jueves, 25 de octubre de 2018

La Dama de la rosa - Capítulo 16 - Un nuevo rumbo

Y el resto de las vacaciones lo pasaron con toda normalidad.  reian y se amaban siendo observados por el resto de la familia, a quienes les parecía imposible, que Connor se sintiera tan feliz con aquella dulce muchacha, de fuerte carácter, pero hasta parecía que le había rejuvenecido.  A ratos tocaba el piano y repetía una y otra vez la canción que compuso para Anya; ella dejaba todo lo que estuviera haciendo y se ponía frente a él mirándole emocionada y con los ojos acuosos de emoción

Y pasado ese periodo vacacional, de nuevo el trabajo y el día a día.  Ella había traído de Kauai una colección de fotografías maravillosas;  el paisaje divino , y no pudo resistir la tentación de fotografiarlo.  Esas serían el verano, las vacaciones, el paraíso.  Decididamente  serían esa estación.  También hizo algunas  de la familia que las pondría en un marco para tenerles presentes y, sobretodo de Connor, sin que él se diera cuenta.  Estaba guapísimo al natural, pensando, leyendo, componiendo, en su día a día.

El tiempo se le hacía largo mientras él trabajaba.  Salía con Bruno, pero las horas pasaban lentas para ella, así que pensó escribir a una de las revistas medio ambientales y les envió su book y su curriculum, por si acaso estuvieran interesados.  Tardaron  en responderle pero lo hicieron afirmativamente, aunque no era precisamente del medioambiente, sino de entrevistas a personalidades.  Ese campo lo dominaba perfectamente, aunque no era la idea que tenía, pero mejor eso que nada.
. Tendría que desplazarse a Londres donde tenían su sede central. Aprovecharía a hacerlo un viernes y así podrían pasar ese fin de semana en la capital inglesa.  Se lo diría a Connor.  No le interrumpiría; llevaba toda la mañana trabajando y estaba a punto de terminar la banda sonora de una película.  Después se tomaría un descanso.  Connor estaba pensando seriamente en retomar los conciertos.  Aún su nombre sonaba en la memoria de los melómanos que seguían con interés su música en las películas, pero donde en realidad daba todo de él, era en los conciertos.  Era un pianista extraordinario, en especial cuando interpretaba a Chopin.


  Anya le animaba a ello, pero el estaba remiso precisamente porque las tournés musicales eran para recorrer muchos lugares con muy pocas horas de permanencia en cada ciudad.  El estaba más o menos acostumbrado a ello, pero no quería separarse de Anya y para ella era pesado andar de avión en avión, o en coche o en tren.  Se lo tendría que pensar mucho.  Aún no habían pensado en los niños, pero quería fundar una familia con ella y para eso debía tener tranquilidad durante todo el embarazo.  Era todo muy complicado en la vida de un artista.
 Anya estaba en el pabellón seleccionando por orden,  la colección de fotos que tenía ya preparadas.  Su deseo era hacer un libro con todas ellas y editarlo con dinero de su bolsillo.  Conocía poco de la vida editorial de los libros y algo más de las revistas, pero eran diferentes métodos. No oyó entrar en el pabellón a Connor que había terminado su trabajo y venía en su busca.

- Te veo muy atareada. ¿Tienes tiempo para darme un beso?
- Para tí siempre tendré tiempo. - Fue hacia él y se abrazaron igual como si hiciera un siglo que no se viesen- ¡ Albricias !, por fin he terminado !-  dijo Connor tomándola en brazos y dando vueltas feliz
-¿ Ya está ? - pregunto Anya
- Ahora queda la segunda parte: la orquestación.  Para ello he de ir al estudio de grabación.  Hablar con el director que dirigirá a los músicos, cambiar impresiones... en fin el proceso más lento y pesado.  Tendré que desplazarme a Dublín o a Londres; creo que será a esta segunda ciudad; es donde están los mejores estudios de grabación.  No podré venir a comer. Nos veríamos por la noche, eso será lo peor de sobrellevar para mi.

-Referente a Londres quería comentarte algo.  He recibido respuesta a mi solicitud de una revista, pero no es de lo que yo quería, sino algo parecido a mi antiguo trabajo.  Se trata de entrevistas a personas de todos los estratos de la sociedad- le anunció Anya
-Pues me parece una excelente noticia.  En definitiva es algo semejante a lo que hacías  ¿no ?  Pero parece que no te convence
- No era mi idea, pero también ésta me gusta.  Me han citado el viernes, en Londres.  Había pensado que, puesto que ya has terminado el trabajo vinieras conmigo y pasar el fin de semana en Inglaterra
- Me parece una idea excelente. Si es lo que desea mi chica, así será.
- ¿ En serio, vendrás conmigo?
¡ Claro que iré contigo !, aunque sea al fin del mundo.

Y así lo hicieron. Reservaron una habitación en un hotel y mientras ella estaba en la entrevista para su futuro trabajo, Connor se acercaría a los estudios de grabación, que ya conocía, a saludar a los músicos que habían participado en otros trabajos anteriores.  Al entrar en el estudio,  le dijeron que estaban grabando un disco de un pianista que comenzaba su carrera como profesional.  Pidió entrar al control y disfrutar de la grabación.  Se trataba de un chico joven que le recordó sus comienzos en la música e hizo que pensara más en dar conciertos.  Lo hablaría con Anya mientras comían.  Cada vez estaba más entusiasmado con ese proyecto.  Inclusive se tomaría unas vacaciones y practicaría antes de hablar con agentes.  No desecharía la composición, pero de momento necesitaba cambiar de aires y los conciertos como solista o con orquesta, le satisfacían mucho..

Y lo hablaron mientras comían; Anya había conseguido el trabajo y aceptó de buen grado el cambio de rumbo que Connor iba a tomar. También hablaron de mudarse a Londres, puesto que las carreras de ambos tendrían su cuartel general en la capital, y aprovecharían los días libres y fines de semana para viajar a Irlanda.  Era un plan perfecto, en el que aún no entraban ni boda ni mucho menos niños.  Ambas cosas tendrían que esperar hasta ver cómo se organizaba su nueva vida.  Satisfechos, a los postres brindaron por su cambio de rumbo.

Y pasaron unos días y tal y como habían supuesto, hubieron de trasladarse a Londres.  Vivirían en un hotel hasta que encontraran un apartamento.  Anya realizó su primera entrevista a un autor de moda en el hotel Savoy.  Ella eligió la decoración y con un ayudante  preparó el escenario para realizar el trabajo fotográfico, pero también pidió hacer alguna foto,  mientras el compañero periodista, le hacía las consabidas preguntas.  Connor comenzó en los estudios sus arreglos junto al director, hacía los cambios más convenientes a medida que la proyección de la película así lo requiriese.  Era un trabajo pesado, pero a Connor no le importaba; era meticuloso en su trabajo y amaba lo que hacía.  No le suponía ningún sacrificio.

Por sus trabajos respectivos no podían quedar para comer a mediodía, y hasta la noche no se veían, incluso Connor llegaba tarde, muy tarde, el día que el trabajo no avanzaba todo lo deprisa que él quería.C

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