lunes, 29 de octubre de 2018

La Dama de la rosa - Capítulo 21 - Volverse a ver

Ella no tuvo más sueños con su tía y no quiso preguntar a la niña para no incentivar su fantasía. El día de su encuentro con Connor había llegado.  estaba nerviosa y su estado de ansiedad, se traducía en dar íordenes a mil por hora a todos los ayudantes que habían acudido al Conservatorio con ella.  Llegaron una hora antes de lo fijado; quería tener todo dispuesto para cuando él llegase.  Cuanto antes terminaran el trabajo, antes se quedaría tranquila.  Lo esperaba con ansia y con temor ¿ Tendría oportunidad de hablar con él? ¿ Tendría el suficiente valor como para decirle que tenía una hija ?  Si así fuera ¿ qué reacción tendría ?  Esperaba   que la culpase de todo, y en parte tenía razón, porque lo había intentado antes de dar a luz, pero no lo volvió a hacer nunca más
Era su hija, sólo de ella.  El estaba casado y ni siquiera se preocupó de saber cómo estaba a pesar de haber dejado su relación.  No la querría mucho cuando se comportó de esa manera.

- Tengo que centrarme en lo que voy a hacer -, se decía mentalmente, porque se daba cuenta de que no estaba lo suficientemente atenta a su trabajo-

Ya estaba todo preparado.  Miró el reloj inquieta.  sabía que Connor era puntual en sus citas; a penas faltaban cinco minutos para que estuviera frente a ella.  En su trabajo nunca había comentado que le conocía muy bien, sino simplemente que en una ocasión no estuvieron de acuerdo en un reportaje y desde entonces no conectaban.  De repente la puerta se abrió y unos ojos penetrantes se clavaron en el rostro de Anya:  había llegado antes de la hora.  Dió los buenos días y se dirigió a ella directamente.  El magnetismo que un día les uniera, estaba de nuevo ahí,  presente, en ambos.  Era como si una corriente eléctrica recorriera sus espaldas.

- Buenos días señorita Burke. ¿ O he de decirla señora?- dijo medio en broma y medio en serio.  Ella sabía por qué lo decía
- Dejémoslo en señorita - le respondió cortante
-¿Está bien ? La última vez que nos vimos no fue muy agradable
- De eso hace mucho tiempo.  Me extraña que lo recuerde
- Muy bien, pues si todo está dispuesto comencemos cuando quieran - dijo muy dueño de la situación

Le explicó lo que quería hacer, y él asintió conforme.  Estaba seguro que haría un buen trabajo.  Le indicó cómo situarse y sin mediar más palabras comenzó a disparar su cámara, mientras él no dejaba de mirarla. Ya tenían un buen lote, cuando la sesión se interrumpió al recibir una llamada en su móvil

- ¿ Es la señorita Burke?
- Si soy yo ¿ qué ocurre?
-Es del colegio de su hija
- ¿ Qué pasa ? ¿ Le ha ocurrido algo a Perl ?
- Verá no se alarme, estamos en el hospital, se ha caído en el recreo y se ha hecho daño.  La están atendiendo en estos momentos
- ¿ En qué hospital ?

A penas supo el nombre colgó la comunicación y dirigiéndose a Connor dijo:

- Lo siento.  Mi hija ha sufrido un accidente en el colegio y está en el hospital.  Mi compañero seguirá con la sesión.  Casi hemos terminado.
- Yo la llevaré no está en condiciones de conducir. Ya  terminaremos otro día.  Venga vayámonos.

Estaba lívida y a punto de echarse a llorar.  No pensaba en nada, no podía pensar en nada.  Sólo tenía en su mente, la carita de Perl.  Connor la miraba de reojo entendiendo la situación.  Como sospechaba se había casado y probablemente separado, , puesto que quiso que la denominara como señorita.  Y había tenido una hija.  ¡ Qué de vueltas daba todo  !

Entró con ella hasta la recepción y allí les informaron de dónde estaba la niña.  Cuando llegaron,  la enfermera del colegio, junto a su profesora la esperaban impacientes.  A penas las saludó, sólo quería saber qué había ocurrido y cómo se encontraba

- ¿ Que ha pasado, dónde está ?
- Ha sufrido una conmoción, que afortunadamente parece leve.  Se ha hecho daño en un brazo y creen que sea fractura.  No se preocupe señora Burke, está bien atendida.
- ¿ Cómo ha ocurrido?
- Se tiró en marcha de un columpio no sabemos por qué. Enseguida la enfermera del colegio la atendió pero creímos conveniente traerla aquí
- Si, si desde luego. Muchas gracias por todo.
- Si no nos necesita regresaremos al colegio, es casi la hora de salida para almorzar de los niños
- Claro, claro. Hagan lo que tengan que hacer y muchas gracias
- Tendrás muchas cosas que hacer.  No es necesario que te quedes - dijo a Connor
- Lo único que tengo que hacer es quedarme contigo y saber el resultado de todo
- De verdad que no hace falta, estoy bien
-¿ Que estás bien ? Estás a punto de desmayarte
- Es mi hija  - y no pudiendo contenerse más comenzó a llorar

El la atrajo hacia sí, y de nuevo volvió a vivir sus días felices, cuando aspiraba el aroma de su cabello.  Entornó los ojos y volvió a besar su cabeza como hacía entonces. ¿ Cómo había podido vivir todos estos años sin tenerla tan cerca? ¿ Qué disparate cometieron ? Porque estaba claro que seguían sintiendo lo mismo.  Ella al  abrazo de él,  se relajó y pensaba que aún la quería a pesar de estar casado.

