miércoles, 28 de octubre de 2020

Alex y Fionna - Capítulo 12 - Futuro

 Poco a poco Alex, sin darse cuenta estaba abriendo sus sentimientos, pero al mismo tiempo controlaba las palabras y los proyectos que había pensado realizar en un futuro.  Fionna le escuchaba con mucha atención, midiendo  todas sus palabras que, además le parecían lógicas. " Una mujer sola se las arregla mejor que un hombre solitario", se dijo, mientras seguía el hilo de la conversación. Alex sólo hablaba de futuro más o menos inmediato, porque había dejado claro que dependía de muchas circunstancias que no había nombrado, pero tal y como lo narraba, comprendía que tenía razón:

-De avión en avión cuando menos lo piensas, pero acatando las órdenes que te dan. Crees que en unos días lo solucionas, y resulta que esos días se traducen en meses o en años , como  así ha  ocurrido.

De nuevo había vuelto a dejar en suspenso el suceso que dio motivo a que se conocieran, y se quejaba de que a medida que el tiempo transcurría, cada vez veía más cerca el dar  carpetazo al caso, a pesar de que sabía que había algo más y no un simple accidente. Pero se quejaba que cuando creía tener el hilo por el que tirar, una llamada le reclamaba en algún lugar que no era su despacho.  Hasta había pensado que era adrede para que no siguiera investigando. Había una razón extraña en ello y no acertaba a adivinar cuál sería. Pero todo tiene su porqué en esta vida, pero a él se le escapaba en este caso.

La corrupción no era su estilo, no se había hecho policía para perseguirla, sino para ayudar a la gente que lo reclamase. Y Fionna, en ese momento se dió cuenta que lo que él necesitaba era alguien que le escuchara  cada vez que tuviera alguna duda, que aunque no pudiera ayudar, lo hacía simplemente con el hecho de escuchar, y quién sabe si pudiera aportar alguna idea.  Debía ser muy duro llegar a casa y no tener a nadie con quién hablar, ni que te preparen algo de comer, que no sea pedir comida china o una pizza, porque llegas tan cansado que no tienes ganas de ponerte a cocinar.

¿ Qué la estaba diciendo? Era una confidencia en toda regla que no esperaba, ya que su amistad era muy reciente y no había tanta confianza como para contar las cuitas de alguien que no se siente del todo satisfecho con el tipo de vida que llevaba.  Pero también pensaba que quizás alguna de sus amigas especiales, habrían oído esa historia miles de veces, y eso hizo que se sintiera incómoda,  porque las comparaciones son odiosas, y con ella no había tenido ninguna noche especialmente íntima, sino  que había sido esta cita  por algo que le desazonaba, algo de lo que necesitaba hablar con alguien,  y sintió  que no quería siquiera pronunciar su nombre:  celos. ¿ Celos? ¿ De quién, y por qué? ¡ Absurdo !

- ¿ Qué demonios me pasa? ¿ Qué es lo que está haciendo conmigo? ¿ Por qué me cuenta estas cosas que a mi ni me van ni me vienen.¿ Es que en su trabajo no hay nadie que le guste? Sería lo más lógico, ya que a mi ni me conoce.  Le preguntaré a Gladys.  Me huele que hay algo y no sé qué es, pero no me gusta nada  esta desazón que siento ¿ Es por que quiero irme a casa? Sin duda no es eso: me gusta estar con él. Y mirarle, ya que atendiendo su conversación, puedo mirarle a la cara detenidamente sin llamar la atención. Y he de reconocer que es guapo, y esos ojos...

Estaba hecha un lio por las sensaciones que estaba teniendo que no terminaba de entender. Le parecía una situación confusa y absurda que no venía a cuento.  Entendía que pudiera sentirse solo, pero también seguro que tendría a alguien más cercano que ella, que le conociera mejor y más, cerca de él.  En definitiva ella era casi una desconocida.  Pero al mismo tiempo de no entender la confesión que estaba recibiendo, pensaba que detrás de eso tenía que haber algo más, que por el motivo que fuera no deseaba contar. Seguramente estaba yendo más allá, y todo será más sencillo de lo que a ella la estaba pareciendo; en definitiva todo lo que ha dicho es que está cansado, que le aburre estar solo y que  está pensando cambiar de trabajo. Nada anormal en todo ello.

-Estoy viendo fantasmas donde no los hay. Nada hay de extraño en lo que me ha dicho.  A veces yo también pienso que podría estar más tranquila en cualquier otro sitio que siendo médico de una ambulancia de un parque de bomberos. Cada vez que llego de un siniestro pienso lo mismo. La diferencia está en que no lo comento con nadie.  Por el motivo que sea, hoy se siente parlanchín.


Mientras ella se dispersaba en sus pensamientos, Alex debió notar que estaba en otra onda y de pronto, paró la conversación sin que ella se diera cuenta de ello.

