martes, 18 de junio de 2019

El diario de Fiona - Capítulo 23 - Sentimientos

Se quedó mirando la foto antes de volverla a poner en su cartera. Nunca le había visto tan emocionado, claro que cuando estaban juntos, nunca habían vivido una situación como esta.  Fiona se levantó y se dirigió hacia la cocina.  Le acongojaba verle tan abatido y la tensión vivida se reflejaba en su rostro. No conocía esa faceta en él, porque tampoco habían vivido una experiencia semejante. Además de haber pasado el tiempo, a cada uno de ellos la vida les había pasado factura y ahora  sus puntos de vista habían cambiado radicalmente.  Maxwell la siguió.

—¿ Qué vas a hacer ?

—Voy a preparar algo para picar, porque supongo que con todo lo que me has contado, no tendrás apetito

— Cierto, no tengo hambre. Sólo deseo que  lo hayas comprendido todo y que estés convencida de que sólo quiero estar lo más cerca posible de tí.  Que el rencor que sentías por fin se haya esfumado y que estés convencida de que todo ocurrió no por mi voluntad

— Ya basta Maxwell.  No quiero que recuerdes nada más. Todo está claro entre nosotros y me angustia  por lo que has pasado y que yo te haya hecho sufrir más, porque en serio que no lo deseo.

Fiona rompió a llorar y él la  abrazó fuertemente tratando de calmarla.  Se miraron fijamente y poco a poco sus labios se juntaron de nuevo.  Todo estaba perdonado.  Volvían a comenzar  como si nada de lo vivido hubiese ocurrido.  Tenían todo el tiempo del mundo para cumplir con los deseos que en tiempos habían forjado.  Empezarían de cero, pero todo de diferente manera.  Ahora tenían en sus vidas, la de otra persona muy importante y sería ella la que marcara las directrices que habían de seguir.

— He de irme— dijo Maxwell —.  Ya nada es igual, aunque los sentimientos sean los mismos. Te quiero Fiona, y siempre te he querido. Por ese sentimiento que tendré siempre, es que no puedo comprometerte a mantener una relación y cargar con una responsabilidad grande respecto a mi hija.  Desearía por todos los medios que las cosas no hubieran ocurrido de la forma en que lo hicieron. Que me advertiste de los riesgos de ir a una guerra, y no te escuché.  Debimos habernos casado antes de que ocurriera todo, pero las cosas fueron de esta forma y ya es tarde. No por los sentimientos, sino por lo sucedido en mi vida.  La responsabilidad es mía exclusivamente.  Desearía que mantuviésemos una relación de amistad. Tú me conoces bien y, después de hoy, mucho mejor. No hay secretos entre nosotros y por todo ello, quisiera poder contar contigo.  Sé que me aguardan días difíciles con la educación de Jasna y si tengo a alguien especial a mi lado lo podré sobrellevar mejor. Alguien en que poder confiar como lo haré contigo si lo deseas.  He de cumplir con mi obligación de padre y estar siempre para ella, aunque tenga que sacrificarme. Fui el responsable de su llegada al mundo, de su perdida familiar y por tanto me veo obligado a ello.  Pero tú no lo estás y no quiero hacerte partícipe de ello.

— Pero va a ser difícil, Maxwell y te comprendo.  Siempre me tendrás aquí si me necesitas.  Todo hubiera sido diferente, pero entiendo tu punto de vista y tienes razón.  Cumple con tu deber como padre.  Llegará un momento que nos acostumbremos a vivir como lo hemos venido haciendo hasta ahora.  En definitiva no esperábamos que esta noche  sucediera todo esto que ha aclarado nuestra situación personal.  No ha variado en nada;  seguimos siendo amigos

Se abrazaron y besaron.  Maxwell salió del apartamento de Fiona apesadumbrado.  Todo había sido demasiado fuerte e inesperado.  Ni siquiera hubieran imaginado que al final de la entrevista pudieran hablar y descargar su corazón.  No tratarían de verse para no hacerlo más difícil:  seguirían con el mismo rumbo que habían llevado hasta ese momento, por difícil que fuera para ellos, pero estaban resueltos a llevarlo a cabo.

Maxwell en su casa, después de ver a su hija cómo dormía, la beso en la frente suavemente para no despertarla.

  Fiona abrió el cajón en donde guardaba su diario y escribió en él.  No tenía sueño.  Con tantas emociones se había desvelado.  Con llanto en los ojos lo abrió y buscó la página en blanco, y allí comenzó a escribir

