jueves, 16 de agosto de 2018

Amores menores, grandes amores - Capítulo 23 - - La encerrona

A medida que se acercaba a Wells, la excitación y el nerviosismo, iban en aumento.  Pronto se encontró frente a la casa de ella. La tarde comenzaba a declinar y se veían las primeras luces en la vivienda. Miró a la fachada de la casa y vió encendida en el primer piso y otra en la planta baja.  Al menos sabía que habçia alguien. Se dirigió a la puerta y pulsó el timbre, instantes después era Maggie quién le franqueaba la entrada


- 'Oh, señor Anderson !  Si viene por mi sobrina, he de decirle que no está
- Si está, lo sé. Y si ,  vengo a hablar con ella.  Es importante y urgente.  Dígale por favor que baje
- Se equivoca, no está.  Pero además ya le he dicho en repetidas ocasiones que no desea verle
- Por favor Maggie. No me porté correctamente con ella, lo sé.  Deseo pedirle perdón. No sabía nada y me pilló por sorpresa; lo que menos podía imaginar era una noticia de ese calibre. Dígala que baje, por favor.  De ella depende mi futuro
- ¿ Puedo llamarle Dylan ?
- Por supuesto.  Ese es mi nombre
- Bien, Dylan.  Los dos actuasteis mal.  En su día la dije que debía decírtelo, pero no sabía dónde podia hacerlo.  Pero tú tampoco tuviste mucho interés en seguir con ella.  De haber sido así, hubieras insistido, de alguna forma. Y tampoco te hubieras casado.  Ahora ¿ qué pretendes ?  Ella no interferirá en tu matrimonio; no es de esas mujeres.  Así que, por favor déjala en paz.  Te repito que no está. No volverá hasta mañana
- La luz del piso de arriba la delata. Me está mintiendo y sé que es por el mandato de ella,. . Posiblemente sea de su habitación.  No puedo entrar a la fuerza: es su casa.  Bien, aquí estaré hasta que regrese, si es que ello fuera cierto, o hasta que decida que debemos hablar.  Gracias por su paciencia

Maggie cerró la puerta y Dylan  se dirigió al coche. Lo aparcó cerca de donde ella vivía, pero lo suficientemente alejado como para no ser visto desde la casa.  Se metió dentro, echó los seguros de las puertas y decidió que no se movería de allí hasta hablar con Kylie, quisiera ella o no.

Krista recibió una noticia que un antiguo compañero de la revista Femme, le facilitó con el máximo secreto. Era una filtración de algo que iba a salir de inmediato con fotografías incluidas y que interesaban a Kylie.

- Les pillaron en París, y créeme son fotografias en las quen no caben dudas.  Se besaban de esa forma, en que sólo lo hacen unas personas que están liadas o comprometidas.  Se les ve perfectamente, y él es otro afamado escritor:  Dylan Anderson.  Es todo un notición .  Creo que hay un programa de televisión en proyecto con encerrona incluida.  Piensan citar al plató a los dos, pero ignorando que se van a encontrar frente al público.  Puedes imaginar las preguntas que van a hacerles.  Están como locos indagando en la vida de ellos..

Krista se puso nerviosa y cuando regresó su marido, Tom, le dijo el soplo que había tenido.  Estaba muy preocupada porque eso dañaría  la reputación de ambos escritores .  En su día se lo advirtió a Kylie ¡ demasiado tiempo han tardado !, se dijo.  Pero... ¿ cómo era posible ?  Ella regresó de inmediato de París y no habían vuelto a verse.  Tenía que decírselo y cuanto antes mejor.  No debían aceptar esa entrevista en la televisión; sencillamente era una encerrona.. Y en ese mismo momento se puso en contacto con Kylie para advertirla de que no aceptara ningún programa de televisión, por serio que pareciera.  También debía alertar a Dylan.  Además él estaba casado lo que dejaría a su amiga en muy mal lugar.

Ella era la asistente de prensa, por tanto hablaría con Perkins y él avisaría a su yerno.  Todo debía ser muy rápido porque la revista salía todas las semanas.  No había tiempo que perder.  Llamó a Kylie y tras informarla de todo, ésta se quedó pensativa.  Sería una mala jugada que, tanto Perkins como su hija se enteraran de ese lío, aunque no fuese tal.  Sólo había habido un beso, ya que las circunstancias no dieron para ir más allá ¿ Qué hubiera hecho si todo no se hubiera ido al traste? Ahora no quería pensar en ello.  La cabeza la tenía ocupada en la noticia recibida y el daño, a nivel popular que iba a hacerles, a los dos, máxime de cara al matrimonio de él.  Y recordó las palabras de Krista cuando fue a hacerle la entrevista : " nunca bajes la guardia.  Siempre habrá algún pappa que tenga los ojos puestos en tí "  Su advertencia se había cumplido.
Dylan había estado en su casa hacía poco más de una hora. ¿ Debía llamarle y advertirle? Al menos que pensase en algo de cara a su mujer.  Ella era libre, no tenía que dar explicaciones a nadie.  Pero también sabía que la imagen dada cara al público de niña buena, se hundiría irremediablemente.  ¿Qué importaba ?  Todo lo que pudiera ocurrir es que vendiese la cuarta parte de libros, pero quienes los siguieran comprando, lo hacían porque verdaderamente eran sus seguidores, y no unos cotillas pendientes de dimes y diretes.

