Fueron días frenéticos. Llamadas de teléfono, firma de contratos para los chalets. Llamadas a Pepe, discusiones con Pepe, acuerdos con Pepe, y por fin, el hospedaje estaba resuelto, hasta poder ubicar a sesenta y cinco personas. Bajo la orientación de Alba , Juan, dueño del único bar, había quitado unos cuadros añejos de personajes desconocidos y reemplazados por fotografías de Miranorte que ella misma había fotografiado y revelado en una tienda en Las Mimosas.
Con Juan, había llegado al acuerdo de que la prestase un coche viejo, que tenía guardado en el zaguán del bar y que nunca usaba, por lo menos para los meses de invierno. A cambio ella le ayudaría en la atención del bar cuando regresase de dar clases y los sábados y domingos a tiempo completo, mientras los peliculeros permaneciesen en el pueblo. De este modo no tendría que vivir fuera de Miranorte. Tal decisión le pareció perfecta a una Milagros que respiró tranquila También había pactado con Enrique, el alcalde, para que la máquina que había alquilado para limpiar de nieve las calles del pueblo, llegase hasta su casa y de allí a la carretera que la permitiera desplazarse a Las Mimosas para dar clase. Todo había salido a pedir de boca.
Se despertaron ese día con un ruido potente, al que no estaban acostumbrados. Detrás de los cristales observaban con asombro los enorme camiones que entraban en el pueblo. Lo menos había cinco y algunos cargados con cables y otros artefactos que ellos nunca habían visto. Aparcaron en la Plaza Mayor, y una de las señoritas que vinieron la primera vez, acompañada por otro señor, entraron en el Ayuntamiento. El cine había llegado a Miranorte.
Una vez hubieron cumplimentado todos los permisos, los operarios se pusieron a trabajar frenéticamente . Mientras otros se hacían cargo de los hospedajes de todos ellos. Eran una perfecta máquina coordinada en todos sus movimientos. Seguros, precisos, conociendo a la perfección el cometido de cada uno de ellos.
Los protagonistas, el director, el productor..., en definitiva los más relevantes personajes de la película, llegarían dos días después, y todo debía estar ya montado para el inmediato comienzo del rodaje. La misma señorita que había entrado en el Ayuntamiento, acompañada por Enrique, fue a recoger las llaves de los chalets que habían dispuesto para los actores principales, el director, el productor.... y que conforme con el alojamiento , dio su aprobación
- Muy bien todo, señor alcalde. De plena satisfacción. Creo que vamos a estar muy cómodos en este precioso lugar. Y ahora si me permite, tengo mucho trabajo que hacer antes de que lleguen pasado mañana
- Desde luego... No dude en avisarme si necesita algo. Estamos a su entera disposición, y me alegro que su estancia entre nosotros sea de su agrado.
Se despidieron estrechándose la mano. Enrique regresó al despacho dando un paseo, mientras que la chica se metió en el coche y tomó carretera adelante. Fotografía Internet
Y dos días más tarde, en lujosos coches de alquiler, llegaban los actores principales, el director , el productor y los asistentes personales del actor y la actriz protagonistas de la película. Aparcaron frente al bar. Llevaban muchas horas metidos en un coche, y querían estirar las piernas y tomar una cerveza. Entraron e inmediatamente fueron el foco de atención de todos los que allí se encontraban. En el bar estaban algunos operarios del equipo técnico y saludaron alegremente al actor, que parecía era muy popular entre ellos, y algo menos efusivos con la actriz, que se mostraba malhumorada y distante.
- A mi me gustaría retirarme a descansar. He madrugado mucho, y el viaje ha sido largo. Selena ocúpate de mi alojamiento, por favor- dijo la actriz a su asistente personal
La asistente personal, salió rápidamente en busca de la persona encargada de tal menester y tras diez minutos volvió con ella, y fue quién les acompañó hasta el chalet adjudicado a la primera actriz. Por el contrario el actor se mostró más comunicativo con sus compañeros técnicos, y se sentó a su mesa pidiendo una cerveza para beber con ellos
- He visto poco, pero parece un lugar muy bonito- les comentó mientras aguardaba que Juan atendiera las peticiones de los recién llegados.
Encima de la mesa había un folleto que uno de ellos había cogido del buzón. El actor, observó con curiosidad lo que en él se notificaba, y le hicieron gracia los dibujos que representaban la llegada de ellos. No hablaba ni una sola palabra de castellano, por tanto no entendía lo que habían escrito, pero a simple vista le pareció que estaba bien presentado Tomó la copa con la cerveza que Juan había dejado para él, para el director y, el jefe de producción. Su charla era amena entre risas y bromas entre ellos.
