Su suegro deseaba visitarles. No tenía otro objeto mas que estar en familia. Desde la muerte de su mujer, se encontraba bastante solo. Jeremy vivía lejos. Anthony, entre el trabajo y con su nueva situación de casado, tampoco tenía mucho tiempo. A pesar de que le insistiera en que viviera en Londres, Philip se resistía. Era igual que la madre de Rose; les costaba renunciar a lo que fue su vida .
Echaba de menos los buenos ratos , cuando los cuatro eran una familia. Pero ahora era el turno de la siguiente generación. La casa estaba demasiado solitaria. Necesitaba el calor de hogar del que ahora carecía. Pensó que con Rosemary y Anthony se sentiría arropado.
Rosemary respiró aliviada. No vendría a reclamar nada, sino en busca de cariño. Hablaría con su marido para reconvenirle acerca de la soledad de su padre. E instintivamente, pensó en su madre. Estaba en la misma situación. En la soledad de los padres, cuando nos vamos de casa definitivamente, no habían pensado, pero estaba ahí y debían remediarlo. Lo hablaría con su marido esa misma noche , cuando se acostaran.
Y justamente eso, constituyó una gran discrepancia entre ellos. Dicen que el primer año de casados es difícil, y el de ambos, lo era aún más. Se habían casado demasiado pronto, sin apenas conocerse. De ella, Anthony lo sabía todo, pero ella tenía bastantes lagunas referente a su marido. Y la actitud con su padre era una de ellas.
Trató por todos los medios hacerle ver que se encontraba solo. Él la escuchaba con el entrecejo fruncido, señal de que no le gustaba lo que estaban hablando. ¿ Qué le había ocurrido en su vida que le costaba tanto trabajo hablar de su familia?
Siempre la había dicho que se sentía unido a su madre, pero apenas rozaba al resto. Se temía que entre los varones de la casa, había sucedido algo, y no sencillo precisamente. Anthony era una persona noble y generosa y, sin embargo, rechazaba a las personas de su misma sangre . ¿ Sería un secreto de familia? ¿ Por qué no había hablado de ello? ¿ No había pasado el tiempo suficiente para olvidarlo? Había formado con ella un núcleo familiar, pero como temía, no lo sabía todo de él. La daba miedo saber lo que hubiera ocurrido, pero necesitaba saberlo. Apenas insinuó lo que pensaba, Anthony se puso tenso y de plano la dijo fríamente:
— Dejemos ese tema
— Pero ¿por qué? Es tu familia. Tu padre me ha dado una pena enorme. Se siente solo
— He dicho que no quiero hablar de eso. Si se siente solo, no seré yo quién le cierre la puerta de nuestra casa, pero de visita. Tu madre también vive sola. Acabamos de casarnos. Necesitamos estar solos, porque como bien dices, aún hemos de conocernos a fondo.
— No insistas. Conoces toda mi vida. Lo que debes saber. Lo pasado anterior a ti, no merece la pena recordarlo.
— Pero...
— No insistas, por favor. Dejémoslo estar
¿ Qué era lo que la ocultaba? No terminaba de entender su rechazo frontal para hablar de ello. Anthony le daba la espalda, dando por terminada la discusión. Su primera discusión. Y ella malhumorada hizo lo mismo. Ni siquiera la deseó las buenas noches, como hacía a diario. Ni le había dado el último beso antes de dormir. ¿ Tan grave era lo que quiera que sucediera? Y ella ¿ debía pagar el pato?
No entendía nada y eso la dolió. Nunca se había comportado de esa forma y, al desconocer lo que hubiera ocurrido entonces, la apenó mucho, porque se dio cuenta de que, en verdad eran aún dos extraños, que no sabían nada uno del otro.
Anthony se despertó ¿ normal? No del todo. Aún guardaba la sensación amarga de la noche anterior. Se acercó a ella, que preparaba el desayuno, y la rodeó con sus brazos, besando su cuello y sus mejillas. Tenían un fin de semana para ellos solos, así que la propondría algún viaje a algún lugar cercano. Tan sólo hacía unos meses que se habían casado. Estaban, aún, de luna de miel. A ambos no les gustaba la forma en que se habían dormido la noche anterior. Quería resarcirla de algún modo para borrar la amarga sensación vivida.
Comprendió que ella no tenía la culpa de nada, y que, en efecto, debía dar explicaciones del porqué de esa animadversión a hablar del tema. Era su mujer, no una extraña. Él sabía todo lo de su vida, de una vida que había transcurrido con normalidad en una familia normal. Pero en la de él, había algo "oscuro", y tenía todo el derecho del mundo a saberlo.
— Te lo contaré todo. Pero antes desayunemos. Y después...
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