En cuanto pudo, Robert dió por concluida la reunión con Stephanie. Le dió un pretexto pueril: que no se encontraba bien. Habían planeado otro tipo de final de la noche, pero la inquietud que sentía no le dejaba vivir. ¿ Por qué ? Era como si tuviera un presentimiento de que nada bueno iba a ocurrir. Estaba deseando llegar a su casa, después de dejarla a ella en la suya- De inmediato realizó una llamada al dispensario. Tardaron un rato en responder; iba a colgar cuando la voz de Emma se escuchó al otro lado entre interferencias y cortes.
- ¿ Emma, eres tú ?
- Si ¿ quién llama ? Escucho muy mal. Hay muchas interferencias
Y efectivamente su voz se escuchaba con cortes intermitentes, pero el simple hecho de que ella atendiera la centralita, le tranquilizó. Intentaron entablar una conversación pero era de todo punto imposible. las condiciones ambientales no eran las más óptimas para ello, por tanto quedaron en que volvería a llamar en uno o dos días, a ver si todo había pasado y podía sostener una conversación más o menos entendible.
A Robert le extrañaba sobremanera la preocupación que sentía por su bienestar. hasta el punto de haber abandonado la reunión con Stephanie que se había imaginado de muy distinta manera. En cierto modo se sentía responsable por ella y no conocía la razón, y tampoco la entendía. Y eso le preocupaba; era una persona con las ideas muy claras y cuando tenía algo en su mente que no comprendía, se desazonaba de tal manera, que no paraba hasta dar con el final de lo que le preocupaba. Y a pesar de haber hablado con ella, no estaba nada tranquilo. llamaría a sus amigos de Médicos del Mundo a ver si ellos podían dar más referencias. Y así lo hizo y las noticias que recibió no le tranquilizaron en absoluto
- Están comenzando a evacuar las zonas más próximas al huracán. Los militares están movilizados, y francamente, debe ser más peligroso de lo que dicen , porque en todos los años que estoy en Guatemala, nunca se han tomado medidas tan fuertes
Esa fue la respuesta que le dió su amigo y ciertamente le dejó aún más intranquilo. No paraba de dar vueltas de un lado a otro de su casa, pensando en los peligros que podían correr sus amigos, que podía correr ella.
- Es la más desvalida. Es su primer huracán. No sabrá cómo defenderse
Desde Londres, todo lo que podía hacer era intentar hablar con ellos porque ni siquiera podía viajar para ayudarles. Los vuelos se habían cancelado y no dejaban volar más que a los helicópteros militares por alguna emergencia. El país estaba inmovilizado, todos pendientes de que la furia del viento pasase de largo y todo volviera a la normalidad.
Esa noche no tenía guardia, pero en casa tampoco podía hacer nada ni descansar, ni dormir, así que optó ir al hospital. Al menos allí podría echar una mano a sus compañeros si la noche se presentaba problemática. El comenzaría su guardia al día siguiente por la noche, de manera que tenía casi todo el día para poder dormir. Y decidido dejo su apartamento y se encaminó al hospital ante la sorpresa de sus compañeros que no le esperaban.
- ¿ Qué haces aquí ? Hoy no te toca guardia - le dijo Sean
- Ya lo sé, pero en casa no podía parar. Así que si necesitáis ayuda aquí permaneceré.
- Estás loco. Para un día que puedes dormir ¿ Qué te preocupa tanto ? Sabes que no podrás ayudarnos, no es tu turno y no está permitido
- Lo sé. Pero en casa me consumía la preocupación. He hablado con Médicos y la situación es muy preocupante. Me preocupo por nuestros amigos. Les he llamado y no hemos podido hablar por interferencias en la línea. Estoy nervioso y en casa no podía parar.
- Pero no puedes estar en este estado de nervios. No puedes solucionar nada y con un poco de suerte, pasará de largo. ¿ O es otra persona la que te preocupa ?
Robert guardó silencio ¿ tan evidente era? Pero nadie mejor que él para analizar sus sentimientos, y no había detectado nada de lo que Sean imaginaba
- Ella también me preocupa, si es a esa persona a la que te refieres. pero lo cierto es que estoy nervioso y muy preocupado por todos en general.
- Acuéstate en la habitación de médicos. Pon la televisión y sigue alguno de los programas, aunque sea la teletienda. Mantendrás la mente ocupada en otra cosa distinta al huracán de Guatemala. Hazme caso; verás que conciliarás el sueño
Y tardó mucho en lograrlo, pero al fin el cansancio le rindió. Soñó con algo que no entendía. Subía una montaña y después al tratar de bajar no tenía por donde hacerlo y buscaba algún sitio por donde poder bajar , pero encontraba más impedimentos, más recovecos y más pendientes de tierra. No entendía nada sólo que se despertó sudando y con fatiga. Nunca le había ocurrido algo semejante. Sabía que soñar con eso eran problemas. A no ser que fuera Guatemala no tenía ninguna otra preocupación. No le inquietaba la subida a esa montaña, sino la bajada intentar hacerlo y no poder lograrlo. En psicología tenía un significado, pero ni siquiera imaginaba lo que pudiera ser.
