lunes, 12 de marzo de 2018

Viaje a La Toscana - Capítulo 10 - Carta a un desconocido

Apoyado el bolígrafo sobre el cuaderno, dudaba en comenzar a escribir. Imaginaba su rostro y eso la servía de acicate para plasmar las palabras que llegaban a su imaginación, pero también debía ser cuidadosa con lo escrito, no fuera a ser que él lo interpretara mal.  Le había dicho que eran cartas de amor, porque en realidad era lo que su joven imaginación sentía.  Pero esta carta sería diferente, porque no era su inventiva la que expresara un sentimiento a alguien imaginado, sino era un rostro que conocía y que al mismo tiempo estaba muy presente en su vida.

¿ Cómo había sucedido ? ¿ En qué momento ?   Analizaba despacio lo que iba a escribir que no era otra cosa más que sus verdaderos sentimientos.  Unas pequeñas gotas de agua, nublaron sus ojos y es que sabía perfectamente lo que aquél extranjero había sembrado en su corazón.  Se dio cuenta nada más verle; creyó que era una novedad, que se le pasaría.  pero no fue así, y ahora, desde lejos,  conocía  perfectamente   lo que  sentía.  Y escribiría una carta a él dedicada, con su verdad, aunque Arthur  pensase que era de mentira.

Secó sus lágrimas y abrió su corazón. Las palabras llegaban en tropel a su cabeza y su mano comenzó a plasmar en el papel lo que de verdad sentía, aunque luego, si él lo leía fingiese que era pura inventiva.

"  A ese amor desconocido ":

<Desconocido si, porque no te conozco, no sé quién eres ni de dónde vienes.  Sólo sé cómo llegaste a mi, sin pensarlo, sin buscarlo, ni cómo,  ni por qué.  Pero viniste y te quedaste en lo más profundo de mi ser.  Nunca sentí algo parecido a lo que ahora, tú me haces sentir, y es que tu indiferencia, tu frialdad hace que mi sangre hierva con más fuerza.  Que mis sentidos se nublen, y hagan oídos sordos a mi razón.
No ignoro que serás ave viajera, que lo mismo que has llegado, partirás sin darte cuenta de que dejas atrás una vida rota que vive por tí y para tí.  Que ni siquiera te molestas en averiguar lo que siento y por qué lo siento.  Quién soy y a que me dedico.  Seré alguien más que ni siquiera recordarás.  Que tu olvido de mi será pronto y a penas darás importancia a estos renglones que hablan desde el corazón.
Pero nada de esto importa porque ignoras mi existencia y lo que has provocado en mi. Nunca tendré la oportunidad de conocerte a fondo,. De conocer la realidad de lo que sientes, de lo que piensas, de lo que verdaderamente te interesa, en qué trabajas, qué es lo que haces... porque esos cosas ocurren en el día a día, y yo permaneceré en el olvido sin ninguna posibilidad de que sepas  quien soy y yo de saber quién eres>
<Fuiste una ráfaga de aire que llegó hasta mi, para marchar a la misma velocidad que vino, sólo que en mi se quedó y para ti fue una anécdota que seguro ya has olvidado.>
<Cuando leas estos renglones no conocerás a quién se los inspiraste ni por qué motivo.  Segura estoy, que arrugarás el papel y lo tirarás a cualquier papelera, sin pensar siquiera que éste no es un papel más, es una confesión hecha desde lo más profundo de un ser dolido por tu ausencia.>
<Debes ser un ángel, un ser extraordinario para hacer sentir este sentimiento capaz de dar lo más sagrado de un ser humano:  mi vida por tí.  Así de profundo es lo que yo siento.  Sólo te pido, que si lo lees, no creas que se trata de una demente, sino de un corazón que vive con la sola esperanza de que algún día te des cuenta de lo cerca que estás del amor y sin embargo lo ignoras >

No quiso volver a leerlo, ni repasarlo, porque había vertido su corazón en esas palabras.  Palabras sinceras y sentidas.  No queria rectificar nada; todo eran verdades, aunque él creyese que era una más de sus misivas.  Pero ésta no la publicaría.  la guardaría para ella , para nadie más.  Era su primera confesión de amor a alguien del que desconocía casi todo y que la ignoraba hasta el punto de no establecer comunicación en  el único medio que les uniría.  Pero lo comprendía,él se lo dijo claramente: estaba enamorado de alguien que había preferido a otro.  La misma situación que ella tenía, aunque nunca igual, porque ella no  sería incapaz de abandonarle, nunca, Fuese lo que fuese, y ocurriera lo que ocurriera.

Agregó una coletilla anunciándole que no le enviaba el periódico, sino el borrador de la carta.  Como le había solicitado, era una carta para él, simplemente.  Quería su opinión y si era favorable, la incluiría en la columna.

De sobra sabía que a él le daría lo mismo.  Sería un juego simplemente ignorando que era verdad todo lo que había escrito.  Estaba lejos, y lo más probable es que no se volvieran a ver.  Sólo pedía poder olvidar ese amor imposible que había brotado en su corazón y dirigir sus sentimientos hacia otra persona más cercana. Instintivamente  Guido se hizo presente, pero no podía verle como novio, sino como hermano. Y estableció la comparación entre Arthur y ella, disculpó su proceder lo mismo que disculpaba el suyo propio.  Reprochaba en esa carta que no se diera cuenta de quién tenía cerca y a ella le ocurría lo mismo.  La rompería, pero ¿ cómo podría escribir lo que en verdad sentía aparentando indiferencia?  No se sentía capaz, y abandonando la idea, la depositó en un buzón de correos.

Liliana, tan sólo esperaba que él, en justa correspondencia,    respondiera y calificara la corrección de lo escrito. Arthur ignoraba que iba dirigida a él, expresando los sentimientos de aquella lejana joven, y no un amor frustrado e imaginario. Esperaba que simplemente le dijera si estaba bien o mal para publicarla, aunque ignorara  que su  destino no sería un periódico de una pequeña localidad, sino una caja en donde descansan sus más preciados recuerdos desde su niñez.  Aunque él no fuese escritor,  ni periodista, si podría distinguir la sensibilidad en una mujer, al recibir un hombre una carta de alguien desconocido pero que le amaba con todas sus fuerzas.

Arthur se quedó pensativo. Nunca le había dicho la verdad sobre su trabajo, y que analizaría esa misiva con ojos expertos, pero más allá de toda crítica, le preocupaba si aquello reflejaba el verdadero estado de ánimo de su amiga. Era una abierta declaración de amor, en una carta hermosa, pero rebosante de tristeza y frustración.¿ Lo sentiría ella de verdad? ¿ Sería así como pensaba?  Por experiencia propia, reconocía en esos renglones su desilusión con Mildred.  Liliana era una chica muy joven que posiblemente hubiera despertado al amor con quién no lo merecía.  Y sintió lástima por ella.  De lo que estaba seguro era que, si acaso fuera un sentimiento verdadero, no era Guido el destinatario de ello, ya que ella,  era conocedora de lo que sentía  desde hacía tiempo..  Más bien, tendría que ser a la inversa, puesto que  su amigo era considerado como hermano,.  No,  definitivamente no era Guido el destinatario de la carta.  Eso suponiendo que fuese real.

Y ella ignoró  que Arthur, lejos, de romperla, la guardó junto a sus cosas más preciadas.  Intuía que algo expresado en esos renglones, no eran fruto de la imaginación, sino de sentimientos más profundos.  Se quedó mirando al vacío con la carta entre sus manos, pensativo.

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