domingo, 29 de abril de 2018

Las necias ilusiones - Capítulo 17 - Todo sobre la mesa

No sabía cómo empezar a hablar.  Ni uno ni otro sabían cómo, pero necesitaban hacerlo. Brendan comenzó lentamente, algo emocionado, porque en esa conversación se definía su futuro como hombre.  Ya tenía una edad como para pensar en formar un hogar, pero lo deseaba con ella, solamente con ella.

La miró a los ojos y tomando sus manos, depositó un beso en ellas.  Las palabras se le atragantaban en la garganta .  Quería hablar, pero al mismo tiempo tenía miedo;  quería ser claro y sincero con , pero quizá le contara cosas que a ella le hicieran daño, algo que no quería por nada del mundo.

- Vas a tener que ayudarme, porque lo cierto es que no se por dónde empezar.  Lo primero que necesito saber es el porqué de tu renuncia. ¿ Hice algo que te molestó ? Has de ser sincera conmigo, duela lo que duela y pese a quién pese.  Esta conversación es demasiado trascendental para mi vida y no deseo dejar nada que pueda salir en un futuro.  Ahora es el momento de aclararlo todo. Así que empieza por decirme en qué te hice daño
- Es muy difícil precisar el momento en que me enamoré de tí.  Creo que desde un principio.  Te veía frío distante.  No interpretes como que deseaba  te mostraras cariñoso, pero es que a penas me dirigías la palabra.  Entiendo que tu eras mi jefe y yo tu empleada, pero los sentimientos que me inspirabas me hacían sufrir mucho porque tenía que contemplar los obsequios que hacías a otras mujeres, que supongo te habrías acostado con ellas la noche anterior.  Y era yo la que tenía que hacer el encargo para otra persona que gozaba de tu predilección.  Yo sin embargo recibía tu regañina si algo no iba bien.  Pero el final de todo fue Paris.
Llevaba tiempo pensando en marcharme porque me era insufrible soportar la situación y ver impasible lo que ocurría. Sé que no tenía derecho a nada; no era nada para tí más que tu secretaria, no es que me hiciera ilusiones de nada.  Conocía muy bien cuál era mi papel, Pero...  el detonante fue cuando os vi en el ascensor besándoos y allí ya no pude resistirlo más.  Y opté por irme, volver a Bristol y de  allí a cualquier otro lugar, lejos de tí.  Trataría de olvidar aunque sabía que iba a ser difícil , o mejor dicho imposible.

- Pero yo no vi ninguna señal que me indicara que estabas mínímaente interesada en mí.  Al contrario, siempre estabas en tu perfecto papel de secretaria. Me enfurecías con tanta eficiencia; sabía que tenía que ser así, pero ni siquiera pude imaginar que pudiera enamorarme de tí. Y fue Margaret cuando acudí a  pedir información tuya, cuando me hizo ver lo que verdaderamente estaba ocurriendo conmigo..  Pero ya no había remedio ¿ cómo pude ser tan bruto y no darme cuenta de todo ? En mi descargo diré que nunca había sentido por nadie lo que sentía por ti, que interpretaba como eficiencia, cuando en realidad quería tenerte cerca de mi, y por eso te pedí que vinieras a Paris, sin necesidad alguna.  Y por eso fue que te besé siguiendo un impulso para mi desconocido hasta ese momento.
Me gustabas, mucho y aún no sé por qué lo hice, sabiendo que lo tomarías a mal.  No cometí ninguna falta contigo.  Sencillamente no sabía lo que era el verdadero amor, pero tuve que aprender a marchas forzadas lo que todo ello significaba.
Pero no querías verme porque creíste que te quería para otra cosa. El estigma jefe secretaria, y nada más lejos de mi intención.  Te respeté al máximo: las aventuras serían con otras.  Contigo había otro tipo de sentimiento, de relación.
Cuando Morgan me dijo que te habías marchado, no podía creerlo ¿ por qué ? Aún no sabía lo que puede doler un amor no correspondido.  Me pilló tan de sorpresa que no sabía buscar el por qué, cuando era tan sencillo:  simplemente abrir tu corazón.

- Nuevamente te pido perdón por lo que tuviste que soportar y el daño que te hice.  Pero te repito, ignoraba lo que estaba pasando por mi cabeza y mi corazón.  Ahora tu tienes la última palabra o tenemos juntos una vida, o me destrozarás, pero si no me aceptas, no volveré a molestarte y dejaré que seas feliz con quién elijas.
- Te elijo a tí, siempre has sido el elegido ¿ cómo puedes dudarlo ?  Te he querido desde el principio sin esperanza alguna.  Renuncié a tí desde el mismo momento en que supe que eras un imposible, pero en el corazón no se manda.  Hice todo lo posible por olvidarte, por fijar mis ojos en otra persona.  Pero todo fue inútil.  Cuando iba por la calle te veía en el rostro de todos los chicos que se cruzaban conmigo.  Era imposible soportarlo; no comía, no dormía y el verte a diario era la mayor de las torturas.  Porque aunque quería verte, al mismo tiempo era insufrible.  Por eso Paris  fue la espita que necesitaba para tomar esa decisión.  Te eché mucho de menos.  Trataba de encontrar un trabajo semejante al que había dejado, pero lo dejé, porque sería más de lo mismo, pero aún más difícil porque pensaba que habría otra chica en mi lugar que quizá consiguiera lo que yo no pude.  Por eso tuve que tomar la decisión tajantemente.  Ahora ya lo sabes.
Probablemente ni tú ni yo, fuimos culpables de nada.  Sólo que no nos dimos cuenta de que no íbamos a ningún lado por ese camino, sólo a hacernos daño.  Ni siquiera quise vivir en Bristol, porque aún estabas demasiado cerca.  No quería que me encontraras porque volverías a torturarme, aunque no supieras nada de lo que pasaba por mi cabeza.  Tampoco podía hablar contigo de lo que estaba ocurriendo ¿ cómo hacerlo ?  Me consideraba un tópico, y sin embargo no lo era.  Fuiste mi primera ilusión: un jefe guapo, una empresa fuerte y un trabajo por el que había suspirado.  Pero el destino se interpuso y todo se fue al traste.
- No cariño.  Nada se ha ido al traste. Ahora es cuando todo comienza.

La abrazó fuertemente y ella respondió de inmediato.  Todo había sido aclarado, y ahora todo estaba bien.  Serían una pareja normal, de gente normal, que se aman normalmente.

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