sábado, 14 de octubre de 2017

La primera vez que visité Londres - Capítulo 14 - Mi regreso

Al cerrar la puerta tras de mí, del que hasta ese momento había sido mi hogar, un nudo de emoción atenazo mi garganta. Si el problema había sido el no tener hijos, hubiera renunciado a todo por dárselos, pero ya no existía diálogo entre nosotros, y cada vez que hablábamos sólo había reproches, malas caras y últimamente hasta gritos.  Habíamos llegado a una situación insostenible. ¿ Dónde  había quedado el amor que juramos fuera eterno? Yo sabía de mis sentimientos hacia él, pero no sabía de los que James albergaba respecto a mi.  Durante todo el vuelo no paré de llorar.  No sólo había perdido al amor de mi vida, sino que mi autoestima, mi orgullo estaban seriamente dañados.  Y en poco más de las dos horas que duró el vuelo, me tracé un plan  tenía que demostrarles mi valía,  y me hice el firme propósito de demostrarlo.   No sabia, cómo, ni cuando, pero lo haría y se lo haría llegar.


Sabía que él me había amado, que nuestro casamiento no fue una decisión repentina, sólo un capricho, en absoluto,  fue amor firme y verdadero.  Seguramente las influencias ajenas de un día tras otro, fueron las que dieron al traste con nuestra unión.  Y ahora venía la segunda parte el contaros  la verdadera razón de mi presencia en Marbella, ya que no os  había puesto al corriente de nuestro problema.  No quería que estuviéseis preocupados; se me ocurriría algo para haceros  comprender que lo mejor era la distancia durante un tiempo.  Un tiempo que  quizá se prolongase   indefinidamente.

Necesitaba vuestro abrazo. Estar en casa. Me atenazaba una profunda emoción que a duras penas podía contener.  Fue un choque emocional muy fuerte, que sentí al verme a solas en mi habitación, entre mis cosas de cuando era una jovencita con todas las ilusiones por descubrir aún. Abrí uno de los cajones de la cómoda para colocar la ropa y allí estaba el billete y uno de los boletos de turismo de la primera vez que fui a Londres.  Y ese fue el detonante para que rompiera en un llanto desgarrador.  No sólo había fracasado anímicamente, también había regresado al hogar con un problema a mis espaldas que debía compartir con vosotros. Y hasta mi memoria llegaron tus palabras : " ¿ estás segura?  Eres muy joven y hace poco tiempo que os conocéis.  La convivencia es problemática ".  Y lo fue, pero no por nuestra causa, aunque me pregunto si hicimos todo cuanto estaba en nuestras manos por lograrlo.  Pasé casi toda la tarde tumbada en la cama.  Perdí la noción del tiempo, y sólo volví a la realidad, cuando unos golpes en la puerta resonaron, y al otro lado de ella, la voz de mamá pasándome una llamada

- Maille, es James.  Quiere hablar contigo

No quería, no podía hablar con él, ni con nadie. La garganta la tenía totalmente cerrada por la angustia.  Si contestase a su llamada  notaría que estoy llorando y no quería dar la sensación de debilidad. Antes tenía que haberlo hecho ¿ Se pensaba que era una amenaza?  Nos dijimos palabras hirientes, y a eso no queríamos llegar, era una frontera que no debíamos traspasar, y sin embargo lo hicimos.  Tragando saliva y aspirando aire, pude contestar

- Mamá, dile que más tarde le llamo: me estoy duchando

 Ella sabía que no era cierto, y que más pronto que tarde tenía que dar explicaciones, ya no había escapatoria. Fui al cuarto de baño, mojé mi cara con agua fria, y me dispuse a relataros lo acaecido para nuestra separación.  Al cabo de un rato, tomé el teléfono móvil y marqué el número de James>

-¿ Qué es lo que has hecho? - Me respondió airado
- Veo que has leído la nota.  Te he dejado el campo libre. Eso es lo que he hecho. Así no tendrás que elegir; ya lo he hecho yo por ti
- Pero ¿ de qué hablas? No tengo que elegir nada. Te tengo a ti, esa fue mi elección
- En un principio si, pero después...Se impuso la realidad, y efectivamente: tus padres tenían razón, soy poca cosa para ti
.  ¿Te has vuelto loca?. Eres extraordinariamente importante para mi. Me importa un bledo lo que crean mis padres.  Allá ellos con sus historias. Pero lo nuestro es importante, muy importante y no voy a perderte por lo que otros opinen.
- Pero no me has defendido frente a ellos, ni una sola vez.  Me han humillado sin motivo alguno, y son tus padres;.  Comprendo tu situación, pero ya no aguanto más.  Me ha herido que fuera,  una extraña, alguien  más importante que la mujer de su hijo.  Si  ha sido por no haberme quedado embarazada...
- Pero  ¿qué.   dices  De qué diablos estás hablando ?
- Si.  Deberías  habérmelo dicho:  Hubiera dejado en el acto de tomar anticonceptivos.  Lo hubiera dejado todo, porque tú eres lo más importante para mi.  Descubrí que estás nadando entre dos aguas, y ellos, al fin y al cabo son tus padres
- No me pongas en la tesitura de tener que escoger, porque siempre serías tú quién ganara la partida. No me importa  lo que ellos .piensen .  Mi vida está contigo.  A  ellos les quiero, pero a tí también más que a nada, más que a nadie.  Te elegí porque eres especial y desde el principio me fijé en tí.  Has demostrado  tener carácter y para nada eres una chica insignificante
-Pero me humillaron, en repetidas ocasiones, y nunca dijiste nada ni hiciste nada por rectificar.. Maureen, siendo ajena a la familia , tiene más presencia que yo, que soy tu mujer.  Cada vez que vamos a tu casa, me siento violenta, analizada al máximo y deseando irme de allí.  Es una situación muy incómoda, porque además sé que les debo respeto  por ser tus padres.  Pero por el mismo motivo lo reclamo para mi.  Y tú, nunca has salido en mi defensa, nunca has hecho  valer mi situación. Así que hasta aquí he llegado.  No puedo más, porque está repercutiendo en nuestro día a día.  Pienso que con algún tiempo de separación, todo se calmará.
- Iré yo solo a visitarles, si eso te incomoda. hablaré con ellos, pero no te perderé. Tenemos que hablar
- Ya lo hemos hecho muchas veces y no ha cambiado nada
- Pero esta vez si. Buscaré tiempo e iré a buscarte.  Por favor, piénsalo; yo te necesito a mi lado.  En cuanto termine el máster que estoy haciendo. iré a buscarte, nos sentaremos uno frente al otro

