miércoles, 8 de agosto de 2018

Amores menores, grandes amores - Capítulo 8 - Un esperado encuentro

Todos los vestidos me parecían ridículos y fuera de temporada. Todos me hacían más joven, y yo deseaba estar a su altura, en todos los sentidos. Así que saqué del armario toda la ropa y la puse sobre la cama, ante el asombro de Ann que  no entendía el entusiasmo que ponía en rechazar uno tras otro cada vestido o traje.  Nada me parecía adecuado, y mi desesperación aumentaba al comprobarlo.  El resultado final fue que Ann se enfadó conmigo ante la irresponsabilidad que estaba demostrando, pero yo estaba tan excitada que no me importó que saliera de mi habitación dando un portazo.  Al final elegí un pantalón negro y un jersey color rojo. Estaba verdaderamente atractiva y me hacía más alta, estilizada y mayor,  que era lo que pretendía.

Salí de casa con mucha antelación.  No conocía muy bien Bristol y seguramente tendría que preguntar por el lugar de la cita.  Lo encontré y me pareció absurdo estar dando vueltas sin ton ni son, por la ciudad, así que me senté en una mesa   con un ventanal que daba a la calle principal.  Al menos me distraería viendo pasar la gente.  Faltaba más de media hora para que fuera la hora de la cita.  Le suponía puntual, y educado, así que pensé que no haría esperar a una dama. ¿ Una dama yo ? Tuve que taparme la boca al reirme de mi misma.  Era lo más antagónico a una dama.  Era educada, eso sí, pero de remilgada nada de nada.  Era espontánea y decía las cosas como las sentía.  A lo largo del tiempo, eso no me ha servido de mucho; aprendí que es mejor pensar las cosas antes de decirlas.

Miraba el reloj constantemente, parecía que no corría, pero sí lo hacía, y diez minutos antes de la hora fijada  Dylan Anderson entraba en el pub, buscando con la mirada.  Pienso que no esperaba verme aún, sino que miraba a un lado y a otro buscando un lugar agradable.  Alcé mi brazo y llamé su atención;  Se sorprendió al verme tan pronto

- Has sido extremadamente punbtual ¿ Cuánto llevas aquí ?-  Me dí cuenta de que me estaba tuteando, claro que la cita no era protocolaria, sino todo lo contrario, pero me gustó mucho; no paecía tan distante
-Como no conocía muy bien el sitio, preferí llegar con tiempo para no extraviarme.  Me gusta ser puntual

- ¿ Qué quieres tomar ?
- No lo sé.  Creo que un Baileys
- ¿ Estás segura ? Tiene alcohol
- Ya lo sé, pero creo que la ocasión lo merece
-¿ Qué ocasión ?  Por si te has hecho falsas ilusiones, venimos a criticar tu obra no a publicarla.
- Lo sé, pero me siento como si estuviera haciendo novillos.  Una entrevista casi a escondidas.  Se me hace muy extraño, cuando no hay nada de malo en ésto.
- Lo sé, pero las normas son esas y se han hecho para respetarlas.  He de decirte que hoy es el único día en que nos veremos de esta forma.. No quiero perder mi empleo y eso es lo que pasaría si nos descubrieran, además de inmediato.  Y  sería un borrón en mi curriculum,  así están las cosas
- Lo que menos deseo es comprometerle por hacerme un favor.  Nunca pensé en buscarle algún problema.  Así que es mejor que lo dejemos.
- ¿ Dónde vas ?

Era la primera vez que sentía su contacto sobre mi brazo y fue como una descarga eléctrica en mi cuerpo.  Le miré fijamente algo disgustada.  No esperaba esas palabras, que por otra parte estaban cargadas de razón, pero que yo me negaba a admitir que algo tan limpio, resultase un delito y un borrón en la hija de servicio de Dylan.  Y le esponbdí algo decepcionada

- Creo que es mejor que regrese a casa.  No voy a estar cómoda pensando en que seamos descubiertos.  La repercusión sería para tí, así que es mejor que me vaya.  Lamento haberte hecho perder la tarde del sábado, pero te aseguro que por mi, no tendrás problemas.
- Siéntate de nuevo, hazme el favor.  Yo también deseo estar contigo.  Eres una persona muy agradable y decidida.  Me gustan esas personas.  Por mi no  te preocupes, en cuanto termine el curso volveré a lo mio.  Me gusta la enseñanza pero andar con tantos remilgos..., no me agrada.  Y ahora pidamos lo que queramos.  ¿ Así que un Baileys ? Bien yo un whisky con hielo.  No bebo alcohol muy a menudo y he de confesarte que se me sube algo a la cabeza, por eso es que me ha extrañado que tú lo pidieras.

