martes, 23 de octubre de 2018

La Dama de la rosa - Capítulo 13 - Viviendo la vida

 Un nuevo horizonte, una nueva vida se abría ante ellos..  Se sentían renovados, felices.  habían descargado el gran peso de su vida anterior y ahora todo era distinto y diáfano. No habría secretos, ni ocultaciones; todo lo hacían juntos  y las vida les sonreía..  Ninguno de los dos había vivido en pareja; sabían que surgirían discusiones hasta que se amoldasen a la nueva situación,, pero contaban con la buena voluntad  por parte de ambos.  Y decidieron comenzar su nueva vida retomando lo positivo de lo anterior.,  como era compartir los desayunos, y los almuerzos juntos. Anya seguiría corriendo con Bruno mientras el tiempo lo permitiera y seguiría con su proyecto de fotos. Connor compondría al menos toda la mañana.   Haría un alto para almorzar y por la tarde se lo dedicaría a su amada.  Era un pacto entre ellos.  Si algún día deseaban salir fuera de casa lo harían de mutuo acuerdo. Pero las noches eran para ellos sin excepción, sin excusas ni compromisos.


No volvieron a tener fenómenos extraños, pero muy a menudo Anya subía hasta la galería de los retratos y contemplaba el cuadro de su tía; a ella le seguía pareciendo seria.
 Y así pasaron los meses y llegó Navidad, y Connor decidió que era una época estupenda para viajar a Hawaii y que Anya conociera a su familia.  Estuvieron de acuerdo y alegres prepararon el viaje. A Madelaine le daría vacaciones también, y sería ella la que se hiciera cargo de Bruno.  La casa quedó sola y en silencio.  Volverían para Año Nuevo.

Anya estaba muy nerviosa.  Era la primera vez que conocería a la familia de su prometido.  estaban bien como estaban y no tenían ninguna prisa por casarse.  Ellos se consideraban marido y mujer y lo aseguraban cada noche y cada mañana.  No necesitaban papeles que les diera permiso para pertenecerse.  No eran religiosos y de libre pensamiento, por tanto no tuvieron pegas en seguir así hasta que ellos quisieran.

La familia de Connor vivía en Kauai, una zona residencial en la que se instalaban personas de alto poder adquisitivo y alguna que otra artista de Hollywood.  Sus gentes eran hospitalarias, amables y simpáticos.  El paisaje precioso y un mar azul intenso y cristalino.  Vivían en un gran chalet a pie de playa, y les recibieron con los brazos abiertos

- Por fin, Connor, vas a fundar una familia.  Creí que me moriría sin ser abuela
- Mamá, no corras tan aprisa.  primero queremos disfrutar de nuestra mutua compañía y después ya veremos cuando vendrán los niños, si es que decidimos tenerlos.

La impresión causada por Anya era inmejorable.  estaban encantados con ella y ella con su  nueva familia.Al fin podía considerar que tenía una familia. Todo eran halagos para ella y a veces no sabía cómo corresponder a tanto cariño.  Connor la miraba con infinito amor y orgulloso de ella. Se llevaba a las mil maravillas con su madre y eso beneficiaba a todos porque todos estaban a gusto con todos.

El día de Nochebuena llegó Eva, la hermana de Connor y con ella venía el que pronto sería su marido, otro más.  Se parecía mucho a su hermano y era extrovertida como toda la familia.  La cena fue alegre y nada nostálgica.  Habían pensado lo pasaría  el matrimonio solo, así que consideraron un regalo tener a sus hijos y sus respectivas parejas  sentados a la mesa.

Estuvieron charlando, riendo y bebiendo, hasta altas horas de la madrugada. Se mezclaban las conversaciones y los conversadores también. La madre de Connor preguntó a Anya cuándo y cómo se conocieron.  Ella se lo explicó y la madre quedó encantada.  Era una señora muy romántica con lo cual consideró que fue un flechazo fulminante. Claro Anya omitíó la segunda parte, que fue la ayuda de la Dama de la rosa

- Querida, nunca he visto a mi hijo ni riendo tanto ni tan feliz.  Me tenía preocupada, porque sé que salía con chicas, pero con ninguna llegaba a nada serio, ni nos las presentaba y eso era señal de que sería una fiebre pasajera.  Me preocupaba  también el campo en el que se desenvuelve;  me refiero al ambiente liberal de las películas. Sé que más de una se encaprichó de él, pero fue cuestión de una semana, una noche, no sé.. de poco. Estoy encantada contigo. Te quiere muchísimo; eso se nota en la forma de mirarte y de tomar tu mano constantemente.  Esos detalles, los hombres no se dan cuenta, pero nosotras sí.
- - Susan, le quiero muchísimo. No tengo familia, más que vosotros y él es todo mi apoyo, mi guía en la vida. Ya no sabría vivir sin él, sin su compañía..  Hemos pasados por momentos de indecisión, yo más que él, pero pudimos salvarlos todos y aquí estamos

