a casa en cuanto terminara la carrera.  Nos habíamos acostumbrado a las costumbres americanas y habíamos creado un lazo de amistad con algunos compañeros de Niall.  No faltábamos a la barbacoa del 4 de Julio, o a la mesa en el Día de Acción de Gracias en casa de algún amigo, pero echábamos de menos la familia y nuestro país.   Éramos respetados y apreciados entre nuestros vecinos que al saber que mi marido era medico, nunca nos faltaba la visita, alguna noche, de  madres que llegaban a nuestra puerta con un chiquillo con fiebre.  Niall les atendía siempre de buen grado.

Hacía su residencia en un hospital cercano a Somerville, y ampliamos nuestro círculo de amistades, de las cuales alguna de ellas no resultaban de mi agrado, pero me cuidé muy mucho de advertírselo a Niall.  El era bastante popular entre sus compañeros debido a su carácter extrovertido y a su buen humor irlandés.  Entre ellos, había una joven promesa de la cirugía que me parecía que sentía demasiado interés por mi marido.  La señal de alerta se encendió en mi cabeza.  Era una mujer muy atractiva, joven, rubia con un cabello precioso, unos inmensos ojos azules y una figura  esculpida a base de entrenador personal.  Yo en cambio me veía vulgar.

  De nuevo la inseguridad volvía por primera vez en muchos años hasta mí.  Debido a mi embarazo estaba gorda, con las piernas hinchadas y andaba como un pato.  Mi cabello era de lo más corriente, y a pesar que entre nuestras amistades era la mimada de todos ellos, notaba algunas veces las miradas que ella, Terry, dirigía a Niall, y que en ocasiones , ambas se juntaban.  Lo cierto era, que me ponía de muy mal humor, o quizá fuese que debido a mi estado, estuviera demasiado sensible.  El caso era que comenzaron a aparecer las primeras discusiones entre nosotros. Y por si eso fuera poco, cometí el tremendo error de dejar de acudir a las reuniones que hacían los compañeros.  Motivado en parte por la incomodidad de mis últimos meses de embarazo y la asistencia de la propia Terry, que siempre buscaba la ocasión de acercarse a nosotros, es decir a Niall.

He de reconocer que mi marido estaba tremendamente guapo, siempre lo había sido, pero a medida que pasaba el tiempo, su rostro se volvía más interesante y atractivo.  Nunca tuve ninguna queja en la cama, al contrario me cuidaba y me mimaba, aún más, desde que había quedado embarazada.  Esperábamos con ilusión la llegada de nuestro primer hijo, demorado por causa de nuestra posición económica.  En el séptimo mes de embarazo dejé de trabajar porque las molestias eran grandes y Niall me obligó a ello

- Ya nos las arreglaremos, no te preocupes.

Pero si me preocupaba, porque su sueldo de residente  no daba para mucho más después de pagar el alquiler de la casa, los gastos del coche y nuestra propia alimentación.  Mi preocupación era cuando llegase el bebe y los gastos que trajera consigo.  Gerard nos visitaba con menos frecuencia y por tanto el dinero extra que siempre nos dejaba, dejó de llegar.  Hacíamos mil combinaciones para que llegase para todos los pagos, y comencé a dejar de lado algunas cosas que consideré superfluas, como por ejemplo acudir a la peluquería de vez en cuando, o comprar algún traje bonito, por ejemplo.  Todo eso redundaba en mi complejo y procuraba, si coincidía con Terry, nunca ponerme a su lado.  Y dejé de acudir a las reuniones o cenas a los que antes asistía.  El pretexto la incomodidad de los últimos meses, puesto que el embarazo tocaba a su fin.

Nuestras relaciones sexuales se había ralentizado por el mismo motivo, y por el mismo motivo aparecieron  los celos entre nosotros.  Y todo llegó al límite cuando una noche en la que fuimos invitados a una cena, después de mucho tiempo, decidí acudir con él.  Lo que ví no me gustó, aunque cuando el tiempo pasó, me dí cuenta de que había sido una insensatez por mi parte, pero en aquél momento no lo veía.

Niall se servía una copa y ví como Terry se acercaba a él y bromeaban.  Se reían  de algo, quizá, que les hubiera ocurrido en el hospital, de alguna anécdota, pero yo estaba muy sensible y en mi cabeza se forjó algo  que no tenía lógica ni sentido, pero que yo si se lo encontraba.   Estaba  con un grupo  de esposas de sus  compañeros, pero no me enteraba de lo que charlaban animadamente porque estaba pendiente de otra pareja, cuyo hombre era mi marido y ella mi rival.  Una de mis amigas se dio cuenta de la dirección de mi mirada, y levantándose de donde estaba, vino a mi lado, me tomó una mano entre las suyas, y me dijo:

- No te preocupes, querida.  Eso mismo lo hemos sentido todas cada vez que estábamos encinta.  Es inevitable.  Ellos trabajan junto a mujeres bonitas e inteligentes y les une que desarrollan una profesión muy sensible, a veces desgarradora, que desean olvidar al llegar a casa, pero casi nunca lo consiguen.  No te preocupes, en poco tiempo toda esta soledad que sientes desaparecerá con la llegada de vuestro hijo.  Ellos nos siguen amando y nos admiran por ser madres y dar vida, pero estamos poco agraciadas y viven rodeados de mujeres bonitas, que lo cierto es que ellos ni siquiera se les pasa por la cabeza sernos infiel, pero nosotras así lo sentimos.  Y no es cierto.  Nos siguen amando como el primer día y nada cambia, por mucho que nosotras creamos que no es así.  Tu marido está loco por tí habla de ti y del pequeñín que está a punto de llegar constantemente y está deseando de salir para ir a casa.  No te formes montañas de lo que no es nada.  Ella es su compañera de trabajo , pero nada más.  Lo cierto es que Terry les provoca aprovechándose de las circunstancias, pero Niall te es y será fiel siempre.  No pienses más en ello.  El te adora y no se le ha pasado ni por un momento en correr una  juerga con ella.

Siempre recodaré aquella charla y aquél consejo que me dio Felicity, pero en aquel momento no lo vi así y decidí que ya era hora de irnos de la reunión .  Exageré mi malestar y fui en busca de mi marido que al verme de cerca cambió su rostro de risa por preocupación.  Me puso la mano en la frente, me besó en la mejilla y decidió que debía estar cansada y regresaríamos a casa.

De soslayo miré a Terry, que había borrado la sonrisa de su cara y en mi interior me reafirmé que yo no iba descaminada con mis suposiciones, pero no iba a darle ninguna oportunidad de salirse con la suya.  Pero al percatarme de la verdad, mi malhumor iba en aumento y Niall se dio cuenta de ello. Íbamos en silencio hasta que llegamos a casa.  Me ayudó a salir del coche como hacía siempre, y abarcó con su brazo mi cintura para ayudarme a caminar.  Los pies se me habían hinchado muchísimo sin duda por permanecer tanto tiempo sentada, y lo cierto era que me costaba bastante caminar ya que las sandalias que llevaba, sus tiras, se clavaban en mi piel  .  Me sentó con infinita ternura, poniendo mis piernas en alto, beso mi frente y me dijo:

- No volveremos a ir a ninguna reunión mientras estés así. Se que estarás muy incómoda, y lamento no haberme dado cuenta de ello.  Te ruego me disculpes.

