domingo, 21 de octubre de 2018

La Dama de la rosa - Capítulo 9 - Tenerle cerca

No sabía lo que podría tardar y si la encontraría, porque también cabía la posibilidad de haber ido a otro lugar.  Por eso advirtió a su ama de llaves que no sabía cuánto volvería a casa. Subió al coche y emprendió rumbo al pueblo.  Enseguida llegó, aparcó y lo primero que haría, sería preguntar por algún hotel, pensión y hostal en el que pudiera estar.  Tras informarle, se dirigió a una tienda de  material fotográfico; con suerte la conocerían.  Y efectivamente le indicaron que se había alojado en el hotel Belfast.  Un hotel pequeño, pero limpio y económico.  Y hacia allí se dirigió

No estaba en el hotel.  Le informaron que había regresado a su casa a recoger algo de ropa. Estaba visto que no sería fácil su búsqueda, pero al menos la había localizado.  regreso de inmediato y, efectivamente estaba en su casa  recogiendo algo que precisara.  aparcó  junto al coche de ella, y llamó a su puerta.  Abrió con cara de sorpresa, pero ninguna sonrisa.  O estaba enfadada o algo había salido mal.

- Ya has regresado.  ¿ Qué tal lo has pasado?
- Verás, lo siento.  No sé cómo disculparme, se me olvidó completamente que habíamos quedado para ese día. No te imaginas el disgusto que me llevé cuando Madelaine me lo dijo.  No sé en qué estaría pensando. Se me fue, sencillamente.
- No te preocupes.  No tienes ninguna obligación conmigo, y comprendo que tendrás miles de compromisos. Olvídalo..    De todas maneras no hubiéramos podido celebrarlo.  Ya no vivo aquí
- Si de eso también me he enterado, pero quiero que tú me lo cuentes
- No hay  nada que contar. Ha sido todo muy extraño y aún no termino de entenderlo
- ¿ Has ido a la policía ?
- No. no he ido aún
- Has de hacerlo lo antes posible
- Es que no sé qué voy a denunciar. No falta nada, no han revuelto nada. Sólo tiraron al suelo las fotografías.  Comprenderás que si voy con esa embajada me tomarán por chiflada.
- No es para tomárselo a broma
- Y no me lo tomo. Fue algo sumamente raro.  Me desperté porque en la habitación hacía mucho frío, pero no sólo yo lo notó: también Bruno se despertó.  En un principio pensé´que había dejado la ventana abierta, pero no era así y tampoco hacía fuera de casa una temperatura tan helada como la que sentía.  Era un frío muy especial, extraño.  Nunca había sentido algo parecido.  Volví a dormirme, pero el perro estaba inquieto, despierto y con la mirada fija en un rincón de la habitación, y ladraba sin parar. Yo acababa de tener un sueño con mi tía, en el que yo estaba, y ella me decía algo pero no entendía sus palabras. Lo puedo recordar perfectamente.  Luego se desvaneció y yo me desperté.  Cuando baje a la otra planta, vi lo de las fotografías y sólo la que te hice  estaba donde la dejamos: el resto esparcidas por el suelo.

No puedo contarle estas cosas a la policía, no me harían caso. No quiero pensar en algo que me da miedo hasta pronunciar el nombre, pero creo que ha sido una visita de mi tía.  Es algo sobrenatural.  Algo que tiene que ver contigo. En una ocasión recuerdo que me contó que por aquí se paseaba una antepasada nuestra que protegía a los habitantes de la casa.  les avisaba de algo malo que fuera a ocurrir, y siempre acertaba.  No creo en esas cosas, pero cómo explicas lo de Bruno ladrando a la pared.  Y la coincidencia con mi sueño ¿ qué me decía ? ¿ qué quería transmitirme.  No era una alucinación mía llevaba el mismo vestido del cuadro, y se la veía joven y hermosa. Reconozco su sonrisa y era todo tan real que hasta dudo de mi cordura
- Bueno, no creas que estás loca.  Hemos de avisar a la policía.  Quizá lo que a nosotros nos parezca una alucinación, ellos encuentren su lógica.  Es curioso porque esa noche, yo soñé contigo también.  Bueno.  No divaguemos más. Comprendo que tengas prevención a quedarte aquí sola. Vas a venir a casa.  En definitiva es tuya y hay habitaciones de sobra. Así estaremos acompañados.  No debes tener miedo.  Si se trata de algo sobrenatural, no es para hacerte daño, sino para algo bueno.  Tu misma acabas de decirlo.
- No Connor, seguiré en el hotel. Tienes que trabajar y no estar pendiente de los sueños tontos de una chica asustada.
- No eres tonta en absoluto. Vamos a casa. Iremos al hotel y recogerás lo que allí has dejado. No se hable más del asunto. Si es cierto que tiene algo que ver con nosotros, mejor facilitar la labor de nuestra "hada " estando cerca uno del otro.