-¡ Vaya, ni bebe alcohol, tampoco fuma , es puntual... ! Ahora lo que le falta para ser perfecto es que no tenga novia.. -   Pensé que la única manera de averiguarlo, sería ir a por todas y de frente.

- Pensé que vendrías con tu novia
-¿ Con mi novia ? ¡ Nooo !
- Te vimos un día en el centro comercial con una chica y te lo pasabas muy bien
-¿ Por qué no me dijiste nada ?  No recuerdo, debe hacer mucho tiemnp.  Seguramente se trataba de mi hermana

-¡ Bien ! No tiene novia.  Está libre como un pájaro. Muy bien, pues allá voy.  Pero ¿ en qué estás pensando, insensata ? Haz el favor de tener un poco de amor propio- me dije.

Ha pasado el tiempo y ahora sonrio al recordar aquella tarde y lo que siguió a continuación.  Ninguno de los dos teníamos costumbre de beber alcohol, y por eso creo  que fueron sus vapores los que subieron a nuestras cabezas nublandonos el sentido común.  No sé cómo, ni en qué momento, ni por qué, ocurrió todo.  Pero al terminar nuestra consumición, escuché que me decía:

- Ven
-¿Dónde?
-Vamos a mi casa. ¿ Quieres venir ?

¿ Qué parte de la historia me había perdido ? ¿ En qué momento le insinué que estaba loca por él ?¿ Por qué fue tan directo ?  No sabía qué decir, y a pesar de que lo deseaba más que cualquier otra cosa, me daba miedo no fuera a imaginar que era una chica fácil.

- No - dije en voz más alta de lo debido
- Pero tú has dicho que...
No sé lo que he dicho, pero yo no... No soy de esas ¿ sabes ?  Seguramente no debí pedir el brebaje irlandés que seguro que algún druida le hizo algún encantamiento. Creo que es mejor que me vaya
- Está bien, pero deja al menos que te acompañe hasta el coche.  Creo que no estás en condiciones de conducir.  No soy un aprovechado  ¿sabes ? Seguramente te he interpretado mal. Me gustas mucho y entendí que te insinuabas.  Eso ha sido todo; un mal entendido+

En qué momento mi lengua actuó más rápida que mi cabeza, y le respondí

- ¿ Y si no fuera ninguna insinuación ?  ¿ Y si quisiera estar contigo?
- Pues sería estupendo. Perdona, pero no te entiendo.   Te acabo de decir que me gustas mucho, y aunque nuestra relación esté resultando bastante anómala. eso no quita para que yo también lo desee, pero ha de ser de común acuerdo.  Por cierto ¿ cuantos años tienes ?
- Dieciocho, camino de diecinueve.  No soy menor, si eso es lo que te preocupa
- Bien aclarado ese punto ¿ quieres o no quieres  que pasemos la tarde juntos?
- Si, lo deseo.
-Pues andando

Me cogió de la mano y en su coche fuimos hasta el lugar en donde vivía.  Era una barriada de reciente creación, en la que se mezclaban chalets y edificios con una altura máxima de cuatro pisos.  El suyo era un apartamento, mejor dicho un dúplex moderno, precioso y con unas vistas maravillosas.  Aunque la vista más fantástica la tenía delante de mi, cuando al entrar en su casa, se aproximó a mi mirándome muy serio e inclinó la cabeza y me besó.  En ese momento creí morirme y supe que le entregaría mi vida si me la pidiera.
 Lo que pasó después  iba a la velocidad del rayo.  Ambos nos mostrábamos desatados, nerviosos y la cabeza giraba en torno a que iba a estar con él y eso no entraba en mis planes, no al menos tan pronto,.  El sonreía al mirarme y me trataba con dulzura al tiempo que me susurraba frases muy tiernas, que yo a penas entendía, pero que sabía me gustaban.  Ni siquiera supe en qué momento le pertenecí, pero no me importaba estaba transportada al paraiso de su mano y allí quería estar para toda la eternidad.  Acariciaba su cabeza y respondía a sus labios con los mios.  En un momento dado, toda esa euforia cesó:  habíamos aterrizado en La Tierra