No dije nada, recordando lo que me había dicho Felicity, pero a eso siguió una respuesta desabrida por mi parte y otra por parte de él..., y así comenzó una discusión sin sentido pero que por ser la primera, quizá fuese la mas trascendente.+

-No son solo las molestias de mi estado, es el comportamiento que habéis tenido. Sé que ahora soy todo,  menos atractiva, pero estoy así porque ambos lo quisimos. Pero claro, tu sabías el resultado, que yo me quedaría en casa y así podrías disfrutar de otras compañías más  ocasionales, pero también más atractivas
- ¿ Estás diciendo en serio todas estas tonterías? ¿ En serio lo estás diciendo ? ¿ Te he dado algún motivo para que pienses eso? Eres todo para mi. Por ti me muevo. Por tí estoy haciendo todo,   bueno y malo, desde que te conocí. ¿ Cómo puedes pensar que me fijo en otras mujeres?  Para mí eres la más bella, vas a darme un hijo ¿ Crees que puedo pensar en otra cosa que no sea eso?  Estoy preocupado hasta que des a luz, esa es mi única preocupación. Y si,  Terry es un poco atrevida, pero conmigo no va a tener éxito, y no es la primera vez que se lanza sobre alguno de nosotros.  Por favor, no pienses otra cosa que no sea que te quiero, que siempre te he querido y que eres mi brújula.
- Y ¿ por qué le haces caso si piensas que es una tarambana ?  Porque en el fondo te gusta.  Te halaga ese interés por tí, precisamente

Me arrepentí inmediatamente de ese comentario, de haberme comportado como una niña pequeña, pero estaba extraña, me sentía extraña y cualquier cosa me provocaba tristeza.  Y celos, unos celos atroces de que Niall hubiera dejado de quererme.

Salió de la habitación alzando los brazos en señal de rendimiento.  Seguramente no quiso replicarme porque la discusión hubiera subido de tono y nos hubiéramos dicho algo que nos doliera.  Sentí un portazo y al poco el ruido del motor del coche. Corrí hacia la ventana y ví como salía a toda velocidad de la casa.

Daphne - Capítulo 19 - Petición

Y me condujo al dormitorio y allí de nuevo juntamos nuestros cuerpos, nuestro amor y nuestras ilusiones.  Por la mañana comenzó a desgranar todos los planes que había estudiado y que estaba dispuesto a llevar a cabo, y  a exponerlos:ante mi:

- Quiero regresar a Estados Unidos.  Hacer un máster de  los cursos que tengo de Medicina y proseguir la carrera hasta terminarla.  Gerard me ha dicho que nos ayudará.  Este será un plazo muy largo puesto que además de repetir el cuarto curso, vendrán otros cuatro de especialización. Deseo ser el mejor médico y deseo ofrecértelo a ti.  No quiero pasar más tiempo sin ti, no podría hacerlo si no te tengo a mi lado, así que quiero que nos casemos lo más pronto posible y viajemos juntos a América.  Allí nos estableceremos hasta que termine la carrera, y después regresar a casa, a Irlanda y fijar aquí nuestra residencia.  No es el cuento de la lechera, es nuestro futuro.  Sé que voy a pedirte un sacrificio y es renunciar a tu carrera, pero en serio, que no puedo permanecer lejos de ti.  Ahora no, después de todo esto no.

- Iré contigo casada o soltera.  No me importa.  Yo tampoco quiero dejarte. Y referente a mi carrera, si puedo, la ejerceré allí y si no, tampoco me importa demasiado.  Creo que la estudié para poderte encontrar, porque tampoco tenía demasiado interés en ella. Pero si tu estudias, yo trabajaré, en lo que sea.  No quiero que todo recaiga sobre los hombros de Gerard.  Es un excelente hermano que te quiere muchísimo.  Pediré una recomendación al director de mi agencia, seguro que conocerá a alguien allí. Y si no es en lo mio, trabajaré de camarera si es necesario, pero no volveré a dejarte, nunca más

Nos besamos nuevamente, y de pronto recordamos que tenía  que ir a visitar s sus padres

- Se me había olvidado por completo, y es que tu haces que me olvide de todo.  Ven con nosotros.  Se alegrarán de verte y de conocer la noticia que voy a darles.
-Yo pensaba ir en el fin de semana .
- Bueno pues nos vamos hoy y lo pasamos allí.  Te he dicho que no me separaré más de ti. ¿De acuerdo?
- De acuerdo, le contesté y ambos nos volvimos a abrazar y reímos juntos locos de felicidad.

Regresamos a casa de Gerard, que ya nos esperaba impaciente porque se hacía tarde. Me moría de vergüenza al pensar que imaginaría que habíamos pasado la noche juntos.  No me atrevía a mirarle frente a frente;  no quería hacerle daño, por más que él había asumido que con el regreso de Niall, todo volvería a su fase natural que era estuviésemos juntos y él fuese un mero espectador.


- Voy a cambiarme de ropa.  Tardo un minuto - dijo Niall saliendo del salón.  Yo aproveche el momento en que quedamos a solas, para hablar con él.

- No tienes que explicarme nada.  No soy un niño pequeño, y sé lo que puede ocurrir cuando un hombre y una mujer que están enamorados, se juntan. Seguiré siendo tu amigo y estaré de tu lado en cualquier circunstancia.  Es decir, supongo que serás mi hermana pequeña.  Os quiero mucho a los dos y lo que deseo es vuestra felicidad.  Niall me ha contado sus planes, y he de decirte que me han parecido excelentes.  Contaréis con mi ayuda y de vez en cuando iré a visitaros. Y quién sabe si en alguno de esos viajes encuentre a alguna azafata que quiera ser mi novia.

Ambos reímos a una.  Se me había quitado un gran peso de encima. En ese momento entro Niall en la habitación ya arreglado para marcharnos.  Me pareció el hombre más guapo que pisaba la tierra y era mio, total y absolutamente mío.

- ¿ De qué os reíais ?  - preguntó sorprendido
- Le he dicho a Daphne que os visitaré en Estados Unidos y que con suerte conoceré a alguna azafata de la que me enamoraré y me convertiré en un hombre de familia al igual que tu. - Niall también rió ante la ocurrencia de su hermano.

Y llegamos frente a la fachada de la Casa Grande.  Miré de reojo a Niall, que emocionado, tenía los ojos vidriosos.  Él se dio cuenta de que le estaba mirando, y apretándome la mano me dijo

- ¿ Qué distinta fue mi salida a la llegada de hoy !

