Y la reunión entre ellas fue amena y distendida. Eran simplemente dos amigas charlando de sus cosas, de sus trabajos, y nada más. Ninguna de las dos trató de adentrarse en la respectiva vida de la otra. No se conocían lo suficiente, pero Krista se sintió en la obligación, al despedirse de Kyle, de comentar algo que la preocupaba.
- Verás Kyle, no me conoces lo suficiente para saber si soy cumplidora de la palabra que doy o no, y si seguimos conociéndonos lo averiguarás. Si te doy una palabra, la cumpliré a rajatabla. Te prometí que en mi entrevista no iba a haber preguntas molestas y creo haberlo cumplido, pero mi director me exige más. Quiere que me gane tu confianza y averigüe cosas de tu pasado. Me he negado a ello y me amenaza con despedirme por incumplimiento de contrato. Si se tratara de otra persona, sin dudar que lo haría, pero tú has sido muy franca y muy sincera conmigo. Te prometí algo y pienso cumplirlo; pero he de advertirte que en mi profesión hay muchos que por ganar notoriedad son capaces de todo, hasta de inventar una historia falsa con tal de vender revistas. La nuestra no pasa por su mejor momento y eso hace que te obliguen a hacer cosas por las que no estás dispuesto, como es mi caso. Si ves algún artículo en el que se desvelan cosas que no deseas divulgar, no es mio el reportaje. Quiero que lo tengas muy presente, porque dejaré de trabajar con esa dirección. Bueno en realidad estoy despedida al negarme a ello, así que ya lo sabes: ni les he dicho nada ni tengo nada que ver
La escritora se la quedó mirando, indecisa. No sabía si creerla o no. Posiblemente fuese una argucia para que ella abriera su corazón y le contara cosas íntimas, para después publicarlas en primera plana y relanzar de ese modo la revista. No sería la primera vez que algún nombre famoso, se había visto sorprendido en su buena fé.
- Tranquila, no te preocupes. Te agradezco me hallas advertido, y te prometo que estaré atenta a cualquier moscón que se acerque a mi con esas intenciones. Pero puedo asegurarte que si se inventan o publican algo sin mi consentimiento, les llevaré a los tribunales y tengo unos abogados muy buenos. Lo que más me molesta es que te hayan despedido por ese motivo. ¿ Cuánto llevas trabajando con ellos ?
- Cinco años de mi vida. Pero no me importa. Encontraré trabajo en algún periódico o revista. Eso no es problema
- Bien Krista, me ha sorprendido tu revelación, pero sé que este mundo funciona así.; poniendo zancadillas unos a otros. Deseo que volvamos a vernos otro día. Te debo una comida. Esa vez invito yo.
Ambas mujeres se despidieron, pero no concretaron fecha para volverse a ver.
Kylie llegó pronto a casa, pero disgustada por la noticia dada por Krista. No era la primera vez que trataban de averiguar cosas de su vida privada. Sabía que al hacerse popular los buitres acudirían a por su pedazo de carne, y en ese momento era ella. La famosa, la escritora más vendida de la actualidad, pero también la más enigmática y difícil de entrevistar. Era una absoluta desconocida. No se sabía nada de ella.
De repente un día surgió un lanzamiento de una nueva novela y de una nueva autora que con un magnífico programa de promoción, alcanzó cotas de ventas antes nunca alcanzadas. Pero nada más; se sabía; que era británica, porque así lo ponía en la contraportada del libro. Pero ni siquiera si el nombre con el que firmaba era el suyo propio o un pseudónimo, de ahí el interés que despertaba conocer los "trapos sucios", si los tuviera. Pero no los tenía; llevaba una vida ordenada, pocas asistencias a fiestas y mucho trabajo. Pero seguía siendo extraño que no tuviera a su alrededor algún hombre que la rondase. Estaba a punto de entrar en los cuarenta. Era bonita, simpática y graciosa para unos. Para los periodistas era una mujer cardo, cuando no se salían con la suya.
