jueves, 4 de julio de 2019

El diario de Fiona - Capítulo 36 - Encuentro embarazoso

Lo que menos podrían imaginar era la presencia de él en esa casa, en aquél lugar.  Pero era cierto; ahí estaba, con su seriedad acostumbrada franqueándoles la entrada.  Jasna miró la dirección y comprobó que no estaba equivocada .  Que aquella era la casa de André y la persona que estaba frente a ellos era el mismísimo Goran, su profesor en el hospital.  Los tres permanecían en silencio mirándose sin poder articular palabra ante la sorpresa.  Fue una voz desde el interior quién resolvió aquella incómoda situación

— Goran ¿Quién ha llamado?

— Son unos alumnos míos. No les he invitado, ni tampoco les di la dirección, así que no entiendo a qué se debe la intromisión en mi vida privada

— Nos hemos confundido.  No veníamos en su búsqueda. Le ruego nos perdone. Nada más lejos que interrumpir su divertida vida privada— replicó Jasna desafiante

Entonces hizo su aparición una figura casi desconocida para ella , aunque al verle recordó de inmediato la cara amable de André, el médico que atendió a su padre.

— Soy Jasna  O 'Sullivan, la hija de Maxwell. Estoy estudiando en Belgrado, junto a este señor y mis padres me encargaron que viniera a saludarle

— ¿Estás estudiando con mi hijo? ¿Eres la hija de Maxwell y Fiona?   ¡Dios mío ! Ven aquí chiquilla y dame un abrazo

Había dicho su hijo.  Se le quedó mirando con ojos de asombro y Goran a ella.  Ni siquiera había oído hablar a su padre de que André se hubiera casado, posiblemente ni siquiera lo supiera.  Recordó que en sus relatos comentó que le había perdido la pista al ser detenido.  Quizá en ese intermedio se casase o simplemente tuviera a su hijo con anterioridad a conocer a su padre.  Rápidamente calculó la edad de Goran, aunque aparentaba  más  de la que en realidad pudiera tener debido a su gesto hosco de siempre.  El también estaba sorprendido, pero  no dijo nada.
  André les invitó a entrar y a que tomaran algo mientras charlaban; no se entretendrían mucho.  Estaba incómoda, aunque Goran  había salido de la habitación dejándoles a solas.    Pasó cerca de una hora y Jasna creyó oportuno despedirse hasta otra ocasión.  Se abrazaron de nuevo y les vio meterse en el coche y seguir su camino.

Desde la ventana de un piso superior de la casa, a través de los visillos, unos ojos escrutaban las figuras que se despedían de su padre. Nunca hubiera imaginado que aquella chica fuese la hija de Ana, aquel amor imposible de André que se enamoró de un extranjero. Ese extranjero era el tal Maxwell y Jasna su hija Era un secreto muy bien guardado por su padre y,  que siendo  niño, escuchó tras una puerta cuando unos amigos vinieron a visitarle en un viaje que hicieron a Serbia.  Recordó que traían a una niña de la mano.  Entonces...¡Aquella niña era Jasna! su alumna más inteligente, pero con la que no se llevaba bien y aún no sabía el porqué.

La consideraba una niña rica inglesa y sin embargo según le contó su padre en una noche de confidencias, lo ocurrido a su familia era todo menos afortunado.  Ella era de allí, aunque conservaba la lejanía de su forma de vida, siempre creyendo que eran superiores al resto de los mortales.  ¿ºEn realidad era así ?  Se llevaba bien con sus compañeros y tenía un alma noble.  Seguía sin comprender el rechazo que sintió hacia ella nada más conocerla..  Era un sentimiento mutuo, ya que tampoco ella se mostraba simpática con él.  Su primer encuentro fue fatal y encima hizo notar su enfado delante de todos sus compañeros.  Pero a pesar de todo, sentía una especial atracción hacia ella.  Quería enseñarla todo, que destacara entre el resto.  que fuera la mejor preparada y la mejor profesional que hubiese formado.  Nunca había sentido tanto interés por cualquier alumno como lo sentía hacia Jasna.  Después de este encuentro, cuando volvieran a verse, debía mencionarle algo, romper de algún modo, las hostilidades que ambos sentían..  Ambos padres eran amigos, buenos amigos desde hacía mucho tiempo, y según supo de boca de su padre, Maxwell era un buen hombre, que adoraba a su hija y se comportó como un caballero con Ana, a pesar de las circunstancias.. Además tenía una hermana que llevaba el nombre de su verdadera madre, según había relatado a André a su pregunta sobre su familia. La que consideraba como su segunda madre, había sido generosa al poner ese nombre a su hija.   ¿Tendría Jasna la misma riqueza de sentimientos que sus padres?