Alba dejó el coche a la puerta del bar, y entró en él apresuradamente. Se le había hecho más tarde de lo normal. Venía nerviosa, porque sabía que Juan estaría preocupado por su tardanza
- Discúlpame, Juan. Como es viernes, había algo de atasco hasta salir de La Mimosas- le dijo mientras se despojaba del abrigo
- No te entretengas en disculpas. Tenemos mucho trabajo. Han llegado los que faltaban. Acércate a la mesa a ver si están todos servidos.
Se atusó un poco el cabello, se estiró el suéter y con la mejor de sus sonrisas, se dirigió a la mesa portando un bloc y un bolígrafo, por si tenía algo que anotar.
Uno de ellos entendía algo el español, y fue el que respondió
- Gracias señorita creo que nos faltan más cervezas, por favor
-Muy bien ¿ cuántas ?
El que hacía de intermediario les dijo levantasen la mano quienes quisieran algo de beber, y Alba contó con la cabeza la petición- De pronto se alzó una voz por encima de las otras, y torpemente en castellano pidió algo más
- Hamón. I love hamon, please
Alba giró la cabeza en dirección a la voz que pedía jamón con un deje muy gracioso, que la hizo sonreír. Entonces se fijó en el rostro de aquel chico sumamente conocido. No se lo podía creer, Paul Montgomery estaba en el bar y le había pedido jamón. Se puso muy nerviosa y a penas podía responderle en su poco inglés
- Year. Jamón for everyone ?- preguntó
- Year, for everyone and chorizo- respondió él ante los aplausos y las risas de todos
Alba muy cortada, tomó nota y se dirigió nerviosa hacia el mostrador en donde Juan la miraba satisfecho por su desenvoltura
- Muy bien, muy bien. Ignoraba que supieras ingles
- Y no lo se. Solamente hablo lo justo para entenderme con los niños. ¡ No me lo puedo creer ! está Paul Montgomery... y qué guapo es, por Dios. Es más joven de lo que aparece en el cine. Verás cuando se lo cuente a las chicas. ¿ Crees que debo pedirle un autógrafo?
- Creo que debes esperar unos días. Tendrás ocasión de verle más veces.
Las raciones de jamón y chorizo, fueron llevadas a las mesas de los cineastas, con los aplausos de los concurrentes, no tanto por las famosas viandas españolas, sino porque la chica era guapa, amable y además se defendía en inglés.
Paul Montgomery, con una sonrisa , dirigiéndose a ella, después de ayudarla a colocar los platos y distribuirlos por las mesas, le dijo en castellano
- Grasias, senorita
Alba no pudo evitar una ligera risita más de nervios que por otra cosa. No sabía qué decir. No sabía qué decir en situaciones como esta. No quería mostrarse nerviosa, sino profesional, pero estaba muy lejos de estar tranquila, máxime al verse examinada por los ojos de aquel actor tan popular y famoso.
Por un momento, las miradas de ambos se juntaron, así como sus risas. El murmuró algo por lo bajo, que ella no entendió, y se hizo la desentendida. Giró sobre sus pasos y se marchó seguida por la mirada de él. Los compañeros dándose cuenta del juego, comenzaron a silbar, aplaudir y a reír, acompañados por un Paul que reía con todas sus ganas
- ¿ Cómo una chica con esa cara puede estar sirviendo mesas en un pueblecito, precioso es verdad, pero pueblo al fin y al cabo, perdido en estos mundos de Dios?- es lo que comentó dirigiéndose al director que estaba a su lado
- Te doy la razón. Y sin embargo no parece una chica de aquí. Igual es que se ha refugiado , que es distinto
- ¡ Oh Douglas ! Tu ves siempre una película en todo. Lo mismo le gusta vivir aquí, simplemente
- Es muy joven y bonita, y por lo poco que he visto del pueblo- y dirigió su mirada hacia los hombres que en otras mesas jugaban a cartas o al dominó- no hay mucho panorama para gente tan joven
Sara y Celia, no podían perderse el acontecimiento del año. Pronto la noticia de que los actores habían llegado, había corrido por el pueblo. Sabían que su amiga trabajaba en el bar, y hacia allí, decididas se encaminaron para echar una ojeada del panorama.
