martes, 14 de agosto de 2018

Amores menores, grandes amores - Capítulo 18 - El gran día

Y Kylie siguió con su vida diaria como si nada hubiera ocurrido. Vivía en Wells, junto a su tía.  Trabajaba en el periódico y nada alteró su ritmo de vida.  Habían pasado mas de dos meses desde que Dylan la saludara.  No habían tenido ocasión de verse:  él vivía lejos.  .  Según había sabido por Alfred, se recluyó en un cottage que tenía por la zona de los costwolds, en solitario.  La extraño que siendo alguien recién casado, su esposa no estuviera con él.  Si hubiera sido,  ella no le habría dejado solo, pero eran de mentalidades y mundos distintos y su forma de pensar y sentir, también lo eran.


Y por fin, llegó el gran día. A la editorial llegó un mensajero con una gran caja, muy pesada.  Nadie sabía qué era lo que contenían tan abultado envio.  Una de las secretarias, indicó a Perkins que había llegado lo que esperaba..  Ordenó que lo desembalaran y su contenido lo trasladasen a la sala de reuniones.  Todos estaban muy intrigados, pero pronto se desvelaría el secreto:  habían llegado los primeros libros de la novela de Kylie.  Todos se alegraron y contemplaron la portada y la contraportada.  Era una edicíon preciosa y comentaron que tendría un éxito tremendo, si el contenido fuera tan llamativo como la portada..

Su móvil sonaba mientras conducía de regreso a casa.  Aparcó en el arcén y atendió la llamada que era del mismísmo Perkins

- Señor Perkins ¡ qué alegría !ª  ¿ Ocurre algo ?
- Nada chiquilla.  Los libros han llegado y he de decirte que la maqueta que vimos no tiene nada que ver con el resultado final. ¡ Hasta yo me he asombrado...!
- Eso ¿ qué significa , que está bien o mal ?
- Está excelente. Tengo una reunión con la agencia de publicidad para estudiar el lanzamiento. Deseo que vengas a la editorial cuanto antes.  Te haré entrega personalmente de tu primera obra, y quiero que estén todos los empleados, puesto que, en alguna medida, todos están interesados en ella ¿ qué me dices ?
- No lo sé.  No sé qué decir.  Estoy muy nerviosa, pero también muy emocionada.  Es un día muy importante para mi.  Pediré permiso en el periódico y mañana creo que podré estar allí ¿ le parece ?
- Estupendo.  Hoy mismo lo prepararemos todo. Enhorabuena.  No sabes cómo celebro el que me abordaras en la boda de mi hija.


- ¡ La boda de su hija !  Esa frase, le trajo a la memoria uno de los artífices desde su comienzo.  Le hubiera gustado tanto disfrutarlo con él. Fue el primero que creyó en ella, fue el primero en muchas cosas importantes de su vida, y sería el que más ausente estaría.

Como era de esperar , el permiso le fue concedido, y el director pensó que dentro de nada tendría que poner un anuncio solicitando otra redactora, ya que ella, seguramente, tendría que atender los compromisos que crearan su nueva profesión.

Y ese día Maggie y Kylie cenaron con vino y brindaron con champán.  Era el principio de lo que vendría después, porque ésto la impulsaría a superarse día tras día.  Y de repente conoció lo que era tener un éxito en su vida.  Aunque no vendiera ningún ejemplar, al menos las personas que confiaron en ella, lo estaban festejando.  Sabía que hasta que tuviera un nombre, nadie pagaría una libra por una novela con su nombre, pero todo en esta vida cuesta trabajo conseguirlo y ella, tarde o temprano lo conseguiría.

Y Maggie la acompañó al día siguiente a la editorial.  Era como su madre y quiso que estuviera a su lado en un día tan importante para ella.  Fueron directas al despacho de Perkins, que la dió un abrazo al verla  después de meses de no haberse visto.  Presentó a su tía y se sentaron a charlar durante un buen rato.  Tenía que hacer tiempo para que el personal dejara su trabajo y se reunieran todos en la sala de juntas.  Perkins haría la entrada llevando del brazo a una nerviosa y contenta Kylie, que a duras penas podía contener su entusiasmo.