Decidió dejar a un lado la visita de sus alumnos y cogiendo su chaqueta se despidió de su padre;  saldría con unos amigos a tomar una copa.  Era fin de semana y se merecía un cambio de caras.

 Buscaría a Irina, otra compañera de universidad con quién sí se encontraba a gusto.  Con ella no tenía que fingir porque se conocían perfectamente.  La llamó por teléfono y quedaron citados para acudir a un pub y después de tomar alguna copa, ya verían cómo se desarrollaba la noche.

Bania Luka es un lugar no muy grande, poblado por gente de mediana edad en su mayoría, y por tanto no habían muchos lugares para la diversión.  Todos concurrían a los mismos sitios, y Jasna y Nikola también lo hicieron.  Y allí volverían a verse nuevamente con el hijo de André. Pero ambos desviaron sus miradas en cuanto se percataron uno con el otro.  Era difícil  desviar la vista, algo que hacía Jasna, cruzándose a veces sus miradas.  Goran una vez levantó su copa hacia ella y, por primera vez desde que le conociera, esbozó una sonrisa, algo que dejó perpleja a Jasna. El estaba en compañía de otra chica Ella con Nikola, así que cada uno de ellos siguió con su pareja.

  Jasna decía estar cansada por tanto, abonaron la cuenta y salieron sin volver la mirada hacia el lugar en donde Goran retozaba con su acompañante. ¡Tenía vida privada!, sonrió Jasna. ¿ Por qué la intrigaba tanto?  Le era indiferente.  Por ella se podía tirar de cabeza a un pozo. Seguía sin caerle bien; era antipático y presuntuoso, creyéndose el mejor entre los mejores.   Cuando se vieran en el hospital, pasarían de puntillas por ese fin de semana, o mejor, ni siquiera lo mencionaría.

Pero fue Goran, quién en uno de los descansos se acercó a ella.  La clase había transcurrido con toda normalidad, como si nada hubiera ocurrido, porque nada anormal había sucedido.

— ¿Quieres tomar un café conmigo?— la dijo ante la sorprendida Jasna que no lo esperaba

Hasta ese momento todo había sido como de costumbre, sin nada parecido a un cambio evitando dirigirse a ella directamente, como venía haciendo desde que se iniciara como alumna.  Por eso se mostró tan sorprendida cuando la indicó el camino de la cafetería, dando por sentado que sí aceptaba su invitación

— ¡Claro! ¿Por qué no?— respondió ella sin entender muy bien lo que quería

—No tenía idea de quién eras.  Mi padre habla con frecuencia de vosotros, pero no podía imaginar que tu fueras aquella niña que visitó nuestra casa hacía tanto tiempo.  Así que somos viejos amigos desde hace mucho

— Tanto como viejos amigos... No diría yo.  Nuestros padres son los amigos, pero nosotros no encajamos. Tu eres profesor y yo alumna, fin de la historia

—  Me disculpo por mi actitud  en el pub.  Debí, al menos invitaros

—No. Tu estabas acompañado y yo también, aunque supieras  de quién se trataba la historia, no estabas interesado en ella y, la prueba está en que desapareciste de escena en cuanto tu padre me reconoció.  Pero nada de eso tiene importancia, son viejas historias que no nos atañen

— No hemos tenido un buen comienzo y de eso tengo la culpa.  Suelo ser bastante cortante con mis alumnos.  No me gustan las confianzas cuando estoy trabajando.  No sabía quién eras

— ¿Hubiera sido diferente si lo hubieras sabido?  Yo creo que no.  Es tu carácter, pero no te preocupes. No pasa nada. Y ahora si me perdonas, he de irme.  Llego tarde a clase y no deseo enfrentamientos con el profe; es bastante especial en eso.

Se levantó y a paso ligero se separó de Goran que quedaba totalmente sorprendido por la reacción y sinceridad de su alumna. La vio marcharse y sonrió ligeramente.  Tendría que andar con pies de plomo con ella.  Se levantó lentamente y la siguió a distancia.  Cuando se reunieran nuevamente, seguirían siendo profesor y alumna, nada más.  No se entendían

— Es una pena— suspiró Goran— ¡Ojalá la hubiera conocido en otras circunstancias !  Es una chica preciosa, pero no quiero confianzas en el equipo

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