-Te estoy aburriendo, lo siento- la dijo

- No, en absoluto.  Me interesa y si puedo ayudarte deseo hacerlo; sólo que no entiendo nada. Prácticamente somos dos extraños, y me estás explicando tus planes de futuro que no termino de entender.  Seguro que tendrás a  alguien más cercano con quién tengas más confianza. Eso es lo que no entiendo y me tienes hecha un lio. Pero me doy cuenta que para tí está siendo un problema, y de verdad deseo ayudarte, pero no sé cómo, porque yo misma me planteo algunas veces eso mismo.

- No eres una extraña, al menos según yo lo veo. Siento mucho interés por tí, desde la primera vez que te ví. Es cierto que te parecerá rara esta conversación, pero es importante para mí, y desearía que me dieras tu opinión, porque entre mis proyectos de futuro entras tú.

- Alex, no te entiendo absolutamente nada.  Llevamos meses sin saber nada uno del otro. Andas por el mundo y ni siquiera hemos tenido contacto por teléfono, y al cabo del tiempo ¿me sales con éstas? No comprendo nada, y ahora mismo mi cabeza es un laberinto. Así que habla claro ¿por qué estaré en tu futuro? ¿ has pensado  en el mio ?

- Tienes razón, pero lo estoy haciendo en este momento. Llegue ayer de viaje y ahora estamos aquí. No hay nadie en mi vida si es eso lo que quieres saber. Pretendo que nos conozcamos mejor y para eso deseo establecer contigo una relación que no sea de amistad, sino algo que va más allá. Comprendo que tú no pienses lo mismo, y lo entiendo. Seguramente tendrás tu vida con alguien que no soy yo, por eso te pido que me lo digas, a poder ser en este momento, para dejar las cosas claras entre nosotros.  No me gustaría perder tu amistad por malos entendidos.

- ¿ Te das cuenta de lo que dices y de lo que te he dicho? ¿ Me estás pidiendo que sea tu novia sin saber siquiera si yo tengo a alguien en mi vida?  Esto no es una investigación sin resolver, Alex, se trata de nuestras vidas, de la de los dos. Y no, no tengo a nadie, pero... Dame tiempo; he de pensar en ello.  Ha sido todo muy precipitado e inseguro. Probablemente dentro de una semana, estaremos hablando en este mismo lugar para romper esta especie de contrato que te has forjado.

-Naturalmente que no.Pero te daré el tiempo que necesites porque comprendo que estés sorprendida. Pero dame la oportunidad de enamorarte, a ti, porque creo que yo ya lo estoy

- ¿ Lo crees? Alex creo que debemos cerrar este asunto. Búscate una mujer de la que estés enamorado en verdad, únete a ella, o cásate, lo que prefieras. La vida de pareja es muy compleja y tu lo planteas lo mismo que si fueras a cambiarte de traje.  Y no son esos los pensamientos que tengo de una relación  seria y de futuro.  ¿Sabes por qué permanezco soltera? En la universidad me enamoré de un compañero, nada extraño porque eso es bastante frecuente, pero como se suele decir "me salió rana". Después de terminar la carrera, él se casó con otra y yo quedé destrozada. No deseo volver a repetir la experiencia; si lo hago será con todas las consecuencias, con alguien que me ame sin reservas, lo mismo que yo le amaré a él. ësto que planteas tiene toda la pinta de ser un juego para tí, así que no.

- Te aseguro que no es así.Deseo que lleguemos a conocernos íntimamente, yo acabo de decirte que me gustas y a lo que aspiro es que me ames, que nos amemos profundamente, porque yo te necesito a mi lado, a tí, y no a otra.

Fionna se le quedó mirando en silencio . No sabía qué decir; no tenía motivos para dudar de que en verdad él se hubiera enamorado de ella ¿ un flechazo? porque a penas habían tenido ocasiones para verse y enamorarse. Pero en realidad la distancia era la misma en ella, y tenía la impresión de que el pulso se le aceleraba cada vez que él insistía en esa relación.  Tendría que pensarlo detenidamente. No estaba dispuesta a volver a pasar por lo mismo y fracasar.  Ya le contestaría más adelante.

- Dame tiempo. Pensaré todo lo que acabas de contarme. Son demasiadas cosas para una sola noche y no estoy preparada para ello. Pienso que sería los tan llamados "daños colaterales". Lo dicho, necesito pensar y mucho; ya te daré una respuesta en unos días

- Pero¿ podré ir a buscarte después del trabajo, siempre que  ambos estemos libres, claro?

-Si... eso sí.

- Bien, pues esperaré . Mientras yo haré los trámites que tengo pensado, es decir ya te lo he contado, pero he de decidir en qué quiero volver a trabajar y dónde. Gracias por la oportunidad que me has dado al escucharme.


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