- Me has hechizado - me decía mirándome con ternura a los ojos -.  Nunca imaginé que ocurriera algo como lo que acaba de pasar ¿ Qué me has dado ?  A penas te conozco.  Me estoy jugando mi empleo y mi futuro.  Quedamos para hablar de tu novela, y nada de eso hemos hecho, sino algo muy especial que no esperábamos.  Creo que me he enamorado de ti, es decir, lo sentí cuando estabas maloliente en la carretera.

Yo no podía hablar, sólo le miraba , tratando de averiguar si estaba ocurriendo de verdad o era una fantasía mía. Pero no estaba dormida, y a su lado.  Y sus manos me acariciaban; y me besaba suavemente en la cara y deseaba amarme de nuevo.  No, no, no...  Que nadie me despierte. He descubierto lo que es el verdadero amor, el de toda una vida y está a mi lado.  Me dice que me ama también ¿ Se puede ser más feliz ?  Y nos amamos de nuevo hasta perder la noción del tiempo.

De repente me di cuenta de que ya era de noche y que Maggie estaría intranquila por mi tardanza.  De un salto salí de la cama y comencé a buscar de prisa mi ropa

- ¿ Qué te ocurre ? - me decía extrañado
- Mi tía ¿ Qué hora es ?
- Tranquilízate.  Es pronto son las once de la noche
-¿ Las once ?  ¡ Oh Dios mio !  He de llamar a casa.  Mi tia estará preocupada
- Está bien, no te pongas nerviosa ¿ Sabía que venías a Bristol ?
- Si.  Para hablar de mi novela, no a hacer el amor como una loca

´El estalló en una carcajada y abrazándome me dijo:

- Tranquila. Llámala y di que la reunión se ha extendido y que harás noche aquí
- ¿ Cómo voy a decirla que haré noche aquí ?
- Dile que irás a un hotel.  Aquí también los hay ¿ sabes ? Aunque en realidad deseo que te quedes conmigo, aquí, en mi casa
- He debido perder el juicio.  Me voy inmediatamente.  En cuanto hable con ella
- ¿ No vas a quedarte?  Quizá no tengamos otra oportunidad.  He de decirte que ha sido extraordinario  y muy especial.  Si, muy especial.  Creo que no lo olvidaré nunca.

Después de hablar con mi tia, me vestí rápidamente y salí corriendo de allí a buscar mi coche.    En menos de una hora llegaría a Wells, pidiendo a la corte celestial, que Maggie no se diera cuenta de nada.  La experiencia de aquél día me valió para toda mi vida, porque, aunque nos veíamos de lejos, no volvimos a repetir lo vivido.  No tuvimos oportunidad, porque él se despidió de su puesto de profesor, una semana después.  El revuelo que se organizó fue fenomenal:  había dejado colgados a los alumnos y ...  a mi.
La dirección encontró enseguida un substituto, pero en mi corazón había dejado una herida que difícilmente cicatrizaría.
Ansiosa esperaba día a día una carta, una llamada, pero nada de eso se produjo.  Saqué en conclusión que por su parte había sido una gran juerga la que había corrido, con una soñadora chica que estaba profundamente enamorada de él, y ni siquiera se había dado cuenta de la pasión que en ella había despertado. ¿ Por qué lo hizo ? ¿ Qué le ocurrió para hacer esa fenomenal espantada ?  Me dejó completamente descolocada, frustrada y decepcionada de él.  Me juré a mi misma no confiar nunca más en un hombre y no volverme a enamorar jamás..


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