Estaba dispuesto a responder a esa pregunta formulada por ella, y zanjar de una vez por todas, las dudas que aún pudiera tener. Presentía que ella tenía otro interés, y debía rotundamente rechazar siquiera una tentación; no tenía ganas, ni el más mínimo atisbo de deseo, a pesar de reconocer que era bella y atractiva, pero él no pensaba en eso: Y la respondió:
- Querida Charlotte respondiendo a tu pregunta no realizada: No. No la he olvidado ni pienso hacerlo. Ni yo mismo sabía cuánto la quería. Me ha dejado destrozado y sin ganas de otra cosa que no sea mi hija y el trabajo. No deseo más, no necesito más. Cada noche me acuesto con el deseo de volver a soñar con ella, aunque sea brevemente, a pesar de que después me ponga triste. Perl marcó mi vida para siempre.
- Querido amigo ¿ Crees que a ella le gustaría que estuvieras melancólico permanentemente? Si te amó tanto hasta sacrificar su propia vida ¿ cómo crees, si pudiera, que vería este retiro voluntario de la vida? Eres un hombre joven, atractivo y con mucho amor en tu interior. Harías feliz a cualquier mujer y a su vez ella te haría feliz también. Incluso podrías volver a ser padre y dar un hermano a tu hija. ¿Crees que ella, cuando sea adolescente querrá vivir como tú ? Es pequeña aún, pero dentro de nada te verás espantando a chicos que van detrás. Y algún día se irá para formar su propia vida a la que tiene derecho. ¿ Crees que la gustará verte siempre triste ? Es otra generación y no tienes derecho a robarle las ilusiones, sembrando tu propio fracaso amoroso. La historia no suele repetirse. ¿ Quién te dice que, aunque os hubierais reconciliado no tendría la misma sentencia de muerte?
- Te ruego por favor que lo dejes estar. Tienes razón; pasados unos años, no demasiados, me quedaré solo, pero cuando eso llegue ya veré cómo lo soluciono. De momento déjalo así, por favor.
- Está bien. Hablemos del futuro. Estaré en Londres durante unos días y después regresaré a Japón. Quizá me establezca aquí definitivamente. Echo de menos la familia; allí no tengo más que trabajo y algún que otro día copa con algún amigo. Pero me aplicaré la misma receta que te acabo de comentar.
Y ahora enséñame toda esta maravilla de paz y belleza.
Quería conocer el lugar en donde él vivía, de este modo se podría imaginar el entorno, cuando hablasen por teléfono desde la distancia. Y caminaron hablando de trabajo. Maxwell no tenía otro tema de conversación; se había convertido en un ermitaño. Ella le observaba y reía por lo bajo ¿ Qué tramaba ?
Sin lugar a dudas, había algo entre ellos por lo que se comunicaban abiertamente, sin tapujos ni recovecos, y eso hacía que siempre fueran sinceros. Ella observaba detenidamente todo el entorno y ciertamente era maravilloso. Pensaba que estaría bien comprar alguna cosa por allí. Con los avances de la técnica podría trabajar desde casa, estar cerca de él y al mismo tiempo tener la tranquilidad que en la ciudad no tenía.
Sonrió al pesar en ello, y Maxwell, se dio cuenta de que en algo pensaba :
- ¿ Qué piensa esa cabeza inquieta ? - la dijo
-Pues pienso que... Sería bueno que fuésemos vecinos.. Podría trabajar desde aquí. Eso me haría rebajar el ritmo. Estaríamos cerca para ayudarte con Helen, y de paso salir algún día a comer fuera de casa y charlar
- ¿ Por qué ayudarme con Helen ? Me he desenvuelto muy bien solo
![]() |
- Si, desde luego, hasta ahora. Pronto vendrá la adolescencia y todos los apuros que hayas sufrido, no tienen comparación con esa etapa de la vida de tu hija. Necesitarás cerca a alguien que te eche una mano. Tengo sobrinos ¿ sabes?, y mis hermanas se han visto y deseado, cuando a los dieciséis dicen aquí estoy yo. Créeme, es una etapa muy difícil. Siempre es bueno tener una mujer cerca.
- Cuento con Ruth
- ¡ Desde luego ! Perdona, es algo que no me incumbe. Tienes razón te las has visto tu solo sin problemas. Pero no descarto ser tu vecina; me encanta este sitio. Prometo no estorbarte.
Ambos se echaron a reír, pero algo flotaba en el ambiente. Maxwell conocía bien a su amiga y sabía por donde iba.
Ella, estaba dolida: no la quería cerca; sin duda por los sentimientos que albergaba hacia él, y por conocer su forma de pensar. Pero también tenía paciencia y sabía esperar.
El momento anunciado de la adolescencia, estaría en camino dentro de poco, y por propia experiencia, con ella misma, sabía lo que había echado de menos, una voz amiga que la aconsejara. Y ella estaría ahí.
Siguieron viendo casitas de ensueño, pero se hacía tarde y debía regresar a Londres, además dejaba la puerta abierta para regresar en otra ocasión. Se hizo un firme propósito: no se demoraría mucho. Tenía ganas de conocer a su hija. Sí, regresaría de nuevo antes de volar a Japón. Y así lo hizo, y compró una casa cerca de la de ellos, pero lo suficientemente lejos para no ser una vecina pesada. Y conoció a Helen. Ambas se miraron, pero sus sonrisas eran muy diferentes, sobre todo la de la pequeña Helen, y eso la dio que pensar.
RESERVADOS DERECHOS DE AUTOR / COPYRIGHT
Autora< rosaf9494quer
Edición < Julio 2020
Ilustraciones< Internet < Dakota Johnson (niña) < Jamie Dornan
No hay comentarios:
Publicar un comentario