viernes, 21 de julio de 2017

Al final del camino - Capítulo 6 - Si te he visto, no me acuerdo

Y pasó esa semana y parte de la siguiente y Rose no había visto en todo ese tiempo a Richard.  ¿Debería preocuparse? Le llamó por teléfono en un par de ocasiones, pero sólo escuchó la grabación avisándo de que no estaba en casa.  Tampoco él se había puesto en contacto con ella.. ¿ Y si le hubiera ocurrido algo?  Por otro lado, no era la primera vez que no la llamaba, pero siempre  le devolvía la llamada registrada en el contestar, y esta vez no había sido así. ¿ Debía llamar a la policía ? ¿ Habría algún lugar en el que supieran de su ausencia.  Recordó que alguna vez que otra frecuentaba el pub de John, y hacia allí se dirigió. Estaba inquieta y preocupada.


- Sí ,  estuvo por aquí hace días y comentó que tenía que viajar a la capital por algún asunto. Estaría unos días  fuera - Eso fue lo que le respondió John.

Se quedó más tranquila, aunque no le gustó nada que no hubiera tenido la delicadeza de avisárselo
-Seguramente está cumpliendo con algún compromiso, pero al menos una llamada, si podría haber hecho.  Bueno, es su vida.

Y siguió su rutina y su vida como si nunca hubiera estado en ella el escritor. Y por fín una mañana al cabo de quince días, cuando Rose salió de su trabajo allí estaba Richard aguardándola.  La sorpresa de la chica fue grande, porque lo que menos esperaba es que él estuviera aguardándola. Le recibió con una sonrisa, a pesar de que estaba de uñas con él, pero en definitiva, ambos eran libres de ir y venir por donde quisieran;  no tenían ningún vínculo que les atase el uno al otro. No cabían las explicaciones, pues sólo eran amigos, ni tampoco los reproches por la misma razón.  Pero la preocupación que había tenido durante  tantos días se la tenía guardada; ya habría tiempo de devolver la jugada.

Se saludaron cordialmente con besos en las mejillas, como si hicieran cinco minutos que se hubieran visto. Él la tomó del brazo y la invito a tomar algo.  Ella por cortesía, y,  por qué no decirlo,  por curiosidad, le preguntó lo que había sido de su vida en esos días.

- He estado muy liado - Desde luego que sí, pensó ella -.  He dado charlas en Universidades, he visto a amigos que hacía tiempo no frecuentaba, y me he divertido un poco.
-¡ Pues no está nada mal !
- ¿ Y tú ?
-Estuve con mis amigas en Londres hace un par de semanas.  Lo pasamos genial.  Dispuestas a repetir la experiencia.  Y he conocido a alguien
¿ Por qué he dicho semejante tontería ?, pensó.-  Es falso.

 Y sin darse cuenta se puso ella en el lugar de Daphne.  En el fondo se alegró de haberle mentido, al ver la expresión de sorpresa que Richard  tenía.  Había tenido una pequeña, muy pequeña victoria.  Pero estaba dolida porque ni siquiera la hubiera pedido disculpas por haberse ausentado sin ninguna explicación.  Se sentaron junto al ventanal que dabaa la calle principal, pidieron una copa, y comenzaron a charlar de todo olo que habían hecho en estos días de ausencia.  Al cabo de un rato, él la dijo:


 - Y bien, háblame de ese afortunado que has conocido
- ¡ Oh !no tiene demasiada importancia. Es un chico guapo, inteligente y divertido.  Pasamos un rato fantástico
- ¿ Dónde estuvísteis?
- En el Coven
- ¡ Qué extraño no haber coincidido ! Yo también estuve una noche por allí
- Posiblemente ya me hubiera ido.  Estaba cansada y no era muy tarde cuando me retiré Además sólo fuimos en una ocasión. El tiempo no daba para más.
- ¿ Te gusta ? -

¿ A qué venía ese interrogatorio? ¿Acaso ella le había preguntado qué había hecho en esos días?

