viernes, 2 de junio de 2017

Segunda oportunidad - Capítulo 2 - Bath

El cartel anunciaba excursiones a las cercanías de Londres: Oxford, Canterbury, Bath, Dover, y la más llamativa Stonehenge...No le llamó ninguno la atención todas las conocía, pero había una en especial Bath, nunca había estado allí.  Localidad mediana tirando a pequeña, apacible y  apenas a dos horas de Londres.  Aparcó el coche en el arcen y se bajó para fumar un cigarrillo. Una idea le rondaba en la cabeza

--¿Por qué no?, se dijo en voz alta. Quizá cambiando de lugar los recuerdos no sean tan profundos y pueda concentrarme en el trabajo, y de esta forma poder reanudar mi vida, aunque nunca será igual.

 La idea de ponerse a escribir le ponía la piel de gallina:.  No deseaba volver a escribir no le apetecía,  Oxford estaba cerca; él había estudiado en esa Universidad y aún mantenía contactos con algunos de sus profesores. Daría clase de literatura, eso suponiendo  que pudiera formar  parte del claustro, al menos lo intentaría.  Terminado el cigarrillo se introdujo de nuevo en el coche y partió rumbo a su domicilio.  Durante el trayecto no dejaba de darle vueltas a esa idea que se le había ocurrido. ¿Sería esa la señal que había pedido a Cristal para ayudarle?

Repitió mecánicamente los movimientos de todos los días, acarició a Poppy y sirviéndose un whisky se sentó en su sillón, frente al que ocupara Cristal. Miraba fijamente al mueble, pensativo, pero decidido a comenzar un nuevo rumbo. Le asustaba un  poco la costumbre que había tomado de beber. Apartó el vaso y levantándose se dirigió a la cocina a recoger la correa del perro  .Salieron a la calle y se encaminaron al cercano parque en donde Poppy retozaba con sus amigos.  Jack le  quitó el   collar  y tomó asiento en un banco desde el cual podía vigilarle, pero no dejaba de pensar en el proyecto.

--Sea, Cuanto antes...

Al día siguiente con una maleta por todo equipaje emprendió rumbo a su nuevo destino. Al cerrar la puerta de su casa, era consciente de que cerraba una  etapa muy importante en su vida. Otro lugar, otro trabajo, nuevas gentes. . . ,  nueva vida en definitiva.  Al regresar del parque había llamado a la Universidad y habló con el Rector que recordaba su paso por alli, pues no hacía tantos años de ello y la memoria del profesor era nítida.  Concertó una entrevista para el día siguiente; estaba impaciente de emprender el  panorama  que se abría ante él,   ante la nueva experiencia.

Tomó la carretera y antes de lo que pensaba se plantó en Bath.  Buscó un hotel  en donde poder hospedarse hasta que encontrara algo en donde vivir.  Era un hotel pequeño, clásico inglés, regentado por un matrimonio maduro, pero muy agradable.  Le dieron una habitación espaciosa, limpia,  con un gran ventanal que daba a un  paisaje bellísimo de la campiña inglesa.  Sonrió complacido y se dispuso a colocar sus pertenencias . En el cuarto de baño instaló el plato de comida de Poppy y le dijo:

--Poppy, de ahora en adelante tendrás que comer aquí .Hemos cambiado de casa ¿entiendes?




El perro ladeó la cabeza y moviendo su rabito le dió a entender que estaba de acuerdo con el cambio y que le habia entendido.  Jack acarició sonriendo su cabeza.

--Bueno, voy a sacarte un rato para estirar las piernas y  conocer el entorno.


Paseó tranquilo por la calle principal escudriñando cualquier rincón. La primera impresión era favorable. No había prisas entre la gente como ocurría en la gran ciudad.  Todo el mundo paseaba tranquilo y relajado. Interiormente pensó que eso era lo que necesitaba: algo de paz y tranquilidad.
Si su entrevista resultaba favorable, se instalaría en esa pequeña ciudad . Oxford estaría allí mismo en el lugar de trabajo, pero los estudiantes lo alborotaban todo y él rehuía de la gente. No.  Viviría en Bath, aunque fuera una zona turística no  tenía tanto jaleo como en Canterbury o en Stonehenge, por ejemplo.  Nunca, hasta mucho tiempo después, comprendió qué es lo que le llevó hasta allí.