Trató de olvidar el sueño y se levantó. Se dio una ducha y a falta de ropa limpia, se puso un pijama de médico. iría a la cafetería y trataría de tomar, al menos un café. No tenía hambre sólo destemplanza y un mal regusto por la pesadilla. ¿ Iba a permanecer todo el día en el hospital ? Tendría que volver a casa y cambiarse de ropa, de lo contrario pasaría casi dos días en ese recinto, y a saber la noche que le esperaba.
A la salida se encontró con Sean que terminaba su turno, y juntos se dirigieron a la cafetería. No quiso explicarle su sueño, porque seguro que le diría que estaba obsesionado, y en parte así era. Todo ello tenía relación con lo soñado. Al llegar a casa trató de comunicar de nuevo con el dispensario sin lograrlo, y maldijo interiormente a los cien mil hijos de San Luis al pensar que le habían instalado un armatoste en lugar de una centralita. Optó por llamar a Médicos y así poder asegurarse de alguna noticia. pero lo que recibió le dejó aún más intranquilo:
- Todo sigue igual, por no decir peor. Las comunicaciones están cortadas en casi todo el país, y en la mayoría de los pueblos pequeños no tienen luz. Uno de ellos es donde están tus amigos. Estoy en contacto con la policía, pues tengo a varios grupos sanitarios desperdigados y no sé nada de ellos. Estamos muy preocupados. Llueve de una forma que nunca hemos conocido. Es todo cuanto puedo decirte
- ¿ Hay alguna posibilidad de viajar hasta allí ?
- Ninguna. Ya te he comentado que las comunicaciones están cortadas tanto por aire como por carretera, que debido a las lluvias prácticamente no existen. No te muevas de Londres; aquí no se puede hacer nada más que esperar a que pase.
Pero estaba inquieto y no podía permanecer impasible. Intentó nuevamente hablar con ellos antes de salir hacia el hospital para cubrir su turno, pero el silencio y unos ruidos extraños fueron su respuesta.. No sabía qué hacer y la inquietud que sentía le atosigaba de tal manera que ni siquiera comprendía. Esperaría, no le quedaba más remedio. Trataría de hablar con la embajada a ver si le daban alguna noticia diferente, aunque mejor y más fidedigna de la de Médicos, no creyó que fueran. Al contrario recibiría evasivas. Pero su preocupación iba en aumento a medida que el tiempo transcurría. Trató de relajarse; entraba en su turno y debía atender a su trabajo lo mejor posible. Quizá al día siguiente el panorama hubiera experimentado algún cambio favorable.
- ¿ Emma, eres tú ?
- Si ¿ quién llama ? Escucho muy mal. Hay muchas interferencias
Y efectivamente su voz se escuchaba con cortes intermitentes, pero el simple hecho de que ella atendiera la centralita, le tranquilizó. Intentaron entablar una conversación pero era de todo punto imposible. las condiciones ambientales no eran las más óptimas para ello, por tanto quedaron en que volvería a llamar en uno o dos días, a ver si todo había pasado y podía sostener una conversación más o menos entendible.
A Robert le extrañaba sobremanera la preocupación que sentía por su bienestar. hasta el punto de haber abandonado la reunión con Stephanie que se había imaginado de muy distinta manera. En cierto modo se sentía responsable por ella y no conocía la razón, y tampoco la entendía. Y eso le preocupaba; era una persona con las ideas muy claras y cuando tenía algo en su mente que no comprendía, se desazonaba de tal manera, que no paraba hasta dar con el final de lo que le preocupaba. Y a pesar de haber hablado con ella, no estaba nada tranquilo. llamaría a sus amigos de Médicos del Mundo a ver si ellos podían dar más referencias. Y así lo hizo y las noticias que recibió no le tranquilizaron en absoluto
- Están comenzando a evacuar las zonas más próximas al huracán. Los militares están movilizados, y francamente, debe ser más peligroso de lo que dicen , porque en todos los años que estoy en Guatemala, nunca se han tomado medidas tan fuertes
Esa fue la respuesta que le dió su amigo y ciertamente le dejó aún más intranquilo. No paraba de dar vueltas de un lado a otro de su casa, pensando en los peligros que podían correr sus amigos, que podía correr ella.
- Es la más desvalida. Es su primer huracán. No sabrá cómo defenderse
Desde Londres, todo lo que podía hacer era intentar hablar con ellos porque ni siquiera podía viajar para ayudarles. Los vuelos se habían cancelado y no dejaban volar más que a los helicópteros militares por alguna emergencia. El país estaba inmovilizado, todos pendientes de que la furia del viento pasase de largo y todo volviera a la normalidad.
