Ella le recibió con la mejor de sus sonrisas, tendiéndole los brazos para recibir su abrazo. Estaban pasando una etapa dulce, muy dulce, después de la tormentosa relación de hacia algún tiempo atrás. Pero ya estaba todo olvidado, y habían vuelto a ser los amantes esposos de siempre. Sin embargo Daphne notó algo extraño en el rostro de su marido. Algo que le preocupaba; no paraba de dar vueltas dejando la ropa que se quitaba en un lado o en otro., como ausente, como si no se centrara en lo que hacía. ¿ Qué le ocurría ? Estaba algo descentrado y hacía las cosas mecánicamente
Hizo que se sentará a su lado en el borde de la cama, le besó, tomó una de sus manos y dulcemente le preguntó
- ¿ Que ha ocurrido ? ¿ De qué trataba la reunión? Me estás preocupando; no te veo muy feliz
- Verás, cariño. Es algo difícil de explicar y para ello he de remontarme a mi estancia en Mauricio, antes de que tu llegaras.
Conocí a una turista joven, bonita y simpática. Yo estaba solo, añorándote y dándote por perdida. Nos enrollamos y mantuvimos una relación íntima. Unas veces dormía en mi casa y otras yo en la suya. No estaba por la labor de consolidar nada ya que te amaba profundamente y no deseaba cambiar de forma de vivir. Ella quería formalizar su vida conmigo, y no necesariamente casándonos, pero sí viviendo juntos. Me negué en redondo y eso constituyo un gran disgusto y nuestra separación definitiva. Un tiempo después, apareciste tú y todo cambió. Esa chica se llamaba Monique, aunque no sé si era su verdadero nombre.
- Me molesta que no me lo contaras hace tiempo, pero también comprendo que eras libre y necesitabas a alguien a tu lado. Pero creo que esa aventura no es lo que ocurre.
- Efecrivamente, ese no es el problema. Seguimos con nuestra vida adelante y felices. Al regresar a Irlanda, y en el hospital conocí a una magnifica profesional: Margaret. Pero era en realidad ,Monique. Se trataba de la misma persona, cambiada, tanto que no la reconocí. Se había operado su fisonomía totalmente. Su color de pelo era distinto al que tenía en Mauricio; allí lo tenía corto, y aquí, bueno ya sabes como lo tenía.
Nos causó problemas y bastantes disgustos, pero gracias a que de nuevo se fue con las manos vacías, decidió pedir un traslado.
- Cada vez me tienes más intrigada. Te juro que no sé dónde vas a parar.
- Enseguida lo sabrás. Hoy me pasaron un aviso de que alguien quería verme y estaba en mi despacho. Entré, pensando que se trataba de alguna paciente. Pero no era eso: era Monique que había vuelto de nuevo. En nada se parecía a la estudiante que conocí, ni a Margaret. Se ha casado con un hombre rico y está en Dublín de paso. Sólo quería saludarme y saber cómo me iba en la vida.
Después de un largo rato de charla, que no me interesaba, me obligó a que la invitara a comer y así comentaríamos los viejos tiempos. Pero su propósito no era ese, sino otro muy distinto. Te llame pretextando una reunión, pero no te dije de lo que se trataba. Acepté por quitármela de encima, ya que insistía y no sabía cómo hacerlo. Al final se dio por vencida y nos despedimos. la dejé en su hotel y yo vine a casa.
Daphne estaba estupefacta con lo que escuchaba. No sólo asombrada por su vieja conquista en Mauricio, sino de las argucias que esa mujer se había servido para hacerse con su marido. Mil ideas pasaban por su cabeza y guardaba silencio porque no sabía qué decir, ni qué preguntar. Salió de la cama despacio, se puso una bata y se dirigió al baño. Tenía que refrescarse la cara o iba a estallar de un momento a otro. Sólo cuando Niall rompió el silencio, no pudo contener la rabia que la invadía , se volvió hacia él y le respondió con frialdad:
- ¿ Lo habéis pasado bien ? ¿ Habéis disfrutado ?
