sábado, 10 de marzo de 2018

Viaje a La Toscana - Capítulo 8 - La noche amalfitana

Cenaron  satisfactoriamente entre risas y la animación de un buen vino.  Arthur reía sin parar y era observado por Liliana, que le miraba sin reservas.  Se  admiraba de lo bien que había encajado en la pandilla.  Pasaba la media noche,  cuando decidieron volver a casa., después de ver un espectáculo de fuegos artificiales..  Amalfi era un lugar romántico por excelencia, y hoy , a la luz de los artificios,   aún era más bello.  Guido ofreció su casa   a Arthur; tenían que descansar..  El día había sido extraordinariamente agitado,.  No habían parado ni un segundo.  . Liliana fue a casa de Lucia su amiga desde preescolar

Tumbados en camas contiguas, comenzaron una conversación sobre lo que habían vivido, durante el día,  especialmente Arthur, pero poco a poco, la charla se centró en Liliana.  Se dio cuenta de que Guido estaba enamorado de ella, pero no llegaba a conocer si él era correspondido de igual manera.  A todas luces, el italiano hablaba sin parar de ella, por lo que no era difícil saber la verdad sobre sus sentimientos.

Arthur tardó cinco minutos en lanzar unos débiles ronquidos, algo que hizo sonreír a su compañero de habitación.  Le caía bien  el irlandés.

- Quizá este trajín de hoy, ha sido excesivo para él, tan metódico en sus costumbres - pensó.
 ¡ Vaya , ronca  Es un ser humano !- dijo en voz baja .  Sabía que las chicas se habían vuelto locas cuando le conocieron por la mañana. 

Hacia las nueve  , le despertó

-Vamos, despierta.  Nos esperan para desayunar
- ¿ Tan pronto ? - dijo Arthur desperezándose.  Le había sabido a poco lo dormido
- ¿ Pronto ? Nos esperan dentro de media hora.  No querrás hacer esperar a las damas
- Por supuesto que no.  Guido te agradezco tu hospitalidad. Ha sido un día increíble.  Estoy en deuda con todos vosotros.  Son las vacaciones más extraordinarias  que he tenido nunca.  ¿ Sois siempre así?
-Normalmente si con alguien que se lo merezca, y tu pareces un buen tipo Pero además   ahora estamos de vacaciones.  En invierno llevamos una vida más "recatada", pero el verano se ha hecho para disfrutar.

Tras una ducha rápida, salieron de casa para reunirse con sus amigos.  A la luz del día Liliana se veia más bella al tener la piel con ese dorado de sol.   Llevaba un vestido muy veraniego, que dejaba sus hombros al descubierto .  Arthur no podía apartar los ojos de ella y hubo un momento en que ambos cruzaron sus miradas., Liliana sabía que se había puesto roja, y tocó sus mejillas, que ardían, para comprobarlo.

- Pareces una adolescente, muchacha - se dijo retirando la mirada de la de él.  Al fin le lanzó una pregunta
-¿ Por qué me miras ?
-Porque estás preciosa con la piel tostada.  Eres hermosa y me alegro haberte conocido. Y esta será la imagen que recuerde de ti, cada vez que conversemos por la red

 Ella sonrió ligeramente, al tiempo que bajaba la cabeza.  Le daba vergüenza las palabras del irlandés, y no era que no estuviera acostumbrada a los piropos, al contrario.  Pero los de Arthur eran distintos.

Pensaba que, al conocerle,  había sido un día particularmente especial;. Desde su comienzo, cuando Arthur apareció, hasta ahora .  Un día intenso y de muchos descubrimientos.  Era un perfecto caballero que no había destacado más que por su exquisita educación.  Ni una palabra fuera de lugar, a pesar de que la confianza con sus amigos se había instalado.  No difería mucho del chico inglés de Facebook, claro que en la red poco podía averiguar.  Pero hoy, en el ambiente de ellos tan abierto y amigable, se había comportado normalmente,  Creyó que así sería en la vida normal, aunque quizá más retraído por el estrés del trabajo, que no debía ser fácil. Pero ¿ En qué trabajará ? , se preguntó Y pensó:

- ¿ Me acostumbraría  a vivir en Dublín ? Me sería muy difícil.  Es un país hermoso y sus gentes, una vez que les conoces, son entrañables y simpáticos, pero echaría mucho de menos el sol, las playas, los paisajes, el carácter nuestro tan especial. ¡ Claro que lo mismo le ocurriría a él !  Seguramente pensará que estamos locos, por nuestra forma de comportarnos.  Cada uno de nosotros hemos nacido en el lugar que nos corresponde y tenemos el carácter que la tierra nos da.  Estoy segura de ello.  Pero le echaré de menos cuando regrese a su país, y que posiblemente no tarde en hacerlo.  Lleva bastante por aquí, aunque quizá sus vacaciones sean más largas que las nuestras.


- ¿ En qué piensas ?   Vas muy callada - le preguntó Arthur mientras caminaban en parejas
- En el día tan extraordinario que pasamos ayer.
. Si, ha sido magnífico.  Lo echaré de menos cuando regrese a casa
- ¿ Seguro ? No es cierto.  Te olvidarás en cuanto comiences el trabajo diario
- No lo creas.  Lo he pasado muy bien.  Creo que podría vivir aquí perfectamente.  Te doy la razón : sabéis vivir.  Lo recordaré cuando llegue a Dublín, aunque allí no tenemos este clima, ni estaréis vosotros.  Mis amigos no son tan divertidos.
- ¿ Tienes novia ?
- Ahora no. Me dejó
- ¿ En serio? Sé que es una indiscreción, pero... ¿ Qué pasó ?
- Sencillamente: se enamoró de otro
- ¡ No te creo !
-¿ Lo ves tan raro ?
- Francamente si.  Eres educado, cordial y muy guapo.  Seguro que no fue así


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