y sacaremos fuera todo lo que nos está haciendo daño. Hablaré con ellos;  siento no haberme dado cuenta antes de lo que pasaba.  Probablemente estaba distraído con los estudios que estoy llevando, y por ello te pido perdón.  Pero no puedes dejarme por ese motivo.  Todos los matrimonios pasan alguna crisis, pero nosotros nos conocemos bien y podemos solucionarlo.  Por favor no me hagas eso.  Me he acostumbrado a tí,   has moldeado a tu imagen mi forma de vida, y contigo es diferente.  Tenemos algo entre nosotros que no podemos perder. Cierto que nos casamos sin a penas conocernos, pero ha pasado el tiempo, nos hemos acoplado uno al otro.  Sabemos lo que piensa cada uno sin hablar siquiera, por eso nunca creí que llegara este amargo momento.  Te quiero Maille, más de lo que imaginas, y mi vida sin ti es aburrida, insulsa.  Te necesito porque tu me estimulas, me comprendes; escuchas mis dudas en los días difíciles en el trabajo.  Si estoy ampliando estudios es por ti, porque quiero darte lo mejor. Por favor, por favor, no tomemos decisiones precipitadas.  Espera a que llegue, por favor
- Está bien, esperaré.  Pero no por eso interrumpas lo que estás haciendo. Tomaré todo ésto como unas vacaciones.
- Está bien, cariño. Hablaremos. Si , hablaremos mucho. Iré en cuanto me sea posible. Sé que no viviré tranquilo hasta que te vea.  Te echo mucho de menos.  La casa se me viene encima cada vez que llego por las noches.  Prefiero hacer guardias antes que verme solo en casa.  Esta situación no me gusta.  No me gusta nada y hemos de arreglarlo.

Pero fueron pasando los días.  Los estudios de James se fueron dilatando.  Un fin de semana, sin esperarle, se presentó en el hotel, en mi busca.  Mamá  le indicó que estaba en la playa.  Allí, en mi rincón preferido, alejada de la gente, me concentraba en mi carrera.  Porque si, retomé mis estudios sólo me faltaba un año para graduarme.  Pensaba en todo lo ocurrido, y aunque la herida permanecía abierta, todo era más calmado era como si nos estuviéramos acostumbrando a vivir de esta forma: uno alejado del otro.  Era una situación extraña, porque el márgen de los estudios nos lo habíamos dado cuando decidimos ampliar nuestros conocimientos en Londres.  Luego surgió el problema y todo cambió, pero me había hecho a mi misma, una promesa demostrarles que no era una mujer vacía y sin ambiciones en la vida, aunque en realidad mi única ambición había sido estar al lado de mi marido.

Nuestro encuentro, lejos de ser algo extraordinario, distó mucho de serlo.  James tenía el gesto arisco y yo también.  Seguramente porque nos habíamos acostumbrado a vivir en la distancia nuestro matrimonio, o quizá, porque él, cansado de esperar mi regreso, había encontrado a alguien que calentara su cama.  Mi imaginación voló hacia Maureen.  Era la mujer que sus padres deseaban y posiblemente, aprovechando la situación, la visita de James, se debería a una solución definitiva a lo nuestro.

Cuando le vi avanzar hacia donde yo estaba, el corazón pareciera que quería salirse del pecho. No le había ni olvidado ni dejado de amar; sólo me acostumbré a vivir de este modo, recibiendo de vez en cuando alguna llamada telefónica para averiguar cómo andábamos cada uno, pero eso no era suficiente y debía tomar una resolución regresar ó la separación, que seguramente, sería eso lo que le había traido hasta España.  Y sintiendo que el corazón se me rompía en mil pedazos, reconocía que no podíamos seguir así.  Tantearía su estado de ánimo y si no lo veía como yo pensaba que debía estar, le concedería la separación sin dudarlo, aunque me fuera en ello la vida.

Nos miramos intensamente cuando estuvimos frente a frente, sin pronunciar palabra.  Le notaba los ojos vidriosos, y supuse que los mios estarían lo mismo.  Avanzó hacia mi, y me abrazó fuertemente, mientras me besaba en las mejillas, en el pelo, y al final en los labios.  Y fue un gran beso, intenso, fuerte, que me hizo recordar nuestra primera etapa de casados.>

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