- ¿ Qué ? Acabo de explicarte lo ocurrido. No he disfrutado en lo más mínimo. Ha sido una tortura escuchar la cantidad de insensateces que he oído de sus labios. He sido sincero contigo; siempre lo he sido. No nos hemos acostado, si es a eso a lo que te refieres. Te soy fiel, pero veo que no has entendido nada. O mejor no quieres entender.
- ¿ Qué no quiero entender? ¿Que te hayas acostado con ella y cuando estuvimos juntos jurabas y perjurabas que no había nadie en tu vida.? ¿ Es eso lo que tengo que entender? Que nos separamos por culpa de ella y que cuando volvéis a veros la invitas a una comida, faltando a tu casa con una mentira ¿ Es eso lo que tengo que entender? Pues no, no lo entiendo y no la quiero cerca de nosotros
- Y no lo está. mañana regresa a donde quiera que viva. No te he faltado ni un sólo instante. Siempre me estás presionando con lo mismo. Me pones entre la espada y la pared constantemente. Me presionas siempre
--¿ Qué te amenazo ? ¿ Que te presiono ? Eres tú quien te pones en esa situación. Eres tú quién ocultas las cosas y mientes. Pero no temas; ya no volveré a presionarte en nada. No quiero saber nada, y tu tampoco sabrás nada de mi. Viviremos los dos libremente, haciendo lo que nos venga en gana ¿ Estás contento ? Bien pues creo que no tenemos más que decir. Buenas noches. De ahora en adelante dormiré en el cuarto de invitados. Podrás hacer lo que quieras y con quién quieras. Vuelve a llamarla e invítala a cenar, pero en su hotel, en su habitación, así tendréis más intimidad
- ¡ Daphne... ! No me saques de mis casillas ¿ Hubieras preferido que te lo ocultara?
- Hubiera preferido que no hubieses ido con ella. Ya sabias a lo que te exponías, pero a ti no te importó en absoluto. Tú posiblemente hayas olvidado el motivo de nuestra anterior separación, pero yo no. Perdoné porque comprendí que no habías tenido culpa en ello. Pero esta ha sido la segunda vez que se repite la historia, y ya no tengo tanto aguante. Así que, lo dicho. Buenas noches
Salió a prisa de la habitación porque un calor intenso recorría su cuerpo y conocía su reacción. Sabía que de un momento a otro rompería a llorar, y quizá el corriera tras ella, pero no ocurrió nada de eso. Ni lloró ni Niall fue a pedirle perdón. Se había roto algo importante en sus vidas, aunque ninguno de los dos lo reconociera en ese momento.
-
Oyó la puerta que se cerraba nuevamente y al poco escuchó el ruido de un motor y el chirriar de unas ruedas al salir a toda velocidad. Ni siquiera se
asomó a la ventana para comprobar que Niall se había marchado. De golpe sintió remordimiento; él le había contado la verdad de lo ocurrido, o al menos eso pensaba. Pero ella había reaccionado mal. ¿ Acaso tenía que haberlo celebrado? Era lógico que sintiera rabia. El podía haberse negado y haberlo cortado en el acto. Creyó que sentía nostalgia de cuando estuvieron juntos en Mauricio, quizá fuese una llama que no se había extinguido, aunque él creyera todo lo contrario, pero lo cierto es que marcharían cada uno por su lado. Y entonces acudieron a su mente las miles de preguntas que todos les harían ¿ Cómo había sido posible ? Sus hijos la preocupaban mucho: estaban en plena adolescencia, y de por si, ya era una edad complicada para hacerla aún más. Hasta hacía unas horas se expresaban abiertamente ante ellos, se besaban y se abrazaban, demostrando que se amaban por encima de todo. Sería difícil justificar la decisión tomada.
Las horas pasaban y Niall no regresaba, y esa era otra preocupación añadida, ya que la intranquilizaba pensar que podría pasarle algo malo. Y no volvió ni durante esa noche, ni al día siguiente. El corazón se le desbocaba de preocupación, y se escuchó respondiendo a las preguntas de sus hijos de dónde estaba su padre
- Tenía guardia por un compañero- les dijo. A ellos no les extrañó, ya que no era la primera vez que lo hacía. Llamó a su secretaria, una vez que los chicos salieron para el colegio, y la preguntó si su marido estaba bien
- Si, está operando ¿ Quiere que la llame cuando termine ?
