miércoles, 24 de octubre de 2018

La Dama de la rosa - Capítulo 15 - La playa

Todos en la casa dormían, excepto el servicio que se afanaba por preparar el desayuno.  Los señores no tardarían mucho en bajar a desayunar, a pesar de haber trasnochado la noche anterior.  Anya, sólo quiso café cargado para amortiguar el dolor de cabeza y el batir de las sienes que sentía. Tomó su toalla y se dirigió a la playa.  El ir y venir de las olas la calmaban.  Se sentó  cerca de la orilla;  a estas horas tan tempranas no había casi nadie.  Algún que otro madrugador paseando tranquilo.  El día se presentaba radiante de sol y sin excesivo calor. Las gaviotas revoloteaban y se sumergían en el mar tratando de enganchar algún pescado que a primeras horas de la mañana venían casi hasta la orilla. En el horizonte se divisaba alguna barquichuela. No había oleaje, así que tampoco surfistas.  Estiró la toalla en una hamaca  y se tumbó en ella. Corría una ligera brisa, y agradecía esa brizna de aire para despejar su dolor de cabeza.  Inconscientemente recordó la bronca del día anterior y la  llegada  de él con el amanecer.  No la importaba donde hubiera estado.  Quizá sería un buen momento para darse una tregua.  Todo había ido muy deprisa, quizá demasiado, y tendrían que pagar la factura que todas las personas pagan en su convivencia.

No quería disgustar a la familia de Connor; de haber estado solos, hubiera cogido la maleta y se hubiera marchado a casa, pero les debía consideración y respeto.  No tenían necesidad de enterarse de su discusión, por ese motivo permanecería en su casa,  tratando de guardar las apariencias.  La discusión y su motivo, era una mala señal y la disgustaba profundamente y mucho.   Se temía  que eso fuera el principio del fin.  Se quedó dormida durante un corto espacio de tiempo, pero a ella le pareció una eternidad.  Decidió meterse en el agua y bañarse;  probablemente la sentaría bien ese chapuzón. Y así lo hizo.  Nado bastante trecho, después con el agua hasta el cuello, permanecía quieta sólo manteniéndose a flote.  No le daba miedo; no había  resaca, con lo cual el mar estaba casi en calma chicha.

No había traído reloj, no sabía la hora que era, pero tampoco le importaba demasiado.  Salió del agua, y a medida que se acercaba a la orilla, observó que dos hombres tenían la vista puesta en ella.  Se giró para ver si había alguna otra muchacha, pero no había nadie más, luego entonces las miradas eran para ella.  En cierto modo no la molestaba,  a pesar de que sabía que habían recorrido su cuerpo de arriba abajo deteniéndose en el pecho, que es lo que suelen hacer todos los hombres.  pero quería, tenía la necesidad de convencerse a sí misma, que era una mujer atractiva que podía competir con cualquiera de su tipo.  Lamentó que no estuviera Connor y se percatara de lo ocurrido.  La siguieron con la mirada hasta que llegó a su hamaca. Ni siquiera les dirigió una mirada, pero sabía que de un momento a otro, alguno de ellos se acercarían hasta ella con cualquier pretexto para entablar conversación.  Y no se equivocó.  Pasados unos diez minutos, uno de ellos llegó pidiéndole fuego para encender un cigarro.

- Se me ha mojado eL encendedor
- Lo siento, pero no fumo
- Nadas muy bien
- Gracias.  Si no le importa tengo un dolor de cabeza horrible y deseo quedarme dormida. Disculpe
- ¿ Trasnochaste mucho anoche ?
- Eso no es asunto tuyo.
-La señora ha dicho que quiere dormir, así que ya te estás largando
-Eso a tí no te importa.  estoy hablando con ella
- Y yo contigo. Es mi mujer por si no te has enterado
- No  lo sabía, perdón entonces.

El chico dio media vuelta y Connor se quedó mirando a Anya.

- ¿ Estás cómoda con el biquini ? ¿ No te podías poner uno más pequeño ? ¿ Qué hubiera pasado si no llego a venir
- Pues me hubiera defendido sola. ¿ Qué crees que es la primera vez que me ocurre ? Y no tengo otro más pequeño, pero me has dado una idea.  Luego recorreré las tiendas a ver si lo encuentro
- Anya ...¿ Me estás desafiando?
- En absoluto.  Estoy tranquila tomando el sol.  Eres tú el que sigues de mal humor, así que aquí te quedas.  Me duele demasiado la cabeza como para aguantar estupideces
- Así que seguimos igual
- No he empezado yo. Pero se ve que lo de anoche te supo a poco
- Vayámonos a casa. Tenemos que hablar

La tomó del brazo y a paso firme se dirigieron al chalet de la familia. Ya estaban desayunando y después de saludarles, Anya decidió hacerles compañía; quería hacerle esperar, lo mismo que ella esperó por la noche.  sabía que estaba furioso.  Había tomado  de su propia medicina. , El,  tan templado,   se había dado cuenta que Anya despertaba curiosidad entre los hombres; así comprendería lo que ella sintió en la fiesta con Nohi.  Además la espera le exasperaría aún más, pero estaba tan dolida que se alegraba de que estuviera pasando un mal rato.  Ella lo había pasado durante todo el día y la noche, y aún seguía sin saber dónde había estado.  Dudaba que si lo había hecho con Nohi, se lo dijera, pero lo notaría de inmediato.
A pesar de no tener apetito, desayuno y tomó un calmante, porque la cabeza le iba a estallar de los nervios que tenía.  El dio media vuelta y se dirigió a la habitación; allí la esperaría.  En poco más de media hora, Anya entraba en ella, y Connor no podía aguantar más la ira que sentía. Se dirigió hacia ella y la puso contra la pared, juntando su cuerpo al de ella, y besándola con rabia, hasta el punto de que la hizo daño en los labios con el beso.
Jadeando de furia, y sorprendida Anya, por su actitud, la soltó de golpe .  Sus ojos echaban chispas y la miraba sin pestañear.  Cuando se calmó un poco la increpó como si ella hubiera sido la causante de todo