Escontró un pub muy agradable con mesas en la acera y decidió tomar un té sentado en la terraza

--¿Te gusta ?, le preguntó a Poppy

Una camarera solícita le preguntó lo que deseaba tomar

--Un té, por favor.

Miraba a un lado y a otro para conocer lo que seguramente sería su hábitat y cada vez le complacía más

-- A ver si hay suerte y mañana consigo el empleo. Por nada del mundo volvería a escribir, pero si no encuentro nada como profesor no tendré  más remedio que hacerlo aunque  sean cuentos.  De algo tenemos que vivir, porque los ahorros bajan a velocidad de vértigo. ¿ No te parece ?-  girando la cabeza preguntó al perro que estaba distraído,  como su dueño,  en mirar el paisaje.

Se acostó temprano y a los pies de la cama colocó una alfombra a modo de cama para el perro. Se sentía cansado y excitado por lo vivido durante el día. Se durmió pronto y por primera vez en mucho tiempo no le costó conciliar el sueño. 

Había dado orden de que le avisaran a las siete de la mañana. Quería acudir a la cita con tiempo suficiente. Después de ducharse y afeitarse, se puso un traje acorde con las circunstancias, y mirándose al espejo se pidió así mismo su aprobación.  Bajó al comedor del hotel y procedió a desayunar, recogió a Poppy y ambos en  el coche  se encaminaron rumbo a Oxford.


La entrevista con el Rector fue cordial y larga. Hablaron de cuando él estudiaba, de su magnífico historial y de las algaradas que formaba con algunos de sus compañeros, pero no le pudo ofrecer el puesto que Jack iba buscando. El curso ya hacía tiempo que había comenzado y el claustro estaba completo, pero uno de los compañeros que había tenido en Oxford era profesor de Instituto en Bath. Hablaría con él a ver si le podía conseguir el puesto que deseaba.

El Rector llamó a su antiguo alumno y después de saludarle, le dijo

--¿ A qué no sabes a quién tengo aquí?
--Claro que no lo sé.- ¿Quién es , que tanta sorpresa te causa?
--Pues a tu antiguo compañero Jack Stratford, el famoso escritor..
--¡ No me digas! ¡Jack !
--Oye te pongo al habla con él

Los dos amigos estuvieron charlando durante un rato y quedaron citados para comer juntos ese mismo día. Se despidió del Rector quedando en verse nuevamente y retorno a Bath para entrevistarse con su antiguo amigo Tom. Se habían citado en el restaurante. Mientras le esperaba  tomó un Martini un poco descorazonado por no haber conseguido plaza en la Universidad.



Cuando Tom se encontró con Jack, ambos se fundieron en un fraternal abrazo y enseguida empezaron a recordar sus felices años de estudiantes. Al rato la conversación derivó inevitablemente hacia la desgracia sufrida por Jack con la pérdida de Cristal.  Tom la recordaba perfectamente, era la chica más solicitada de la universidad: alegre, divertida, guapísima. Era la más asediada por los chicos, pero ella sólo tenía ojos para Jack y en cuanto terminaron la carrera, a los pocos meses , se casaban, yendo a vivir a Londres. El comenzó a escribir y rápidamente se hizo un hueco entre los lectores que le seguían cada vez con más avidez. Ella trabajaba en un periódico semanal haciendo entrevistas...