- No, no es necesario. Anoche no se encontraba muy bien. No le diga nada; no quiero que piense que estoy preocupada. Gracias. Adiós.
Respiró aliviada al colgar el aparato. Al menos sabía que había pasado la noche en el hospital. Probablemente cuando termine su turno regrese a casa y hablen con más serenidad.
Hizo que se sentará a su lado en el borde de la cama, le besó, tomó una de sus manos y dulcemente le preguntó
- ¿ Que ha ocurrido ? ¿ De qué trataba la reunión? Me estás preocupando; no te veo muy feliz
- Verás, cariño. Es algo difícil de explicar y para ello he de remontarme a mi estancia en Mauricio, antes de que tu llegaras.
Conocí a una turista joven, bonita y simpática. Yo estaba solo, añorándote y dándote por perdida. Nos enrollamos y mantuvimos una relación íntima. Unas veces dormía en mi casa y otras yo en la suya. No estaba por la labor de consolidar nada ya que te amaba profundamente y no deseaba cambiar de forma de vivir. Ella quería formalizar su vida conmigo, y no necesariamente casándonos, pero sí viviendo juntos. Me negué en redondo y eso constituyo un gran disgusto y nuestra separación definitiva. Un tiempo después, apareciste tú y todo cambió. Esa chica se llamaba Monique, aunque no sé si era su verdadero nombre.
- Me molesta que no me lo contaras hace tiempo, pero también comprendo que eras libre y necesitabas a alguien a tu lado. Pero creo que esa aventura no es lo que ocurre.
- Efecrivamente, ese no es el problema. Seguimos con nuestra vida adelante y felices. Al regresar a Irlanda, y en el hospital conocí a una magnifica profesional: Margaret. Pero era en realidad ,Monique. Se trataba de la misma persona, cambiada, tanto que no la reconocí. Se había operado su fisonomía totalmente. Su color de pelo era distinto al que tenía en Mauricio; allí lo tenía corto, y aquí, bueno ya sabes como lo tenía.
Nos causó problemas y bastantes disgustos, pero gracias a que de nuevo se fue con las manos vacías, decidió pedir un traslado.
- Cada vez me tienes más intrigada. Te juro que no sé dónde vas a parar.
- Enseguida lo sabrás. Hoy me pasaron un aviso de que alguien quería verme y estaba en mi despacho. Entré, pensando que se trataba de alguna paciente. Pero no era eso: era Monique que había vuelto de nuevo. En nada se parecía a la estudiante que conocí, ni a Margaret. Se ha casado con un hombre rico y está en Dublín de paso. Sólo quería saludarme y saber cómo me iba en la vida.
Después de un largo rato de charla, que no me interesaba, me obligó a que la invitara a comer y así comentaríamos los viejos tiempos. Pero su propósito no era ese, sino otro muy distinto. Te llame pretextando una reunión, pero no te dije de lo que se trataba. Acepté por quitármela de encima, ya que insistía y no sabía cómo hacerlo. Al final se dio por vencida y nos despedimos. la dejé en su hotel y yo vine a casa.
Daphne estaba estupefacta con lo que escuchaba. No sólo asombrada por su vieja conquista en Mauricio, sino de las argucias que esa mujer se había servido para hacerse con su marido. Mil ideas pasaban por su cabeza y guardaba silencio porque no sabía qué decir, ni qué preguntar. Salió de la cama despacio, se puso una bata y se dirigió al baño. Tenía que refrescarse la cara o iba a estallar de un momento a otro. Sólo cuando Niall rompió el silencio, no pudo contener la rabia que la invadía , se volvió hacia él y le respondió con frialdad:
- ¿ Lo habéis pasado bien ? ¿ Habéis disfrutado ?
- ¿ Qué ? Acabo de explicarte lo ocurrido. No he disfrutado en lo más mínimo. Ha sido una tortura escuchar la cantidad de insensateces que he oído de sus labios. He sido sincero contigo; siempre lo he sido. No nos hemos acostado, si es a eso a lo que te refieres. Te soy fiel, pero veo que no has entendido nada. O mejor no quieres entender.