Gerard tocó el claxon anunciando nuestra llegada y al instante se abrió la puerta  dando paso a los señores y a toda la servidumbre.  El señorito estaba de regreso al cabo de tanto tiempo.  El encuentro con su madre, hizo que todos  los allí reunidos, sintiéramos una punzada de emoción.  La señora lloraba y reía  al mismo tiempo y el padre se secaba una lágrima.  .  A continuación abrazaron a Gerard y a mi, con inmenso cariño, rebosantes de felicidad por recibir al hijo que creían perdido, . y recuperado al fin.

Niall saludó a todos los sirvientes que también emocionados le dieron la bienvenida, y al fin entramos todos a la casa.  El protagonismo era de él, y los padres deseosos de escuchar sus aventuras, pero omitiendo los puntos más escabrosos que había vivido.  Cuando todos se sosegaron., dijo:

- Papá, mamá, Gerard... He de anunciaros algo muy importante y que estoy impaciente por compartirlo con vosotros.  He pedido a Daphne que sea mi esposa.  Me ha aceptado y pensamos casarnos lo más pronto posible, porque deseo seguir con la carrera que dejé interrumpida,  en Estados Unidos.  Deseamos estar juntos.  De momento y hasta que termine los estudios, viviremos allí, después regresaremos para establecernos en casa.  Por todo ello quiero que seáis testigos de mi compromiso con ella.,  Con la mujer que he amado durante toda mi vida, desde que era niño y  ella me corresponde.

Se volvió hacia mi extrayendo de uno de los bolsillos de su chaqueta, un pequeño estuche del que extrajo un anillo que me mostró emocionado.  Era el anillo de compromiso que depositó en mi mano izquierda, al tiempo que me besaba .  No podía articular palabra porque no esperaba lo que estaba ocurriendo.  La emoción me ahogaba y a duras penas dije que si, al tiempo que movía la cabeza afirmativamente, fundiendonos en un abrazo.  Todos estallaron en un aplauso abrazándonos a ambos.  Se descorchó una botella de champán y todo fueron elogios para mi.  Me sentí querida por aquella familia que pronto sería la mía también, y a mi mente llegó la cara emocionada de mi padre, al que echaba de menos, precisamente en esta ocasión tan especial y trascendente en nuestras vidas.

La señora llamó a  Soirse, Nelly y a la señora Pickford para que nos acompañaran en el brindis de felicitación.  Ellos nos habían visto crecer y eran  considerados como familia.  Fue la más bella petición de mano que nunca imaginé..  

viernes, 15 de junio de 2018

Daphne - Capítulo 18 - De nuevo Irlanda

Aún tardaron tres días en regresar a casa. Antes Niall debía ir a la peluquería: rasurarse la barba, al menos no tan espesa, cortarse el pelo, y de compras.  Irían a una de los establecimientos de ropa de hombre, que aunque no tuvieran el corte de un sastre inglés, al menos estaría presentable.  No quería que sus padres le vieran tan desaliñado como por allí andaba.  Transcurrido ese tiempo, Niall echó una última mirada a la que fuera su casa, y su tierra de adopción .  No sentía nostalgia, sino esperanza por lo que el porvenir le deparase.  Su hermano le observaba comprendiendo el cúmulo de sentimientos que debían agolparse en su cabeza.  Y se vieron sentados en el avión que les llevaría a Irlanda.  Era un paso brusco de un mundo a otro: volver a recuperar el pulso de lo que habían sido su casa y sus costumbres años atrás.  Volvería a verla, a ella,  el principio y fin de todo..Y pensó que las riendas de la vida las llevaban las mujeres y por ellas los hombres se volvían locos y hacían todo lo necesario para estar juntos.  Sonrió ante estos pensamientos a sabiendas de que eran ciertos.

Gerard sabía los sentimientos que albergaba su corazón. Habían sido tres días frenéticos los que habían pasado juntos, como antes, como siempre habían sido.  En sus corazones sólo había esperanza en el futuro.  No habían dudas,  ni rencores, ni preguntas, ni respuestas.  Todo se lo habían dicho, contado sin reservas. Comenzarían un nuevo periodo en sus vidas, y no sólo en la de ellos.  Habían otras personas a su alrededor en las que también tendría repercusión. .  Demasiadas cosas por vivir en un corto espacio de tiempo.  Llegaron a Dublín cuando era de noche, demasiado tarde para viajar a la Casa Grande.  Llamaron a sus padres por teléfono para anunciarles que al día siguiente por la mañana llegarían a casa.  Hablaron con Niall durante un buen rato y todos se emocionaron  al escucharse de nuevo.

Niall quería verme.  Aunque fuese tarde . . Gerard sonrió y le dio mi dirección

- He de hablar con ella y exponerle los planes que tengo.  No puedo esperar hasta mañana
- Pero Niall, es muy tarde
- No importa.  Si está dormida, que se despierte.  No puedo esperar.  No me esperes levantado.  Ah, y no la avises.  Quiero darle una sorpresa.
- No te espero de ninguna manera, pero recuerda que mañana iremos a casa temprano.  También nuestros padres están deseosos de verte y abrazarte.- y le vio marchar en mi busca.

No dijo nada, salió corriendo como un chiquillo.  Llamó a un taxi y le dio mi dirección.  Ni siquiera imaginé la sorpresa que iba a  tener.     A Niall,  los nervios le estaban traicionando;  nunca le había pasado, pero ésta era una ocasión especial, muy especial.

No estaba dormida.  Trataba de leer, pero no podía concentrarme en la lectura.  Me preguntaba una y mil veces cuando llegaría Gerard.  Si habría tenido algún contratiempo que le retuviera más de lo pensado.  Los días se hacían eternos.  Tenía ganas de que me explicara todo cuanto había hablado con él y si al final le había convencido.
Aunque ésto último pensaba que no sería posible, debido a la tozudez de Niall.

 Un timbrazo me sobresaltó.  Miré el reloj y ví que casi era media noche. Me levanté y fuí a la puerta.  Un segundo timbrazo volvió a sonar. pregunté quién era y nadie respondió. Abrí la mirilla, pero no vi nada.  No estaba dispuesta a abrir sin averiguar quién era la persona que estaba al otro lado, pero el sonido de una voz por mi conocida, me hizo que abriera rápidamente..  Pensé que era Gerard y que algo importante tendría que decirme, cuando estaba a esas altas horas ante mi puerta.

 Pero no era Gerard.   Al abrir, me encontré frente a Niall que emocionado avanzó hacia mi y en un abrazo se fundió conmigo. Ninguno de los dos decíamos nada. Él,   emocionado a punto del llanto; yo muda   Se apartaba, me miraba y volvía a abrazarme. ¡ Estaba allí  ¡ Había vuelto !  Gerard había  obrado el milagro y yo vencida por el deseo, la emoción y el amor, me abracé a él con desesperación.  No quería que volviera a escaparse.  Estaba soñando y no era real.  Apretaba los ojos como si ese gesto pudiera retenerle en caso de que tuviera un sueño.  Pero era cierto y lo estábamos viviendo.

