domingo, 14 de julio de 2019

El diario de Fiona - Capítulo 46 y último - La última página

Todos respiraron aliviados cuando les vieron aparecer tomados por la cintura sonrientes y felices.  Fionna miraba el rostro de su hija como para interrogarla si todo estaba bien y la respuesta que recibía era altamente positiva.  El alivio anidó en aquella familia, y Ana reía feliz al contemplar el rostro de su hermana, tan cambiado a como lo había visto esa misma mañana.  Goran era parte de ellos, pero aun quedaba  algo por aclarar y debía ser ella quien lo hiciera.

Habían pasado todo el día juntos, en familia.  Ana llamó a Goran para que saliera al jardín a contemplar la hermosa puesta de sol.  Todos, menos Goran, conocía el motivo:  tenía que contar lo sucedido que motivó la separación. Ana lo relató sin omitir nada mientras él la miraba asombrado sin pestañear y entendiendo, al fin, porque Jasna le rechazó.  Sabía lo importante que era su hermana para ella, e imaginó lo mal que debió pasarlo:  les había perdido a los dos y se encontraba embarazada, desorientada y sin saber qué hacer.

Goran lo entendió todo, pero era tan feliz que lejos de enfadarse, comprendió que había sido una chiquillada,  que no era lo  apropiado y sin embargo William si lo era en estos momentos.

— ¿Sabes qué Ana? Me hubiera gustado tener una hermana como tú.  Con tus defectos y tus virtudes, así como tú eres

—¿No estás enfadado conmigo?

 — En absoluto. Fue una cosa de chiquilla.  Pero lo importante es que has madurado y sigues queriendo a tu hermana.  Eres muy importante para ella. También sé, que de no haberlo hecho tú, nunca me hubiera enterado .  Ella te adora.  Sólo espero que ames a nuestro hijo con la misma intensidad que la quieres a ella.

Lentamente, las luces del día se fueron apagando dando paso a un cielo estrellado y a un mar en calma.  El escenario era perfecto con un final de día perfecto que nunca  imaginaron terminara de esta forma   Se besaron, se abrazaron y se dieron las buenas noches.  Muy a su pesar Goran durmió esa noche en el hotel que Maxwell le reservó.  Le ofrecieron quedarse en las dependencias de invitados, pero él creyó más oportuno hacerlo en el hotel.  Se habían conocido íntimamente,  en esa mañana y, aunque era cierto que le habían acogido con los brazos abiertos, no quiso abusar de su hospitalidad.  Tenía muchas cosas en las que pensar. Llegó con esperanza pero con dudas y al finalizar el día, tenía la promesa formal de que se unirían para siempre en cuanto regresasen a Belgrado.  Allí establecerían su hogar.

 Goran renunciaría a su puesto en el Monte Sinaí y Jasna, en cuanto le fuera posible, seguiría con sus estudios.  Le tenía a él para ayudarla.  Y así lo hicieron. Un mes después de su enlace,  nació su hijo colmando de felicidad a todos.

— ¡Quién iba a decir, mi buen amigo, que la vida nos uniría de nuevo!— dijo Maxwell a André que, emocionado, contemplaba la escena  de la pareja con su hijo en los brazos.

— La vida da más vueltas que un torbellino, querido Maxwell. Hoy tengo entre mis brazos un pedacito de Ana.  Para tí no es un secreto que la quise mucho, pero te eligió a tí. Y es que no sabemos quién maneja nuestros hilos y, ahora, el círculo está completo.  No podría imaginar  tener una conexión directa con Ana, pero ya ves. Jasna también es un poco mía.   Al final, aquí estamos de nuevo, con nuestras sangres cruzadas.

Habían regresado a Londres, después de pasar unos días  en Belgrado.  Todo volvía a la normalidad. Maxwell esperaba que Fionna se metiera en la cama al mismo tiempo que él.

—Han sido unos días emocionantes . Jasna se queda en buenas manos. ¡Cómo se quieren!— le dijo Maxwell a su mujer   emocionado

 — ¿Qué haces?  ¿ Qué buscas?

—Mi diario.  Busco mi diario— respondió ella

— Ya lo buscarás mañana

— No. Voy a poner el broche final y he de hacerlo ahora cuando todo permanece fresco en mi memoria.  Abriré uno nuevo, porque nueva es la etapa que está ante nosotros.  Tenemos un nieto y él merece toda una página .

— Está bien, mujer.  Haz lo que quieras, pero no voy a dormirme.  Ya sabes lo que quiero decir.

Aquella noche, Fionna, puso punto y seguido a su diario.  Pero sería un cuadernillo nuevo, sin manosear porque su vida había cambiado extraordinariamente.  Otros rumbos, otros problemas y otras felicidades, saldrían a su paso.  Pero juntos, hombro con hombro podrían con ello, como habían hecho hasta ahora. 

 Y es que  ahora les tocaba vivir a ellos, era su tiempo. Ya sólo Ana reinaba en la casa.   Se había vuelto más reflexiva y la Naturaleza iba marcando su camino.  Poco a poco, y sin a penas darse cuenta, se iba haciendo mayor. ¿Sería William el destinado a ser el amor de su vida?

Eso estaba por ver;  la historia de Goran había pasado a la categoría de anécdota y la complicidad entre los cuñados era perfecta. Había ganado un hermano mayor, con el que podía hablar de cualquier tema, sabiendo que siempre la aconsejaría lo mejor para ella.

 Aunque también tenían sus discusiones, pero no terminaba el día sin que todo estuviera en orden.  Cada vez que tenía algún día libre, viajaba a Belgrado para ver a su sobrino y sus hermanos.  Ya nadie mencionaba los viejos tiempos

Jasna terminó su especialización dos años más tarde de nacer el niño.  Ya era obstetra y  no lo habría conseguido sin la ayuda de Goran.

 Había montado un instituto dedicado a la mujer. También facilitaba información a los jóvenes sobre su sexualidad y ayudaba,   junto con Jasna,  a traer niños al mundo.  Todo les iba bien y se compenetraban perfectamente. Tuvieron otro hijo que fue niña. Tenían la vida que habían escogido y la familia que deseaban.

  Y todo está bien, lo que bien termina, y esta historia aquí finaliza.


                                                           F   I   N
Autoría :  1996rosafermu
Edición:  Marzo de 2018
Ilustraciones: Internet
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