Fueron derechas hacia el mostrador para charlar con Alba, pero ésta tenía trabajo. No sólo atendía las mesas de los forasteros, también las de los lugareños que protestaban porque creían que no se les estaba haciendo el mismo caso que siempre
- Ahora no puedo entretenerme con vosotras- les dijo antes de que ellas preguntasen algo- Fijaos como está esto de lleno, y Juan está de los nervios. Imagino que será solo hoy, y que mañana a estas horas estarán trabajando y no les veremos el pelo
-Pero dinos, por lo menos, quienes son los actores- pidió Celia
- De ella no recuerdo el nombre, aunque la he visto en el cine, y él es Paul Montgomery- respondió Alba
-¿ Paul Montgomery, ese Paul Montgomery?- dijo con los ojos como platos una asombrada Sara- ¡Cómo no me he podido enterar antes!
- No se, chicas, pero ahora no puedo charlar más
- Dinos al menos dónde está-volvieron a reclamarla al unísono
- Es el que está de espaldas con el suéter azul
- Ahhhh - exhalaron ambas como exclamación
- Y ahora marchaos. Juan me va a echar una bronca. Y no se os ocurra pedirles un autógrafo- dijo malhumorada Alba
- Dinos al menos quienes son los que están con él
- ¡ Ay Celia ! No lo se. Supongo que gente del equipo. No seáis pesadas. Adiós, Idos venga- y a empujones, consiguió que las chicas salieran del establecimiento.
Por fin, las prisas en el bar, se habían calmado. Una parte del equipo de cineastas, se habían marchado ya. Estaban cansados y querían acostarse pronto. Paul, junto al director comenzaron a ver las páginas del folleto y bajito comentaban algo, que Alba interpretó como una crítica .
- Juan, si no me necesitas...
- Puedes irte a casa.. Es tarde, y no creo que éstos estén mucho rato más, y los paisanos ya se han ido. Siento no poder acercarte a casa
- No te preocupes, tengo el coche ahí fuera. Bueno, pues si no dispones de otra cosa... me voy. ¿ A qué hora vengo mañana ?
- No sé cómo harán las cosas. No sé si desayunarán aquí o en sus habitaciones. Suelen empezar pronto a trabajar.. Ven a las nueve, si te parece
- Muy bien. A las nueve estaré aquí. Buenas noches, Juan
- Buenas noches Alba, y gracias. Me has sido de gran ayuda
- Las gracias te las doy yo. Me has hecho un gran favor con el coche, así que está bien que nos ayudemos mutuamente. Adiós Juan
Se puso el abrigo, cogió la bufanda y el gorro de lana y salió rumbo a su casa.
Con Juan, había llegado al acuerdo de que la prestase un coche viejo, que tenía guardado en el zaguán del bar y que nunca usaba, por lo menos para los meses de invierno. A cambio ella le ayudaría en la atención del bar cuando regresase de dar clases y los sábados y domingos a tiempo completo, mientras los peliculeros permaneciesen en el pueblo. De este modo no tendría que vivir fuera de Miranorte. Tal decisión le pareció perfecta a una Milagros que respiró tranquila También había pactado con Enrique, el alcalde, para que la máquina que había alquilado para limpiar de nieve las calles del pueblo, llegase hasta su casa y de allí a la carretera que la permitiera desplazarse a Las Mimosas para dar clase. Todo había salido a pedir de boca.
Ya estaba todo dispuesto y a punto. Sólo faltaban ellos, y llegarían en pocas horas. Los paisanos con mucha curiosidad. Nunca habían visto a esos personajes míticos, y además era el tema de conversación de todos los vecinos sentados ante el hogar, pues hacía frio y, hasta había caído una tímida nevada.
Se despertaron ese día con un ruido potente, al que no estaban acostumbrados. Detrás de los cristales observaban con asombro los enorme camiones que entraban en el pueblo. Lo menos había cinco y algunos cargados con cables y otros artefactos que ellos nunca habían visto. Aparcaron en la Plaza Mayor, y una de las señoritas que vinieron la primera vez, acompañada por otro señor, entraron en el Ayuntamiento. El cine había llegado a Miranorte.
Una vez hubieron cumplimentado todos los permisos, los operarios se pusieron a trabajar frenéticamente . Mientras otros se hacían cargo de los hospedajes de todos ellos. Eran una perfecta máquina coordinada en todos sus movimientos. Seguros, precisos, conociendo a la perfección el cometido de cada uno de ellos.
Los protagonistas, el director, el productor..., en definitiva los más relevantes personajes de la película, llegarían dos días después, y todo debía estar ya montado para el inmediato comienzo del rodaje. La misma señorita que había entrado en el Ayuntamiento, acompañada por Enrique, fue a recoger las llaves de los chalets que habían dispuesto para los actores principales, el director, el productor.... y que conforme con el alojamiento , dio su aprobación
- Muy bien todo, señor alcalde. De plena satisfacción. Creo que vamos a estar muy cómodos en este precioso lugar. Y ahora si me permite, tengo mucho trabajo que hacer antes de que lleguen pasado mañana
- Desde luego... No dude en avisarme si necesita algo. Estamos a su entera disposición, y me alegro que su estancia entre nosotros sea de su agrado.