" Hoy he sabido la verdad de todo y de nuevo mi corazón ha saltado por los aires. Le he escuchado narrar lo ocurrido con emoción.  ha sido una confesión larga, triste y dolorosa.  Con la imaginación volé hasta Serbia e imaginé el lugar solitario en donde descansa Ana, tan lejos de lo que seguramente ella deseara para su futuro.  Tan lejos de su hija amada y tan lejos de la persona de la que se enamoró. Nadie es responsable de lo que el destino nos fijó a cada uno de nosotros, pero nuestras vidas han sido partidas en dos, y por ello no hay lugar posible para una rectificación, para tratar de pegar los trozos de vida rotos, porque en ellas hay nuevos seres que lo ocupan todo.
Pensé que, una vez aclarado todo, me pediría matrimonio, pero no ha sido así.  Conozco el motivo por lo que no  lo ha hecho y comprendo que tiene razón para proceder de esta forma. Es una niña que se está criando sin madre y, de la noche a la mañana, su padre le presenta a una mujer que se convertirá en madrastra.  En su mente infantil será difícil asimilarlo. ¿ Estaría yo preparada para ese papel ?
Tendría que pasar tiempo y vernos con frecuencia para que se acostumbrase a mi presencia, y sería difícil para los tres.  Lo he entendido así y aunque me cueste aceptarlo, pienso que es la mejor solución: ser amigos. Conmigo podrá contar siempre que me necesite, pero al mismo tiempo, me lleno de amargura, porque sé que tendré que seguir ocultando mis sentimientos para el resto de mi vida "

Cuando cerró el diario, las lágrimas corrían abundantemente por sus mejillas.  Tanto tiempo esperándole y ahora que se habían encontrado, de nuevo tenía que renunciar a él. Pensaba que sería difícil pero Maxwell se lo había hecho comprender muy claramente y no tenían más solución que la de verse por casualidad de vez en cuando.

Al día siguiente muy temprano, volvió a coger un maletín y puso en él algo de ropa.  Después de desayunar y pasear a Chimbo, bajo hasta el aparcamiento  en donde estaba su coche, y de nuevo emprendió el regreso a Bockley.  Allí al menos estaría lejos de todo, otra vez y encontraría la paz. Pero ésta vez sería distinto; al menos podría evocar la conversación mantenida con él, y saborear sus palabras.  Seguía amándola y no mentía. No dudaba de su verdad, porque sus ojos no engañaban.  Sería triste renunciar a un amor tan profundo, pero al menos había conocido las razones que le llevaron a convertirse en padre y supo que era la soledad y no sólo la necesidad física, sino el reconocimiento a lo que Ana y su madre habían hecho por él.  La tristeza sería más llevadera.  No se sentiría inferior a ninguna otra, y sabía que él también evocaría esa conversación en la soledad de su dormitorio.  No sabía si de nuevo se recluiría en aquel lugar o al cabo de unos cuantos días regresaría a la capital.
De momento había cumplido con los compromisos adquiridos.  Estaba escribiendo un nuevo texto, pero sabía que después de lo ocurrido, su cabeza necesitaba un parón, porque no era capaz de pensar en otra cosa que no fuera su drama personal.

Al cabo de dos semanas, tomó el camino de regreso.  Era absurdo refugiarse de nuevo en la soledad.    No se daba cuenta, pero lo que en realidad necesitaba, era todo lo contrario a lo que iba buscando al huir de Londres:  encontrarse con él nuevamente. ¿ Buscar una oportunidad de encuentro? ¿Por qué no?  Quizá lo que debería hacer es frecuentarles más, tratar de conocer a la niña y que ella la conociese también. Los niños tienen la capacidad de aceptación.  No creía que fuese tan difícil.  Pero ella no tenía experiencia con los niños;  ni siquiera tenía sobrinos.  pero estaba dispuesta a aprender, a tener paciencia y hacerse con el corazón de Jasna y de su padre.

Al levantarse esa mañana, estaba más optimista.  Lo había pensado antes de dormirse y le había parecido una excelente idea..  Y buscó de nuevo el cuadernillo y en él escribió su pensamiento de ese día

" He trazado un plan: conquistar el corazón de Jasna.  Y para ello iré a buscar a su padre y le plantearé lo que deseo con todas mis fuerzas:  casarme con él y ser una madre para su hija.  No sé si lo aceptará.  Yo no estoy dispuesta a renunciar nuevamente al amor de mi vida "

Tomó su teléfono y pidió le comunicaran con él y escuchó su voz de nuevo, y de nuevo unas cosquillas recorrieron su estómago ante la voz  que, sobresaltada, la preguntaba si la ocurría algo, si se encontraba bien

— No ocurre nada, no te preocupes.  He estado unos días fuera después de nuestra conversación, y creo que no la hemos terminado. Debemos seguir conversando y se me ha ocurrido que en cuanto tengas un día libre me invites a cenar y de este modo concretar algo que tengo en mente

—Cuando quieras— respondió él intrigado, pero contento— ¿ Te parece bien el viernes por la noche?

— Teniendo en cuenta que estamos a martes, un poco lejos lo veo, pero... si, está bien— respondió Fiona

— Si es algo urgente... ¿Esta noche ?

— De acuerdo.  Mejor esta noche

Al cortar la comunicación, sonrió ampliamente como hacía mucho tiempo que no hacía.  Algo bullía en su cabeza y es que había recordado otro tiempo, lejano ya, cuando vivían juntos y trazaban planes para pasar una noche inolvidable

—Me prometo a mí misma, que ésta también lo será.  Lo juro — se dijo en voz alta

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