Poco fue lo que pude dormir aquella noche. Deseaba que amaneciera y fuera la hora en que volviéramos a tener contacto. Suponía que Gerard tampoco dormiría bien. Sentía miedo a muchas cosas, pero la que más me asustaba era que hubiera marchado de Mauricio y perdiéramos nuevamente su contacto. No podía sacar de mi cabeza el destino tan tajante que había tomado. No parecía impulsivo, y sin embargo estos acontecimientos, así lo demostraban. No podía permanecer por más tiempo en la cama, así que me levanté y para hacer tiempo trataba de estar distraída preparándome un desayuno que sabía no iba a probar.
En cuanto hablase con Gerard, llamaría a sus padres para saludarles y citarme con ellos para pasar el fin de semana en la Casa Grande. Llevaría los regalos a mis amigos y de ese modo trataría de tranquilizarles, si es que, al fin, Gerard les dijera que había visto a Niall.
¡ Niall ! ¿ Por qué me machacas con tu recuerdo? ¿ Por qué no puedo olvidarte ? Paseaba de una habitación a otra sin poder quedarme quieta. Estaba muy nerviosa e impaciente. Miraba el reloj constantemente, pero a penas transcurrían los minutos. Decidí tumbarme en el sofá y me quedé medio adormilada del puro aburrimiento e impaciencia. Al fin sonó el móvil. Lo cogí impaciente y contesté a la llamada
- Daphne, soy yo. Salgo en este momento para localizarle. Va a resultar más fácil de lo que pensábamos. Le expliqué muy por encima al conserje del hotel lo que quería hacer y él mismo buscó a un hombre que conoce la zona y a Niall. Le está agradecido porque le curó una herida infectada y gracias a él, salvó su pierna. Me acompañará hasta su casa. No es necesario que me guíes. Te llamaré en cuanto le localice, si es que aún está en la isla. Si demoro en llamarte, es que estamos hablando, y hablaría contigo después de hacerlo con Niall. No te preocupes, creo que todo va a solucionarse. Tengo grandes esperanzas. Y ahora voy a reunirme con Maurice que es así como se llama el hombre. Quédate tranquila. Te llamaré lo más pronto que me sea posible.
Por un lado me quedé tranquila, pero por otro sé que moriría de impaciencia
- . Fui torpe, muy torpe. No debí dejarle. Debí hablar con él. Alguna explicación ha de haber para que obrase de esa forma, y precisamente yo, no quise saberla. He sido una estúpida engreída. Seguramente estamos alarmandonos sin necesidad. Lo más probable es que haya conocido a una isleña y se haya enamorado de ella. Pero eso tampoco lo quiero. No podría soportar saber que yo no represento nada. Niall, Niall, vas a volverme loca y a tí ni siquiera te importa. Ignoras lo que has sido y representado para mi desde que era una niña. ¡ Oh Niall ! ¿ Por qué todo es tan difícil ?
Las horas pasaban lentas. Hubiera querido tener una especie de monitor para seguir en directo su llegada a casa de Niall, su sorpresa al verse frente a su hermano, y la cara de Gerard al comprobar el estado de Niall. ¿ Se abrazarían ? Seguro que sí, ambos hermanos, a pesar de sus diferencias, se querían. De no haber sido así, ahora no se daría esa situación. Era más de mediodía y aún no había señales de nada. No me atrevía a salir a la calle por si en ese intermedio me llamasen. No sabía qué hacer, y eso me desesperaba aún más. Suponía que la conversación, de tenerla, sería larga, extensa y quizá con reproches, pero eso no me preocupaba. Deseaba saber algo ya: no podía más.
Ni siquiera podía comer. Tenía algo en el estómago que me impedía probar bocado. ´No quería llamarle por no interrumpir y sentía la angustia de quién espera una mala noticia y no termina de llegar. Y por fín al comienzo de la tarde, sonó el teléfono y la voz de Gerard se escuchó al otro lado
- ¿ Qué, qué pasó ? - pregunté ansiosa por saber algo
- Primero tranquilízate y cuando lo hayas hecho te cuento. Te noto muy nerviosa
- ¿ Te parece que no es para estarlo ?. Bien, ahora dime
- Está en Mauricio y le he visto, por cierto su estado físico es deplorable. Si no hubiera sabido que era él y le hubiera visto en la calle ni me habría dado cuenta. Hemos hablado mucho. Han habido reproches por ambas partes. He tratado de convencerle para que regrese a casa, pero se ha negado. Me ha dicho que va a irse de Mauricio y que tendríamos noticias suyas. Hemos comido juntos, y juntos hemos hablado del pasado.
- Y eso ¿ es todo ? ¿ Tantas horas para eso ?
