sábado, 14 de julio de 2018

Niall y Daphne - Capítulo 17 - Alarma

Esperanzado y contento tomó la dirección nuevamente de su casa.  Esperaba llegar a tiempo de que Daphne  no hubiera salido aún para el trabajo.  Y nuevamente sacó su llavero que había utilizado la noche anterior. Cuando entró en el vestíbulo, algo le alarmó sobremanera.  Se escuchaban  voces en la planta superior.  Voces agitadas, nerviosas, y temiendo lo peor subió de dos en dos los escalones que le separaban de donde estaba.  Era la voz de Daphne la que daba instrucciones al borde de la histeria:

- Te digo que alguien ha entrado esta noche en casa.  Hay que revisar todas las ventanas y puertas que dan al exterior.
- Mamá cálmate.  Todo esta bien. Todo está cerrado
- ¿ Crees acaso que me he vuelto loca?
- Pues ahora que lo dices...
- Aisling - sonó la voz de Niall-   No te permito que hables así a tu madre¿ Se puede saber lo que ocurre ?

Todos le miraron sorprendidos al escuchar su voz llamando al órden a su hija.  No le esperaban ¿ Qué es lo que hacía aqui ?

-No está loca, y tiene razón  alguien ha entrado esta noche en casa.  Más bien de madrugada y he sido yo

Daphne abria los ojos de par en par no creyendo lo que decía, pero él prosiguió dirigiéndose a ella en especial.

- Si, estuve aquí anoche.  Algo me preocupaba, porque siempre estoy preocupado por ti, aunque creas que no es así.  Os visité a todos; vi como estabais dormidos. Y entré en nuestro dormitorio.  Me quedé allí toda la noche, junto a tí, hasta que comenzaron las primeras luces del día.  Me marché porque no quería sobresaltarte, pero veo que no lo he conseguido.Tenía idea de regresar, y aquí estoy.  Tenemos que hablar, pero lo primero es que te calmes
- ¿ Por qué no me despertaste?
- Ya te lo dije estabas profundamente dormida
- Pero eso no impidió que esta mañana tuviera la sensación de que no estuve sola. Aún dormida sentía la presencia de un cuerpo junto al mio. No estaba consciente por efectos de la pastilla, pero esa sensación la tuve en cuanto desperté.  Creí que había sido un extraño
- Pues ya ves que no ha sido así.  Llama a la oficina y diles que no puedes ir.  Tenemos cosas serias e importantes de las que tratar

Ella le miraba sin entender nada, o mejor sin querer entender nada  ¿ Acaso  iba a pedirla el divorcio? ¿ Por qué había procedido de esta forma ?  Algo urgente debía ocurrir para hacer lo que hizo.  Niall, también la miraba, pero su mirada no era inquieta, sino dulce y a la vez preocupado.  Nunca había visto a su mujer en este estado tan vulnerable e inquieta.   Adelantó unos pasos y la besó en la frente dulcemente.  Los chicos se miraron, sonrieron y desaparecieron cada uno a su dormitorio.

- ¿ Por qué viniste de esa forma ?
- Quería estar contigo.  Te echo mucho de menos y decidí veros, aunque fuera de esa forma extraña. No es posible seguir así.  Nos necesitamos y nos queremos ¿ qué más hemos de hacer para volver a estar juntos?  Te quiero más que a nada .  No hubo nadie que ocupara tu lugar ni nunca lo habrá, aunque no me creas.  Me tienes preocupado porque te veo muy alterada y no me gusta.   Pienso que la culpa ha sido mía.  No debí ausentarme aquella noche, y debí regresar a casa y confesarte que mi amor no ha cambiado, pero no lo hice. Así que tanta culpa tienes tu como yo de que hayamos llegado a esta absurda situación.
- ¡ Oh Niall ! - Se abrazó a su cuello llorando, y él la estrechaba fuerte contra su pecho.  Cuando se hubo calmado, Daphne preguntó a su marido:
- ¿ Por qué viniste anoche ? Y a esas horas tan extrañas
-Te echo mucho de menos.  Tenía necesidad de verte sin que tuviéramos una discusión, y se me ocurrió que de madrugada todos estaríais dormidos. Vi a los chicos y te vi a tí dormida por algo que me disgustó mucho ¿ Por qué tomas pastillas? Después me acosté a tu lado hasta que fue de día.   Me marché pensando en volver y hablar.  Al notar tu cuerpo junto al mio, me di cuenta del disparate que estábamos haciendo. Ambos nos necesitamos y no hay nada ni nadie que pueda cambiar eso. Besé tus cabellos y recogí del suelo algo que parece tu diario.  No pude evitar leer un párrafo que pensé iba dirigido a mi. Y entonces tuve que hacer esfuerzos para no abrazarte y decirte que eres lo más importante que me ha ocurrido en la vida.  Que siempre te querré pase lo que pase, pero por favor, volvamos a ser como antes.