--Una mañana al salir de la ducha me dijo,
-Jack, tengo de nuevo la menstruación  Me noto débil y a veces tengo como un mareo
¿ Cómo es posible? ¿ No la tuviste hace tan sólo unos días ? Quizá  sea algún trastorno, algún problema en los ovarios. ¿ Cómo fue la última vez que la tuviste?
--Algo más abundante de lo normal en mi, pero ahora es muy fuerte, demasiado fuerte.  No debía tenerla hasta dentro por lo menos de ocho o diez  días. Quizá por eso no tengo ni ganas de comer. Y creo que hasta me dan algunas décimas por la noche
--Iremos al médico  ahora mismo...  Y fuimos . Inmediatamente la hicieron las pruebas de urgencia, pero debíamos esperar unos días para saber el resultado.  Unos días que fueron insufribles. Ella se encontraba más débil, no recuperaba el apetito, dormía mal y por lo tanto perdía peso. Su menstruación era intermintente y ya eran  varios días.  Aunque ella no decía nada, yo la notaba que estaba preocupada,  al igual que yo.  Por fín, una llamada de teléfono del consultorio médico y una cita para esa misma tarde.  Mientras tomaba la enfermera una muestra para una nueva analítica, el médico me dio el resultado, y sus   palabras,  aún resuenan  en mi cabeza
--Lo siento Jack, es leucemia  y es grave, muy grave . No hay tiempo que perder y aplicar el tratamiento inmediatamente. Convenía internarla para mayor comodidad de ella. Tendremos que transfundir sangre y plaquetas, porque está bastante débil.  La pérdida es importante.  Lo siento, es cuanto puedo decirte de momento. Se que no es una situación fácil, pero hay que tener confianza en la Naturaleza.  Cada cuerpo humano responde de una manera determinada .  No todos los tratamientos, a pesar de ser el mismo, produce igual resultado. Día a día vemos lo que en unos no sirve, en otros les mejora rápidamente. Creo que debo decírselo a ella. Tiene que saberlo, porque va a ser largo y duro.  Es una mujer inteligente y a nada conduce el ocultar algo que por ella misma va a conocer.



-- Pero ya era demasiado tarde. Seis meses después moría en mis brazos, después de haber pasado un infierno con los tratamientos que le aplicaron. Su palidez era extrema. Su pérdida de peso y el saber el resultado final,  hacían aún más difícil todo.  Yo no encontraba palabras para aliviar su preocupación, porque la mía me desbordaba.  Lo que la decía, lejos de consolarla, afianzaba más su convencimiento de que el final se acercaba 

Guardaron silencio y Tom apretó la mano de su amigo para infundirle el valor que en ese momento ,de duros recuerdos,  necesitaba.  Jack apuró su Martini y pidió otros dos . Cambió de conversación.  No quería seguir relatando a su amigo las horribles horas vividas  junto a Cristal.  Darse cuenta de que se iba, y no poder hacer nada para evitarlo, o simplemente, hacerle la vida más agradable, sin sufrimientos, durante lo que viviese.

-- Ya te ha comunicado el Rector lo que solicito
--Pero ¿ por qué no vuelves a escribir? Mira que como tardes mucho la gente se olvida...
--Te aseguro que me da igual. No pienso volver a emborronar unos pliegos
--¡ Estás loco !   Eras uno de los escritores más solicitados...A Cristal no le gustaría nada tu actitud
--De verdad no puedo, no tengo ideas, no se me ocurre ningún tema. Me es imposible concentrarme. Necesito ordenar mis pensamientos; ese es el motivo de mi traslado. Londres me pesa demasiado.
--Bien, pues si es eso lo que deseas te ofrezco la plaza de literatura en mi Instituto. No hay problema.¿Cuándo quieres empezar?
--Cuanto antes, mañana mismo si quieres
--Pues muy bien. Después de comer iremos al  Instituto y te presentaré al director y no creo que haya problemas. Verás que te agrada. Todos son profesores jóvenes, con ideas abiertas al mundo de hoy, y los alumnos..,   pues hay de todo, pero en general no dan muchos quebraderos de cabeza.

 Apuraron los Martinis, pidieron el menú y transcurrido un buen rato, ambos se encaminaron al Instituto.




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