jueves, 6 de agosto de 2020

Una casa en el campo - Capítulo 46 - Una luz en su vida

Todo parecía haberse detenido. De repente estaba nervioso como si fuera la primera vez que se vieran.  Había pasado mucho tiempo en el que no se habían visto.  Estaba impaciente por averiguar lo que había sido de su vida, y deseaba que nada hubiera cambiado. Si así fuera, la propondría su futuro que deseaba fuera con ella;  sabía que tendrían que salvar muchos obstáculos, pero juntos, de la mano, los salvarían.



Dió un respingo cuando bruscamente sonó el timbre de la puerta. Charlotte estaba frente a él, y ambos se unieron en un abrazo.  El abrazo que no se habían dado en la cafetería para cubrir las apariencias ante la gente, pero ahora estaban solos y no tenían que fingir nada y  de nada tenían que ocultarse.  En los ojos de ella, el brillo que sólo se  crea al ver a un ser amado al cabo de mucho tiempo,.  En los de él, ternura y ansiedad. Tenía que saber cuanto antes lo que iban a decidir.  Se trataba de la vida de ambos, pero sobretodo, la de él estaba necesitada de estabilidad y sólo con ella la podría tener; Charlotte conocía todos sus avatares en la vida y los había aceptado, y aunque sabía que había un gran obstáculo por delante¿ lo salvarían?

- Ven. Sentémonos en el salón.  Hemos de hablar.  Tengo que proponerte algo importante para mi, y quiero pensar que también para ti-. La dijo Maxwell profundamente inquieto y emocionado.

Y poco  a poco  comenzó a desgranar los proyectos que tenía en mente y en todos  estaba ella.  Le escuchaba atónita sin poder creer lo que había cambiado todo desde que se vieron por última vez. ¿ Qué había pasado?¿ Acaso Helen había reconocido su error?

- He tenido mucho tiempo para darme cuenta de que te necesito cerca de mí. Mi vida transcurre monótona, y el accidente último que he tenido, me ha hecho reflexionar sobre cómo estaba enfocada. Aún no he hablado con Helen, pero intuyo que sabe, lo que en cuanto regrese a casa, voy a plantearla.  Pero para eso he de saber si aceptas mi proposición.  Sabes que siempre te he dicho que jamás querría a otra persona que no fuera Perl, pero hay muchas formas de querer, y aunque no sea  tan apasionado como lo que viví con ella, te quiero Charlotte. Con esto no estoy diciendo que no te deseo, pero ha pasado el tiempo desde Perl, y muchas cosas en mi vida que me han hecho reposar. Te quiero y deseo que sepas que ella siempre estará en mí, porque ha sido una parte importante,  y me dio una hija en circunstancias bastante dramáticas; nunca podré olvidarla, pero hay sitio para otra clase de amor. Ya no somos tan impulsivos como fuimos, , pero la pasión está intacta. ¿ Quieres casarte conmigo?  Aún nos quedan años jóvenes y podremos hacer muchas cosas juntos.  Creo que nos merecemos este amor, el que tu sientes y el que yo siento por ti también.




- Pero... siempre has dicho que nunca querrías a nadie, y que nunca te enamorarías ¿ Por qué ésto ahora?  No lo entiendo Maxwell

-¿Me das tu palabra de lo que voy a decirte? ¿ No me tomarás por loco ?

- Me estás asustando. ¿ Estás bien ?  ¿Te encuentras bien ?

- Maravillosamente bien.  Hace mucho tiempo que no me encontraba así. Verás cuando estaba en el hospital...

Poco a poco relató a Charlotte las peripecias vividas. Ella tenía los ojos en blanco y estaba lívida.  No sabía si creerle o no, pero en realidad todo lo que la decía cuadraba con lo vivido. Pero aún tenían un escollo grande que salvar.: Helen

- En cuanto llegue a casa hablaré con ella.Sea cual sea su respuesta, llevaremos a cabo nuestro, es decir, mi plan, si tú lo aceptas.

