Jeremy fue pasado a planta, ya que su estado era normal dentro de la situación que padecía. Rosemary fue dada de alta una vez que se había recuperado. En casa, más tranquila, declararía a la policía todo lo que ella pudo observar no sólo ese día, sino el seguimiento que había tenido los días anteriores. Ambos visitaban a Jeremy en el hospital, y Anthony se quedaba por las noches junto a él.
Y fue en una de esas noches, cuando ambos hermanos frente a frente, se confesaron mutuamente.
En un par de días le darían el alta e iría a terminar de recuperarse a su casa. De esta manera no estaría solo, y pasados unos días, volvería a su hogar que apenas había disfrutado.
Anthony estaba deseoso de saber el por qué se encontraba en la escena, siendo que ya vivía en su apartamento.
— No lo sé. Cuando me desperté ese día miré el reloj e instintivamente pensé que Rose se dirigiría al parque a pasear, como tantos días habíamos hecho juntos. Pero al hacerlo, algo en mi interior, en mi estómago, sentí una sensación extraña, como si fuera un presentimiento.
— En un principio no hice caso, pero a medida que pasaban los minutos, la sensación se convirtió en algo de tipo nervioso que nunca había sentido. Era como si una mano me apretara por dentro.
— A medida que me acercaba al lugar en donde ella solía estar, en vez de ir andando, de repente mis piernas comenzaron a correr. No sabía por qué me estaba ocurriendo eso. Pero tardé una fracción de segundo cuando, de lejos, presencié lo que estaba ocurriendo: un hombre por detrás de ella, la tenía sujeta y la ponía algo en la cara. Los otros tres, intentaban llevársela. Comencé a llamarla y uno de ellos, sacó de su ropa una pistola y me disparó.
— Antes de perder el conocimiento, vi como la depositaban en el suelo inerte y uno de ellos hablaba algo, registró entre la ropa de Rose, y desde su teléfono llamó a alguien. Después daban voces y... ya no pude ver más. Supongo que perdí el conocimiento.
— Gracias, hermano. Posiblemente la libraste de un rapto o de algo peor. No quiero ni pensarlo. Si no llegas a tiempo, a estas horas quién sabe de lo que estaríamos hablando.
— Estamos en paz, hermano. Te debía algo; ya sabes a lo que me refiero. Pero también he de preguntarte algo ¿ Qué hacías con Julie en el restaurante?
— Ya se lo he explicado a Rose. Es muy sencillo: me llamó porque quería invertir lo que había conseguido de su divorcio y, se acordó de mí. Charlamos de todo lo pasado. Ella había disuelto su matrimonio. Yo le hablé de Rose y del hijo que esperamos. Nada más.
- Bien. Me alegro. Rosemary es importante para mi. No le hagas sufrir
— No quiero hacerlo, sólo que a veces ella se pone celosa por algo sin importancia. Debisteis acercaros a la mesa. Las cosas se hablan y se aclaran. ¿ Te has enamora de ella?
Se lo soltó a bocajarro, pero lejos de sorprenderle la respuesta que le dio hizo que ambos hermanos se abrazaran:
— No tal y como lo insinúas, pero sí la quiero. En los días que he convivido en vuestra casa, he aprendido a quererla, y he sacado en conclusión que, ambos os merecéis el uno al otro y, yo he ganado una hermana. Ha vuelto a unir nuestra familia; nos hemos recuperado y eso no puedo olvidarlo. Porque aunque no lo creas, he estado demasiado tiempo solo y lejos de vosotros. Al morir mamá me di cuenta de que lo que importa es la familia y sus raíces. La sorpresa fue mía cuando, al regreso supe que te habías casado y esperabas un hijo. Fue una atracción, creo que mutua al conocernos, pero quédate tranquilo: ella te quiere con todas sus fuerzas y yo la respeto como a la hermana que considero, pero nada más. Jamás traspasaré esa raya. Eso ocurrió una vez y no se volverá a repetir.
Tres días después le dieron el alta definitiva y, al cabo de una semana más, tendría que volver a que le hicieran un chequeo. Viviría con ellos mientras estuviera convaleciente.
Al menos algo positivo había salido de esa tremenda situación. La policía les interrogó y frente a la descripción que de ellos hicieron y con los antecedentes que tenían, concluyeron que, el instigador de todo había sido Roger, la persona que había sido despedida y autor del desfalco.
También localizaron a los otros tres delincuentes. Pasarán una temporada a la sombra por tentativa de rapto, aunque se atenuó algo por la llamada de auxilio a emergencias.
Roger fue localizado en un pais de África en el que se había refugiado, pero si se le ocurriera pisar Inglaterra, sería apresado ipso facto, y además se le agregaría el castigo anterior. No creían que volverían a verle.
Y nació el primer hijo. un nuevo varón al que pondrían por nombre Jeremy, en homenaje a su tío que pensaban les había salvado, tanto a su madre como a él, de algo peor que malo.
Jeremy encontró a una mujer de la que se enamoró y aunque no piensan en unir sus vidas hasta dentro de un tiempo, viven en pareja y frecuentan con asiduidad la casa de Anthony y Rose. Consiguieron al fin, que tanto el padre de Anthony, como la madre de Rose, vivieran con ellos, aunque ambos pasaban largas temporadas en Irlanda.
A los tres años, Rose volvió a quedarse embarazada. Jeremy formaba parte de la dirección de la financiera de su hermano, ocupando el puesto que, definitivamente Rose dejaba libre. Querían llenar la casa de niños y sería poco probable poder compatibilizar la vida hogareña con las finanzas. Eso se lo dejaría a los chicos Morgan.
Acurrucada entre los brazos de Anthony, veían la televisión, cuando los niños les dejaban. Ella algunas veces protestaba, y él sonreía y, junto a ella atendía a sus hijos, rotundamente feliz y encantado. Nunca hubiera imaginado llegar a ser un hombre casado y con tres hijos... de momento.
Pensaba en la forma extraña en que se conocieron, en cómo sus vidas se cruzaron hasta llegar a unirse. Pensaba a menudo que se enamoró de ella, en aquél viaje primero, y que su imagen no la pudo borrar de su cabeza durante mucho tiempo. Después el destino jugó a su favor. Creía que debía estar agradecido a Roger, porque sin su robo, probablemente no la hubiera vuelto a ver.
— ¿ En qué piensas?— le preguntaba ella. Y él respondía:
— En que los astros tuvieron una conjunción para encontrarnos. De algo doloroso, brotó lo hermoso que tenemos. Nos queremos y vivimos rodeados de niños ¿ Se puede ser más feliz ?