Llegó cansada, disgustada y harta de los carroñeros que la perseguían siempre. La revelación de Krista había colmado el vaso. Se sentó en su estudio, se quitó los zapatos y descansaba las piernas sobre un reposapiés. Ni siquiera tomó una copa. Reclinó la cabeza hacia atrás y trató de quedarse dormida., algo que consiguió durante unos instantes. Después se incorporó y fue hasta uno de los cajones de su escritorio y, de él, extrajo un manuscrito metido en un sobre grande y atado con una cinta, que en su día fuera blanca. Lo acarició mientras sonreía, sin duda evocando el momento en que comenzó a emborronar los primeros renglones.
Desató el envoltorio, y de nuevo, ante su vista aquellos folios que empaquetara un día de hace tiempo, al recibirlos de vuelta de una editorial. Daba lo mismo la que fuera: había sido rechazado. Y recordó a la persona que la ayudó a corregir algunas de las cosas que no estaban bien encajadas o a substituir palabras por otras al ser repetitivas. O a enfocar algún párrafo más concluyente que lo que había escrrto en primer lugar. Al final, después de las correcciones efectuadas, se había convertido en una novela perfecta, con interés en su trama, con la intriga del "qué pasará", y unos personajes apasionantes que vivían su propia historia. Pero de nada había servido porque nadie lo supo apreciar. Ahora tenía más experiencia y conocía mejor el manejo de ese mundillo, por eso no desechó nunca de su cabeza, la idea de publicarlo e intentarlo de nuevo. Ahora sería diferente; tenía un nombre prestigioso y ni siquiera lo pondrían en duda, pero ella sabía que era bueno y que había otra persona, por algún lugar, que también lo sabía, aunque no lo recordara por el tiempo transcurrido..
Y lentamente puso en marcha la moviola de su vida y volvió a aquellos días, cuando al cumplir los dieciocho años, ingresó en la universidad para estudiar algo de letras, sin demasiado interés, pero es que las ciencias no la atraían nada en absoluto. Sin mucha ilusión inició su primer día de estudiante "en serio". Pero creo que será mejor que sea la misma Kyle, a través de su memoria, quién nos dé cuenta de todo. Y comienza así....
- Verás Kyle, no me conoces lo suficiente para saber si soy cumplidora de la palabra que doy o no, y si seguimos conociéndonos lo averiguarás. Si te doy una palabra, la cumpliré a rajatabla. Te prometí que en mi entrevista no iba a haber preguntas molestas y creo haberlo cumplido, pero mi director me exige más. Quiere que me gane tu confianza y averigüe cosas de tu pasado. Me he negado a ello y me amenaza con despedirme por incumplimiento de contrato. Si se tratara de otra persona, sin dudar que lo haría, pero tú has sido muy franca y muy sincera conmigo. Te prometí algo y pienso cumplirlo; pero he de advertirte que en mi profesión hay muchos que por ganar notoriedad son capaces de todo, hasta de inventar una historia falsa con tal de vender revistas. La nuestra no pasa por su mejor momento y eso hace que te obliguen a hacer cosas por las que no estás dispuesto, como es mi caso. Si ves algún artículo en el que se desvelan cosas que no deseas divulgar, no es mio el reportaje. Quiero que lo tengas muy presente, porque dejaré de trabajar con esa dirección. Bueno en realidad estoy despedida al negarme a ello, así que ya lo sabes: ni les he dicho nada ni tengo nada que ver
La escritora se la quedó mirando, indecisa. No sabía si creerla o no. Posiblemente fuese una argucia para que ella abriera su corazón y le contara cosas íntimas, para después publicarlas en primera plana y relanzar de ese modo la revista. No sería la primera vez que algún nombre famoso, se había visto sorprendido en su buena fé.
- Tranquila, no te preocupes. Te agradezco me hallas advertido, y te prometo que estaré atenta a cualquier moscón que se acerque a mi con esas intenciones. Pero puedo asegurarte que si se inventan o publican algo sin mi consentimiento, les llevaré a los tribunales y tengo unos abogados muy buenos. Lo que más me molesta es que te hayan despedido por ese motivo. ¿ Cuánto llevas trabajando con ellos ?
