martes, 17 de abril de 2018

Las necias ilusiones - Capítulo 3 - La entrevista

Habían transcurrido tres semanas desde que entregara el curriculum en Miller Dawson CO:, y aún no le habían avisado.  Había perdido totalmente las esperanzas de la llamada, pero no se desmoralizó.  Seguiría  buscando algo para lo que había estudiado, y si no lo consiguiese,  haría lo que primero se le presentara.  Pero una tarde, a última hora, una llamada hizo vibrar el móvil

- ¿Señorita  Hudson ?  La llamamos de Miller Dawson para que se presente en nuestras oficinas a poder ser mañana mismo.
-Si, si podré.  Dígame a qué hora he de estar
- A las nueve ¿ le viene bien?
- Perfecto.  A las nueve en punto estaré
- Bien, pues entonces nos vemos mañana. ¡ Ah ! Preséntese en la planta novena, por favor
- De acuerdo.  hasta mañana.

Corrió a decírselo a Margaret, y juntas daban saltos de alegría y juntas reian.


- Sé que mañana no será el paso definitivo,.  Será una entrevista cara a cara, y sé también que no será la única.  Luego establecerán comparaciones entre todas las aspirantes, y después vendrá la selección.  Aún no hemos ganado la guerra, pero una  humilde batallita, si he ganado.- le repetía a Margaret loca de contenta.

Y eligió cuidadosamente lo que se pondría al día siguiente.  Revisó su guardarropa, y se decidió por un traje de chaqueta azul marino con una blusa celeste o blanca.  Al final se decidió por la celeste por parecer más moderna..  Y a la hora en punto, tocaba suavemente  en la puerta de Dirección de la planta novena.

- Adelante - se escuchó una voz desde el interior

Ada entró latiendole fuertemente el corazón, y mentalmente pidió que no le sudaran las manos, pues causaría una pésima impresión al estrecharlas.  Se encontró con el jefe de Recursos Humanos. Al fondo del despacho, apartado y tomando un whisky, estaba otro hombre que ella creyó se trataba de alguna visita o de algún empleado de la misma sección.

- Siéntese , por favor - la pidió el hombre de Recursos - Soy Morgan y hablé con usted en la tarde de ayer
- ¡ Ah ! recuerdo.  Encantada señor Morgan

Tras un paréntesis para la presentación, a continuación la expuso en qué consistiría su cometido en esa empresa, el sueldo a ganar, los horarios..., en fin todo lo que contenía aquel, su primer, contrato de trabajo..  Procuraba estar atenta, puesto que quién sería su jefe, continuaba relatando el contenido del documento, pero no podía evitar abstraerse de la conversación y pensar que había conseguido ganar la "guerra," tal y como expuso a Margaret.  Giró la cabeza siguiendo los pasos de Morgan que paseaba por la habitación, y se dio cuenta de que aquel otro hombre no participaba en nada de lo que allí ocurría.  Una de las veces, sus ojos se cruzaron pero él, impasible seguía bebiendo a pequeños sorbos,. el licor del vaso..

- Y bien, eso es todo ¿ Está conforme ?  Si es así firme aquí en la cruz que señala su nombre - Tuvo que esforzarse para volver a la realidad y firmó con mano segura ¿Sabía lo que había firmado ?  La mitad de la exposición no la había escuchado, pendiente de lo que su cabeza pensaba.

- Pues el próximo lunes, se presentará a las ocho de la mañana para iniciar la jornada.  Será en esta misma planta,  Y ahora la presentaré a quienes serán sus compañeros en lo sucesivo.

Se dirigió hacia otra puerta que daba paso a un amplio despacho con dos mesas, una junto a otra y un poco más retirado, tres escritorios en el que trabajaban otra chica y dos muchachos.  Morgan señaló el que sería su escritorio, y en el otro, al lado, estaba otra chica, Susan ,   que era a quién sustituiría aproximadamente  al cabo de un mes..  Contraería matrimonio  y dejaba el trabajo por traslado de su futuro marido a Edimburgo.  Durante ese mes estaría aprendiendo el modo de trabajar de la empresa.

Dedujo de la poca conversación a la que estuvo atenta, que sería la secretaria del director general, tal y como era Susan.  Se trataba de un personaje altamente estricto con las normas y exigente con ellas, por eso tanto aprendizaje.  Aunque en realidad pensaba que no era para tanto.

- Con una semana sería suficiente, pero en fin.  Ellos son los que pagan y si creen oportuno que me hará falta un mes de entrenamiento, será por algo.

Y claro que era por algo, lo supo a los pocos días de incorporarse a la empresa, cuando conoció personalmente a la persona que tendría como jefe, y que no era otra que el tranquilo hombre que se deleitaba con un whisky mientras era entrevistada.

Cuando Ada salió del despacho después de firmar el contrato, quedaron a solas los dos hombres que estuvieron presentes en la entrevista con ella, ambos cambiaban impresiones acerca de Ada, y el que no había intervenido y para quién trabajaría a partir del lunes citado, era quién tomó la decisión final
- Me gusta esta chica.  Te dije que serviría y no me he equivocado. Tiene una presencia excelente. Está segura de sí misma, habla correctamente los idiomas reseñados y conoce el trabajo para el que va a ser destinada.  Sé que echaré mucho de menos a Susan. De todas las chicas que han pasado por el puesto, ha sido ella con la que mejor me he llevado.  Si.  La echaré mucho de menos. pero demos a ésta el beneficio de la duda.

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