domingo, 12 de agosto de 2018

Amores menores, grandes amores - Capítulo 15 - Lanzamiento

La acompañó hasta la puerta para despedirla.  Kylie salía tan nerviosa o quizá más que cuando entró. Su cabeza era un remolino de palabras sueltas, impresiones favorables, y miradas inescrutables.  No quería sacar conclusiones.  No sabía si con todos los escritores se comportaba igual, pero lo cierto es que con ella había sido correcto y simpático.  Probablemente, como la hizo ver, se acordaba de sus comienzos y de los nervios que se desataban hasta saber algo positivo, o por el contrario iría al rincón del olvido.

Salió a la calle, y buscó con la mirada algún pub o cafetería en el que pudiera tomar un café.  Estaba demasiado nerviosa como para conducir; tenía que serenarse, y para ello lo mejor sería tomar un desayuno, mientras se ponía en contacto con Tom para contarle lo sucedido.  En su interior, algo le decía que las noticias serían positivas.  No había dejado de escudriñar la cara del hombre que leía abstraido y eso era síntoma de que estaba cada vez más interesado en averiguar lo que ocurriría en la página siguiente.  El camarero tuvo que llamar su atención por dos veces, hasta que Kylie le prestara atención.

- Concéntrate en lo que estás haciendo - la decía su otro yo interior.

Pidió un té y tostadas.  Creía no tener mucho apetito, hasta que dió el primer mordisco a la tostada y sorbió el primer trago de té, entonces se dió cuenta, de que la noche anterior no había cenado. Estuvo durante un rato sentada allí, mirando fijamente la taza vacía del té, pero su pensamniento no paraba de sacar conclusiones de la entrevista que acaba de tener.
Ya más tranquila, abonó la cuenta y salió lentamente del local en dirección a donde había aparcado su coche.  Tenía que regresar a Wells y contar a su tía todo lo ocurrido en aquél despacho; ella sacaría sus propias conclusiones.  a ver si coincidían con las suyas. .

Tardó más de una semana en recibir la llamada de la secretaria de Perkins.  Había tenido que realizar un improvisado viaje, pero la citaba en su despacho para tres dias después.  Debía hablar con ella.  Por mucho que lo intentó la secretaria no pudo decirle nada.

En el día previsto, y a la hora fijada, Kylie entraba nuevamente en la editorial Perkins Ediciones, como rezaba un gran letrero que coronaba la portada del edificio que ocupaba.  La intriga, los nervios, la esperanza y la incertidumbre, se hacían presas en ella, pero trató de calmarse, cuando una vez más, se encontró frente a la sonrisa afectuosa del propio Perkins, que la recibía  amablemente.

Estaba simpático y cordial y la forma en que la saludó, hizo que su corazón diera un brinco de alegría.  Normalmente cuando tenían que anunciar algo negativo, no sonreian, sino que su rostro
era de circunstancias como para justificar una negativa.

- Siéntese.  Lamento no haberla podido recibir en fechas anteriores, pero es que surgió un imprevisto y tuve que desplazarme hasta Londres. Bueno, pero ya estamos aquí nuevamente. Creo que serán buenas noticias las que he de anunciarle.  He leído su novela, personalmente, y me ha parecido lo bastante buena como para publicarla.  Y no sólo eso, sino realizar un lanzamiento que la dé a conocer.  Me dijo que tenía otros dos libros más ¿ no es eso ?
- Sí, pero están sin pulir.  Cuando los terminé, los arrinconé y no volví a ocuparme de ellos.  Pero créame, también son buenos, aunque suene fatal que yo lo diga.
- No se preocupe.  Mañana mandaré a un mensajero a su casa para que los recoja.  Aquí los revisaremos.  Se me ocurre, que podría estar usted, en persona, junto al equipo, de esta manera no se desvirtuaría lo que quiso decir.  Eso será mañana.  Ahora hablemos de economía y negocio.
Haremos una tirada, en un principio de mil ejemplares y los distribuiremos en nuestra propia librería. Promoción con la firma por la autora, Todo eso de momento.  Si funciona a nivel de público editaremos más ejemplares.  Sacaremos anuncios en televisión y en periódicos.  En definitiva la daremos a conocer sobretodo en Londres, que la gente comience a hablar de usted.  El adelanto que la daríamos no será muy grande, de momento.  Mi abogado está redactando el contrato y a medida que vayamos ampliando el lanzamiento, también aumentarán sus ingresos.  He ordenado hacer una maqueta de la portada y la contraportada.  En la contra, había pensado poner una fotografía suya y un resumen de su biografía. Y en la portada, un dibujo del tema central de la novela, muy sutil, pero que indique a qué se refiere el relato ¿ Qué le parece ?

- ¿ Me creerá si le digo que estoy a punto de desmayarme ? No sé qué decir. Creo que voy a marearme de un momento a otro. No lo esperaba, francamente. Le diré que este libro representa mucho para mí, es muy importante. Fue una época de mi vida en que los proyectos y las ilusiones estaban intactas, unidas a la presencia de alguien muy especial para mí.
-¡ Vaya ! , además romántica- dijo Perkins riendo
- No lo crea.  También dejó hondas heridas que no deseo reabrir nunca más
- Bien, eso la pertenece sólo a usted. Del resto ¿ está conforme ?
-¿ Que sí estoy conforme ? Sólo le diré que ...  adelante, y que sea lo que Dios quiera

Se abrazó a su tía cuando llegó a casa. Venía exultante de alegría; su deseo más inesperado se convertía en realidad, y todo provocado por un hecho insólito al tomar la decisión de su vida y solicitar al editor  algo que ni siquiera recordaba, pero que tuvo mucho cuidado en dejar caer que era escritora y que buscaba una oportunidad.

Desde que supo que lo iban a publicar y precisamene en la editorial de su suegro, a Kylie no se le iba de la cabeza lo  que pensaría Dylan si llegara a enterarse.  Suponía que él publicaba en la misma editorial y que por ello conoció a la que hoy era su esposa. Dylan casado y ella había sido testigo de ello, muy a su pesar, porque nunca jamás imaginó que así sería.  Instintivamente depositó su mano sobre su vientre.  Eso no se borraría nunca.  ¿Coincidirían algún día en verse ?  Sería inevitable, puesto que ambos estaban ligados a la misma empresa, y además era el yerno del dueño.  Seguramente tendría que visitar más editoriales, pero eso sería después del lanzamiento de su novela.  Tenía que comprobar que verdaderamente era buena y no cuestión de amables palabras.

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