Se despidieron estrechándose la mano. Enrique regresó al despacho dando un paseo, mientras que la chica se metió en el coche y tomó carretera adelante. Fotografía Internet
Y dos días más tarde, en lujosos coches de alquiler, llegaban los actores principales, el director , el productor y los asistentes personales del actor y la actriz protagonistas de la película. Aparcaron frente al bar. Llevaban muchas horas metidos en un coche, y querían estirar las piernas y tomar una cerveza. Entraron e inmediatamente fueron el foco de atención de todos los que allí se encontraban. En el bar estaban algunos operarios del equipo técnico y saludaron alegremente al actor, que parecía era muy popular entre ellos, y algo menos efusivos con la actriz, que se mostraba malhumorada y distante.
- A mi me gustaría retirarme a descansar. He madrugado mucho, y el viaje ha sido largo. Selena ocúpate de mi alojamiento, por favor- dijo la actriz a su asistente personal
La asistente personal, salió rápidamente en busca de la persona encargada de tal menester y tras diez minutos volvió con ella, y fue quién les acompañó hasta el chalet adjudicado a la primera actriz. Por el contrario el actor se mostró más comunicativo con sus compañeros técnicos, y se sentó a su mesa pidiendo una cerveza para beber con ellos
- He visto poco, pero parece un lugar muy bonito- les comentó mientras aguardaba que Juan atendiera las peticiones de los recién llegados.
Encima de la mesa había un folleto que uno de ellos había cogido del buzón. El actor, observó con curiosidad lo que en él se notificaba, y le hicieron gracia los dibujos que representaban la llegada de ellos. No hablaba ni una sola palabra de castellano, por tanto no entendía lo que habían escrito, pero a simple vista le pareció que estaba bien presentado Tomó la copa con la cerveza que Juan había dejado para él, para el director y, el jefe de producción. Su charla era amena entre risas y bromas entre ellos.
Alba dejó el coche a la puerta del bar, y entró en él apresuradamente. Se le había hecho más tarde de lo normal. Venía nerviosa, porque sabía que Juan estaría preocupado por su tardanza
- Discúlpame, Juan. Como es viernes, había algo de atasco hasta salir de La Mimosas- le dijo mientras se despojaba del abrigo
- No te entretengas en disculpas. Tenemos mucho trabajo. Han llegado los que faltaban. Acércate a la mesa a ver si están todos servidos.
Se atusó un poco el cabello, se estiró el suéter y con la mejor de sus sonrisas, se dirigió a la mesa portando un bloc y un bolígrafo, por si tenía algo que anotar.
- Buenas tardes ¿ Está todo de su gusto ? - preguntó educadamente, provocando un silencio momentáneo
Uno de ellos entendía algo el español, y fue el que respondió
- Gracias señorita creo que nos faltan más cervezas, por favor
-Muy bien ¿ cuántas ?
El que hacía de intermediario les dijo levantasen la mano quienes quisieran algo de beber, y Alba contó con la cabeza la petición- De pronto se alzó una voz por encima de las otras, y torpemente en castellano pidió algo más
- Hamón. I love hamon, please
Alba giró la cabeza en dirección a la voz que pedía jamón con un deje muy gracioso, que la hizo sonreír. Entonces se fijó en el rostro de aquel chico sumamente conocido. No se lo podía creer, Paul Montgomery estaba en el bar y le había pedido jamón. Se puso muy nerviosa y a penas podía responderle en su poco inglés
- Year. Jamón for everyone ?- preguntó
- Year, for everyone and chorizo- respondió él ante los aplausos y las risas de todos
Alba muy cortada, tomó nota y se dirigió nerviosa hacia el mostrador en donde Juan la miraba satisfecho por su desenvoltura
- Muy bien, muy bien. Ignoraba que supieras ingles
- Y no lo se. Solamente hablo lo justo para entenderme con los niños. ¡ No me lo puedo creer ! está Paul Montgomery... y qué guapo es, por Dios. Es más joven de lo que aparece en el cine. Verás cuando se lo cuente a las chicas. ¿ Crees que debo pedirle un autógrafo?
- Creo que debes esperar unos días. Tendrás ocasión de verle más veces.