El corazón de Connor galopaba sin parar; tenerla bajo el mismo techo era un comienzo, aunque fuera por este motivo y no porque ella estuviera enamorada de él.  Se arrepentía de haberse ido dejándola sola, pero ya era inútil seguir pensando en ello: no había remedio, había ocurrido.


A regañadientes, ella aceptó.  En verdad tenía prevención a quedarse sola en casa.  Sabía que si se trataba de esa presencia extraña, si en verdad era su tía, no tenía nada que temer, pero sólo de pensarlo le daban escalofríos. Metieron en el bolsón algo para el aseo y juntos regresarían al pueblo a pagar la cuenta del hotel y recoger lo que hubiera dejado allí

Pero lo que sucedió a continuación les dejó preocupados y se ratificaron en lo que había pensado Anya: había una presencia extraña en aquél lugar

Y ocurrió que al abrir la puerta de la mansión para dejar en la habitación de Anya todo lo recogido, Bruno emprendió escaleras arriba a gran velocidad, jadeando y medio ladrando.  Por muchas voces que le llamaban no atendía.  Iba directo hacia la galería de los retratos,  seguido por ellos dos, que estaban atónitos.  No pudieron darle alcancé; Bruno se paró frente al cuadro de la Dama de la rosa, mirándola fijamente y moviendo su rabo con alegría
Se miraron uno al otro.  El perro no llegó a conocer a Elizabeth ¿ Qué era todo aquello ?  Ellos se miraban y Connor la tomó de la mano que tenía helada.  No es porque estuviera enferma ni hiciera el frio helador de aquella noche, sino porque no entendía,  ni quería entender lo que estaba pasando
.  Pero cada vez se afirmaba más en que todo estaba relacionado con ellos ¿ Pero qué ?  Connor no quería hacerse ilusiones, pero pensaba que tenía una aliada en el más allá.  Y es que todo concordaba y por muchas vueltas que le diera, la única explicación que encontraba era que debía unir sus vidas. Pero ella ni siquiera lo mencionaba, con lo cual.. la tarea iba a ser muy difícil..
El cuadro se mantenía imperturbable, pero cada uno de ellos veía un rostro distinto.

- ¿ Ves como lo que te decía es verdad? La Dama sonríe
--No digas eso, está seria,  muy seria
- Yo la veo reír. ¿ No será que está enfadada contigo?
- No lo creo, además de tener buen carácter yo la quería.  Hay una forma muy sencilla de averiguarlo.  Haré una foto

Y sacó no una foto, sino dos y acudieron al pabellón para revelarla.  Todo seguía intacto, pero la foto de Connor estaba la primera de todas, y alineadas perfectamente.  Ella se dió cuenta de ello, pero no quiso decir nada para que no la tomara por una histérica, pero lo cierto era que este asunto la ponía frenética.
 Volvieron a la planta superior y Anya sacó las fotos ya reveladas y observaron que en una verdaderamente tenía un amago de sonrisa, sin embargo en la otra una mancha blanca difusa, cubría la cara de la Dama.  Era la prueba que necesitaban para cerciorarse de que por allí circulaba algún alma que quería darles un mensaje, pero ¿ cuál ? ¿ a quién ? A todas luces debía ser Anya la destinataria, pero no tenía ni idea de lo que su tía-abuela quería decirla.  Trataba de recordar alguna conversación que tuviera con ella, en la que expresase algún deseo no cumplido y se lo estaba reclamando, pero todas sus voluntades se cumplieron como ella deseaba,  Connor la miraba expectante e incrédulo, pero algo de misterio si que había, aunque no le daba miedo en absoluto.

- Bajemos y dejemos este tema de una vez.  Probablemente seamos nosotros mismos quienes reproduzcamos todo en nuestro subconsciente y todo sean imaginaciones.  Hablemos de otra cosa.



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