No salía a la calle. Daba vueltas por la casa como león enjaulado, pero procuraba no caer en la tentación de remediar la soledad con un vaso de whisky: sabía que ese no era el camino y además sería inútil. En su peregrinar por el apartamento, iba hasta la entrada y veía en la mesa del recibidor el montón de cartas allí apiñadas. Posiblemente hubiera alguna urgente, pero eran tantas que le daba pereza revisarlas. Iría poco a poco hasta ponerse al día; también debería llamar a la editorial. Le debían dinero de la última liquidación, pero eso ya lo haría más adelante. Primero tenía que habituarse a la vida real, a su día a día.
Cogió el montón de cartas y se dispuso a revisarlas acomodado en el sofá del salón. La mayoría eran facturas, publicidad y recibos pagados o pendientes de cobro. Todo eso podía esperar. las iba seleccionando y haciendo montones con cada asunto,. Ya quedaban unas pocas, cuando ante su vista surgió una de un bufete de abogados, proveniente de Italia. El corazón le dio un vuelco, ¿ qué podrá ser Y de repente un nudo se le puso en el estómago como cuando esperas una mala noticia. No quería siquiera pensar que a ella la hubiera ocurrido algo malo. Rasgó el sobre rápidamente y comenzó a leerlo. Venía escrita en italiano, con lo cual había frases que no entendía, pero hubo una palabra que si entendió " morto ". La carta se le cayó de las manos y un sudor frío comenzó a perlar su frente. Una vez recogida del suelo, comenzó a leer poco a poco, pero para mayor seguridad consultaba la frase que no comprendía en el traductor de Google, tenía que saber ciertamente lo que aquella misiva contenía. Y la tradujo, y su contenido hizo que se detuviera la sangre en sus venas.
< Estimado señor O'Bryan:
Lamentamos tener que comunicarle que el pasado 15 de Mayo, tuvo lugar el fallecimiento del señor Guido Massieri, quién deposito su confianza en nosotros para entregarle personalmente una carta dirigida a usted, con especial encargo. Para tal fin, rogamos se ponga en contacto con nosotros a la mayor brevedad posible.
Suyos affmos.
Palmieri y Asociados >
Volvió a leerla una y otra vez. Se fijó en la fecha. Era del mes de Mayo de hacía más de un año, y corría el mes de Septiembre. . Rebuscó entre las que le quedaban por leer, y de nuevo otra de los mismos abogados. Hizo la misma operación y de este modo se enteró que habían vuelto a contactar con él, pero que había resultado imposible debido a la ausencia en su domicilio. Le dejaron un teléfono para concretar fecha de alguna entrevista factible para ambos.
¡ Guido había muerto ! y de nuevo le vio ante él explicándole sus planes con Liliana. Estaría sola y viuda. No podía ser posible. De inmediato, levantó el teléfono para hablar con ella, pero un contestador le anunció que ese número ya no estaba abonado. ¿ Qué habría sido de ella ? ¿Dónde viviría ahora? Los abogados debían saber su dirección, y de inmediato contactó con ellos.
Le informaron de cómo había ocurrido el deceso. De todo, menos de la actual residencia de Liliana, cuyo contacto con el bufete era a través de un apartado de correos.. Y tomó la decisión más importante de su vida: viajaría a La Toscana. Primero iría a Pienza y allí, en casa de sus padres, posiblemente encontrase a Liliana. Y si no fuera así, tenía todo el tiempo del mundo para encontrarla. Al cabo de dos días, nuevamente, se puso en camino rumbo a Italia.
A pesar de las circunstancias que le llevaban allí, en su interior sentía una sensación extraña: tendría oportunidad de verla, y entonces frente a ella, hablaría y la daría todas las explicaciones precisas de todo lo ocurrido desde la visita del difunto Guido hasta la actualidad. ¡ Quién iba a decirle que volvería a recorrer las viejas calles de Pienza al cabo de tanto tiempo y en tan difíciles circunstancias! Nunca hubiera imaginado que aquél muchachote fuerte, moreno y rendidamente enamorado de Liliana tuviera tan corta vida.
Lo recordaba todo igual. El tiempo se había detenido en Pienza y así había sido desde tiempo inmemorial. La casa paterna de Liliana estaba cerrada y con un cartel que anunciaba su venta
- ¿ Qué demonios ha pasado en esta familia ? - se preguntó
Los vecinos de al lado de ellos, le contaron que hacía seis meses había fallecido la madre y un año antes el padre, el señor Bianco. Pareciera que la mala suerte se había cebado en esa familia. No sabían dónde vivía Liliana
- Creo que se fue a vivir a Nápoles. La pobrecilla estaba rota de dolor. No podía soportar tanta desgracia. Con su hija de la mano salió de aquí, pero no sabemos exactamente donde reside.
¡ Con su hija de la mano ! No podía creer que fuera madre, aunque era lo más natural del mundo. Pero la vida a veces se muestra cruel y sin piedad con algunas personas, y ella había sido una de ellas. Ahora más que nunca debía encontrarla. Y pensó comunicarse con los abogados inmediatamente; quizás ellos supieran el lugar donde vivía. Y esperanzado y triste, llamó urgentemente a Palmieri y Asociados, y como había supuesto, conocían del fallecimiento de los padres de ella, ya que se habían hecho cargo de la venta de los inmuebles , ahora de Liliana por herencia y del alquiler de su apartamento..
