lunes, 13 de abril de 2020

Pobres y ricos - Capítulo 3 - El debut

   Todo lo dejó preparado la noche anterior.  Buscó en su armario lo que iba a ponerse en su debut como reportera, aunque oficialmente aún no lo fuera.  No quería omitir ningún detalle, pero tampoco exagerar la indumentaria.  Tenía en cuenta que lo más lógico es que fuera de acompañante de algún reportero de verdad, y por tanto, creyó que unos vaqueros, alguna camiseta mona y unas deportivas, serían suficientes.  Por contra, si fuera ataviada con más seriedad, chocaría bastante.  Debía ante todo mostrar profesionalidad aunque fuera muy distinta a la que había ejercido en Corte Madera.Quería dar la impresión de que eso era lo que llevaba habitualmente, y así era, pero tenía que reconocer que era muy poca ortodoxa la manera de prepararse el primer día de un trabajo nuevo 

- ¡ Bah ! - se dijo. Echó una última mirada al espejo y cogió su bolso enorme en el que guardaba su máquina de fotos, un cuaderno de notas,  bolígrafos, y todo lo que forma un bolso de mujer: monedero, llavero, móvil, barra de labios, peine, pañuelos de papel.... etcétera.  Todo, totalmente prescindible, pero que si no lo lleváramos, nos sentiríamos "desnudas".  Bueno, ya estaba lista. Tomó su desayuno rápidamente y nerviosa salió de la pensión rumbo a lo desconocido, porque eso era lo que la aguardaba. Miles de preguntas se hacía mientras ponía el coche en marcha.

- ¿ Iré sola o con compañero ?  ¿ Adónde iremos? ¿ De que constará el reportaje ? ¿ Quién será mi instructor ?

Ahora si que se ponía nerviosa por momentos. Se le había olvidado a quién o dónde debía presentarse.  Los primeros días de un trabajo, eran una lata; estabas totalmente perdida y los compañeros, te miraban con recelo, y en cuanto das la espalda, se parten de la risa.  Pero ellos también tuvieron su primer día, así que no entendía por qué  causa tanto revuelo.  Lo que más rabia le daba eran las consabidas novatadas: no la gustaban nada, pero ella también las dió cuando, alguien nuevo, entró a trabajar en su antiguo trabajo. Y al recordarlo sonrió .

- Bien, pues ya estoy aquí - se dijo.  Había llegado en un pis pas.  Verdaderamente no estaba lejos, pero el coche le sería imprescindible para su futuro trabajo.

    Tras dejarlo aparcado, se detuvo un momento antes de entrar, tragó saliva, respiró hondo, irguió los hombros y espirando el aire, se dijo:

- Vamos a ello, Lucy. ¿ Quién dijo miedo ?

    Y olvidó las novatadas, las dudas y las inseguridades y con paso firme se dirigió al despacho de Recursos Humanos.  Allí le informarían de dónde debía dirigirse.  Y así lo hicieron: directa a Redacción y preguntar por Davis.

   El tal Davis era un hombre de estatura media, de unos cuarenta y pico años, bien parecido y al parecer, su futuro jefe.  Durante un segundo, él levantó la vista del ordenador, al ver que se acercaba alguien.  Apenas la dio tiempo a pronunciar su nombre, Davis se le adelantó.

- Morrison ¿ verdad ? Ven conmigo

   Daba grandes pasos que a Lucy costaba seguir.  Sortearon algunas mesas en las que trabajaban los periodistas, unos charlaban sobre alguna noticia los que tenían las mesas cercanas.  Otros buscaban en los archivos.  Otros hablaban por teléfono, y algún otro anotaba algo en un bloc.  La redacción estaba a pleno rendimiento, y mentalmente recordó la suya anterior:  nada que ver.   Miró  su entorno y descubrió que había también otras chicas, y eso le alivió un poco los nervios. La distrajo de sus pensamientos la voz de Davis que la presentaba al reportero que sería su instructor durante unos días, que así se lo hizo saber su jefe:



- Es para que conozcas la forma de trabajar que tenemos.  No te separarás de él y aprenderás mucho de su técnica, y tendrás que asistir a las reuniones de cada día para que estés al tanto de los temas que vayamos a tratar en la redacción.  Según me han informado, eres muy espabilada, así que no te costará trabajo ponerte al día .
ahora, os dejo solos para que os organicéis 
    Frente a ella estaba  Fred, su instructor y compañero, al menos durante unos días, según había entendido.

- ¡ Hola ! soy Fred

- Yo Lucy Morrison y vengo de Corte Madera, de su periódico.  No tiene nada que ver con éste, así que te ruego tengas paciencia conmigo si algo realizo mal

- No te preocupes.  Todos hemos tenido una primera vez. ¿ Tienes todo ?

- Bueno..., pues no sé a lo que llamas todo. Llevo mi cámara de fotos, mi cuaderno de notas, el móvil...

- Bien. Si , lo llevas todo. Pongámonos en marcha.  Iremos a  Palo Alto y entrevistaremos a un abogado de las celebridades que viven allí.  No sé qué puede tener de interés ese señor, pero las órdenes son órdenes.  Como tardaremos un rato, ve leyendo por el camino, las preguntas que vamos a realizar.  Bueno más exactamente las que haré yo. Tu fíjate en cómo pregunto, no es que sea especial, sino que es, digamos la marca de la casa. Podrás tomar nota de lo que creas interesante. Tratar de sonsacar sin que se den cuenta.  Que hablen pero pareciendo que no va con nosotros ¿ me entiendes?  Si eres discreta, ganarás su confianza y el reportaje será más "sustancioso" y además con su aquiescencia

- De acuerdo.  Tomo nota de todo y estaré atenta.



    Nunca había escuchado un léxico tan refinado, si bien era cierto que se codeaban con gente tan especial, debían usarlo con frecuencia. A eso también debería estar atenta.  Irían en el coche de Fred, era más grande y por tanto más potente.  Llegarían enseguida a  Palo Alto.

- ¡ Palo Alto ! ¡ Madre mía !  Nunca imaginé conocerlo. Allí viven muchos actores y gente rica. No debí ponerme tan de trapillo.  Si llego a saber que íbamos a ir a este lugar, me hubiera puesto hasta tacones-.  Y rió ante su propia ocurrencia

- ¿ De qué te ríes? ¿ En que piensas?

- De mi misma. Pensé que así parecería más profesional.  No sabía que iba a "debutar " en un sitio tan exclusivo.  Debí ponerme un vestido y otro tipo de calzado.

- No te preocupes.  Normalmente vamos así ¿ no me ves? Y   también  voy con vaqueros.  Lo más probable es que los famosos te reciban en chándal o en bañador si están en la piscina.  No te creas las fotos que publicamos con la entrevista. Son fotos pactadas y el escenario también, elegido por ellos mismos.  Algunas se toman en su propia casa, pero otro día, cuando ellos creen conveniente.  Así que tranquila.  Hubieras estado más rara si vienes en plan elegante.  Mira, ya llegamos.

    Aparcó frente a la entrada de una gran mansión.  Se bajó del coche y en un cajetín situado a su derecha, pulsó un código que le dio acceso.  Lo miraba impresionada, asombrada, deslumbrada.  En su pueblo había casas importantes, pero desde luego nada que ver como la que tenían delante. ¿ Qué relevante será este señor?  No tenía ni idea.  Todo lo que había podido leer mientras llegaban allí, era todo temas jurídicos de los que no tenía ni idea.  Menos mal que no sería ella quién hiciera la entrevista.  Estaría atenta a ver cómo se desenvolvía Fred.

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