- Cinco años de mi vida. Pero no me importa. Encontraré trabajo en algún periódico o revista. Eso no es problema
- Bien Krista, me ha sorprendido tu revelación, pero sé que este mundo funciona así.; poniendo zancadillas unos a otros. Deseo que volvamos a vernos otro día. Te debo una comida. Esa vez invito yo.
Ambas mujeres se despidieron, pero no concretaron fecha para volverse a ver.
Kylie llegó pronto a casa, pero disgustada por la noticia dada por Krista. No era la primera vez que trataban de averiguar cosas de su vida privada. Sabía que al hacerse popular los buitres acudirían a por su pedazo de carne, y en ese momento era ella. La famosa, la escritora más vendida de la actualidad, pero también la más enigmática y difícil de entrevistar. Era una absoluta desconocida. No se sabía nada de ella.
De repente un día surgió un lanzamiento de una nueva novela y de una nueva autora que con un magnífico programa de promoción, alcanzó cotas de ventas antes nunca alcanzadas. Pero nada más; se sabía; que era británica, porque así lo ponía en la contraportada del libro. Pero ni siquiera si el nombre con el que firmaba era el suyo propio o un pseudónimo, de ahí el interés que despertaba conocer los "trapos sucios", si los tuviera. Pero no los tenía; llevaba una vida ordenada, pocas asistencias a fiestas y mucho trabajo. Pero seguía siendo extraño que no tuviera a su alrededor algún hombre que la rondase. Estaba a punto de entrar en los cuarenta. Era bonita, simpática y graciosa para unos. Para los periodistas era una mujer cardo, cuando no se salían con la suya.
Llegó cansada, disgustada y harta de los carroñeros que la perseguían siempre. La revelación de Krista había colmado el vaso. Se sentó en su estudio, se quitó los zapatos y descansaba las piernas sobre un reposapiés. Ni siquiera tomó una copa. Reclinó la cabeza hacia atrás y trató de quedarse dormida., algo que consiguió durante unos instantes. Después se incorporó y fue hasta uno de los cajones de su escritorio y, de él, extrajo un manuscrito metido en un sobre grande y atado con una cinta, que en su día fuera blanca. Lo acarició mientras sonreía, sin duda evocando el momento en que comenzó a emborronar los primeros renglones.
Desató el envoltorio, y de nuevo, ante su vista aquellos folios que empaquetara un día de hace tiempo, al recibirlos de vuelta de una editorial. Daba lo mismo la que fuera: había sido rechazado. Y recordó a la persona que la ayudó a corregir algunas de las cosas que no estaban bien encajadas o a substituir palabras por otras al ser repetitivas. O a enfocar algún párrafo más concluyente que lo que había escrrto en primer lugar. Al final, después de las correcciones efectuadas, se había convertido en una novela perfecta, con interés en su trama, con la intriga del "qué pasará", y unos personajes apasionantes que vivían su propia historia. Pero de nada había servido porque nadie lo supo apreciar. Ahora tenía más experiencia y conocía mejor el manejo de ese mundillo, por eso no desechó nunca de su cabeza, la idea de publicarlo e intentarlo de nuevo. Ahora sería diferente; tenía un nombre prestigioso y ni siquiera lo pondrían en duda, pero ella sabía que era bueno y que había otra persona, por algún lugar, que también lo sabía, aunque no lo recordara por el tiempo transcurrido..
Y lentamente puso en marcha la moviola de su vida y volvió a aquellos días, cuando al cumplir los dieciocho años, ingresó en la universidad para estudiar algo de letras, sin demasiado interés, pero es que las ciencias no la atraían nada en absoluto. Sin mucha ilusión inició su primer día de estudiante "en serio". Pero creo que será mejor que sea la misma Kyle, a través de su memoria, quién nos dé cuenta de todo. Y comienza así....
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