martes, 18 de febrero de 2020

Los mudos testigos - Capítulo 9 - El regreso

    Había transcurrido una semana cuando Peter, nuevamente se puso en contacto con Dylan para comunicarle que en dos días se verían personalmente. Nada había cambiado desde la última vez que hablaron, y Erin seguía igual de inquieta y encerrada en casa.

    Se presentó en el consultorio de improviso, sorprendiendo a Erin que ignoraba su regreso.  El se detuvo un instante en la puerta antes de hacerse presente.  La miraba y sonreía.  Ella estaba enfrascada en la pantalla del ordenador, completamente abstraída en lo que estaba haciendo.  Nada había cambiado en ella, salvo algún rictus de preocupación en su frente. Sabía que le reprocharía su falta de comunicación con ella ¿ volverían a las andadas?  Por su parte no, había reflexionado mucho sobre ello y ahora tenía las ideas muy claras.

     Pero había que contar con ella, con su forma de pensar y de hacer.  Las noticias que Dylan iba transmitiéndole le preocupaban.  Posiblemente fuera una apreciación de ella, estaba sola y su cabeza no pararía de pensar.  Se arrepintió de no haberla llamado alguna vez, pero necesitaba distancia y si lo hubiese hecho no habría logrado esa paz interior que necesitaba.

    Se decidió a entrar y fue entonces cuando ella levantó la mirada de la pantalla del ordenador.  Se le quedó mirando, como si lo que veía no fuera su rostro, sino alguna imaginación.  Nadie la había dicho nada de que regresara, aunque quizá fuese una visita, simplemente.
 En la sala de espera estaban tres personas aguardando a que el doctor las atendiera.  Peter avanzó hacia ella  compulsivamente,  bajó su cabeza y la estampó un beso en los labios, ante el escándalo de Erin que miraba sonrojada a las personas que esperaban su turno, de las cuales una de ellas sonrió al contemplar la escena.

- ¿ Qué haces?

- Nada fuera de lo normal.  Hace mucho que no te veía y he tenido la tentación de besarte, pero veo que nada ha cambiado:  me sigues regañando por todo- dijo riendo

- No está bien.  Esto es un centro de trabajo. Qué pensarán las personas que aguardan entrar

- No te preocupes.  Pensarán que somos novios

- Pero es que no lo somos

- Bueno.  Da tiempo al tiempo.

-No te entiendo, Peter.  Hace mucho que faltas de aquí y sin embargo en todo ese tiempo ni siquiera te has dignado en escribirme o alguna llamada, en fin.  Seguro que has estado muy entretenido y lo que menos has hecho ha sido acordarte de mi.  Y dime ¿ vienes para quedarte o vuelves a irte ?

- Conseguí lo que me proponía, así que vengo para quedarme.  Pienso volverme más  formal

- Ya lo eras antes.  Quizá demasiado formal - le dijo riendo más tranquila

- Tenemos que hablar de muchas cosas, pero ahora he de saludar a Dylan

    Dio media vuelta y tamborileó en la puerta del médico para indicarle que ya había llegado, y dispuesto a trabajar.  Entre los dos atenderían a los pacientes que aguardaban.  Las consultas se extendieron más de lo que pensaban cuando dieron por finalizada su jornada laboral.  Erin se disponía a marchar, cuando Peter la detuvo

- ¿ A dónde vas ?  Dylan se va a casa, pero nosotros nos vamos a cenar.  Quiero que me cuentes lo que has hecho durante el tiempo que he estado fuera, y también me hables de los problemas que tienes con tu ex

- Lo de cenar te lo acepto, lo otro no quiero hablar de ello.  Creo que me estoy volviendo loca, Le veo por todos lados.  Durante el invierno he estado más tranquila, pero ahora, con tanta gente que ha venido, tengo la impresión de que alguien me está siguiendo. Pero lo cierto es que hasta ahora, no tengo motivos para asustarme, pero algo me dice que debo estar alerta.

- Lo has puesto en conocimiento de la policía?

- No, ni hablar.  ¿ Cómo voy a hacerlo, no tengo ninguna prueba de que así sea.  No me harían ni caso

- Ponte al habla con el abogado que te llevó el caso, quizás él sepa algo. Tranquilízate Dylan estaba sobre aviso, yo le informé.  Y ahora también yo. Si tienes miedo de quedarte en tu casa por lo solitaria que está, múdate a la mía, tengo sitio de sobra

- Gracias Peter, pero eso no puede ser.  No puedo vivir siempre con miedo.  Me mudé aquí porque me pareció un sitio seguro.  No puedo estar de mudanza todos los días.  Será una apreciación mía, nada más. Creo que aún sigo con la influencia de él, y eso no lo puedo permitir.

- ¿ Le quisiste?

- Me casé enamorada, pero pronto comencé a ver que no era lo que aparentaba. ¿ Por qué se caso ? Me lo he preguntado miles de veces.  Todos los años que estuvimos casados, viví una mentira.  Basta ya de hablar de ésto. Ahora te toca a ti contarme tus novedades.  Seguro que te has echado novia

    El rió,  pero no respondió.  Erin sintió un poco de decepción, porque ese silencio sería señal de que había dado en el clavo. Era normal. Era guapo, con una carrera espléndida, ocurrente..., en fin, todo lo que una mujer busca en un hombre.  ¿ Habrá dejado a un lado su historia de amor ?  Merecía ser feliz, y no siempre fracasaría con sus amoríos.  Y de pronto se dio cuenta de que le apreciaba, a pesar de los desencuentros que habían tenido y de no haberse acordado de ella en bastante tiempo que estuvo fuera.  Se había preocupado por ella, aunque no la llamara ninguna vez.   Eso significaba algo.  Significaba que era un buen amigo, simplemente eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENTRADAS POPULARES