martes, 16 de enero de 2018

No fue un sueño, sino tú - Capítulo 10 - Adiós Alcudia

Dudaba al descolgar el teléfono ¿ Debía llamarla ?,.  Y volvía a colgar.  Habían quedado de una forma extraña el día anterior.  Pensaba que ella lo había dejado claro: no la interesaba una relación con él.  Debía dejar las cosas como habian quedado.  No la llamaría, no la vería,  se marcharía.  Creia que era lo mejor: adelantar el viaje.  Comenzó a guardar las cosas y llamó a la compañía Bristish Airways para encargar un billete a Londres  cuanto antes.


Isabel no tenía prisa por levantarse.  Sabía que no le iba a ver.  La despedida muy fria y protocolaría.  Si tuviera interés en ella, insistiría.  Si no lo hacía, era mejor dejarlo cuanto antes para que las cosas no fueran más allá.  Pensó que quizá estuviera bien abrir la farmacia; en definitiva no tenía otra cosa más que hacer, y así al menos pasaría algunas horas más distraída, que quedándose en casa rumiando su fracaso.

Y pasó la Semana Santa, y no había vuelto a verle ni a saber nada de él.  Ella no volvió a la playa, y Albert seguramente, ya habría regresado a su país.  Y de nuevo se impuso el trabajo y la rutina.  Estaba totalmente desmoralizada;  había perdido su habitual buen humor, y su compañera en la farmacia, lo notó.  Apreciaba mucho a Isabel, y le dolía la forma en que había enfocado su vida.  Pero bien es cierto que ella nunca se quejó de lo aburrida que era, hasta ahora.  ¿ Qué había ocurrido para que al fin se diera cuenta de que la vida va más allá de Alcudia?

Celia, la manceba de la farmacia, al verla tan poco habladora y pensativa, se decidió  a hablar con ella y tratar de averiguar qué la ocurría, para haber dado ese cambio tan extremo..  Era a mediodía.   estaban a punto de cerrar, cuando ambas jóvenes sentadas una frente a la otra, charlaban de cosas sucedidas en las vacaciones recientes, cuando Celia, la preguntó por cómo le había ido con Albert. Isabel se la quedó mirando y la dijo escuetamente:

- De ese tema no quiero hablar

Ahí estaba la cuestión. Algo había sucedido  con el ingles y por la impresión que tenía es que no había ido nada bien.  Y resuelta para ayudar a su amiga la dijo:

- Pues haces mal .  Nos conocemos desde hace tiempo, y sabes que lo que me cuentes se queda entre nosotras.  Te veo muy apagada.  No eres tú, y es por algo que ha ocurrido en estos días. Cuéntamelo, por favor.  Te sentirás mejor después de hacerlo.

Isabel, necesitaba hablar con alguien y no rechazó la idea .  Además por la experiencia de su amiga, podría aconsejarla lo que debía hacer:

- Está bien, te lo contaré.  Es muy sencillo:  me gusta.  Mucho.  Pero yo a él no; sólo busca algo que no estoy dispuesta a hacer.  Ese es el problema.  Se me pasará al cabo de un tiempo. No te preocupes, sólo que ...me enamoré de él.  Fuí una estúpida al no darme cuenta de que era totalmente inalcanzable, y en lo que menos pensaba era establecer una relación con alguien como yo
- ¿ Con alguien como tú ? ¡ Eres guapísima, simpátíca, inteligente, divertida..., sigo ?  Además eres buena y sé que harías feliz a cualquier hombre.  Patricio está loco por tí.  Vuelve tu mirada hacia él.
- No puedo, Celia.  No puedo.  Además no me gusta como novio.  Le aprecio como amigo, pero nada más
- Lo que necesitas es airearte
- ¿ Airearme ? ¿ Qué quieres decir?
- Pues que salgas.  Que vivas la vida.  Tú puedes hacerlo; no tienes cargas y eres libre. Sal de aquí.  Conoce otros lugares, otras gentes.  Verás como se te pasa. Encontrarás a alguien que te sepa valorar y te ame por lo que eres y como eres..  Hazme caso; todas hemos sufrido alguna vez, el mal de amores, pero puedo asegurarte que se cura.  Pero tienes que hacer algo; no puedes quedarte detrás de un mostrador toda tu vida.  Sal ahí fuera y vive la vida.