- ¿ Estás mejor ?
- Si gracias.  Los nervios me han traicionado.  De verdad puedes irte
- No voy a ir a ninguna parte.  No tengo otra cosa que hacer más que estar contigo, con vosotras. Dime  ¿cómo es ? ¿ Se parece a tí ?
- Se parece a su padre.  Es igual a tí

 Se la quedó mirando sin entender lo que acababa de escuchar.  Hizo que  repitiera lo que había dicho

- ¿ Qué es lo que has dicho?
- Que tú eres su padre.  Tiene cinco años y es idéntica a ti

Lo soltó de golpe.  La sujetó  por los brazos  mirándola desencajado

- ¿ Es mi hija y me entero ahora ? ¿ Cómo has podido ocultarlo durante tanto tiempo? ¿ Cómo has podido ser tan cruel ?
- Traté de hablar contigo nada más saber que estaba embarazada. Llamé a tu despacho y tu representante me dijo que no podía interrumpirte, que tú me llamarías.  Traté de hablar con tu familia y estaban de viaje ¿ qué más querías que hiciera? Es cierto dejé pasar el tiempo, pero nadie se interesó por mi, ni por qué llamaba. Así que sería mía solamente y sería yo quien la educara y atendiera.  ¿ Crees que fue fácil ? Cuando supe que te habías casado , comprendí por qué tu agente no quería que hablase contigo.  Yo sólo quería que lo supieras, nada más.  No pretendía otra cosa, porque siempre supe que en algún momento tendrías que saberlo.  Aún no sé cómo he podido decírtelo ahora
- No es el momento ni el lugar para discutirlo, pero hemos de aclarar todo esto

- Por otro lado habíamos acordado no casarnos ni tener hijos de momento.  Me quedé embarazada de la última vez que estuvimos juntos.  No tomé las debidas precauciones.  Pero ¿ sabes qué ?  Bendigo ese momento y todos los que siguieron porque la he tenido a ella y es el único motivo por el que sigo viviendo.  No estoy hablando de suicidio, no lo interpretes mal.  Sino que ella es mi motivo para seguir luchando por ella y para ella.  No tengo a más nadie.  Eso es todo.  Ahora júzgame como quieras, me da lo mismo.  En definitiva siempre seré la culpable, pero francamente no me importa lo que pienses de mi. Tú ya tienes a tu mujer y tu vida resuelta y yo tengo que resolverla día a día por ella, porque por Perl es que lo hago todo, el resto me da lo mismo.
- ¿ Es que no pensabas decírmelo nunca ?
- Te equivocas, siempre supe que debías saberlo, y hoy pensaba quedar contigo para hablar precisamente de ese tema.  Pero todo se ha precipitado; creo que es mejor así. No sé qué voy a decirla porque ella cree que su padre está fuera pero que algún día vendrá
- Pues su padre ya ha llegado. La veremos en cuanto nos lo autoricen y se lo diremos sencillamente. Sus mentes no conocen verdades a medias, ni mentiras.  Sólo la verdad que ven,  simplemente.  La diremos que he llegado de ese viaje que nunca se terminaba y nada más. Ella lo asimilará pronto, mejor que nosotros.

Anya comenzó a dar paseos por la sala de espera.  Se retorcía las manos de puro nerviosismo.  El la miraba tranquilo a pesar de la noticia que acababa de recibir, y en el fondo estaba contento.  Tenía una hija y había sido con la mujer que ha amado durante toda su vida.  Le daban ganas de abrazarla y decirla " no te preocupes, cariño.  Todo va  salir bien ".  estaba deseando conocer a la pequeña, pero al mismo tiempo estaba enfurecido con su representante por no haberle dado el recado. Si lo hubiera hecho es muy posible que al enterarse no se hubiera casado y ahora estarían juntos esperando la noticia del médico, pero no como dos extraños, sino como padres de la niña, como marido y mujer, que es lo que debió ser desde un principio..

Al fin el médico salió a dar el resultado de la exploración

- La niña se encuentra bien.  La hemos hecho un escáner puesto que recibió un golpe en la cabeza y no tiene ninguna lesión, que era lo más preocupante. Se ha fracturado la muñeca, pero eso dentro de poco estará curada. Llama a su madre y está un poco asustada. Es conveniente que se quede esta noche en observación, aunque creemos que no habrán complicaciones. Y ahora si quiere pasar a verla...

- Desde luego, es nuestra hija y estamos deseando verla - respondió Connor. Ya habría tiempo de ajustar cuentas; ahora la pequeña era lo más importante

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