- ¿ Aún lo dudas?  He estado esperando que te fijaras en mi, desde que nos conocimos en Japón, pero había una barrera entre los dos demasiado grande. Estoy dispuesta a saltarla de tu mano.  Creo que Helen lo comprenderá, pero... ¿ y si no lo acepta?

-Sé que lo hará. ¿ Quieres casarte conmigo ?

- Desde luego que sí.  Siempre.

-   Mañana regreso a casa. He de ponerme a trabajar ya que tengo una exposición a la vista, pero te estaré esperando. Piensa detenidamente en lo que te he propuesto. Tú arriesgas más que yo; sólo te pido un poco de paciencia.



- De acuerdo. Aquí en Londres, no pinto nada: yo también volveré a casa-, dijo ella -.No quiero perder ni un minuto de estar contigo.  La vida nos ha enseñado el lado malo y lo corta que es.  Aprovechemos todo lo que podamos.

Esa noche volvieron a vivir los encuentros tenidos tiempo atrás y como si el tiempo no hubiera pasado. Se  amaron apasionadamente. Juntos marcharon hacia Burton. La dejó en su casa y él siguió camino hacia la suya.  Hablaría con Helen esa misma mañana; iba preparado para el no, pero seguiría adelante quisiese o no.  Aún Helen era joven, pero estaba entrando en la edad de madurar; ya no era una niña mimada antojadiza y caprichosa.  Además tenía una fuerza invisible que le daba ánimos y con ella contaba.

Helen había salido a dar una vuelta por Burton: se aburría sola en casa.  Había llamado a un amigo y quedaron en el Centro Comercial para verse.  De un tiempo a esta parte, a raíz de lo ocurrido a su padre, se había vuelto más reflexiva y miraba con buenos ojos a un compañero y amigo por nombre Jules.
 Y con ese chico había quedado.  No sabía cuánto tiempo más se demoraría su padre; estaba impaciente y deseosa de verle.  Estaba más unida a él, si cabe, que antes de su enfermedad y deseaba tenerle cerca. 
 La noche anterior no la había llamado, y suponía que estaría de regreso pronto.  Ya no le hacía tanto daño pensar en Charlotte, probablemente porque ella comenzaba a sentir algo profundo por el muchacho que caminaba a su lado, que la observaba en silencio presintiendo que algo la ocurría.  Jules, la tomó del brazo y la llevó hasta una de las mesas de la cafetería del  Centro Comercial.  Él también se sentía atraído hacia ella.  Presentía que algo la torturaba y deseaba saber qué era para poder ayudarla.

-¿ Qué te pasa? ¿ Estás preocupada por algo ?

- Es una tontería. Mi padre no me llamó anoche, y eso es lo que me preocupa.  Le llamé yo, pero saltó el contestador automático

-¿ No has pensado en que haya quedado con alguien para concretar lo que le llevó a Londres?

-Si, claro, pero...

- Pero ¿ qué ? O quizá esté con alguien. Tu padre es joven y aquí vive como un monje.

- Su interés está muy lejos.

-¿ Quieres hablarme de ello?  Te noto preocupada y eso no me gusta. Sabes que puedes contar conmigo


- Lo sé. Es una historia muy larga

- Bien, tenemos todo el día para ello. Si se alarga, podemos quedarnos a comer una pizza o cualquier otra cosa.  Llama a Ruth y que no te espere. Así de sencillo.  Pequeña, complicas mucho las cosas, y son más sencillas de lo que crees. Venga, empieza a contar qué te preocupa.  Seguro que después lo verás de otra forma y además, podemos buscar alguna solución a lo que quiera que te esté atormentando.

- Es que es complicado, y no lo vas a creer.

-Inténtalo, a lo mejor te llevas una sorpresa.- respondió Jules riendo.