Tomó la decisión de alquilarlo. presentía que su estancia en Pienza iba a ser larga. Era un lugar que le gustaba y allí tenía la paz y el aislamiento que necesitaba. Probablemente las ideas regresarían a su cabeza dentro de algún tiempo, cuando su espíritu recobrase la calma
Cogió el montón de cartas y se dispuso a revisarlas acomodado en el sofá del salón. La mayoría eran facturas, publicidad y recibos pagados o pendientes de cobro. Todo eso podía esperar. las iba seleccionando y haciendo montones con cada asunto,. Ya quedaban unas pocas, cuando ante su vista surgió una de un bufete de abogados, proveniente de Italia. El corazón le dio un vuelco, ¿ qué podrá ser Y de repente un nudo se le puso en el estómago como cuando esperas una mala noticia. No quería siquiera pensar que a ella la hubiera ocurrido algo malo. Rasgó el sobre rápidamente y comenzó a leerlo. Venía escrita en italiano, con lo cual había frases que no entendía, pero hubo una palabra que si entendió " morto ". La carta se le cayó de las manos y un sudor frío comenzó a perlar su frente. Una vez recogida del suelo, comenzó a leer poco a poco, pero para mayor seguridad consultaba la frase que no comprendía en el traductor de Google, tenía que saber ciertamente lo que aquella misiva contenía. Y la tradujo, y su contenido hizo que se detuviera la sangre en sus venas.
< Estimado señor O'Bryan:
Lamentamos tener que comunicarle que el pasado 15 de Mayo, tuvo lugar el fallecimiento del señor Guido Massieri, quién deposito su confianza en nosotros para entregarle personalmente una carta dirigida a usted, con especial encargo. Para tal fin, rogamos se ponga en contacto con nosotros a la mayor brevedad posible.
Suyos affmos.
Palmieri y Asociados >
Volvió a leerla una y otra vez. Se fijó en la fecha. Era del mes de Mayo de hacía más de un año, y corría el mes de Septiembre. . Rebuscó entre las que le quedaban por leer, y de nuevo otra de los mismos abogados. Hizo la misma operación y de este modo se enteró que habían vuelto a contactar con él, pero que había resultado imposible debido a la ausencia en su domicilio. Le dejaron un teléfono para concretar fecha de alguna entrevista factible para ambos.
¡ Guido había muerto ! y de nuevo le vio ante él explicándole sus planes con Liliana. Estaría sola y viuda. No podía ser posible. De inmediato, levantó el teléfono para hablar con ella, pero un contestador le anunció que ese número ya no estaba abonado. ¿ Qué habría sido de ella ? ¿Dónde viviría ahora? Los abogados debían saber su dirección, y de inmediato contactó con ellos.
Le informaron de cómo había ocurrido el deceso. De todo, menos de la actual residencia de Liliana, cuyo contacto con el bufete era a través de un apartado de correos.. Y tomó la decisión más importante de su vida: viajaría a La Toscana. Primero iría a Pienza y allí, en casa de sus padres, posiblemente encontrase a Liliana. Y si no fuera así, tenía todo el tiempo del mundo para encontrarla. Al cabo de dos días, nuevamente, se puso en camino rumbo a Italia.
A pesar de las circunstancias que le llevaban allí, en su interior sentía una sensación extraña: tendría oportunidad de verla, y entonces frente a ella, hablaría y la daría todas las explicaciones precisas de todo lo ocurrido desde la visita del difunto Guido hasta la actualidad. ¡ Quién iba a decirle que volvería a recorrer las viejas calles de Pienza al cabo de tanto tiempo y en tan difíciles circunstancias! Nunca hubiera imaginado que aquél muchachote fuerte, moreno y rendidamente enamorado de Liliana tuviera tan corta vida.
Lo recordaba todo igual. El tiempo se había detenido en Pienza y así había sido desde tiempo inmemorial. La casa paterna de Liliana estaba cerrada y con un cartel que anunciaba su venta
- ¿ Qué demonios ha pasado en esta familia ? - se preguntó
Los vecinos de al lado de ellos, le contaron que hacía seis meses había fallecido la madre y un año antes el padre, el señor Bianco. Pareciera que la mala suerte se había cebado en esa familia. No sabían dónde vivía Liliana
- Creo que se fue a vivir a Nápoles. La pobrecilla estaba rota de dolor. No podía soportar tanta desgracia. Con su hija de la mano salió de aquí, pero no sabemos exactamente donde reside.
¡ Con su hija de la mano ! No podía creer que fuera madre, aunque era lo más natural del mundo. Pero la vida a veces se muestra cruel y sin piedad con algunas personas, y ella había sido una de ellas. Ahora más que nunca debía encontrarla. Y pensó comunicarse con los abogados inmediatamente; quizás ellos supieran el lugar donde vivía. Y esperanzado y triste, llamó urgentemente a Palmieri y Asociados, y como había supuesto, conocían del fallecimiento de los padres de ella, ya que se habían hecho cargo de la venta de los inmuebles , ahora de Liliana por herencia y del alquiler de su apartamento..
Tomó la decisión de alquilarlo. presentía que su estancia en Pienza iba a ser larga. Era un lugar que le gustaba y allí tenía la paz y el aislamiento que necesitaba. Probablemente las ideas regresarían a su cabeza dentro de algún tiempo, cuando su espíritu recobrase la calma
No hay comentarios:
Publicar un comentario