- Daphne, Daphne - Sólo podía pronunciar mi nombre

Y buscaba mis labios y los encontraba porque yo lo deseaba tanto como él.  Y me besaba una y mil veces y mil veces le besaba yo respondiendo a su demanda. Se borraron todas las indecisiones, las dudas y los reproches. Sólo existíamos él y yo y una nueva etapa en nuestras vidas.  Se le veia entusiasmado, feliz, nervioso, excitado, inquieto.  ¡ Nunca le había conocido en ese estado !  Sus ojos  lanzaban destellos de luz, de una luz abrasadora que llegaba hasta mi. Era como si hubiera descubierto un mundo nunca antes existente.

- ¡ Oh Daphne, tenemos tanto de lo que hablar ! Tengo que contarte muchas cosas.  Durante el camino de regreso a casa, he ensayado mil veces lo que iba a decirte cuando te tuviera frente a mi, y al verte se ha borrado todo de mi mente. Sólo puede hablar mi corazón que rebosa de cariño hacia tí.  No sabes lo que te he añorado, lo que te he soñado, lo que te he deseado. Y cuántas veces he repasado en mi cabeza las veces que hemos estado juntos.  Necesitaba hacerlo para no volverme loco por tu ausencia.  No puedes ni imaginar lo que sentí al verte totalmente empapada  por la lluvia.  El corazón golpeaba en mi pecho queriendo salir de él.  Me repetía no es ella, es otra persona en la que veo su rostro.  Fue una luz que se abrió ante mi, cuando te llevé a mi casa y te tuve entre mis brazos, pero se tornó oscuro y borrascoso cuando decidiste irte de nuevo.  Pensé mucho durante aquella noche.  Creí que mis sentimientos estaban centrados, hasta que de nuevo te vi.  Me había trazado un proyecto y quería compartirlo contigo.  Pensé que el enfado con el que nos separamos se te pasaría en cuanto te expusiera que por tí regresaría y tomaría la vida donde la había dejado.  Pero al llegar al hotel, te habías ido. Y  el desencanto volvió a mi vida.  Pero  fuiste tú quién envió a Gerard y de nuevo la esperanza reina en mi corazón.  Quiero estar contigo.  Quiero que nos casemos y formemos una familia. Quiero mi vida anterior contigo.  Si me rechazas me iré de nuevo, porque no soportaría no tenerte y estar cerca tuya.Mi hermano y yo, hemos hablado mucho, de todo, y todo ha sido solucionado y comprendido.  Ya no hay nada que pueda separarnos.  Sólo tú si no me aceptas.

Hablaba con tanta vehemencia, sin respirar apenas, pero con todos sus planes bien trazados y posibles de hacer.  Cuando terminó, me abalancé sobre él y me acurruque´en su pecho llorando.  Esta vez era de felicidad y de amor absoluto por aquel hombre que seguía amándome por encima de todo.   me besaba dulcemente en la frente mientras yo sosegaba mi llanto. Acariciaba su rostro, ese rostro tantas veces añorado al creer que le había   perdido para siempre. Aquel hombre fuerte y decidido me había hecho la más grande y maravillosa declaración de amor que nunca habría imaginado.  Que me amaba eso era indiscutible.  Había sacrificado muchas cosas por mi y yo le respondería en la misma medida, porque mi vida estaba centrada en él.  En cada acto, en cada pensamiento, en todo absolutamente  estaba Niall presente. Volvimos a besarnos con la intensidad del que sabe que va a morir y de repente supiera que se salvaba.  Y nosotros nos habíamos salvado de una vida de separación horrible, llenas de ausencias y desgarros, que por fin, en aquella noche, en aquel instante tocaba a su fin.  Sólo podía articular frases cortas, porque la emoción cerraba mi garganta y mis palabras.  Sólo podía repetirle una y mil veces:

- Te quiero, te quiero, y siempre será así.  Quiero ser tuya solamente hasta el fin de mis días.

jueves, 14 de junio de 2018

Daphne - Capítulo 17 - El encuentro

Gerard caminaba a paso ligero seguido por Maurice.  Estaba impaciente por encontrarse con su hermano y no veia la hora de llegar frente a su casa.  Una vez hubieron salido del corazón de las calles más populosas y céntricas de la ciudad, se encontraron con un camino mitad pedregoso y mitad tierra:  habían salido del centro y se encontraban en el suburbio.  Un lado y  otro del camino estaba salpicado de casitas bajas con sus fachadas de color blanco y sus puertas y ventanas pintadas de azul, otras en rojo, y otras en verde.  En todas ellas había pequeños jardines con muchas flores y plantas exóticas, algo en lo que yo no había reparado, pues tal era el enfado que tenía al salir de la vivienda de Niall, que ni siquiera vi ese conglomerado de colores.

Por fin, aparecieron las dos casas unifamiliares adosadas en la que Niall  vivía.  Maurice le acompañó hasta llegar a la primera planta .  Llamó fuerte con los nudillos de la mano, ya que ni siquiera tenía timbre.  Desde dentro se escuchó una voz malhumorada que protestaba por lo inadecuado de la hora de visita

- ¿ Quién demonios llama a estas horas ? - respondió el enfadado ocupante de la vivienda
- Soy yo, Maurice, le traigo a un señor que desea verle
- Espera un momento Maurice

Tras unos instantes, abrió la puerta y se econtraron frente a frente Gerard y Niall, que asombrado no podía articular palabra.  Maurice dió media vuelta sonriendo y salió de allí, dejando a los dos hermanos a solas.  Se miraban fijamente, sin poder pronunciar palabra. Uno no podía dar crédito a lo que veía y el otro en la garganta se agolpaban miles de palabras que pugnaban por salir, sin conseguirlo.  Niall inmediatamente supo que Daphne había hablado y por eso la presencia del hermano.

Al fin, los dos avanzaron al frente y se fundieron en un largo abrazo cargado de sentimientos y emociones.  Cuando la emoción  se relajó, ambos sonrieron felices de estar nuevamente juntos.  Niall preguntó por sus padres y Gerard le informó de todo. Pero no le preguntó por mi; era como si quisiera borrarme de su vida.  Quiso saber cómo había llegado hasta allí y de que informaciones se valió para conseguirlo

- Sé a qué se debe esta visita:  Daphne ¿cierto?
- Si, fue ella la que me dijo que te había visto.  Todos te dábamos por muerto o perdido en algún recóndito lugar de la tierra. ¿ Cómo no pensaste en ello?
- ¿ Crees que no lo hice ?  Pero todo terminó tan mal, que quise borrarlo de mi cabeza y de mi vida, pero ya ves: aún no lo he conseguido
- ¿ Qué pasa contigo? No tienes espejos en esta casa para que te mires en ellos. Si te hubiera visto por la calle, seguro que pasara de largo sin reconocerte. Con el pelo demasiado largo, una espesa barba, con ropa desaliñada ... y esta casa ¿ cómo has podido llegar a esto ? ¿ Tomas drogas o te emborrachas
-¡ Noooo.! ¿ Cómo puedes pensar eso de mi ? Ni una cosa ni otra
- Pues por las pintas que te gastas, no es de extrañar.  ¿Te impulso nuestra pelea a vivir así?  ¿ Soy yo el responsable ? Dime
-Nadie es responsable y lo somos todos. No podía imaginar que tuvieras esa clase de interés por Daphne, si lo hubiera sabido jamás  habría estado con ella.  Te quiero, Gerard, y te respeto.  Nunca hubiera imaginado que ambos fuéramos rivales en el amor de una mujer. ¿ Por qué me enamoré de ella ?  No lo sé.  Esas cosas ocurren, lo que no es tan fácil  es que dos hermanos se peleen por la misma chica.  Decidí poner tierra de por medio y que ella dirigiese  su mirada hacia tí.  Pero creo que no lo conseguí
- No, no lo conseguiste por mucho que lo intenté.  Me enamoré de ella, creo que al mismo tiempo que tú, pero ella te eligió a ti, y sigue haciéndolo
- ¿ Qué quieres decir ?

