domingo, 22 de abril de 2018

Las necias ilusiones - Capítulo 7 -- Algo imposible

Tenía que agradecerle su gesto al enviarle las rosas. Le había sorprendido a pesar de que Susan se lo había dicho, pero ¿ tan pronto ?  En cuanto llegase a la oficina le daría las gracias, es lo menos que podía hacer.  La mañana transcurrió en calma y sin jefe, lo cual por un lado hacía que Ada respirara tranquila, pero por otro deseaba pasar cuanto antes la violencia de dar las gracias. ¿ Cómo lo tomaría?  Suponía que bien, era un detalle de buena educación. No era para tomárselo a mal.

Media hora antes  para  el almuerzo, llegó, como siempre, como una exhalación.  Y como siempre hizo el barrido consiguiente hasta localizar a Ada.  Ella estaba distraída comprobando algo en su agenda y no se dio cuenta de que alguien la observaba.  Como si la mirada le avisara , levantó la cabeza y se encontró con el rostro de Brendan.  Ella se levantó rápidamente  y le dijo que tenía que hablar con él.

- A mi despacho - la dijo escuetamente

Al entrar ella se quedó cohibida.  Esperaba al menos una ligera sonrisa, quizá de complicidad, en lugar de una orden tajante como la que le había dado

- ¿ Y bien ?
- Perdón, sólo quería agradecerle las flores.  Son maravillosas y francamente no lo esperaba.  Tampoco era necesario:  es mi trabajo. Pero he de decirle que me gustaron mucho; nuevamente gracias
-- Si era necesario. Soy exigente, pero también se reconocer mis errores y ayer no estuve acertado.  No tuve en cuenta que era su primer día y era lógico que ignorase muchas cosas. Me ha dado las gracias, la he pedido disculpas: asunto zanjado ¿ Desea algo más ?
- No, no.  Ya me voy
-No la estoy echando del despacho
- Lo sé, pero le estoy robando su tiempo y yo tengo cosas que hacer
- Está bien.  Puede retirarse

¿ Por qué me pone tan nerviosa este hombre?  Voy a tener que plantearme si puedo seguir con esta tensión.  Duermo mal, no tengo apetito y cada vez que le veo el nudo que me produce en el estómago me devora.
- ¿ Qué te pasa, otra bronca? - le preguntó Susan
- No.  Nada de eso.  Le he preguntado si el encargo de ayer fue de su conformidad

¿ Por qué he ocultado el verdadero motivo de mi entrada en el despacho?  No quiero conjeturas a mis espaldas, así de claro.

Y volvió a lo que estaba haciendo hasta hacía unos instantes.  Había perdido la noción del tiempo, pero tampoco terminaba de centrarse en el trabajo. La voz de Susan la sacó de su ensimismamiento

- ¿ Bajamos a comer ?
- Perdona ¿ qué me decías ?
- Que si bajamos a comer.  Ya es la hora
- ¡ Claro ! - respondió

Charlando animadamente, ambas compañeras se dirigieron al ascensor .  En la planta baja estaba la cafetería de empleados, en donde algunos de ellos almorzaban o simplemente se tomaban un café hasta la hora de incorporarse al trabajo.  Las dos amigas, se sentaron en una mesa y a continuación eligieron lo que iban a comer.  Ada una ensalada de kinoa y Susan pescado a la plancha

-¿ Sólo eso vas a comer ? - le comentó Susan
-Si, solo esto y bastante a la fuerza.  Se me ha ido el apetito
- ¿ Estás enferma?
- No.  Lo que tengo son nervio; dentro de unos días estaré perfectamente.  He de acostumbrarme al jefe y al trabajo- comentó
- Pero...  ¿ qué ven mis ojos ?- exclamó Susan
- ¿ Qué ocurre, qué te pasa ?
- Hablando de jefes. ¿ Que le pasa a este hombre ?

Ada giró la cabeza y vio que Brendan se sentaba en la barra y pidió un sandwich

- ¿ Qué tiene de extraño ? ¿ Es que es la primera vez que lo hace ?
- Exacto. Nunca bajaba a la cafetería, pero desde que ha vuelto de ese viaje extraño, ha venido cambiado.  Creo que por fin ha encontrado a su alma gemela.
- Es normal.  Es joven, guapo y con dinero. No todo es el trabajo
- No se, no se.  Algo ha cambiado; en fin es algo que no nos corresponde.  me alegraría por él.  Que sentara la cabeza, porque lo que es divertirse lo hace y mucho
- ¿ A que te refieres?
- ¡ Mujer ! a que le gustan las faldas.  Mucho, muchísimo

Ada no dijo nada más, pero mentalmente pensaba que era natural; a cualquier mujer le gustaría salir con alguien como él.  Terminaron su comida y comprobaron que aún les quedaban quince minutos para  volver a sus puestos, así que pidieron un café y siguieron hablando de la vida sentimental de Brendan, algo que a Ada no le gustó nada.

Al pasar junto a la barra, sus miradas se cruzaron:  ellas sonrieron ampliamente, Brendan con una especie de mueca, más que una sonrisa. No tenía nada previsto para solucionar con él.    Ada sintió un latigazo cuando se cruzaron ; era como si tuviera sus ojos clavados en los de ella, aunque en realidad no había sido así.

La imaginación de Ada comenzó a volar fuera de control, y mantenía una lucha interior porque imaginaba unas cosas y deseaba auto convencerse de que eran sólo eso: ilusiones. Pero al mismo tiempo se le ocurría que estaban ocurriendo cosas que a Susan le extrañaban.

- Pero deja de soñar despierta. Te ha dicho que está cambiado desde el viaje, y tu, desde luego, no estabas invitada a él.  Así que pisa el suelo firme y no te imagines lo que no existe.

Se lo repetía una y otra vez, y por eso cada vez que tenia que entrar en el despacho, su desasosiego iba en aumento.  No se atrevía a mirarle de frente, por temor a que leyera en sus ojos que no le era indiferente.  ¿ O era algo más ? Y al final tuvo que reconocer que si lo era: le gustaba mucho, pero era algo tan imposible que se fijara en ella, que con sólo pensarlo se acongojaba

-  Nena - se decía - Te estás enamorando de él, y eso es algo muy peligroso.  No seas tonta. En ese sentido  el te ignora completamente.  No creas que porque te haya mandado unas flores es que se ha rendido a tus pies.  Siempre has sido muy consecuente, pero esta vez eres ilógica.  Para ya de pensar en absurdos.  Tendrá miles de novias a su alrededor ¿ cómo va a fijarse en ti ?  Anda, anda, deja ya de soñar.

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