- ¿ Qué no quiero entender? ¿Que te hayas acostado con ella y cuando estuvimos juntos jurabas y perjurabas que no había nadie en tu vida.? ¿ Es eso lo que tengo que entender? Que nos separamos por culpa de ella y que cuando volvéis a veros la invitas a una comida, faltando a tu casa con una mentira ¿ Es eso lo que tengo que entender? Pues no, no lo entiendo y no la quiero cerca de nosotros
- Y no lo está. mañana regresa a donde quiera que viva. No te he faltado ni un sólo instante. Siempre me estás presionando con lo mismo. Me pones entre la espada y la pared constantemente. Me presionas siempre
--¿ Qué te amenazo ? ¿ Que te presiono ? Eres tú quien te pones en esa situación. Eres tú quién ocultas las cosas y mientes. Pero no temas; ya no volveré a presionarte en nada. No quiero saber nada, y tu tampoco sabrás nada de mi. Viviremos los dos libremente, haciendo lo que nos venga en gana ¿ Estás contento ? Bien pues creo que no tenemos más que decir. Buenas noches. De ahora en adelante dormiré en el cuarto de invitados. Podrás hacer lo que quieras y con quién quieras. Vuelve a llamarla e invítala a cenar, pero en su hotel, en su habitación, así tendréis más intimidad
- ¡ Daphne... ! No me saques de mis casillas ¿ Hubieras preferido que te lo ocultara?
- Hubiera preferido que no hubieses ido con ella. Ya sabias a lo que te exponías, pero a ti no te importó en absoluto. Tú posiblemente hayas olvidado el motivo de nuestra anterior separación, pero yo no. Perdoné porque comprendí que no habías tenido culpa en ello. Pero esta ha sido la segunda vez que se repite la historia, y ya no tengo tanto aguante. Así que, lo dicho. Buenas noches
Salió a prisa de la habitación porque un calor intenso recorría su cuerpo y conocía su reacción. Sabía que de un momento a otro rompería a llorar, y quizá el corriera tras ella, pero no ocurrió nada de eso. Ni lloró ni Niall fue a pedirle perdón. Se había roto algo importante en sus vidas, aunque ninguno de los dos lo reconociera en ese momento.
-
Oyó la puerta que se cerraba nuevamente y al poco escuchó el ruido de un motor y el chirriar de unas ruedas al salir a toda velocidad. Ni siquiera se
asomó a la ventana para comprobar que Niall se había marchado. De golpe sintió remordimiento; él le había contado la verdad de lo ocurrido, o al menos eso pensaba. Pero ella había reaccionado mal. ¿ Acaso tenía que haberlo celebrado? Era lógico que sintiera rabia. El podía haberse negado y haberlo cortado en el acto. Creyó que sentía nostalgia de cuando estuvieron juntos en Mauricio, quizá fuese una llama que no se había extinguido, aunque él creyera todo lo contrario, pero lo cierto es que marcharían cada uno por su lado. Y entonces acudieron a su mente las miles de preguntas que todos les harían ¿ Cómo había sido posible ? Sus hijos la preocupaban mucho: estaban en plena adolescencia, y de por si, ya era una edad complicada para hacerla aún más. Hasta hacía unas horas se expresaban abiertamente ante ellos, se besaban y se abrazaban, demostrando que se amaban por encima de todo. Sería difícil justificar la decisión tomada.
Las horas pasaban y Niall no regresaba, y esa era otra preocupación añadida, ya que la intranquilizaba pensar que podría pasarle algo malo. Y no volvió ni durante esa noche, ni al día siguiente. El corazón se le desbocaba de preocupación, y se escuchó respondiendo a las preguntas de sus hijos de dónde estaba su padre
- Tenía guardia por un compañero- les dijo. A ellos no les extrañó, ya que no era la primera vez que lo hacía. Llamó a su secretaria, una vez que los chicos salieron para el colegio, y la preguntó si su marido estaba bien
- Si, está operando ¿ Quiere que la llame cuando termine ?
- No, no es necesario. Anoche no se encontraba muy bien. No le diga nada; no quiero que piense que estoy preocupada. Gracias. Adiós.
Respiró aliviada al colgar el aparato. Al menos sabía que había pasado la noche en el hospital. Probablemente cuando termine su turno regrese a casa y hablen con más serenidad.
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