- Lo que he dicho.  Cuando desapareciste todos andábamos locos porque no sabíamos por donde andabas. Pensamos que estarías en alguna cárcel de algún lugar remoto del mundo. O que habrías muerto o perdido en tu desesperación.  Contratamos a alguien que pudiera seguir tus pasos, pero hasta eso resultó fallido.  Todos habíamos perdido las esperanzas y fue entonces cuando decidí hablar con Daphne  para que fuésemos novios.

Lo intentamos durante una temporada, pero no resultó.  Cada vez que me acercaba a ella, se tensaba, si la besaba  un latigazo recorría su cuerpo como un escalofrío.  Tras un tiempo decidí hablar con ella y conseguir, al menos su amistad.
- ¿ Cómo pudo llegar hasta aquí ? Nunca ha salido de Irlanda
- Querido hermano.  Hay un refrán que dice : el hombre propone y Dios dispone... y así ocurrió todo.  Muchas veces comentaba que no sabía muy bien porqué había elegido estudiar publicidad, que no tenía especial interés en ello.  Pensaba que sería lo más opuesto a ser contable, que era el destino que habían fijado para ella. Y en cuatro años, se convirtió en técnico publicitario.  Papa, mama y yo mismo asistimos a su graduación.  Estaba feliz, pero ninguno entendíamos muy bien qué era lo que esperaba de esa carrera.
Enseguida encontró trabajo en una importante agencia dedicada a spots y videos publicitarios,  Se hizo un hueco por las ideas renovadoras que tenía, y su equipo consiguió una campaña fácil, pero sustanciosa en dinero.  Todo estaba dispuesto para el rodaje de los vídeos y las fotos de los spots.

Justo la víspera de comenzar, la modelo que tenían contratada enfermó y hubo de ser ingresada en un hospital y operada de urgencia.  El director de la empresa estaba desesperado; habían plazos que cumplir, estudios alquilados y gente contratada que no podían esperar a la recuperación de la modelo.  No sé qué argumentos utilizaron, ni qué palabras emplearon, pero el caso es que Daphne haría el papel para los spots.  Y por ese trabajo aparte de ascenderla, la dieron una gran suma de dinero.  Dinero que empleó en sus primeras vacaciones a un país exótico:  Isla Mauricio.  Por ella supe que estabas vivo y que aquí vivías.  Nunca me ha explicado cómo os encontrasteis y yo lo respeto.  Pero sí me dijo que se marchó indignada con tu comportamiento y frivolidad.  Tanto es así, que regresó a casa de inmediato.  Desde el hotel se puso en contacto conmigo para anunciarme que estabas vivo.  Esa noche no pudimos dormir nadie en casa. Papa y mama lloraban aliviados y yo aún no me lo creía.  Y en ese momento decidí que tenía que encontrarte y llevarte de nuevo a casa.
- Siento Gerard que hayas tenido que venir tan lejos, pero no voy a volver a casa.  No puedo
- Pero ¿ por qué ? ¿ Tienes ataduras aquí ? ¿ Has embarazado a alguna chica ?
- Naturalmente que no. No he sido un santo en todo este tiempo, pero he tenido mucho cuidado en elegir mis compañías femeninas. No, no es eso.  Es Daphne.  No he conseguido sacarla de mi cabeza. La quiero con más fuerza que antes, y mucho más después de verla. No puedo volver.  No estaré en medio vuestro, te doy mi palabra.
- Acabo de decirte que hemos roto, que sólo existe una buena amistad.  Es como si fuera mi hermana pequeña.  Cierto que la ayudaré siempre que lo necesite, pero confío en que alguna vez encuentre a alguien y vuelva a enamorarme. ¿ Es que no la quieres ya ?

- ¡ Por Dios Santo, Gerard.  Te lo acabo de decir.  Pero no tengo nada que ofrecer; tengo las manos vacías
- Pues llénalas.  Regresa.   Continúa tus estudios en donde los dejaste y cuando te hayas reintegrado a la vida que te corresponde, vuelve con ella.  Te quiere, Niall. No ha salido con nadie, ni quiere comprometerse con nadie.  Pienso que en el fondo espera que vuelvas algún día.  Si la amas, regresa y vuelve a ganarla.  Yo te ayudaré si es dinero lo que necesitas.   ¡ ¡Eres mi hermano! He venido a por ti y aquí estoy  esperando que digas que sí, que regresas conmigo.
- No puede ser, no puede ser.  No puedo hacerlo. No tengo dinero ni para un billete de autobús ¿ Cómo voy a volver a estudiar y a viajar, sino tengo nada ?
- Cuando éramos pequeños ¿ recuerdas  lo que nos juramos ?   "Lo tuyo es mio ".  Bien pues ha llegado el momento.  Además papa tiene dinero de sobra. ¿ Crees que cuando se entere no va a ayudarte?  Hazme caso: regresa y retoma tu vida.  Créeme harás que todos seamos más felices.

Y siguieron discutiendo, hasta alzando alguna voz.  Gerard argumentaba todo cuanto se le venía a la cabeza, pero Niall seguía erre que erre.  Veía que se le escapaba entre los dedos y estaba a punto de darse por vencido, cuando Niall dijo:
- Sea.  Regresaré contigo. Mirándolo bien, lo que has planteado tiene sentido y es una buena idea.  Sólo hay un problema
-¿ Qué problema ? - preguntó Gerard - No creo que sea más dificil que tu localización
-- Terminé mi cuarto año de medicina en Estados Unidos.  He de convalidar lo realizado si quiero hacer una especialización
- Muy bien, pues hazlo .

 Dudaba  y durante un momento paseaba indeciso por la habitación. De pronto se paró frente al hermano y dijo

- De acuerdo.  Pero antes quiero pasar por Irlanda y ver a papa y a mama
- Y a Daphne ¿ no ?
- Eso ya lo veremos.

La pesadilla había concluido.  Después de aquello, todo sería más sencillo.  Aunque surgieran inconvenientes, siempre serían  más fáciles de salvar que los que había recorrido hasta ahora.