 Connor se acercó hasta donde charlaban las dos mujeres, contento, porque su madre y Anya, se llevaran bien. La verdad es que con su madre era difícil llevarse mal, pero siempre existe el problema suegra-nuera.  Creía que en esta ocasión no existiría, además vivían lejos unos de otros.  pero lo cierto   era que toda marchaba bien.

De madrugada decidieron que debían ir a descansar y cada uno de ellos se retiraron a sus habitaciones.  Connor y Anya, comentaban cómo había ido la cena, las presentaciones y en general cómo habían reaccionado cada uno de ellos al haber conocido a la que sería su amor para toda la vida.

-Mañana iremos a la playa.  Se hace una especie de festival con los nativos, clásicos del día de Navidad y en ella bailan los de aquí y los que venimos de fuera.  Es todo un espectáculo. Nos pondrán collares de flores y con la amabilidad que les caracteriza, nos recibirán con los abrazos abiertos.
- Todo tiene una pinta estupenda.  Dime amor ¿ las chicas bailan moviendo las caderas de esa forma tan especial ?

  Connor rompió a reír imaginando por donde iba su pensamiento

- Si, cielo, con esa forma tan especial
- Pues no iremos- Y Connor reía aún más
- ¿ Por qué ? ¿ Crees acaso que van a encandilarme?  Tu ya me tienes siempre encandilado, no necesito a nadie más.

Comenzó a hacerla cosquillas y ella reía feliz y contenta bajo los juegos de él. La quería;  su madre se lo había confirmado, y él era feliz porque también se sentía amado.  Ambos eran felices.  Se abrazaron, se besaron y se amaron ¡ cómo no !

Y dispuestos a disfrutar del rico folclore hawaiano, bajaron a la playa; después se les uniría la hermana y su prometido.  Anya estaba deslumbrada por el colorido, el ritmo de música, a veces cadenciosa y la belleza de las muchachas.  Los hombres eran los encargados de tocar los instrumentos y ellas de danzar.  Había en algunas canciones que movían las caderas a velocidad de vértigo, provocando los aplausos de todos los que estaban presentes.
Había una de las muchachas que destacaba entre las demás.  Era la más alta, y la mas hermosa también. Dirigía la mirada a todos los presentes, hasta que un momento dado, se detuvo en Connor.

Iban bastante ligeras de ropa, pero eso formaba parte de su folclore, pero para Anya no pasó desapercibida la mirada de la muchacha.  Miró de reojo a Connor y éste sonreía divertido ante el maravilloso espectáculo de color que se estaba desarrollando.  De repente, Anya sintió la punzada de los celos y presintió en el acto que esa parte no la conocía, pero sin duda ellos dós se habían visto antes de ahora.  No era de extrañar, puesto que viajaba con frecuencia para ver a sus padres, pero la mirada era bastante clara en su expresión:   ellos se habían conocido mucho antes y creía que muy especialmente.  Tampoco era de extrañar que a los hombres presentes, se les fueran los ojos detrás de las chicas; iban ligeras de ropa, y sus movimientos eran de lo más sensuales. El mar, el sol, la playa, el color y la Naturaleza espléndida que les rodeaba, todo invitaba al amor.  Anya borró la sonrisa de su boca al ver que Connor no la quitaba la vista de encima.    Eva llegó a tiempo y su prometido entabló conversación con Connor.
- Ah, está esa- dijo al comprobar que la estrella principal era  Nohi, una antigua conocida por ella
- ¿ La conoces ? - preguntó Anya
- Si.  Es una antigua conocida .  Connor también la conoce. ¿ No te la ha presentado ?
- No, ni quiero que lo haga.  No me gusta su forma de mirarle
- No te preocupes. Connor está muy pillado por ti. Eso es agua pasada, pero que muy pasada

Y de inmediato sospechó que había habido algo ente ellos, de lo que él no  había hablado ¿ por olvido ó por omisión adrede?  En cuanto tuviera oportunidad se lo preguntaría; mientras tanto le observaba y él ni siquiera pestañeaba. Eso la dio mucho en que pensar.

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