Ambas amigas se abrazaron y Celia consoló a su amiga y calmó su llanto

- ¿ Por qué he tenido que enamorarme de él ? ¿ Por qué ?
- Hija el amor no conoce razones.  Te ha pasado y ya está.  Ahora está en tus manos seguir llorando su ausencia ó salir al mundo a comértelo.  Créeme apuesta por la segunda opción.  Si él siente algo por tí, se dará cuenta y volverá a buscarte. Primero da un cambio a tu vida.  Empezaremos por tu arreglo: irás a la peluquería, te harás un cambio de imágen y después me dices si eres guapa o no.

Tras hacerse la remolona, Isabel aceptó al fin el plan de su amiga, y al día siguiente entraba en la peluquería de Araceli.  Lo dejaría todo en sus manos. profesionales.  En definitiva le daba lo mismo, .  Y el cambio fue espectacular y todo el mundo que la conocía se hizo eco de la tansformación

.Albert, se incorporó a su trabajo antes de lo previsto con la consabida sorpresa de sus compañeros que no esperaban que regresara tan pronto de sus vacaciones primaverales.  Puso una excusa pueril para justificarse.  No deseaba ser el comentario de su equipo, así que procuró ser el mismo de siempre, aunque le costara un triunfo disimular su enfado e incomodidad.  Su salida de Alcudia, fue triste e inesperada. Antes de abandonar la ciudad, pasó por delante de la casa de ella.  Todo estaba a oscuras y herméticamente cerrado, por lo que dedujo que estaba ausente.  Se reprochaba el no haberse despedido. Le pondría un mensaje desde el aeropuerto.

Minutos antes de embarcar, escribió su despedida a Isabel:  " Tengo que regresar de inmediato a Londres.  Estaremos en contacto.  Cuídate .  Albert ". Y así escuetamente supo que ya no estaba en Alcudia.  Había desconectado el teléfono fijo y apagado el móvil  No deseaba escucharle, si es que tenía la intención de llamarla, por este motivo se enteró de que estaba  de regreso un día después de qu él se marchara.  Ahora todo había concluido definitivamente; ya no había arreglo posible.

Lo que ahora debía hacer, es seguir el consejo de Celia, y comenzar a vivir la vida.  Y lo hizo.  Lo primero que planearía, sería un viaje para el verano.  No la importaba el lugar:  quería distraerse y comenzar un nuevo rumbo en su vida.

Y fue a Palma y entró en una agencia de viajes.  Revisó todos los folletos y nunguno la satisfacía.  No quería emprender un viaje a algún paraíso tropical.  No deseaba ir muy lejos, posiblemente a Europa.  Reservo un viaje colectivo con pocas personas.  De esta forma no se sentiría tan sola y extraña.  Seguro que entablaría amistad con alguien que fuera lo mismo que ella, en soledad.  Quedó en que lo revisaría más a fondo y les llamaría para darles los datos y reservar  la plaza si es que alguno le atrajese.

Y ayudada por Celia, escogió una ruta por Suiza: Berna y Ginebra, las ciudades y algún cantón aleman con posibilidad de visitar también el italiano.   No le hacía demasiada ilusión, pero sí sentía curiosidad por conocer ese país pequeño y neutral que vivía espléndidamente gracias a sus bancos y a los depósitos monetarios ocultos que allí se guardaban.  Celia la felicitó por su decisión, y para no arrepentirse, llamó a la Agencia reservando su billete.  Partirían en avión el día 15 de Julio desde Palma, rumbo a Ginebra, y allí recorrerían el país en autocar.
 Llegaría a Palma dos días antes de la partida, para concretar si necesitaba algo más y no esperar a última hora, por si surgiera algún imprevisto.

Y el día 15 de Julio, se vio sentada en primera clase del avión de la SwissAir rumbo a Ginebra, su primera escala.


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