Daphne - Capítulo 16 - Gerard y Niall

Poco fue lo que pude dormir aquella noche.  Deseaba que amaneciera y fuera la hora en que volviéramos a tener contacto.  Suponía que Gerard tampoco dormiría bien.  Sentía miedo a muchas cosas, pero la que más me asustaba era que hubiera marchado de Mauricio y perdiéramos nuevamente su contacto.  No podía sacar de mi cabeza el destino tan tajante que había tomado.  No parecía impulsivo, y sin embargo estos acontecimientos, así lo demostraban.  No podía permanecer por más tiempo en la cama, así que me levanté y para hacer tiempo trataba de estar distraída preparándome un desayuno que sabía no iba  a probar.

En cuanto hablase con Gerard, llamaría a sus padres para saludarles y citarme con ellos para pasar el fin de semana en la Casa Grande.  Llevaría los regalos a mis amigos y de ese modo trataría de tranquilizarles, si es que, al fin, Gerard les dijera que había visto a Niall.

¡ Niall !  ¿ Por qué me machacas con tu recuerdo? ¿ Por qué no puedo olvidarte ?  Paseaba de una habitación a otra sin poder quedarme quieta.  Estaba muy nerviosa e impaciente.  Miraba el reloj constantemente, pero a penas transcurrían los minutos.  Decidí tumbarme en el sofá y me quedé medio adormilada del puro aburrimiento e impaciencia.  Al fin sonó el móvil.  Lo cogí impaciente y contesté a la llamada

- Daphne, soy yo.  Salgo en este momento para localizarle.  Va a resultar más fácil de lo que pensábamos.  Le expliqué muy por encima al conserje del hotel lo que quería hacer y él mismo buscó a un hombre que conoce la zona y a Niall.  Le está agradecido porque le curó una herida infectada y gracias a él, salvó su pierna.  Me acompañará hasta su casa.  No es necesario que me guíes.  Te llamaré en cuanto le localice, si es que aún está en la isla.  Si demoro en llamarte, es que estamos hablando, y hablaría contigo después de hacerlo con Niall.  No te preocupes, creo que todo va a solucionarse.  Tengo grandes esperanzas.  Y ahora voy a reunirme con Maurice que es así como se llama el hombre. Quédate tranquila.  Te llamaré lo más pronto que me sea posible.

Por un lado me quedé tranquila, pero por otro sé que moriría de impaciencia

- . Fui torpe, muy torpe.  No debí dejarle.  Debí hablar con él.  Alguna explicación ha de haber para que obrase de esa forma, y precisamente yo, no quise saberla.  He sido una estúpida engreída.  Seguramente estamos alarmandonos sin necesidad.  Lo más probable es que haya conocido a una isleña y se haya enamorado de ella.  Pero eso tampoco lo quiero.  No podría soportar saber que yo no represento nada.  Niall, Niall, vas a volverme loca y  a tí ni siquiera te importa.  Ignoras lo que has sido y representado para mi desde que era una niña. ¡ Oh Niall ! ¿ Por qué todo es tan difícil ?

Las horas pasaban lentas.  Hubiera querido tener una especie de monitor para seguir en directo su llegada a casa de Niall, su sorpresa al verse frente a su hermano, y la cara de Gerard al comprobar el estado de  Niall. ¿ Se abrazarían ?  Seguro que sí, ambos hermanos, a pesar de sus diferencias, se querían.  De no haber sido así, ahora no se daría esa situación.  Era más de mediodía y aún no había señales de nada.  No me atrevía a salir a la calle por si en ese intermedio me llamasen.  No sabía qué hacer, y eso me desesperaba aún más.  Suponía que la conversación, de tenerla, sería larga, extensa y quizá con reproches, pero eso no me preocupaba.  Deseaba saber algo ya:  no podía más.

Ni siquiera podía comer.  Tenía algo en el estómago  que me impedía probar bocado. ´No quería llamarle por no interrumpir y sentía la angustia de quién espera una mala noticia y no termina de llegar.  Y por fín al comienzo de la tarde, sonó el teléfono y la voz de Gerard se escuchó al otro lado

- ¿ Qué, qué pasó ? - pregunté ansiosa por saber algo
- Primero tranquilízate y cuando lo hayas hecho te cuento.  Te noto muy nerviosa
- ¿ Te parece que no es para estarlo ?.  Bien, ahora dime
- Está en Mauricio y le he visto, por cierto su estado físico es deplorable. Si no hubiera sabido que era él y le hubiera visto en la calle ni me habría dado cuenta.  Hemos hablado mucho.  Han habido reproches por ambas partes.  He tratado de convencerle para que regrese a casa, pero se ha negado.  Me ha dicho que va a irse de Mauricio y que tendríamos noticias suyas. Hemos comido juntos, y juntos hemos hablado del pasado.
- Y eso ¿ es todo ? ¿ Tantas horas para eso ?
- Es muy difícil resumir en un momento todo lo vivido.  Nos hemos emocionado al abrazarnos y vernos por primera vez en tanto tiempo.  Nuestras rencillas pertenecen al pasado.  Te contaré todo cuando llegue a casa.  Ahora necesito reflexionar y pensar en todo lo que hemos hablado, discutido y gritado.  Porque sí nos hemos gritado, pero hemos quedado como lo que somos como hermanos.

No me atreví a preguntarle si le había confesado la existencia de alguien en su vida.  Consideraba que eso sólo me interesaba a mi y sería mi secreto.  De todas maneras, no me había quedado muy tranquila.  Presentía que había algo más de lo que me había dicho, pero le notaba alterado y tenía razón: cuando nos viéramos sería el momento de ampliar más lo sucedido y escudriñar los gestos y analizarlos.

- Estaré de vuelta en dos o tres días.  Si acaso me retrasase, te avisaría para que estuvieras tranquila. Debes estarlo, todo ha quedado aclarado y zanjado.  Ahora llamaré a mis padres y les daré la buena noticia.
- Este fin de semana lo pasaré con ellos. Como supongo que les explicarás lo sucedido, no repetiré nada más.  Inevitablemente comentaremos lo que para todos nosotros es una magnífica noticia.  me limitaré a eso.
- Me parece bien.  Una cosa es verlo y otra muy distinta hablarlo por teléfono.  Cuanto menos, mejor.   ahora te dejo.  Quiero darme una ducha;  hace mucho calor y he quedado con él para conocer la isla un poco.  Deseo disfrutar de mi hermano.  Un hermano que me ha mantenido nervioso durante mucho tiempo, por diversos motivos.  Tengo que relajarme
- ¿ Por qué tienes que relajarte? Ya está todo aclarado y deberías estar tranquilo. Disfruta  y cuando vengas, me cuentas cómo es aquello, ya que no tuve tiempo de conocerlo.
- Así lo haré.  Cuídate.  No vemos en pocos días.
- Salúdale de mi parte, aunque no creo quiera saber nada de mi, después de la bronca que tuvimos.-  En fin, pasadlo bien.

