lunes, 9 de julio de 2018

Niall y Daphne - Capitulo 11 - Cumpliendo promesas

Pero algo si había pasado, y aunque volvieron a vivir como un matrimonio, nada sería igual que antes.  Ella siempre estaría alerta y ojo avizor:  la desconfianza había tomado carta de naturaleza en su vida.  y  Niall, estaría siempre pendiente de no infringir las leyes matrimoniales.  Eso significaba que hablaría con Margaret y rompería tanto su amistad como compañerismo.  Pero se había sentado un mal precedente, porque ella saldría de su vida, pero la semilla ya estaba sembrada y posiblemente fuese otra la que llegara  y con la que tuviera problemas, no por él, sino por la desconfianza de su mujer.  Era una mala cosa la que se había instalado entre ellos cual si fuera una muralla de desconfianza.




Daphne le convenció para que no presentara su dimisión. Había trabajado mucho, se habían sacrificado para lograr lo que ahora tenían.  Había sido su esfuerzo el que le había llevado hasta el puesto que ahora ocupaba.  No era justo que por una cantamañanas, se viera obligado a dejarlo todo;  en todo caso debía ser ella, la que se fuera y no él

Además sería como darle la razón y aceptar que había estado a punto de romper un matrimonio consolidado, y su amor propio, su orgullo, no lo permitiría.  Les costó una larga discusión, pero al final Niall aceptó:  no renunciaría a nada ni a nadie por causa de esa mujer.  Margaret no aceptó de buen grado los motivos que el adujo para que no estuviera tan pendiente de él.
A pesar de que se echó la culpa de todo, sin mencionar a su mujer, ella supo por donde venían los tiros.  No se conformaría tan fácilmente y presentaría su batalla, guardaba un  as en la manga, aunque Niall no tuviera ni idea.

Y a partir de ese momento, guardaron las distancias, pero todos se dieron cuenta de que habían tenido problemas personales, por mucho que explicaran que habían  disensiones en quirofano.  Pero los auxiliares que estaban con ellos en las operaciones, conocían perfectamente que ese no había sido el problema, y achacaron a Daphne la culpa de todo.  Sólo los más íntimos amigos de ellos, conocían lo que había motivado  la corta separación del matrimonio y la frialdad con que se trataban Margaret y Niall.

Ella solicitó cambio de turno y de quirofano, por tanto coincidían difícilmente en el trabajo; y por fin Niall pudo respirar tranquilo.  Tuvieron una temporada de calma y normalidad, y los esposos volvieron a ser el matrimonio feliz de siempre. Seguían frecuentando la amistad de sus compañeros, y Cathy seguía siendo su confidente.  Y por eso conocía la situación actual de tranquilidad de la que gozaban.  Se alegraba enormemente por sus amigos, que seguían siendo el matrimonio feliz y enamorado que todos intuían, y al mismo tiempo, se habían relajado también respecto a sus maridos, al no tener al enemigo tan encima.

Daphne desayunaba tranquilamente en una cafetería antes de acudir a su puesto en la clínica de Niall, cuando alguien entró en la misma quedándose sorprendidos.

- ¿ Daphne ? ¿ Has vuelto ?
- ¡ Maurice ! ¿ Qué alegria volver a verte !
-¡ Vaya, si que has cambiado !  Estás más... más...
- Mayor, es eso lo que quieres decir ¿ no ?
- Pues no. Lo que quiero decir es que estás más bella que cuando te fuiste. Hace de eso ¡ tanto tiempo!   Pero dime ¿ qué haces ahora ?

- Trabajo en la clínica de mi marido.  Aquí al lado
- ¿ Por qué no nos has llamado?   ¿Te has hecho enfermera'
- No.  Claro que no.  Ayudo en la administración
- No te veo entre papeles. Ven a vernos.  Quizá tegamos algo para tí, porque supongo que seguirás siendo de tu profesión
- Lo cierto es que mi verdadera profesión es ser feliz ama de casa.  pero tienes razón:  mis hijos ya no me necesitan tanto y tengo muchas horas libres
-No se hable más. Pásate por la compañía y hablamos.  Ahora tengo que irme:  hay un rodaje por aquí cerca ¿ Por qué no vienes  y lo ves
- ¿ En serio ?
-¡ Claro ! Se te quería mucho, ya lo sabes.  Estamos casi los mismos de entonces.  A todos les gustará volver a verte.  El equipo técnico es el mismo, así que no eres una extraña.  venga vayamos.

Y de esta forma casual, Daphne volvió  a ser por unas horas la publicista de antaño.  La experiencia del rodaje fue de su agrado y una ilusión nueva, comenzó a tomar cuerpo en su cabeza.  Hablaría con Niall a ver qué le parecía.  Y le pareció magnífico si a ella a complacía. Y se puso en contacto con su antiguo jefe que la recibió con los brazos abiertos.  Había dejado un buen savor de boca con su antiguo trabajo, y además la debían el que no hubieran perdido el sustancioso trabajo de su figuración en el spot.

En un principo desarrollaba lo que había sido su oficio: publicista, pero poco a poco, la incluian como figurante en algun spot: su fotogenia era notable, y siempre daba bien ante la cámara.  Su jefe tenía pensado para ella una campañas fuera de lo habitual, y para eso necesitaba caras nuevas, y Daphne sería una de ellas.
 Y ese día llegó muy contenta a su casa.  Estaba deseando hablar con Niall y exponer ante él, el proyecto nuevo y lo que les reportaría económicamente.  Se sentía útil y satisfecha consigo misma. Subió hasta el dormitorio y abrió uno de los cajones de la cómoda.  Ante ella apareció una carpeta en la que guardaba su diario.  Había llegado el tiempo de plasmar en él sus ilusiones nuevamente.


Niall se quedó sorprendido al ver a su mujer en un plano tan distinto al que conocía. Aunque no dijo nada, no le gustó excesivamente la idea de verla en revistas y paneles por todos lados, mostrando un lado sugerente para que todos se animaran a comprar el perfume que ella anunciaba.  Pero se cuidó de  comentar nada que fuera desfavorable a su recién nacida ilusión

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