No sabía qué decir ni que hacer, sentía que el suelo se acercaba cada vez más a ella, que iba a desmayarse.  la boca se le llenaba de agua y le nublaba la vista, pero él estaba allí, para ayudarla, para protegerla, para amarla...
 Lo primero que vio al recobrar el conocimiento fue la preocupación de Niall. La había tumbado en la cama y tomaba su mano besándola. Había llamado a uno de sus compañeros y enseguida llegaría.  ¿Qué la ocurría ? ¿ Repercutía toda esta historia en su salud ?  No se lo perdonaría nunca si así fuera.

La prescripción médica, fue estrés.  Necesitaba relajarse y sobretodo tranquilidad.  Era lo único que podía hacer por ella, porque todo estaba en manos de Niall:  él sería su única medicina..  Después de inyectarla un sedante, Niall acompañó hasta la puerta a su amigo y compañero.  Antes de salir, le dijo:

- Cuídala Niall.  Hay pocas mujeres que amen a sus maridos como ella te ama.  Todo lo que la ocurre es que no estás con ella y te necesita porque eres su soporte, y sin tí está como perdida.  Además Aisling la culpa de todo y eso acrecienta más su tristeza.  Os aconsejaría que hicíerais un viaje a cualquier parte, vosotros dos solos y verás como poco a poco recobra la salud.  Parece una mujer fuerte, pero en realidad es vulnerable y apasionada y se siente herida por algo que ninguno tenéis culpa, pero que ha surgido y a ella especialmente le ha pillado con la guardia bajada.
- Gracias amigo.  Seguiré tu consejo al pie de la letra.  En realidad son ellas las que tienen las riendas de nuestras vidas, pero eso también tiene un coste de decepción si no les correspondemos en la misma medida.
-Exacto Niall.  Eso es así y no nos damos cuenta de ello.  Creemos que somos nosotros los fuertes y quienes llevamos la voz cantante, y sin embargo las fuertes son nuestras mujeres y las grandes luchadoras por todos nosotros.
Cuando acudió a su lado, Daphne estaba dormida, tranquila. Se sentó a su lado mirando su rostro, tratando de buscar una luz que le hiciera pensar que ella mejoraría.  Tomó una de sus manos y la besó con inmensa ternura, al tiempo que bajito la deciá:



- Perdóname,  No sabía el alcance de tu amor por mi. No sabía que eras tan vulnerable en eso.  Eres fuerte y luchadora y tienes que vencer lo que te ocurre para que podamos seguir con nuestras vidas adelante.  Eres mi principal preocupación.  Te quiero Daphne más de lo que imaginas.  Cuando te vi en los carteles que anunciabas, tan hermosa, sonriente, feliz..., los celos mordieron mi corazón, pero al momento supe que no tenía motivos para ello.   Otra persona quiso sembrar la desconfianza en mi, pero no lo consiguió.  Porque te conozco muy bien y desde hace mucho, y eres noble y sincera; en mi no cabe ninguna duda. Que esa mujer que ofrecía el producto era la mía, y solo mía.  Y que me amabas con tal fuerza que creías que cualquier otra podría ocupar tu lugar, y eso no es y no ha sido nunca verdad.  No vuelvas a hacer caso de personas que meten cizaña porque están celosas de nuestra felicidad.  Lo dejaré todo y me dedicaré en cuerpo y alma a ti. Haremos un viaje a donde desees, tu y yo solos, y volveremos a ser los amantes que fuimos en Donegal.  nada volverá a empañar nuestra unión, te lo prometo.  Pero ahora tienes que ponerte bien, ese es mi único requisito.

Se sentó a su lado sin soltar su mano.  Necesitaba el tacto de la piel de ella, que durante tantos días no había tenido. Y no dejaba de mirarla, buscando en su rostro algún atisbo de mejoría y tranquilidad. Dormía plácidamente, segura de que el amor de su vida había vuelto y estaba junto a ella. Todos los problemas se habían solucionado, pero había costado demasiados días amargos y sin esperanzas.  Rió para si cuando pensó que había discutido muchas veces con alguien, que nadie moría de amor, pues bien, ahí estaba su mujer que ha estado a punto de enfermar por ello.  Se juró así mismo que la haría feliz mientras viviera y que nunca se repetiría lo ocurrido.

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