domingo, 21 de octubre de 2018

La Dama de la rosa - Capítulo 10 - Sueño de amor

Bajaron las escaleras lentamente, en silencio cada uno pensando en todo cuanto estaba aconteciendo.  Se sentaron en la biblioteca y Connor comenzó a hablar con ella, pero Anya estaba como mareada, y a veces las palabras no llegaban a su cabeza.  El se dio cuenta de que estaba a punto de desmayarse, y acudió a su lado antes de que se desplomara en el sillón.  Y en una fracción de segundo contemplo su rosto sereno desfallecido, y sintió una punzada en el pecho por todo lo que estaba pasando y comprendió que su vida dependía de ella.  Que ya no había escapatoria para él que la necesitaba allí a su lado y que debía actuar una vez se pasara esta racha extraña de fenómenos que no entendían ni sabía a qué obedecían.

Fueron tan sólo unos segundos lo que duró el desmayo, pero lo suficiente  para tenerla junto a su pecho.  Anya abrió los ojos y vió el rostro de Connor muy cerca del de ella y como si una mano le agarrara las entrañas, sintió esa sensación.de que algo había pasado que la unía a aquel hombre, que a penas conocía, que nada sabía de él, pero que la cuidaba y protegía en todo cuanto necesitase.  Que era cariñoso y galante con ella y que la miraba de una forma extraña y profunda cada vez que la veía.  Todos esos síntomas los conocía, pero nunca creyó volver a sentir algo por alguien.  Pero estaba ocurriendo y su rostro estaba cerca y su boca también. Y avanzaba hacia ella irremediablemente  hasta fundirse con la suya.  No rechazó la caricia, al contrario, le correspondió.  Y los brazos fuertes de él se cerraron más sobre ella en un abrazo intenso.

Connor de repente, reaccionó soltándola y pidiéndola perdón por su atrevimiento.  Ella no dijo nada, y él interpretó su silencio como que no quiso hacerle un desaire, cuando en realidad ella lo deseaba.

- Te ruego me disculpes.  No volverá a pasar. Por un instante te vi,  no como amiga, o hermana, sino como mujer.  Y me gustas Anya, me gustas mucho.  No he podido evitarlo No estés intranquila,  Estarás segura, no volveré a propasarme . Creo que debemos olvidar lo que ha pasado.

- ¿ Te refieres al beso ?  No te he rechazado, no me he enfadado. Me ha agradado sentir tus labios sobre los míos.  Estás exagerando las cosas.  Sólo ha sido un beso.Simplemente no lo esperaba.  Hacía mucho tiempo que nadie me besaba de esa forma.
- Pues para mi es importante - la respondió cortando el diálogo.
- Pero... ¿ por qué te cuento todo esto?. contestó ella

 Cada vez estaba más convencido de que a ella le era indiferente todo lo relacionado con él.  Ni siquiera le había reprochado su falta de asistencia a la cena para ese domingo.  No la interesaba nada; y eso le desesperaba cada vez mas..

-  Ven subamos arriba y elige la habitación en la que deseas dormir.  Si quieres la mía, estoy dispuesto a cedértela
- Por favor, no hagas que me sienta incómoda. ¿ Cómo voy a quitarte tu habitación ? Hay de sobra, y estaré bien en cualquiera. Sé que te ha molestado mi respuesta con tu beso, pero no tienes ni idea de lo segura que me siento a tu lado. Me gusta tu compañía pero no  te quiero acaparar.  Sé que tienes compromisos de trabajo y que el plantón del otro día posiblemente se obedeciera a algo semejante.  pero aunque así no lo fuera, se trata de tu vida y puedes hacer lo que quieras.  No tienes que darme explicaciones por nada; sólo que bien podrías haberme avisado.  Luego surgió todo el jaleo , bueno ya lo sabes.  No quiero que te sientas obligado hacia mi , aunqe no tienes idea de lo que agradezco tu protección y compañía.  Y ahora ¿ dónde dormiré ?
- Perdona.  estoy un poco nervioso, y seguramente estoy desagradable y antipático. No es esa mi intención; al contrario te quiero y aprecio tu compañía.  Perdóname, por favor.
- Dormiré en una habitación cercana a la tuya. Me siento más segura. Aunque no lo creas tengo miedo.  Miedo a lo desconocido. Sé que no son imaginaciones mías, pero no entiendo lo que está pasando.  Perdóname tú tamién porque haberle involucrado en ésto

- No me has involucrado tú. Me he involucrado yo solo, porque eres importante para mi.  No sé cómo voy a decírtelo.

Las habitaciones estaban contiguas.  Ella lo prefirió así, porque tenía la sensación de que los sueños o lo que fuera iban a repetirse y en verdad tenía miedo.  La sobrecogían y deseaba tenerle cerca para refugiarse en él, si lo necesitara.  Comieron tranquilamente y de sobremesa, Connor se sentó al piano y comenzó a tocar una música maravillosa, pero triste, con reminiscencias de amores no correspondidos. Liszt y su Sueño de Amor llenaban con sus notas toda la estancia.  Cada vez que se sentaba al piano, su rostro se transformaba y ella entornaba los ojos y era como si viviera la historia que aquellos hermosos acordes desgranaban.  Era un músico excepcional  que depositaba su alma en la interpretación.  No la miraba, no decía nada, pero su rostro estaba contraído por algo que le atormentaba.  Como todos los artistas, la sensibilidad la tenía a flor de piel; cualquier cosa,  por insignificante que fuera,  le hería o le alegraba, según fuese.  ¿ Le estaba ella atormentando? Le había dicho cosas muy tiernas que ella escuchó, pero que nunca se paro a analizarlas ¿ se había enamorado de ella ?  ¿ Tenía tanta influencia para ejercerla sobre las sensaciones de aquél hombre? Y ella ¿ qué sentía hacia él ? ¿ Era admiración, u otra cosa más profunda que se negaba a analizar ?

Tanto sentimiento ponía en la música que ella lo sentía muy dentro y sin darse cuenta los ojos se le llenaron de lágrimas y ni siquiera se dió cuenta de que Connor había parado de tocar y la miraba detenidamente, cómo resbalaban las lágrimas por sus mejillas.

- Anya ¿ Qué te ocurre ? ¿ Por qué lloras ?
- No me ocurre nada, sólo me has emocionado.  Eres un músico maravilloso que sabes cómo llegar al corazón de las personas
- Sólo me interesa llegar a un solo corazón, pero  no lo consigo

Anya no dijo nada.  Se hacía la distraída, pero no cayó en saco roto.  Una vez más le había lanzado una flecha y cada vez se acercaba más a la diana.  No quería fracasar de nuevo.  No se veía con las virtudes necesarias para enamorar a un hombre.  Su primer amor con el desprecio que la hizo, la dejó tocada  e incapaz de volver a sentir lo mismo.  Pero lo estaba sintiendo y no podía hacer nada por evitarlo.  Se dejaría llevar.  Pero no deseaba que volvieran a herirla,.  No daría ningún paso hasta estar segura de ello

A media tarde decidieron ir hasta el pabellón y ver si hubiera habido alguna novedad.  Todo estaba como lo habían dejado.  Al salir darían un paseo.  La tarde era bonita, algo suave y los rayos del sol se iban ocultando poco a poco.  La noche se acercaba y con ella esperaban alguna señal que les fuera aclarando lo que ocurría.  Pero al menos, si volvieran las pesadillas, él estaría cerca para ayudarla a despertar.

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