- Es muy difícil resumir en un momento todo lo vivido. Nos hemos emocionado al abrazarnos y vernos por primera vez en tanto tiempo. Nuestras rencillas pertenecen al pasado. Te contaré todo cuando llegue a casa. Ahora necesito reflexionar y pensar en todo lo que hemos hablado, discutido y gritado. Porque sí nos hemos gritado, pero hemos quedado como lo que somos como hermanos.
No me atreví a preguntarle si le había confesado la existencia de alguien en su vida. Consideraba que eso sólo me interesaba a mi y sería mi secreto. De todas maneras, no me había quedado muy tranquila. Presentía que había algo más de lo que me había dicho, pero le notaba alterado y tenía razón: cuando nos viéramos sería el momento de ampliar más lo sucedido y escudriñar los gestos y analizarlos.
- Estaré de vuelta en dos o tres días. Si acaso me retrasase, te avisaría para que estuvieras tranquila. Debes estarlo, todo ha quedado aclarado y zanjado. Ahora llamaré a mis padres y les daré la buena noticia.
- Este fin de semana lo pasaré con ellos. Como supongo que les explicarás lo sucedido, no repetiré nada más. Inevitablemente comentaremos lo que para todos nosotros es una magnífica noticia. me limitaré a eso.
- Me parece bien. Una cosa es verlo y otra muy distinta hablarlo por teléfono. Cuanto menos, mejor. ahora te dejo. Quiero darme una ducha; hace mucho calor y he quedado con él para conocer la isla un poco. Deseo disfrutar de mi hermano. Un hermano que me ha mantenido nervioso durante mucho tiempo, por diversos motivos. Tengo que relajarme
- ¿ Por qué tienes que relajarte? Ya está todo aclarado y deberías estar tranquilo. Disfruta y cuando vengas, me cuentas cómo es aquello, ya que no tuve tiempo de conocerlo.
- Así lo haré. Cuídate. No vemos en pocos días.
- Salúdale de mi parte, aunque no creo quiera saber nada de mi, después de la bronca que tuvimos.- En fin, pasadlo bien.
Al colgar, sentí la sensación de que algo no encajaba y sin embargo la voz de Gerard era tranquila y hasta alegre, luego entonces debía dar crédito a sus palabras. Probablemente mi imaginación corría más aprisa que la realidad. Traté de tranquilizarme y a continuación descolgué el teléfono para hablar con sus padres.
Pasado el tiempo supe cómo había sido ese encuentro tan esperado de parte de Gerard y sorprendente por Niall. Merece un capítulo aparte por la trsscendencia que tuvo en la vida de todos. Una decisión que fue meditada y planificada por Niall, pero que influyó en todos nosotros. Quiero hacer aquí un punto de inflexión y transmitir cómo verdaderamente ocurrió que no fue ni tan fácil ni tan sencillo como el propio Gerard creyó iba a resultar. Y lo veremos en el siguiente capítulo.
En cuanto hablase con Gerard, llamaría a sus padres para saludarles y citarme con ellos para pasar el fin de semana en la Casa Grande. Llevaría los regalos a mis amigos y de ese modo trataría de tranquilizarles, si es que, al fin, Gerard les dijera que había visto a Niall.
¡ Niall ! ¿ Por qué me machacas con tu recuerdo? ¿ Por qué no puedo olvidarte ? Paseaba de una habitación a otra sin poder quedarme quieta. Estaba muy nerviosa e impaciente. Miraba el reloj constantemente, pero a penas transcurrían los minutos. Decidí tumbarme en el sofá y me quedé medio adormilada del puro aburrimiento e impaciencia. Al fin sonó el móvil. Lo cogí impaciente y contesté a la llamada
- Daphne, soy yo. Salgo en este momento para localizarle. Va a resultar más fácil de lo que pensábamos. Le expliqué muy por encima al conserje del hotel lo que quería hacer y él mismo buscó a un hombre que conoce la zona y a Niall. Le está agradecido porque le curó una herida infectada y gracias a él, salvó su pierna. Me acompañará hasta su casa. No es necesario que me guíes. Te llamaré en cuanto le localice, si es que aún está en la isla. Si demoro en llamarte, es que estamos hablando, y hablaría contigo después de hacerlo con Niall. No te preocupes, creo que todo va a solucionarse. Tengo grandes esperanzas. Y ahora voy a reunirme con Maurice que es así como se llama el hombre. Quédate tranquila. Te llamaré lo más pronto que me sea posible.
Por un lado me quedé tranquila, pero por otro sé que moriría de impaciencia
- . Fui torpe, muy torpe. No debí dejarle. Debí hablar con él. Alguna explicación ha de haber para que obrase de esa forma, y precisamente yo, no quise saberla. He sido una estúpida engreída. Seguramente estamos alarmandonos sin necesidad. Lo más probable es que haya conocido a una isleña y se haya enamorado de ella. Pero eso tampoco lo quiero. No podría soportar saber que yo no represento nada. Niall, Niall, vas a volverme loca y a tí ni siquiera te importa. Ignoras lo que has sido y representado para mi desde que era una niña. ¡ Oh Niall ! ¿ Por qué todo es tan difícil ?