- ¿ Qué haces aquí ? Hoy no te toca guardia - le dijo Sean
- Ya lo sé, pero en casa no podía parar. Así que si necesitáis ayuda aquí permaneceré.
- Estás loco. Para un día que puedes dormir ¿ Qué te preocupa tanto ? Sabes que no podrás ayudarnos, no es tu turno y no está permitido
- Lo sé. Pero en casa me consumía la preocupación. He hablado con Médicos y la situación es muy preocupante. Me preocupo por nuestros amigos. Les he llamado y no hemos podido hablar por interferencias en la línea. Estoy nervioso y en casa no podía parar.
- Pero no puedes estar en este estado de nervios. No puedes solucionar nada y con un poco de suerte, pasará de largo. ¿ O es otra persona la que te preocupa ?
Robert guardó silencio ¿ tan evidente era? Pero nadie mejor que él para analizar sus sentimientos, y no había detectado nada de lo que Sean imaginaba
- Ella también me preocupa, si es a esa persona a la que te refieres. pero lo cierto es que estoy nervioso y muy preocupado por todos en general.
- Acuéstate en la habitación de médicos. Pon la televisión y sigue alguno de los programas, aunque sea la teletienda. Mantendrás la mente ocupada en otra cosa distinta al huracán de Guatemala. Hazme caso; verás que conciliarás el sueño
Y tardó mucho en lograrlo, pero al fin el cansancio le rindió. Soñó con algo que no entendía. Subía una montaña y después al tratar de bajar no tenía por donde hacerlo y buscaba algún sitio por donde poder bajar , pero encontraba más impedimentos, más recovecos y más pendientes de tierra. No entendía nada sólo que se despertó sudando y con fatiga. Nunca le había ocurrido algo semejante. Sabía que soñar con eso eran problemas. A no ser que fuera Guatemala no tenía ninguna otra preocupación. No le inquietaba la subida a esa montaña, sino la bajada intentar hacerlo y no poder lograrlo. En psicología tenía un significado, pero ni siquiera imaginaba lo que pudiera ser.
Trató de olvidar el sueño y se levantó. Se dio una ducha y a falta de ropa limpia, se puso un pijama de médico. iría a la cafetería y trataría de tomar, al menos un café. No tenía hambre sólo destemplanza y un mal regusto por la pesadilla. ¿ Iba a permanecer todo el día en el hospital ? Tendría que volver a casa y cambiarse de ropa, de lo contrario pasaría casi dos días en ese recinto, y a saber la noche que le esperaba.
A la salida se encontró con Sean que terminaba su turno, y juntos se dirigieron a la cafetería. No quiso explicarle su sueño, porque seguro que le diría que estaba obsesionado, y en parte así era. Todo ello tenía relación con lo soñado. Al llegar a casa trató de comunicar de nuevo con el dispensario sin lograrlo, y maldijo interiormente a los cien mil hijos de San Luis al pensar que le habían instalado un armatoste en lugar de una centralita. Optó por llamar a Médicos y así poder asegurarse de alguna noticia. pero lo que recibió le dejó aún más intranquilo:
- Todo sigue igual, por no decir peor. Las comunicaciones están cortadas en casi todo el país, y en la mayoría de los pueblos pequeños no tienen luz. Uno de ellos es donde están tus amigos. Estoy en contacto con la policía, pues tengo a varios grupos sanitarios desperdigados y no sé nada de ellos. Estamos muy preocupados. Llueve de una forma que nunca hemos conocido. Es todo cuanto puedo decirte
- ¿ Hay alguna posibilidad de viajar hasta allí ?
- Ninguna. Ya te he comentado que las comunicaciones están cortadas tanto por aire como por carretera, que debido a las lluvias prácticamente no existen. No te muevas de Londres; aquí no se puede hacer nada más que esperar a que pase.
Pero estaba inquieto y no podía permanecer impasible. Intentó nuevamente hablar con ellos antes de salir hacia el hospital para cubrir su turno, pero el silencio y unos ruidos extraños fueron su respuesta.. No sabía qué hacer y la inquietud que sentía le atosigaba de tal manera que ni siquiera comprendía. Esperaría, no le quedaba más remedio. Trataría de hablar con la embajada a ver si le daban alguna noticia diferente, aunque mejor y más fidedigna de la de Médicos, no creyó que fueran. Al contrario recibiría evasivas. Pero su preocupación iba en aumento a medida que el tiempo transcurría. Trató de relajarse; entraba en su turno y debía atender a su trabajo lo mejor posible. Quizá al día siguiente el panorama hubiera experimentado algún cambio favorable.
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