Al entrar, todos, allí reunidos, estallaron en una ovación.  Ella emocionada sonreía y lloraba a un tiempo.  Y es por eso, por su forma sencilla de ser, que les había conquistado a todos.  No faltaba nadie.  Alfred se situó a su lado, cuando Perkins hizo la presentación

- No es necesario que os presente a la protagonista de este acto, porque de sobra todos la conocéis.  Hoy es un gran día para ella, para su familia y para nosotros.  Nos espera una temporada  de de mucho trabajo, porque será todo un éxito.  Permíteme que te entregue el primer ejemplar de tu obra, de tu primera obra, quizá la que más quieras de toda tu carrera, porque auguro que será larga y productiva. Tendrás que firmarlo porque este libro tendrá un lugar muy especial en mi biblioteca
- Yo...  no sé qué decir.  Comencé a escribirlo sin tener ni idea de cómo hacerlo, sin siquiera saber que sería mi profesión, pero a medida que las hojas eran cubiertas por frases, diálogos o descripciones, notaba un regusto muy agradable a que lo que estaba haciendo me ganaba por momentos.  He de deciros que fue mi tía Maggie, la que me obligó a elegir Letras,  en una carrera por la que no sentía ninguna gana de comenzar.  Y fue  en donde conocí a alguien que tuvo gran influencia en ello:  mi primer corrector.  La primera persona que confió en mí impulsándome a continuar.  Hoy es un autor de prestigio.  También a él dedico este libro.  Pero quién se tomó en serio mi carrera fue el señor Perkins, al que estaré eternamente agradecida, porque sin él, hoy no estaríamos aquí.  Muchas gracias a todos.  Siempre estará en mi memoria este día y todos vosotros.
- Está bien, pues brindemos por ello - cortó Perkins al notar la emoción de Kylie. Hay un ejemplar para cada uno de ustedes.  Recójanlo al terminar el acto.  

Unos camareros comenzaron a llenar las copas de champán y a distribuirlas entre todos los empleados que sonreían ampliamente. En el dintel de la puerta una figura de hombre observaba todo con satisfacción.  Kylie le daba la espalda y se acercó a ella lentamente, que charlaba con sus compañeros y con Perkins

- ¿ Creias que me iba a perder ésto ? - la dijo sonriendo - 

Ella se giró rápidamente y la sonrisa se borró de su cara al comprobar que él estaba alló.  Que había llegado desde su refugio, que lo había dejado todo para estar con ella en este dia.  Dylan se acercó a ella y depositó un beso suave en su frente.  Perkins les observaba y sus ojos escudriñaban los de ella que se volvieron rápidamente de un brillo que rayaba en la emoción.  Dylan alzó su copa sin dejar de mirarla y dijo escuetamente:

- Por ti.  Porque seas siempre como eres.  Que nada ni nadie cambie tu forma de ser
Al fin, después de un sorbo de champán pudo articular unas titubeantes palabras
-¿ Cómo has sabido que ... ?
- El valor de tener un suegro editor.  Edouard me lo dijo y aquí estoy.  Tendrás que firmar mi libro, que volveré a leer nuevamente.  Ha pasado mucho tiempo de nuestra colaboración, pero aún recuerdo algunos pasajes; así que refrescaré la memoria

 La tendió el ejemplar sonriendo y sin  dejar de mirarla.  Ella bajó la cabeza y tomó el libro que la tendía ,  y comenzó a escribir.

" Al primero . Gracias por tu confianza y tus consejos.  Pero también por tus ausencias.La amistad siempre perdurará, porque es más lo que nos une que lo que nos separa.  Kylie "

Dylan reparó en la dedicatoria. Entendía algunas cosas, otras no, pero sabía que tenían su fundamento, que ella lo había escrito por algún motivo, que no alcanzaba a explicarse.  Lo cerró y la dio las gracias


- He de irme. Aprovecharé que estoy en la ciudad para comer con mi mujer.  Te llamaré uno de estos días y quedaremos para comer  o cenar juntos.  Me gustará recordar otros tiempos.  Te deseo el mayor de los éxitos.

 La dio dos besos en las mejillas y se despidió de todos, puesto que era conocido de todos ellos.  Kylie se quedó mirando la puerta por donde desapareció, y Perkins no dejó de observar la actuación de ambos. Su lenguaje corporal era bastante evidente.


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