- He soñado con mi madre - dijo lacónica

- ¿ Qué tiene eso de particular? Es tu madre, la echas de menos.  Es natural

- No, no lo es. No llegué a conocerla; murió nada más nacer yo, literalmente. Sin embargo en mis sueños la he visto exactamente igual  a los dibujos de mi padre, igual a las fotografías que tenemos en el salón y en mi habitación.

- Eso no tiene nada de particular; acabas de decirlo: la has visto en unos dibujos y en las fotos. Guardas en la retina su imagen

- No, es así. No lo entiendes: me ha hablado

- ¡ Vamos, cielo ! No seas chiquilla.  Comprendo que la echas de menos.  Que estás pasando por una etapa difícil con lo ocurrido con tu padre, pero...

- Jules, ¡ es cierto !  Me ha dicho que papá desea casarse con Charlotte y que no debo oponerme. Que la seguirá queriendo, pero necesita  compañía porque yo, dentro de nada tendré vida propia y él se quedará solo. Y se refería a ti. No he dicho a nadie que salimos juntos, ni siquiera a mi padre, porque sé que me diría que soy muy joven todavía.


- Creo que estás obsesionada, pero si es cierto, tu madre tiene razón. Según me has explicado Maxwell ha guardado su ausencia durante mucho tiempo, y seguro que no la olvidará nunca.  Pero tú te irás, nos iremos, algún día, y además cuando más nos necesitará. Se quedará él solo.  No entiendo la animadversión que tienes por esa mujer, que no conozco, pero si al cabo de tantos años y sabiendo  las circunstancias de tu padre, sigue enamorada de él, es porque sus sentimientos son verdaderos.  No debes preocuparte, pero no pongas más palos en sus ruedas, porque lo que vas a conseguir es hacerle más desgraciado de lo que es.

- Pero no quiero que olvide a mi madre.



-¿ Crees que la va a olvidar? Estás tú y eres el vivo retrato de ella. Además si se quisieron como me has contado, ella siempre estará en él. Pero eso no le impide que ame a otra persona con la que pueda compartir su día a día. Además necesita a alguien a su lado, precisamente en sus horas de soledad que cubra alguna parcela que tú no puedes ocupar. Por lo que me has contado, les has hecho la guerra con bastante crudeza; si Charlotte no le quisiera, ten por seguro que no estaba con tu padre.  Debes hacerte a esa idea.  Me queda poco para terminar la carrera y cuando eso ocurra, buscaré trabajo y nos casaremos para formar nuestro propio hogar. ¿ Qué va a hacer él?  De tanto como le quieres eres egoísta.  Seguro que si es cierto que tu madre te ha hablado en sueños, te habrá dicho, más o menos, lo mismo que te digo yo.

- Pero es que es muy difícil renunciar a ser su centro de atención. No tengo más familia que...

- Tienes a tus tíos, a tus abuelos y a Ruth. Y si obras con claridad en tu cabeza, les tendrás a los dos para ayudarte en lo que necesites.  Yo no tengo más que a mis padres, y no por eso me siento desamparado.  Te seguirá queriendo con toda su alma, y te protegerá aún más, porque tratará por todos los medios evitarte los problemas que la vida te presentará.

- Pero para eso te tendré a ti

- Cierto ¿ Crees acaso que yo no necesitaré consejo de ellos ? Vamos a empezar un camino que desconocemos, pero que ellos ya han pateado, y por tanto podrán transmitirnos sus experiencias.  De eso se trata la vida; sólo que vosotros nos tuvisteis oportunidad y vuestro camino fue más triste y difícil.  Creo que debes hablar con Charlotte y excusarte del trato dado, y verás como tienes una liada para todo.

Y logró convencerla y en la primera oportunidad que tuviera, hablaría con ella.   Ignoraba que esa oportunidad estaba a la vuelta de la esquina. Tendría que mirarla con otros ojos, con otra manera de pensar, si quería que su padre volviera a ser feliz .

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENTRADAS POPULARES