Al colgar, sentí la sensación de que algo no encajaba y sin embargo la voz de Gerard era tranquila y hasta alegre, luego entonces debía dar crédito a sus palabras.  Probablemente mi imaginación corría más aprisa que la realidad.  Traté de tranquilizarme y a continuación descolgué el teléfono para hablar con sus padres.

Pasado el tiempo supe cómo había sido ese encuentro tan esperado de parte de Gerard y sorprendente por Niall.  Merece un capítulo aparte por la trsscendencia que tuvo en la vida de todos.  Una decisión que fue meditada y planificada por Niall, pero que influyó en todos nosotros.  Quiero hacer aquí un punto de inflexión y transmitir cómo verdaderamente ocurrió que no fue ni tan fácil ni tan sencillo como el propio Gerard creyó iba a resultar.   Y lo veremos en el siguiente capítulo.

miércoles, 13 de junio de 2018

Daphne - Capítulo 15 - Hablando de Niall

Subí a la habitación y me puse a dar vueltas por ella.  Estaba totalmente desorientada, sin saber qué hacer. ¿ Debía llamar a Gerard ? ¿ Sería inmiscuirme en problemas familiares?  De lo que sí estaba segura es de que no quería estar allí.  Se me habían amargado mis vacaciones.  Era un lugar pequeño, y lo mismo que nos encontramos en el mercadillo, quién sabe si no ocurriría  en cualquier otra parte . Únicamente si no saliera del hotel, pero para eso no hubiera hecho falta hacer  tantos kilómetros.  Pero al menos sabemos dónde está y como vive.  Aguardaría un par de días.  Me bañaría en la piscina y ya vería..  Ahora estaba impactada por todo lo vivido y eso me producía una profunda tristeza al comprobar que se estaba destruyendo y que yo, al parecer, había sido la causante de todo.

Y pasaron esos dos días que me había dado de tregua, pero seguía con desánimo, así que recogí mis cosas y abandoné el hotel e Isla Mauricio.  Regresaría a casa.  Al menos allí sabía a ciencia cierta que no le vería.  Lo primero que hice al llegar a Dublín, fue llamar a Gerard; tenía que decirle que había visto a su hermano, y después, pasada la sorpresa, informarle de la clase de vida tan bohemia que llevaba.  Sé que le daría un disgusto, pero tenía que saberlo y él sería quién comunicase a sus padres lo que creyera conveniente. Y así lo hice.

- Has regresado muy pronto ¿ no ? - me dijo algo perplejo
- Si, pero es que surgieron cosas y no me apetecía seguir allí
- ¿ Ha pasado algo ?
- Verás, si y no.  Prefiero contártelo en persona, porque es algo largo de explicar.
- ¿ Te parece reunirnos para cenar ?
- Si estupendo
- Bien, pues a las siete estaré por ahí.  Me dejas preocupado
- No, no te preocupes, pero es algo que pienso debes saber.  Te espero entonces esta noche.  Llamaré a tus padres cuando cuelgue  después de hablar contigo.  Deseo saludarles; posiblemente me acerque a verles en estos días.

Esperé impaciente a que Gerard llegara.  Creia que no debíamos salir a un restaurante, sino cenar en casa, porque el tema iba a ser largo y estaríamos más cómodos.  Como hacía poco tiempo que faltaba de casa, miré en el frigorífico y observé que me faltaban algunas cosas. Decidí que compraría unos platos preparados y así no tendría que cocinar.
Con extrema puntualidad, llegó portando un precioso ramos de flores, que agradecí, porque estaba angustiada no solo por la noticia que debía darle, sino también por mi..  Tras saludarnos y ofrecerle algo de beber, nos acomodamos en el salón y comencé por la parte más fácil, mi llegada a Mauricio; Le describí como era el hotel y el lugar.  Pero se dio cuenta de que estaba dando rodeos y es que eso significaba que habría de recibir malas noticias.

- Presiento que estás dando largas a aquello que tengas que decirme, así que vé al grano, por favor.  Mi alarma crece por momentos.
- Niall  vive en Isla Mauricio- le dije de improviso -.  Le vi por casualidad, está bien y creo que no quiere regresar a Irlanda.  Le reproché su proceder y me lo explicó. Yo te lo contaré como él me lo contó.

Y narré a Gerard la forma en que nos encontramos, omitiendo los detalles. El me miraba con los ojos como platos, pero al mismo tiempo contento de que su hermano estuviera bien.  Dejé para el final la vida bohemia que llevaba y eso le dejó  pensativo.    Creo que adivinó el porqué su hermano había realizado ese periplo extraño de país en pais hasta llegar a Mauricio.  Quizá  pensó, al igual que yo, que por fin había encontrado a alguien que le hiciera sentar la cabeza.  Aunque yo no lo tenía tan claro, porque de ser así no tenía objeto que nos hubiéramos acostado nuevamente.  Pero la ropa que me brindó para vestirme, me hacía dudar de que fuera de un romance ocasional.  Probablemente si hubiera dilatado mi estancia allí hubiera averiguado algo más, pero ¿ quería saberlo ? Rotundamente no.

- Voy a ir en su busca- dijo resuelto Gerard -.  No puedo permitir que viva como un desterrado.  A pesar de todas nuestras diferencias, es mi hermano y deseo que esté con su familia.  A mis padres les diré que le viste, pero nada más.  Se morirían de tristeza si supieran la verdad
- No te preocupes, por mi no lo sabrán.

A penas probamos la cena ninguno de los dos.  Estábamos disgustados y hablamos poco más. No tenía más que esa novedad de mis vacaciones, y precisamente no era un tema al que deberíamos dar más vueltas.  Estaba segura que Gerard se pondría en marcha lo más rápidamente posible, aunque más tranquilo al conocer que estaba bien y vivo; eso era lo más importante.  Quizá no debí ser tan impulsiva y regresar a casa de inmediato ¿ Debí esperar ?  Me daba miedo que en su afán de no ser encontrado,  imaginase que hablaría con Gerard y volviera a salir corriendo.  Probablemente lo que menos imaginase es que su hermano acudiría en su ayuda.

Tiempo después supe lo que ocurrió después de mi marcha, y fue el mismo Niall quién me lo contó al cabo de mucho, mucho tiempo. Pero ya llegaremos a eso.  De momento sigamos los pasos de Gerard, que como imaginé se puso en funcionamiento y en un par de días tomó un avión rumbo a Isla Mauricio.  Se hospedaría en el mismo hotel que yo estuve, ya que al no conocer el nombre de la calle donde vivía Niall, era la única referencia para dar con él.  Fui muy torpe al no tomar, al menos, alguna foto de ello, pero fue todo tan precipitado que ni siquiera se me ocurrió; sólo quería salir de allí a toda prisa.

Se puso en contacto conmigo de inmediato, al llegar a la isla.  Ya era de noche, por tanto habría de esperar  al día siguiente para comenzar las pesquisas. Quedamos en estar conectados vía teléfono móvil y hacer una transmisión. El me iria diciendo por dónde iba, y yo le dirigiría según lo recordaba.  No obstante preguntaría en el hotel, a ver si por casualidad conocieran  las casas que describíamos.