-  Si me gusta ¿ el qué ?
- El chico que conociste
-Francamente si. Me gusta y creo que bastante
- ¿ Vais a veros nuevamente?
- Depende. No lo sé.  Seguramente no volveremos a coincidir
- ¿ Tuvísteis algo más?
- ¿ Qué pregunta es esa? Eres muy indiscreto.  Yo no te pregunto si has tenido tema, aunque pienso que si

El giró la cabeza hacia el ventanal.  De repente le interesaba el paisaje que veía desde el interior del pub .  Cuando habló nuevamente, su expresión y sus palabras, dejaron a Rose totalmente descolocada

- Dime una cosa ¿ De qué vas ?
- ¿ Cómo dices ?
- Me acabas de soltar una sarta de mentiras ¿ por qué ?
- Y a ti ¿ qué te importa ? ¿ Cómo sabes que es mentira ?
-Porque yo si he conocido a alguien que tu conoces y me explicó todo
- ¡ Vaya ! Mucha confianza teníais  para chismorrear sobre otras personas.  Daphne es una lenguaraz, así que anda  con ojo porque puede ser que de rebote yo también conozca algo.  Además el criterio que tienes de mi es completamente erróneo.  Nunca me he metido en tu vida, porque pienso que es eso, tu vida. ¿ con qué derecho lo haces con la mía?
- Sencillamente porque a veces eres como una chiquilla. Me da igual lo que hagas o dejes de hacer, pero no quiero que me tomes por tonto, porque ¿a santo de qué me has metido esa trola.?  No has estado más que con tu amiga, no has conocido a nadie y no te has corrido ninguna juerga.  Eres una embustera
- Ya es suficiente. Mi importa un bledo lo que creas o dejes de pensar. Os deseo a tí y a Daphne que os divirtáis mucho.  Creo que nuestra amistad ha llegado a su límite. Te deseo lo mejor, que alcances el triunfo y que las mujeres te sigan adulando. Gracias por la invitación, has sido muy amable.


Cogió su bolso, y aunque  Richard intentó razonar con ella, y evitar que se marchara, no lo consiguió.  La dejó ir, sin explicarse el porqué de aquella situación que él mismo había creado  ¿Qué importaba si lo dicho era cierto o no? ¿ Qué le había pasado?  En definitiva no era más que un amigo y no tenía derecho a intervenir en su vida.  Y pensó que aquel día,. en aquel momento, su amistad, había puesto punto final.

 No volvieron a verse y a pesar de vivir en un lugar tan pequeño, evitaban ir por los sitios en que solían frecuentar cada uno de ellos.  Rose no volvió a hablar con su amiga Daphne; se sentía furiosa con ella, por haber hablado a sus espaldas.  Pero lo que más la enfureció fue que su amiga había pasado un buen rato con él, cosa que ella desperdició cuando se lo propuso.  Y la dolió esa despedida tan agria y tan absurda.  Richard pasados unos días, abandonó el pueblo y volvió a instalarse en Londres.

Estaba  furiosa con Richard ¿ cómo se había atrevido a comportarse de esa forma? ¿Con qué autoridad la había metido en esa encerrona ? ¿ Y por qué ella le había mentido tan descaradamente? ¿ Para darle celos ? ¿ Qué demonios la ocurría con Richard ? Dejarían de verse y de ser amigos.  Mejor, no le quería cerca de ella. Había encontrado su juguete en Daphne. ¿ Cómo ella le había hecho esa jugarreta a sabiendas de que la gustaba el escritor? ¿ Esa era una amiga ? No volvería a verla.  Nunca más.

Comenzó a dar vueltas en su cabeza que Porthleven ya no resultaba un lugar tan agradable para ella y debía cambiar de aires. Ahora todo le parecía aburrido y sin interés. Sintió que necesitaba el bullicio de una gran ciudad, aturdirse con el ruido y con las prisas.  Aquel lugar carecía de sentido. Liquidaría la inmobiliaria y se trasladaría  a cualquier otro sitio,y allí, con el dinero conseguido por su pequeño negocio, emprendería algo nuevo. Si era lo más acertado.  Cuando se lo dijo a Ingrid, ésta se llevó un gran disgusto, pero comprendía que quisiera ampliar sus horizontes., porque eso fue lo que la dijo  La ocultó el incidente con Richard y por supuesto no le dijo nada a Daphne.  De repente le había cogido una manía insoportable. Pero sabía perfectamente que lo que sentía por ella, no era otra cosa más que celos y una infinita tristeza por su incipiente amor pedido. Y de esta forma, pasados tres meses, Rose, con una maleta de mano, abandonó el lugar que en otro tiempo le pareció idílico, pero ahora le ahogaba.

Atrás dejo una época de su vida que hasta la aparición de él, había sido tranquila y apacible. Pero a raiz de su discusión, debía poner tierra de por medio. Vivir en otro lugar donde nunca le viera, donde todo fuera nuevo para ella.  Sabía que la tarea no iba a ser fácil: empezar de nuevo otra vez.  Echaría de menos a Ingrid, pero confiaba que en el nuevo lugar, pudiera hacerse amigos y olvidar de una vez por todas, la circunstancia vivida en Porthleven,

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