- ¿ A qué estás jugando ? ¿ Estás satisfecha ? Has conseguido sacarme de quicio
- ¿ Qué es lo que te pasa ? Llegas a casa amaneciendo, después de haber faltado toda la noche, sin saber dónde has estado todas esas horas ¿ y me echas la culpa ? Te has dado cuenta de algo que yo te reproché ayer y me lo negaste. Bien pues ahora ya sabes lo que se siente.  Esto no me gusta nada, Connor.  Ha pasado algo grave entre nosotros que tendrá difícil solución.  Quizá sea el momento de que regrese a mi casa; por nada del mundo desearía que tus padres se disgustaran



-¿ Me estás diciendo que te marchas?
-Exactamente.  eso te estoy diciendo.  El seguir con esta tirantez, tarde o temprano se darán cuenta, y para mi es muy violento, porque ellos ignoran lo que ha ocurrido entre nosotros.  Creo que es lo mejor para todos.  Les daré cualquier excusa. Que me han llamado para un trabajo, por ejemplo. Tu debes terminar tus vacaciones con ellos como habíamos planeado, pero creo que nos vendrá bien una pausa
- Si te vas, yo también
- Haz lo que quieras. No tengo autoridad para decir lo que debes hacer, pero creo que nos vendría bien distanciarnos y pensar detenidamente lo que será nuestra vida.
- Yo sé lo que será nuestra vida.  hasta ahora nos ha ido muy bien, y en el futuro será lo mismo.  Yo te quiero muchísimo, estoy loco por tí, y ésto ha sido una chiquillada. ¿ Crees que he pasado la noche con ella? Pues te equivocas, estuve solo en la playa, completamente solo.  Tenía mucho en lo que pensar y me di cuenta  que es a tí a quién necesito, que me inspiras en el trabajo y me satisfaces plenamente en nuestra vida juntos.  Es cierto que no te hable de ella. No creí que tuviera tanta importancia como le has dado.  Yo era muy joven y eso fue hace muchos años
- Entérate Connor.  No es por le que pudieras hacer anteriormente, sino lo que hiciste ayer.  No te ha gustado que esos chicos me miraran, pues eso mismo sentí yo durante toda la mañana
- Esos idiotas te estaban desnudando con la mirada, y eres mi mujer, la que yo he elegido para mi solo
- ¿ Crees que tu no lo hacías con Nehi ? ¿En serio lo crees?
- Este tema se nos está yendo de las manos. ¿ No podemos correr un velo sobre ello y olvidarlo? No quiero perderte.  Te necesito a mi lado siempre.  te lo he repetido miles de veces.
- Connor, . vas a volverme loca.  Ayer me sentí ridícula, insignificante, y supe que habrán muchas mujeres revoloteando a tu alrededor cuando salgas de gira, pero confío que no tendrás nada con ellas.

El avanzó hacia ella y la besó con tanto ardor, que Anya cedió a su pasión, y dieron rienda suelta a lo que ambos sentían y que era más fuerte que ellos.  Sin romper su abrazo fueron caminando en dirección a la cama.  Allí solucionarían definitivamente su problema.  Ambos se amaban, y ésto había sido una nube de verano que no impediría que su amor saliera a flote una vez más

- Anoche, por primera vez desde que estamos juntos, no te hice el amor, así que tendré que desquitarme.  te necesito Anya. Por favor, que nada rompa nuestro amor
- Nada ni nadie podría arrebatarme el amor que siento por tí, Connor.  Sólo deseo que tu me correspondas de igual manera, que seamos el uno para el otro. Sin reservas ni mentiras a medias, sino la verdad pura y dura y en el momento sin ocultar  nada, por doloroso que sea.  Esta noche ha sido terrible. Porque deseaba salir a tu encuentro pero estaba atrapada por  no conocer el lugar ni saber por donde andarías, y por otro lado, que tu familia no se diera cuenta de lo que estaba pasando.  Me moría de angustia por si te hubiera pasado algo malo, y por creer que estabas con ella.  Te necesitaba a mi lado para que calmaras mis incertidumbres y volviste muy, muy tarde.  Pero sentí tu abrazo y quedarte dormido. Tenía que dar rienda suelta a todo lo vivido y decidí ir a la playa.  El resto ya lo sabes
- Nunca más, ¿ me oyes ?, nunca más vuelvas a dudar de mi. Te quiero demasiado como para renunciar a ti y escoger a otra.  No hay  nadie que me interese. Sólo tú, y siempre serás tú.

Y juntaron sus labios y abrazados se durmieron hasta casi el medio día.  estaban exhaustos de la mala noche pasada, que había sido un nubarrón, pero no llegó a convertirse en tormenta.


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