Las horas pasaban lentas. Hubiera querido tener una especie de monitor para seguir en directo su llegada a casa de Niall, su sorpresa al verse frente a su hermano, y la cara de Gerard al comprobar el estado de Niall. ¿ Se abrazarían ? Seguro que sí, ambos hermanos, a pesar de sus diferencias, se querían. De no haber sido así, ahora no se daría esa situación. Era más de mediodía y aún no había señales de nada. No me atrevía a salir a la calle por si en ese intermedio me llamasen. No sabía qué hacer, y eso me desesperaba aún más. Suponía que la conversación, de tenerla, sería larga, extensa y quizá con reproches, pero eso no me preocupaba. Deseaba saber algo ya: no podía más.
Ni siquiera podía comer. Tenía algo en el estómago que me impedía probar bocado. ´No quería llamarle por no interrumpir y sentía la angustia de quién espera una mala noticia y no termina de llegar. Y por fín al comienzo de la tarde, sonó el teléfono y la voz de Gerard se escuchó al otro lado
- ¿ Qué, qué pasó ? - pregunté ansiosa por saber algo
- Primero tranquilízate y cuando lo hayas hecho te cuento. Te noto muy nerviosa
- ¿ Te parece que no es para estarlo ?. Bien, ahora dime
- Está en Mauricio y le he visto, por cierto su estado físico es deplorable. Si no hubiera sabido que era él y le hubiera visto en la calle ni me habría dado cuenta. Hemos hablado mucho. Han habido reproches por ambas partes. He tratado de convencerle para que regrese a casa, pero se ha negado. Me ha dicho que va a irse de Mauricio y que tendríamos noticias suyas. Hemos comido juntos, y juntos hemos hablado del pasado.
- Y eso ¿ es todo ? ¿ Tantas horas para eso ?
- Es muy difícil resumir en un momento todo lo vivido. Nos hemos emocionado al abrazarnos y vernos por primera vez en tanto tiempo. Nuestras rencillas pertenecen al pasado. Te contaré todo cuando llegue a casa. Ahora necesito reflexionar y pensar en todo lo que hemos hablado, discutido y gritado. Porque sí nos hemos gritado, pero hemos quedado como lo que somos como hermanos.
No me atreví a preguntarle si le había confesado la existencia de alguien en su vida. Consideraba que eso sólo me interesaba a mi y sería mi secreto. De todas maneras, no me había quedado muy tranquila. Presentía que había algo más de lo que me había dicho, pero le notaba alterado y tenía razón: cuando nos viéramos sería el momento de ampliar más lo sucedido y escudriñar los gestos y analizarlos.
- Estaré de vuelta en dos o tres días. Si acaso me retrasase, te avisaría para que estuvieras tranquila. Debes estarlo, todo ha quedado aclarado y zanjado. Ahora llamaré a mis padres y les daré la buena noticia.
- Este fin de semana lo pasaré con ellos. Como supongo que les explicarás lo sucedido, no repetiré nada más. Inevitablemente comentaremos lo que para todos nosotros es una magnífica noticia. me limitaré a eso.
- Me parece bien. Una cosa es verlo y otra muy distinta hablarlo por teléfono. Cuanto menos, mejor. ahora te dejo. Quiero darme una ducha; hace mucho calor y he quedado con él para conocer la isla un poco. Deseo disfrutar de mi hermano. Un hermano que me ha mantenido nervioso durante mucho tiempo, por diversos motivos. Tengo que relajarme
- ¿ Por qué tienes que relajarte? Ya está todo aclarado y deberías estar tranquilo. Disfruta y cuando vengas, me cuentas cómo es aquello, ya que no tuve tiempo de conocerlo.
- Así lo haré. Cuídate. No vemos en pocos días.
- Salúdale de mi parte, aunque no creo quiera saber nada de mi, después de la bronca que tuvimos.- En fin, pasadlo bien.
Al colgar, sentí la sensación de que algo no encajaba y sin embargo la voz de Gerard era tranquila y hasta alegre, luego entonces debía dar crédito a sus palabras. Probablemente mi imaginación corría más aprisa que la realidad. Traté de tranquilizarme y a continuación descolgué el teléfono para hablar con sus padres.
Pasado el tiempo supe cómo había sido ese encuentro tan esperado de parte de Gerard y sorprendente por Niall. Merece un capítulo aparte por la trsscendencia que tuvo en la vida de todos. Una decisión que fue meditada y planificada por Niall, pero que influyó en todos nosotros. Quiero hacer aquí un punto de inflexión y transmitir cómo verdaderamente ocurrió que no fue ni tan fácil ni tan sencillo como el propio Gerard creyó iba a resultar. Y lo veremos en el siguiente capítulo.
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