Las raciones de jamón y chorizo, fueron llevadas a las mesas de los cineastas, con los aplausos de los concurrentes, no tanto por las famosas viandas españolas, sino porque la chica era guapa, amable y además se defendía en inglés.
Paul Montgomery, con una sonrisa , dirigiéndose a ella, después de ayudarla a colocar los platos y distribuirlos por las mesas, le dijo en castellano
- Grasias, senorita
Alba no pudo evitar una ligera risita más de nervios que por otra cosa. No sabía qué decir. No sabía qué decir en situaciones como esta. No quería mostrarse nerviosa, sino profesional, pero estaba muy lejos de estar tranquila, máxime al verse examinada por los ojos de aquel actor tan popular y famoso.
Por un momento, las miradas de ambos se juntaron, así como sus risas. El murmuró algo por lo bajo, que ella no entendió, y se hizo la desentendida. Giró sobre sus pasos y se marchó seguida por la mirada de él. Los compañeros dándose cuenta del juego, comenzaron a silbar, aplaudir y a reír, acompañados por un Paul que reía con todas sus ganas
- ¿ Cómo una chica con esa cara puede estar sirviendo mesas en un pueblecito, precioso es verdad, pero pueblo al fin y al cabo, perdido en estos mundos de Dios?- es lo que comentó dirigiéndose al director que estaba a su lado
- Te doy la razón. Y sin embargo no parece una chica de aquí. Igual es que se ha refugiado , que es distinto
- ¡ Oh Douglas ! Tu ves siempre una película en todo. Lo mismo le gusta vivir aquí, simplemente
- Es muy joven y bonita, y por lo poco que he visto del pueblo- y dirigió su mirada hacia los hombres que en otras mesas jugaban a cartas o al dominó- no hay mucho panorama para gente tan joven
Sara y Celia, no podían perderse el acontecimiento del año. Pronto la noticia de que los actores habían llegado, había corrido por el pueblo. Sabían que su amiga trabajaba en el bar, y hacia allí, decididas se encaminaron para echar una ojeada del panorama.
Fueron derechas hacia el mostrador para charlar con Alba, pero ésta tenía trabajo. No sólo atendía las mesas de los forasteros, también las de los lugareños que protestaban porque creían que no se les estaba haciendo el mismo caso que siempre
- Ahora no puedo entretenerme con vosotras- les dijo antes de que ellas preguntasen algo- Fijaos como está esto de lleno, y Juan está de los nervios. Imagino que será solo hoy, y que mañana a estas horas estarán trabajando y no les veremos el pelo
-Pero dinos, por lo menos, quienes son los actores- pidió Celia
- De ella no recuerdo el nombre, aunque la he visto en el cine, y él es Paul Montgomery- respondió Alba
-¿ Paul Montgomery, ese Paul Montgomery?- dijo con los ojos como platos una asombrada Sara- ¡Cómo no me he podido enterar antes!
- No se, chicas, pero ahora no puedo charlar más
- Dinos al menos dónde está-volvieron a reclamarla al unísono
- Es el que está de espaldas con el suéter azul
- Ahhhh - exhalaron ambas como exclamación
- Y ahora marchaos. Juan me va a echar una bronca. Y no se os ocurra pedirles un autógrafo- dijo malhumorada Alba
- Dinos al menos quienes son los que están con él
- ¡ Ay Celia ! No lo se. Supongo que gente del equipo. No seáis pesadas. Adiós, Idos venga- y a empujones, consiguió que las chicas salieran del establecimiento.
Por fin, las prisas en el bar, se habían calmado. Una parte del equipo de cineastas, se habían marchado ya. Estaban cansados y querían acostarse pronto. Paul, junto al director comenzaron a ver las páginas del folleto y bajito comentaban algo, que Alba interpretó como una crítica .
- Juan, si no me necesitas...
- Puedes irte a casa.. Es tarde, y no creo que éstos estén mucho rato más, y los paisanos ya se han ido. Siento no poder acercarte a casa
- No te preocupes, tengo el coche ahí fuera. Bueno, pues si no dispones de otra cosa... me voy. ¿ A qué hora vengo mañana ?
- No sé cómo harán las cosas. No sé si desayunarán aquí o en sus habitaciones. Suelen empezar pronto a trabajar.. Ven a las nueve, si te parece
- Muy bien. A las nueve estaré aquí. Buenas noches, Juan
- Buenas noches Alba, y gracias. Me has sido de gran ayuda
- Las gracias te las doy yo. Me has hecho un gran favor con el coche, así que está bien que nos ayudemos mutuamente. Adiós Juan
Se puso el abrigo, cogió la bufanda y el gorro de lana y salió rumbo a su casa.
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