- Es muy tarde. Le llamaré mañana, si es que Perkins no lo ha hecho ya.  También con él he de hablar, pero será mañana.  Hoy no tengo el cuerpo para sermones de nadie. -.  Apagó la luz de su habitación y se metió en la cama después de advertir a Maggie que no cenaría.

Las noches eran bastante frescas en esa época del año, y comenzaba a lloviznar. Las luces de las farolas de la calle permanecían encendidas.  Dylan se desperezó y miró su reloj.  La casa permanecia a oscuras, y él tenía las piernas acorchadas de toda la noche permanecer sentado y en tensión.  Salió del coche y miró por si hubiera alguna cafetería cerca en la que pudiera tomar un café que le hiciera entrar en calor, ya que tenía el cuerpo bastante destemplado.  Todo estaba cerrado y comprobó que eran las seis de la mañana; demasiado pronto .  Estiró un poco las piernas, y al cabo de un rato, volvió a meterse en el coche, esperando que la casa de Kylie comenzase a tomar vida.

Algo más de una hora después, su móvil repiqueteó y comprobó que era ella.  Lo tomó y respondió con avidez

-¿ Estabas durmiendo ? Lo siento.  Tenemos que hablar de algo urgente
- Bien.  Voy para allá

Dos minutos tardó en tocar el timbre, y fue la propia Kylie quién abrió la puerta asombrada

-¿ Ya estás aquí ? Acabo de llamarte y ...  No me digas que has pasado aquí toda la noche
- No te equivocas.  Pensaba alcanzarte cuando salieras, pero te me has adelantado. ¿ Podrías darme algo caliente?  Estoy aterido de frío
- Claro, pasa. Ve al salón ahora mismo te sirvo un café que te reanime.¿ Por qué lo has hecho ?
- Hacer qué

- Quedarte toda la noche en el coche.  Es de locos
- No tienes ni idea de nada. No sabes de lo que seria capaz de hacer con tal de que me escucharas.  Pero eres terca y no te avienes a razones.  Te dije que te quería, y así ha sido desde hace tiempo, con tanta fuerza que haria lo que fuera para que de una vez te convencieras de ello.
- Pero estás casado. ¿ Me quieres convertir en tu amante? ¿ ¿Es asi como demuestras tu respeto hacia mi ?
-No quiero que seas mi amante.  Quiero que seas mi mujer.  Melina y yo estamos tramitando el divorcio
-¿ Desde cuando ?
-Desde hace pocos .  Nos hemos ddo cuenta de que no estamos hechos el uno ara el otro
- ¿ Y crees que nosotros si ?
- No lo creo, estoy seguro de ello. Dame una oportunidad de demostrártelo, por favor.
- Hay un problema y es grave. No te has enterado pero hay una revista que sale esta semana con ciertas fotos hechas en el aeropuerto.  A nosotros... besándonos
-¿ Y qué ? ¿ Eso te inquieta?  Pues así se hará público que te quiero, que estoy loco por ti y que deseo casarme contigo en cuanto el divorcio esté resuelto.  Melina y yo lo hemos hablado y a Perkins ya se lo he anunciado.  Así que déjales que disfruten, porque se les vendrá encima una querella que no les van a quedar ganas de volver a inventarse historias
- Pero es que no se la han inventado. Lo que me preocupa es que empiecen a hurgar en el pasdo y salga todo a relucir.
- Te he dicho que no te preocupes.  Yo lo sokucionaré.
- Hay una entrevista en televisión en la que nos citarán a ambos .  Será una encerrona, porque delante nuestra sacarán todo.
- Muy bien, pues iremos y nos haremos de nuevas. Van a quedar muy mal ante el público.  Hazme caso.
- Tengo que hablar con Perkins de todo ésto.  Ponerle sobre aviso. En cuanto esté arreglada me marcho
- Y yo contigo.  Ve acostumbrándote porque de ahora en adelante será todo así.
- No estás en condiciones de conducir.  Ve a un hotel y descansa.  Luego ve cuando quieras.
- Aclárame algo ¿ Tú me quieres? Porque tu forma de actuar me dice todo lo contrario.-  Kylie se le quedó mirando y al fin respondió:

- Si, te quiero.  No sabes cómo.  No sabes lo que he sufrido por no tenerte, y el día de tu boda fue el segundo más terrible de mi vida.  El primero fue cuando perdí a Faith
-¿ Se iba a llamar Faith ?
- Si, ese sería su nombre.  Porque necesitaba toda la fé del mundo para seguir adelante y no mirar atrás.
- ¿ Por qué te resistes? ¿ No te das cuenta de que nos estamos haciendo daño inutilmente?  Basta ya, por favor

Guardaron silencio, pero ambos avanzaron uno hacia el otro, y de nuevo se fundieron en un abrazo.  No había más que hablar sus ojos, sus caricias sus besos lo decían todo. Estaban juntos, y juntos harían frente a todo lo que viniera.  Juntos tendrían fuerzas para todo, para enfrentarse al mundo entero si fuera necesario.  Defenderían su amor contra todo y contra todos, lo entendieran o no. Sólo a ellos competía su vida; nadie tenía derecho a inmiscuirse en ella, máximo si era con el afán de ganar dinero.  A su costa no lo ganarían, aunque sabían que se crearían unos enemigos fuertes.  Pero ellos los sabrían combatir y nada ni nadie podría frenarles.  Ya no.  Ahora no.

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