- Daphne, aguarda un momento.  me están llamado por el teléfono interior del hotel
- No te preocupes, esperaré.

Al cabo de un rato, volvió a la comunicación y me dejó fria lo que me contó:

- Según me han informado de Recepción, conocen las casas porque es donde vive  el "irlandés", y han añadido que  estuvo en el hotel preguntando por tí.  Imagino que se trata de él.  No dejó nota alguna, ni dirección, ni teléfono.  Estoy muy preocupado por si ha vuelto a huir de este lugar.  No veo la hora de que llegue mañana, a ver si tenemos suerte.  Hablaré contigo  de inmediato.  Ahora trataré de dormir un poco, porque no lo hago desde que me contaste la historia.
- Tranquilízate Gerard.  Creo que fue una torpeza por mi parte, salir corriendo.  Debí hablar contigo y esperarte. Bueno eso ya no tiene arreglo.  Trata de dormir, mañana va a ser un día complicado.
- Hasta mañana
- Hasta mañana Gerard

martes, 12 de junio de 2018

Daphne - Capítulo 14 - Un extraño para mi

Y Niall fue desgranando paso a paso su llegada a Mauricio.  Yo le escuchaba en silencio imaginando todo lo que narraba y al mismo tiempo sintiendo lástima por él y por Gerard.  Hubiera querido ser invisible y desaparecer de la vida de estos muchachos que conocía y quería desde pequeños, pero que mi corazón se había inclinado por un solo lado de la balanza.

-Después de instalarme en Mauricio pensé que tenía que ganarme la vida.-  Nunca pediría dinero a mi familia, pero tenía que comer y tener un lugar en donde vivir.  Había estudiado cuatro años de medicina, así que todo aquel que se acercaba por alguna dolencia, le ayudaba a cambio de comida.  Ttabajé en las plantaciones de flores y hasta de pinche de cocina en algún hotel.  Ahorraba un poco de dinero y hasta que se terminara, simplemente vivía la vida. Tuve una especie de novia, que no lo era, pero ella pensaba que si.  Fui egoísta en ese caso, ya que me aprovechaba de ella cuando necesitaba una mujer a mi lado.  Se cansó de mi bohemia y se marchó.  Y así he ido tirando hasta el día de hoy.  Ya lo sabes todo . Te pido que no le cuentes a mi familia mi forma de vida, simplemente diles que trabajo..., en donde se te ocurra.
- ¿Crees que esto es bueno?.  Tu estás acostumbrado a otra clase de vida.  No eres un vagabundo. Tienes que tomarte la vida mas en serio.  Lo que me hace pensar es que hoy, para tí, he vuelto a ser esa especie de novieta, pero no lo soy en realidad, sino que he cubierto tus necesidades físicas.  Te sigues riendo de mi, y eso es ruin.  No te conozco, no eres el Niall que yo conocí.  Te veo como un vividor y embustero para conseguir lo que quieres
- ¿ Te parezco un vividor ? ¿ Te parece que esto es forma de vivir ? ¿ Crees que no me acuerdo de mi familia ? ¿ Crees que no me he acordado de ti ? ¿ En serio piensas que podría presentarme ante mi familia así, con las manos vacías? ¿ Hubieras estado dispuesta a formar parte de mi vida con semejante panorama?  Luego está Gerard, no quería traicionarle.  Sé lo que has representado para él
No puedo dar marcha atrás, sino seguir adelante dure lo que dure

No podía creer lo que estaba escuchando. Ni siquiera me había preguntado por mis sentimientos, por quién había sido el elegido.  Nos habíamos revolcado en la cama y aún no se había dado cuenta de que yo no tenía necesidad física, pero sí emocional y esa falta era él.  Me levanté  y comencé a vestirme

- ¿ Dónde vas ? - me preguntó
- Me marcho Niall.  No puedo estar aquí ni un momento más
- ¿ Por qué ?  Creo que lo hemos pasado bien
- No necesito pasarlo bien, te necesito a tí, pero te he perdido irremediablemente. Y te diré que , efectivamente, Gerard me pidió fuera su novia, y después de un tiempo, tuvimos que dejarlo porque tú no te borrabas de mi pensamiento.  El se conformó sabía lo que había, pero quién no lo sabía era yo.  No te conozco.  Te has vuelto cínico y  no te importa jugar con los sentimientos de las personas.  Ni siquiera te has parado a pensar en el dolor de tus padres, sólo has pensado en ti en huir y correr mundo.  Les diré que te he encontrado y sé que te buscarán, si es que para esa fecha aún sigues aquí y no has salido corriendo para seguir viviendo tu vida
. No es así como yo lo veo
- Me importa nada como tu lo veas. Me dices que todo ha sido por mi, porque me quieres. ¿ Qué me ofreces?   Que viva contigo como unos bohemios sin saber lo que vamos a comer al día siguiente ni donde vamos a vivir.  Tenías un porvenir espléndido y lo tiraste a la basura.  No me eches a mi la culpa, porque no entré en vuestras disputas.  Elegí estar contigo porque soy libre de hacer lo que quiera con mi vida.  Tu has elegido la parte cómoda vivir la vida, simplemente sin mirar a tu alrededor. Bien, pues sigue así, pero mucho me temo que vas a caer en un pozo del que te sea imposible salir, Y ahora me voy, quédate con tu filosofía y espero que ello te haga feliz.

Salí de allí sin rumbo fijo.  No sabía por dónde ir ni como llegar al hotel.  Iba llorando sin mirar siquiera por donde caminaba.  El no vino detrás de mi. No dio ni un paso de acercamiento, ni le importó si yo no sabía por donde regresar al hotel.  La pena y la rabia me consumían.  No entendía cómo había llegado a esa situación.  De joven era algo alocado, pero lo de hoy no era locura, era dejación total de la vida.  Había perdido toda esperanza de recuperarle, ya no podría ser.  Y pensé ¿ por qué había elegido ese destino habiendo miles de lugares en los que no le hubiera visto ? Todo tiene su porqué y empecé a darle vueltas a la cabeza, las casualidades no existen.  El que la modelo se pusiera enferma, el tener que suplirla yo, el desear unas vacaciones a lo grande en este lugar, tenía por finalidad averiguar donde estaba. Pero también era desmoralizador al comprobar que se había convertido en un ser anodino, y hasta diría sin ganas de vivir.  Me había roto el corazón otra vez. No quería volver a verle, no en el estado en que está. Prefiero imaginar otra clase de vida para él, pero ahora iba a ser dificíl imaginarlo después de conocer cómo vive.. Miré hacia atrás para orientarme.  Era una calle totalmente recta y pensé que si seguía por ella tal vez llegase a alguna parte, y yo misma me reñía por no haber puesto atención cuando me trajo hasta aquí. Si le dijera a Gerard que le había encontrado, seguramente me pediría la dirección bien para escribirle o venir en su busca. Y mi corazonada no se equivocaba: esa calle me llevo al centro, en donde estaba situado mi hotel.

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