Viaje a La Toscana - Capítulo 13 -Seremos uno del otro

Con la mano en el picaporte, se disponía a entrar, pero se frenó en seco.  Estaba siendo demasiado lanzada y corría el riesgo de que él tomara el número cambiado.  Retrocedió y fue hasta la cocina, se calentó un poco de leche para ver si eso le hacía dormir.  En ello estaba cuando Arthur se presentó allí. Iba con el torso desnudo, con un pantalón de pijama:

- He escuchado ruidos y me he levantado por ver si ocurría algo. ¿ Te pasa algo? - la preguntó inquieto.
-No nada. Me he desvelado y me estoy calentando un vaso de leche para ver si me hace dormir.  Vuelve a la cama, no ocurre nada

Ambos se miraron. No supieron cómo había ocurrido, pero los dos a un tiempo avanzaron y se fundieron en un abrazo seguido de apasionados besos y palabras de amor.  Ninguno de lo dos trató de reprimirlo.  Era lo que sentían en aquel momento, y como ella había anticipado , eran adultos y dueños de sus vidas y sus vidas se fundieron en el dormitorio.  Los firmes propósitos de estar  juntos brotaban de sus labios.  Eran torrentes incontenibles de amor , caricias y deseos.  El sueño de Liliana  se hacía realidad, y sí, Arthur también se había enamorado de ella. No de Mildred, sino de ella y estaban viviendo una apasionada noche.  El amanecer les sorprendió pero no les importaba,  se querían, eso era lo maravilloso y acababan de descubrir que eran el uno para el otro..

Dormitaban y el sol brillaba en lo alto del cielo.  Un timbrazo resonó en el apartamento que hizo se despertaran apresuradamente.

- ¿ Quién podrá ser a estas horas? - preguntó ella mirando el reloj
- Cielo, son las diez de la mañana.  no es temprano, a nosotros se nos ha hecho tarde. Yo bajo

 Bajó las escaleras y abrió la puerta.  Ante él estaba Guido que venía en busca de Liliana.  Había ido primero a casa de sus padres y ellos le dijeron qwue estaría en su apartamento puesto que no había ido a dormir.  Al ver a Arthur, se hizo cargo de la situación y comprendió lo que había ocurrido. Guido fulminó con la mirada a su amigo, que pálido le miraba sin decir palabra.

-  Está aquí ¿ verdad ?
- Guido tenemos que hablar
-¿ Tenemos que hablar? Decirme  qué  ¿ que os habéis acostado ?
- Por favor, pasa y hablamos
- No hay nada que hablar.  Te consideraba mi amigo. Abrí mi corazón a tí; te conté toda mi historia, y tú me has traicionado

- No Guido. Nadie te ha traicionado.  No la seduje, no la presioné.  Surgió sin más porque ambos sentimos lo mismo: nos hemos enamorado. No era mi intención herirte, pero en el corazón no se manda y nosotros nos amamos.

En ese momento apareció en la escalera Liliana.  Estaba blanca como el papel. Por nada del mundo hubiera querido vivir esa situación; no tuvo tiempo de hablar con él y explicarle que estaba enamorada de Arthur desde la primera vez que le vio.  Que todo había surgido muy deprisa, que no había explicaciones posibles para lo ocurrido, sino que pasó sin pensarlo, sin premeditación

- ¡ Guido ! - dijo Liliana al contemplar los rostros de ambos hombres
- ¿ Ahora vas de putita por la vida ? - dijo Guido dirigiéndose a ella
- No te consiento que la insultes.  No hemos hecho nada malo. No tienes derecho a insultarla porque haya elegido a otro hombre que no seas tú. Yo he sido el responsable y no ella
- ¿ Tú has sido el responsable? Pues toma... - y le sacudió un derechazo que pilló desprevenido a Arthur- Y tú no vuelvas a dirigirme la palabra en la vida- le dijo  a ella

Y dando media vuelta salió dc la casa a grandes zancadas y lleno de furia.  Arthur se incorporó y Liliana corrió a su lado llorando.

- Es un animal - dijo abrazando a Arthur
- No mi amor, está dolido, solo eso.  Te ama y ha sido muy fuerte lo que ha visto. Si hubiéramos tenido más tiempo, hubiera hablado con él.  Todo hubiera sido diferente   No esperaba que estuviéramos juntos.
-Pero se ha precipitado.  El sabía que no le quiero y que en cualquier momento surgiría alguien al que amase. Y además ni siquiera sabía si dormimos en la misma habitación; no se paró a averiguarlo
--Pero ocurrió.  No busquemos excusas ha ocurrido y nada ni nadie puede evitar que nos amemos. Siento perder su amistad, porque sé que será un declarado enemigo mio, pero lo hecho hecho está. Creo que debo marcharme cuanto antes.  Tengo la ropa en su casa, pero no importa, compraré algo y me pongo en camino ahora mismo
- Por favor no te vayas.  No así- le pedía ella llorosa
- No llores.  Comprende que es lo mejor.  Despideme de tus padres con cualquier excusa. Y ahora dime donde puedo alquilar un coche que me lleve a donde pueda tomar un avión.  Me llevaré tus manuscritos y te llamaré en cuanto llegue.  No te preocupes, todo se solucionará.

La besó suavemente y se abrazaron.  Todo se había precipitado. Ella lloraba desconsolada abrazada a su pecho y él trataba de consolarla besando su cabeza.  Consiguió calmarla y con una bolsa conteniendo los manuscritos de ella, salió de la casa y de Pienza de regreso a Dublín.

- Te llamaré en cuanto llegue. Y no te preocupes, todo se arreglará; primero tenemos que calmarnos, después todo será más sencillo y Guido volverá a ser tu amigo

Y con un último beso, Arthur se perdió por la calle abajo en dirección a la plaza central en donde buscaría un medio de locomoción que le trasladara al lugar más cercano para desde allí tomar un avión de regreso a Irlanda.

Estaba apesadumbrado, no había sido el final de vacaciones que deseara, pero por otro lado, se sentía aliviado:  todo estaba claro en su pensamiento y en su corazón.  ¿Cómo no se había dado cuenta antes de lo que estaba ocurriendo en su vida.?  La entrega de ella había sido total y absoluta, al igual que él mismo.  Todo fue espontáneo sin pensarlo, y esa noche había sentido la felicidad que necesitaba desde hacía mucho tiempo, y había sido ella quién se la había dado.  ' Qué engañado había estado durante todo ese tiempo ! Era Liliana  por la que había viajado hasta allí, para verla. ¿ Cómo había sido tan estúpido al no haberse dado cuenta de que era ella la que le motivaba y no otra.  Sentía que su corazón se desbordaba de amor.  Tendría que analizar de qué forma podrían reunirse de nuevo