sábado, 16 de junio de 2018

Daphne - Capítulo 19 - Petición

Y me condujo al dormitorio y allí de nuevo juntamos nuestros cuerpos, nuestro amor y nuestras ilusiones.  Por la mañana comenzó a desgranar todos los planes que había estudiado y que estaba dispuesto a llevar a cabo, y  a exponerlos:ante mi:

- Quiero regresar a Estados Unidos.  Hacer un máster de  los cursos que tengo de Medicina y proseguir la carrera hasta terminarla.  Gerard me ha dicho que nos ayudará.  Este será un plazo muy largo puesto que además de repetir el cuarto curso, vendrán otros cuatro de especialización. Deseo ser el mejor médico y deseo ofrecértelo a ti.  No quiero pasar más tiempo sin ti, no podría hacerlo si no te tengo a mi lado, así que quiero que nos casemos lo más pronto posible y viajemos juntos a América.  Allí nos estableceremos hasta que termine la carrera, y después regresar a casa, a Irlanda y fijar aquí nuestra residencia.  No es el cuento de la lechera, es nuestro futuro.  Sé que voy a pedirte un sacrificio y es renunciar a tu carrera, pero en serio, que no puedo permanecer lejos de ti.  Ahora no, después de todo esto no.

- Iré contigo casada o soltera.  No me importa.  Yo tampoco quiero dejarte. Y referente a mi carrera, si puedo, la ejerceré allí y si no, tampoco me importa demasiado.  Creo que la estudié para poderte encontrar, porque tampoco tenía demasiado interés en ella. Pero si tu estudias, yo trabajaré, en lo que sea.  No quiero que todo recaiga sobre los hombros de Gerard.  Es un excelente hermano que te quiere muchísimo.  Pediré una recomendación al director de mi agencia, seguro que conocerá a alguien allí. Y si no es en lo mio, trabajaré de camarera si es necesario, pero no volveré a dejarte, nunca más

Nos besamos nuevamente, y de pronto recordamos que tenía  que ir a visitar s sus padres

- Se me había olvidado por completo, y es que tu haces que me olvide de todo.  Ven con nosotros.  Se alegrarán de verte y de conocer la noticia que voy a darles.
-Yo pensaba ir en el fin de semana .
- Bueno pues nos vamos hoy y lo pasamos allí.  Te he dicho que no me separaré más de ti. ¿De acuerdo?
- De acuerdo, le contesté y ambos nos volvimos a abrazar y reímos juntos locos de felicidad.

Regresamos a casa de Gerard, que ya nos esperaba impaciente porque se hacía tarde. Me moría de vergüenza al pensar que imaginaría que habíamos pasado la noche juntos.  No me atrevía a mirarle frente a frente;  no quería hacerle daño, por más que él había asumido que con el regreso de Niall, todo volvería a su fase natural que era estuviésemos juntos y él fuese un mero espectador.


- Voy a cambiarme de ropa.  Tardo un minuto - dijo Niall saliendo del salón.  Yo aproveche el momento en que quedamos a solas, para hablar con él.

- No tienes que explicarme nada.  No soy un niño pequeño, y sé lo que puede ocurrir cuando un hombre y una mujer que están enamorados, se juntan. Seguiré siendo tu amigo y estaré de tu lado en cualquier circunstancia.  Es decir, supongo que serás mi hermana pequeña.  Os quiero mucho a los dos y lo que deseo es vuestra felicidad.  Niall me ha contado sus planes, y he de decirte que me han parecido excelentes.  Contaréis con mi ayuda y de vez en cuando iré a visitaros. Y quién sabe si en alguno de esos viajes encuentre a alguna azafata que quiera ser mi novia.

Ambos reímos a una.  Se me había quitado un gran peso de encima. En ese momento entro Niall en la habitación ya arreglado para marcharnos.  Me pareció el hombre más guapo que pisaba la tierra y era mio, total y absolutamente mío.

- ¿ De qué os reíais ?  - preguntó sorprendido
- Le he dicho a Daphne que os visitaré en Estados Unidos y que con suerte conoceré a alguna azafata de la que me enamoraré y me convertiré en un hombre de familia al igual que tu. - Niall también rió ante la ocurrencia de su hermano.

Y llegamos frente a la fachada de la Casa Grande.  Miré de reojo a Niall, que emocionado, tenía los ojos vidriosos.  Él se dio cuenta de que le estaba mirando, y apretándome la mano me dijo

- ¿ Qué distinta fue mi salida a la llegada de hoy !

Gerard tocó el claxon anunciando nuestra llegada y al instante se abrió la puerta  dando paso a los señores y a toda la servidumbre.  El señorito estaba de regreso al cabo de tanto tiempo.  El encuentro con su madre, hizo que todos  los allí reunidos, sintiéramos una punzada de emoción.  La señora lloraba y reía  al mismo tiempo y el padre se secaba una lágrima.  .  A continuación abrazaron a Gerard y a mi, con inmenso cariño, rebosantes de felicidad por recibir al hijo que creían perdido, . y recuperado al fin.

Niall saludó a todos los sirvientes que también emocionados le dieron la bienvenida, y al fin entramos todos a la casa.  El protagonismo era de él, y los padres deseosos de escuchar sus aventuras, pero omitiendo los puntos más escabrosos que había vivido.  Cuando todos se sosegaron., dijo:

- Papá, mamá, Gerard... He de anunciaros algo muy importante y que estoy impaciente por compartirlo con vosotros.  He pedido a Daphne que sea mi esposa.  Me ha aceptado y pensamos casarnos lo más pronto posible, porque deseo seguir con la carrera que dejé interrumpida,  en Estados Unidos.  Deseamos estar juntos.  De momento y hasta que termine los estudios, viviremos allí, después regresaremos para establecernos en casa.  Por todo ello quiero que seáis testigos de mi compromiso con ella.,  Con la mujer que he amado durante toda mi vida, desde que era niño y  ella me corresponde.

Se volvió hacia mi extrayendo de uno de los bolsillos de su chaqueta, un pequeño estuche del que extrajo un anillo que me mostró emocionado.  Era el anillo de compromiso que depositó en mi mano izquierda, al tiempo que me besaba .  No podía articular palabra porque no esperaba lo que estaba ocurriendo.  La emoción me ahogaba y a duras penas dije que si, al tiempo que movía la cabeza afirmativamente, fundiendonos en un abrazo.  Todos estallaron en un aplauso abrazándonos a ambos.  Se descorchó una botella de champán y todo fueron elogios para mi.  Me sentí querida por aquella familia que pronto sería la mía también, y a mi mente llegó la cara emocionada de mi padre, al que echaba de menos, precisamente en esta ocasión tan especial y trascendente en nuestras vidas.

La señora llamó a  Soirse, Nelly y a la señora Pickford para que nos acompañaran en el brindis de felicitación.  Ellos nos habían visto crecer y eran  considerados como familia.  Fue la más bella petición de mano que nunca imaginé..  

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