viernes, 17 de agosto de 2018

Amores menores, grandes amores - Capítulo 25 - La declaración

Kylie se bebió de una vez lo que la quedaba en la copa del aperitivo.  No pasó desapercibido ese gesto para él, pero no dijo nada.  Como si nada hubiera visto o comprendido lo que aquello significaba.  Sabía que algo tenía aún dentro de ella, pero no adivinaba lo que pudiera ser.  Le había dicho todo, habían hecho una declaración de intenciones completa, pero sabía que no era suficiente.   Cómo hacerla ver los verdaderos sentimientos que sentía hacía ella, que eran más fuertes que su propia voluntad.  Que había comprendido todo lo que Kylie había sufrido durante tanto tiempo; sin esperanza alguna y perdiendo lo que más amaba.  Cómo  contener los deseos enormes de abrazarla y acunarla lo mismo que a un niño, para calmar sus dudas, sus inquietudes, que sólo él comprendía y que había sido el origen de todo.

Cómo compensarla y disipar esos pensamientos que aún vivían en ella, de cuando estuvo casado.  Cómo hacerla ver que Melina no había significado ni  significa nada para él.  Que sólo ella es la reina de su pensamiento, de su corazón y de todo su ser.  Y que ojalá pudiera penetrar en su cabeza y borrar para siempre el tiempo pasado de dolor, y que sólo quedase el futuro que tienen por delante para estar juntos.

Comían en silencio, sin apetito, sólo comentando la exquisitez del menú, que ni siquiera apreciaban;  sólo eran palabras, una forma de romper aquel pesado silencio que reinaba entre ellos.  Se le ocurrió hacer un comentario, sin ninguna intención, pero que abriría la puerta que en la cabeza de Kylie aún pemanecía cerrada

-Te llevaré a Wells, y regresaré probablemente a Bristol. Iré a un hotel y dormiré como un lirón toda la noche; si es que ello me sea posible, claro
- Yo deseo ir a Londres
- ¿ Quieres ir a tu apartamebnto? ¿ No estás cansada? El viaje será más largo
- Lo sé, pero no quiero ir a mi apartamento, deseo ir al tuyo

Dylan rió no sabiendo cómo interpretar aquello. Por un lado sabía lo que ella quería, pero ¿ y si se equivocaba y no era lo que pensaba?  Tendría que ser más clara;  no deseaba meter la pata, así que hasta que no hablase con más claridad, él no se prounciaría.  Y se le ocurrió seguir la corriente

- Estás haciendo obras en tu casa?  Sabes que no hay problema; puedes quedarte en él todo el tiempo que quieras.
- De miomento esta noche.  Después ya veremos. Y no.  No estoy haciendo obras.

Ella era así, directa, expresando algo, sin decir nada.  Ya conocía su forma de hablar.  Le había costado entenderla, pero ahora que lo había descubierto era clara y diáfana como la luz.

Más claro el agua.  Le pedía ir a su casa con un único fin:  quería vivir en primera persona, aquella fantasía que durante tanto tiempo había sido su refugio.  Y él estaba allí para hacérsela vivir, para vivirla él también.  ¿ No era eso lo que perseguía desde el principio?  Bien, pues ella había movido ficha.  Ahora le tocaba a él.  Tenía que arriesgarse a lo que tanto miedo le daba de que sólo fuera él quién interpretara una cosa por otra, pero tenía que hacerlo, porque le consumía la duda

- ¿Quieres decir lo que creo estoy entendiendo?
- No sé lo que entenderás, pero lo que te estoy pidiendo es dormir contigo. Si es eso lo que has entendido, si,  es correcto. Y te advierto que estoy nerviosa y pasando bastante violencia.  No es normal que una chica le pida a  un chico que se acueste con ella, pero así son las cosas.  Si no lo deseas, te ruego me hables con la misma sinceridad con que yo lo estoy haciendo.
- Lo deseo desde hace mucho, pero me daba miedo tener que plantearlo por si tu no lo deseabas. Nada me haría más feliz, pero ha de ser de común acuerdo.  Y he de confesarte que me confundes un poco. ¿ Por qué lo has dicho de esa forma?  Es como si tuvieras que cumplir un trámite por obligación.  Por mucho que lo desee, no te obligaré a nada que no desees hacer.  Sería lo último en esta vida. ¿ Por qué lo quieres?

- Esa es una buena pregunta.  Acabo de declararte mi amor por tí. Está refrendado en un libro.  Deseo ardientemente tus caricias y tus palabras de amor ¿ qué más necesitas? Creí que no era necesario pedirlo tan abiertamente; de haberlo sabido te lo hubiera dicho nada más verte. ¿ Te basta con eso? No vas a ser mi gigoló, sino mi novio.  Del que estoy profundamente enamorada y deseo que me hagas tuya por segunda vez.  Creo que ya tengo la edad suficiente para ello, y no hay universidades por medio ni algo que arruine tu carrera
- A veces me quedó sin palabras.  Espero ir tomándote la medida porque eres directa, pero algo retorcida. ¿ Por qué sacas a relucir lo de la Universidad? Si fuera ahora lo haría de otra manera, pero de los errores se aprende, y yo sé de memoria la lección.

Llamó al camarero y pidió la cuenta.  Saldrían de inmediato para Londres.  No deseaba perder más tiempo por si acaso se arrepentía.  Sabía que estaba nerviosa por ello, porque a pesar de que físicamente habían conocido sus cuerpos, hacía micho tiempo de eso y ella, prácticamente seria una nueva  primera vez cuando volviera a ser suya.  Esperaba que se mostrara tan abierta como lo fue la primera vez, que lo hizo memorable e imposible de olvidar.

Y en algo más de dos horas, Dylan aparcaba el coche en el garaje de su casa.  La tensión creía por momentos entre ellos, y Kylie se mostraba cada vez más alterada. No sabía si por lo violento de la situación o porque tenía las mismas sensaciones de excitación que él sentía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENTRADAS POPULARES